El gran pok¨¦conflicto b¨¦lico
Pok¨¦mon y la guerra de Kanto
Aunque la ¨²nica guerra canonizada en Pok¨¦mon es la que se relata en X e Y, las ediciones originales invitan a pensar en que no fue el ¨²nico conflicto armado en la creaci¨®n de Game Freak. Profundizamos sobre ello y el papel de Kanto en la batalla.
La di¨¦gesis de Pok¨¦mon es desde luego una de las m¨¢s ricas y complejas que jam¨¢s ha parido un videojuego. Cierto es que su vocaci¨®n inicial era la de simplificar el JRPG y ofrecer una propuesta coqueta y juguetona que potenciara la interacci¨®n social, pero la IP de Nintendo confeccion¨® un universo narrativo repleto de relatos cautivadores. Especialmente a partir de la tercera generaci¨®n, donde Kyogre, Groudon y Rayquaza encarnan el equilibrio entre las fuerzas del planeta, as¨ª como la creaci¨®n de la tierra y los mares.
Pero eso no siempre ha sido as¨ª. Durante a?os, los fans tuvieron que llenar los huecos de una trama que no ambicionaba m¨¢s que guiar el coleccionismo desenfrenado de Pok¨¦mon. Los rumores y teor¨ªas elaborados por los ac¨¦rrimos de la saga son indisociables de la misma y, en gran medida, parte imprescindible de su ¨¦xito. Al fin y al cabo, Pok¨¦mon jam¨¢s hubiera sido lo que es hoy sin el misterio asociado a Mew, la inesperada clave del fen¨®meno. Siempre ha existido la tendencia de profundizar en las pistas que los juegos tan solo se atreven a insinuar, desde la muerte del Raticate de Azul hasta, en segunda generaci¨®n, el origen de los perros legendarios. Incluso, a veces, la comunidad va m¨¢s all¨¢ de lo expl¨ªcito para indagar en el por qu¨¦ de hechos con poco m¨¢s que algunos ecos en las obras. Leyendas que, una vez explicadas, aniquilan la idea de que el mundo Pok¨¦mon es pulcro, inocente y fantasioso. El mejor ejemplo de ello es, sin duda, la teor¨ªa sobre la guerra de Kanto.
Indicios de la batalla
El ¨²nico conflicto b¨¦lico explicitado en Pok¨¦mon es el que ocurri¨® 3.000 a?os antes de los hechos de Pok¨¦mon X e Y, pero hay indicios para pensar que no es la ¨²nica lid disputada en la serie. Como toda teor¨ªa, el relato var¨ªa en funci¨®n del emisor. Hay quienes aseguran que la refriega fue entre varias regiones, mientras que otros defienden a ultranza que se trat¨® de una batalla contra la vecina Johto. Sin embargo, en el amplio margen que dejan los juegos para especular y plantear hip¨®tesis, en la primera generaci¨®n se proporcionan multitud de pistas que apuntan hacia una guerra en la que Kanto desempe?¨® un rol protagonista. No abunda la poblaci¨®n masculina adulta, grupo demogr¨¢fico que se limita a delincuentes de toda ¨ªndole, gente con un estado de forma muy mejorable y miembros de cuerpos militares como la marina. La torre que impera en Pueblo Lavanda est¨¢ repleta de cad¨¢veres, con varios pisos colapsados por l¨¢pidas. Asimismo, hay varios edificios en construcci¨®n, rutas subterr¨¢neas y objetos de batalla tirados por el suelo. Am¨¦n de las fuentes enlazadas hasta este punto y a lo largo del texto, son muchos los miembros de la pok¨¦comunidad los que se han hecho eco de estos detalles. Algunos, como Sir Gary y Murki en habla hispana y PBS Idea Channel en ingl¨¦s, la ampl¨ªan con mimo y coinciden al se?alar algunos de los hechos que aqu¨ª recogemos.
Sin duda alguna, el mayor indicio de que hubo una guerra que involucr¨® a Kanto es el que dejan las palabras de LT. Surge, el l¨ªder del gimnasio de Ciudad Carm¨ªn. ¡°Los Pok¨¦mon el¨¦ctricos me salvaron en combate. Paralizaron a mis enemigos y eso mismo voy a hacer yo contigo¡±, amenaza el teniente recordando una batalla en la que particip¨®. Es decir, el juego s¨ª reconoce que hubo un conflicto que precis¨® de intervenci¨®n militar, prendiendo la llama de una de las teor¨ªas m¨¢s conocidas de estos juegos. Y como detalle, aunque suele obviarse, el teniente y l¨ªder de gimnasio procede de Teselia (como se confirma en quinta generaci¨®n). Es posible que esta ¨²ltima fuera aliada de Kanto y enviara a sus mejores hombres como refuerzo. Tampoco parece casual que su gimnasio est¨¦ ubicado en Ciudad Carm¨ªn, lo que le otorga control sobre el ¨²nico puerto de toda la regi¨®n, pero esta ubicaci¨®n cobra m¨¢s protagonismo si cabe en futuros p¨¢rrafos.
