Tunic, el homenaje a Zelda que enamora

La c¨¢mara muestra, de forma desdibujada, una vasta localizaci¨®n ribere?a ba?ada por el crecido sol. A medida que su trayectoria nos acerca a la peque?a costa donde despierta nuestro protagonista, el desenfoque comienza a desaparecer para desvelar una preciosista puesta en escena. Sin m¨¢s dilaci¨®n, tomamos el control de un simp¨¢tico zorro de bamboleante y descocado flequillo mientras subimos escaleras, avanzamos entre la vegetaci¨®n y esquivamos nuestros primeros enemigos. A partir de aqu¨ª, necesitamos algo para defendernos, aunque sea una m¨ªsera rama de abedul.

Magia en perspectiva isom¨¦trica

As¨ª comienza Tunic, el arriesgado proyecto de Andrew Shouldice que arrasar¨ªa hace unos meses en redes sociales como Pinterest o Tumblr gracias a su particular tono est¨¦tico. A partir de ah¨ª, el proyecto interactivo de Shouldice empezar¨ªa a sumar seguidores que, atentamente, segu¨ªan la evoluci¨®n de este prometedor juego de aventuras.

Con un planteamiento que rescata elementos de The Legend of Zelda, matices est¨¦ticos heredados de Monument Valley o Lara Croft Go, y un cromatismo conceptual ¡ªensalzado por un sistema de iluminaci¨®n muy llamativo¡ª que encaja como un guante dentro del movimiento art¨ªstico Low Poly Art, este videojuego se suma a la corriente de desarrolladores que, hace a?os, idolatraban la obra de Shigeru Miyamoto o Takashi Tezuka y hoy, rinden homenaje a tan importantes creativos con t¨ªtulos como Swords of Ditto, Stardew Valley, Moonlighter, Oceanhorn o el prometedor Tunic que nos ocupa.

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A los pocos segundos ya estamos inmersos en este minimalista mundo isom¨¦trico con aspecto de maqueta infantil. Las cosas parecen ir bien: encontramos una peque?a rama dentro de una cueva y comenzamos a luchar contra los primeros Slimes. El sistema es sencillo: podemos fijar a nuestros enemigos para atacar o defendernos de sus acometidas esquiv¨¢ndolas por medio de peque?os movimientos laterales. La exploraci¨®n de los escenarios nos permitir¨¢ desvelar caminos alternativos (algunos de ellos todav¨ªa bloqueados), la presencia de cofres escondidos o el acceso a c¨¢maras secretas.

Una aventura de cola y espada

Ya en la primera mazmorra, nos movemos por misteriosas habitaciones mientras seguimos luchando: sin duda alguna, la cuidada ambientaci¨®n de cada c¨¢mara hace patente el buen trabajo de iluminaci¨®n llevado a cabo en el t¨ªtulo. Pero la mejor noticia es el cuidado dise?o de niveles, con varias alturas que explorar, rutas que nos llevar¨¢n a trav¨¦s de distintos lugares de los mismos entornos, y variedad de enemigos (tanto en apariencia como en peligrosidad) que har¨¢n imprescindible el uso de una espada para acabar con ellos. Al conseguirla, la experiencia se hace m¨¢s satisfactoria.

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Criaturas oscuras, misteriosos goblins, amenazantes ara?as y muchos otros contendientes ser¨¢n nuestros principales rivales. Peque?os puzzles y rompecabezas los encargados de hacer m¨¢s variada y satisfactoria la experiencia. El final de la demo nos devuelve al exterior tras superar la primera cueva para ponernos ante un nuevo desaf¨ªo: para vencer al primer enemigo final del juego necesitaremos enlazar combos, ser h¨¢biles esquivando los letales ataques del espectacular Golem que tenemos frente a nosotros y, en definitiva, plantear la estrategia perfecta para que nuestro zorro no sucumba ante su primer gran rival. Porque, sin duda alguna, todo apunta a que viviremos grandes aventuras dentro de este peque?o gran juego de Xbox One y PC. 

Desde Meristation tenemos muchas ganas de ponernos con la versi¨®n definitiva de Tunic, resolver los enigmas que se esconden detr¨¢s de este inh¨®spito mundo y saciar nuestra sed de aventura, rompecabezas y exploraci¨®n, aquella que nos hizo fascinarnos en t¨ªtulos como RiME o Monument Valley. Esperemos que la obra de Andrew Shouldice est¨¦ a la altura de nuestras expectativas.

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