Las teor¨ªas, por lo tanto, m¨¢s que indagar en si hubo una guerra o no, tratan de concretar cu¨¢les fueron los motivos y qui¨¦n fue el contrincante de Kanto. El hecho de que Johto sea un terreno colindante da que pensar. Quiz¨¢ una regi¨®n basada en la tradici¨®n y evidentemente anclada en tiempos pret¨¦ritos, al ver que Kanto crec¨ªa y se modernizaba para acaparar todos los ingresos e inversiones, declar¨® la guerra a la regi¨®n vecina. O puede que la tierra en la que transcurre la segunda generaci¨®n no fuera quien iniciara la refriega, sino la propia Kanto. Se trata de una regi¨®n en constante expansi¨®n, con ciudades creciendo a un ritmo dif¨ªcil de soportar para un territorio modesto y limitado. La necesidad y la ambici¨®n de aumentar el territorio disponible ha motivado m¨²ltiples campa?as militares en la vida real; qui¨¦n sabe si tambi¨¦n el conflicto que involucr¨® a LT. Surge.
Por supuesto, la precaria y tradicional Johto no tuvo opci¨®n contra la potencia de Kanto. Su ventaja armament¨ªstica bien pudo concretarse en una de las armas m¨¢s poderosas del mundo Pok¨¦mon. Hablamos de Mewtwo, un clon de Mew que se cre¨® con la intenci¨®n de mejorar al original y dise?ar al ser m¨¢s poderoso de todos. Su fuerza destructiva es de sobra conocida, aunque los detalles m¨¢s cruentos a ese respecto se concentran en el ¨¢mbito de la animaci¨®n. Adem¨¢s de simbolizar el castigo que implica que el ser humano invierta su conocimiento en fines perversos, idea que encarna el retirado investigador Fuji, Mewtwo es una aut¨¦ntica bomba de relojer¨ªa. Y es bien sabido que la guerra y el desarrollo tecnol¨®gico van de la mano, puede que tambi¨¦n en el caso de Mewtwo. En el caso de que el Pok¨¦mon legendario fuera la respuesta definitiva de Kanto a la guerra, Johto no tendr¨ªa m¨¢s alternativa que rendirse.
Es dif¨ªcil hablar de victoria para ninguno de los dos bandos cuando estos quedaron destrozados. De ah¨ª que haya zonas en construcci¨®n en ambos emplazamientos. Lo m¨¢s probable es que Mewtwo, inestable y col¨¦rico, se descontrolara. Esto explicar¨ªa por qu¨¦ la misi¨®n ¨²ltima de Rojo, una vez coronado como el campe¨®n de la liga y con la corona del entrenador m¨¢s fuerte de todos, consiste en capturar a la feroz criatura. Un desaf¨ªo legendario para un entrenador al que dicho adjetivo no le viene grande. Precisamente, la Liga Pok¨¦mon desempe?¨® un rol fundamental en toda esta historia. Finalizada la guerra, Kanto cre¨® una instituci¨®n de defensa en plena frontera con los mejores entrenadores de la regi¨®n y cuyo cometido es defender el territorio de un posible contraataque.
El hecho de que no podamos ir de una regi¨®n a otra durante la primera generaci¨®n invita a pensar que la tensi¨®n entre bandos todav¨ªa estaba vigente. Sin embargo, entre el final de Rojo y Azul y lo sucedido en Oro y Plata se firm¨® la paz. Ya no hay problema alguno para viajar entre territorios y la liga, anta?o concebida como un basti¨®n defensivo, se convierte en el s¨ªmbolo de dicha paz. Mento y Karen, dos entrenadores de Johto, se incorporaron a tan selecto conglomerado para apaciguar los ¨¢nimos y representar el final del conflicto. Tal es la sinton¨ªa posterior que incluso se construye el Magnetotr¨¦n para facilitar la conexi¨®n entre regiones. Este medio de transporte, adem¨¢s, representa la apertura al futuro por parte de Johto, que empieza a valerse de la tecnolog¨ªa para facilitar la vida de sus ciudadanos. Toda Ciudad Trigal simboliza esta idea, ya que es el epicentro de la nueva Johto, una dispuesta a abrazar la modernidad. Incluso es posible que fuera la propia Kanto quien facilitara dicho progreso cediendo parte de su tecnolog¨ªa. Tampoco parece fruto del azar el hecho de que visitemos Johto despu¨¦s de Kanto, puesto que la primera, m¨¢s d¨¦bil y afectada por la guerra, necesit¨® m¨¢s tiempo para restaurarse.
La pok¨¦guerra mundial
La teor¨ªa, aunque eminentemente especulativa como tal, resulta bastante interesante e indaga en los peque?os detalles que filtran los juegos originales. Pero, como hemos comentado al principio, no es la ¨²nica versi¨®n que hay sobre el conflicto de Kanto. Otras teor¨ªas exploran la posibilidad de que Kanto, Johto, Hoenn y Sinnoh, representaciones de Jap¨®n en el mundo Pok¨¦mon, tambi¨¦n estuvieran implicadas. Bien como rivales, bien como aliadas ante una amenaza externa. Las dos primeras son colindantes y comparten numeraci¨®n de las rutas. Las restantes tambi¨¦n dan una idea de continuidad, aunque empezando por la ruta 101 y la 201 para incidir en la distancia que las separa de Kanto y Johto. Que estas cuatro regiones est¨¢n basadas en Jap¨®n no es ning¨²n secreto, pero el pa¨ªs del sol naciente no es el ¨²nico territorio real en el que se inspiran las regiones de Pok¨¦mon.?
Teselia imita a Estados Unidos, mientras que Alola se centra en uno de sus estados: Haw¨¢i. La segunda interpretaci¨®n de la guerra incluye a todas las regiones y establece un m¨¢s que obvio paralelismo entre la plausible lid de Pok¨¦mon y la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto m¨¢s cruento de todos los tiempos, Estados Unidos y Jap¨®n, en aquel entonces imperio y parte del eje junto a la Alemania nazi y la Italia fascista, intercambiaron golpes. Esta teor¨ªa plantea algo similar, aunque con un papel menor de la ideolog¨ªa en el conflicto entre potencias. Alola, como Haw¨¢i, sirvi¨® como punto estrat¨¦gico para atacar Kanto (Jap¨®n). La ofensiva por mar y la necesidad de controlar al enemigo derrotado explicar¨ªa por qu¨¦ el teniente Surge, original de Teselia, acaba residiendo en la ¨²nica ciudad de Kanto con un puerto. La conexi¨®n mar¨ªtima entre territorios existe, como muestra la triste despedida de Lylia en Sol y Luna.
El papel de la regi¨®n restante, Kalos, tambi¨¦n coincide con el de Francia en la Segunda Guerra Mundial. A saber, el pa¨ªs en el que transcurre la sexta generaci¨®n form¨® parte de los aliados y uni¨® fuerzas con Teselia y Alola. La conexi¨®n entre estas zonas se limita a peque?os detalles a lo largo de X e Y, destacando entre todos ellos las estatuas de Reshiram y Zekrom que custodian el jard¨ªn del Palacio C¨¦nit. Es probable que su rol en el conflicto no fuera tan destacado como el de Teselia y Alola porque Kalos estaba ocupada por alg¨²n simpatizante de Kanto. Siguiendo con el paralelismo entre aliados y potencias del eje que protagonizaron la Segunda Guerra Mundial, el segundo grupo solo est¨¢ representado por el territorio pok¨¦japon¨¦s que conforman las cuatro primeras regiones. No es la primera vez que se especula con una zona basada en Italia (o al menos en pa¨ªses mediterr¨¢neos), e incluso puede que se explore una versi¨®n de Alemania en futuras ediciones. En cualquier caso, no hay demasiadas explicaciones sobre por qu¨¦ su papel en esta teor¨ªa es de mero aliado. Lo ¨²nico claro es que, de haberse producido tal conflicto, Kalos luchar¨ªa junto a Teselia.
La causa de esta batalla no aparece ni siquiera en forma de sutil referencia a lo largo de ninguno de los juegos. Quiz¨¢, puestos a estirar el chicle de la comparaci¨®n con la Segunda Guerra Mundial, pudiera haber ocurrido algo similar a los sucesos de Pearl Harbor, una base naval de Haw¨¢i que fue atacada por el ej¨¦rcito nip¨®n. De hecho, la isla Melemele de Alola se basa en Oahu, formaci¨®n insular hawaiana en la que se halla el puerto natural de Pearl Harbor. La importancia del mar en toda esta teor¨ªa y el valor estrat¨¦gico de Alola refuerzan esta posibilidad, aunque es el ¨²nico punto de esta especulaci¨®n sin ninguna referencia en los juegos. Nada clarifica qu¨¦ impulsar¨ªa a Kanto a atacar Alola o a rivalizar con la lejana Teselia.
Una teor¨ªa con futuro
El misterio sobre la guerra Pok¨¦mon y el papel que Kanto y el resto de regiones desempe?aron en ella ha dado y dar¨¢ que pensar en la comunidad de fans. Y m¨¢s con un lore como el de Pok¨¦mon, que se construye a posteriori. Conforme pasan las generaciones, Game Freak invierte m¨¢s recursos en conectar las distintas regiones y dar coherencia y cohesi¨®n a su creaci¨®n. Precisamente por eso, es posible que la octava generaci¨®n depare m¨¢s elementos que refuercen una u otra versi¨®n sobre esta lid, con bastante menos protagonismo en los juegos que la que relata AZ en X e Y. Tampoco descartamos que Pok¨¦mon Let¡¯s Go Pikachu! y Let¡¯s Go Eevee! proporcionen alg¨²n detalle m¨¢s en su particular revisi¨®n de Kanto.