Los Pilares de la Tierra, An¨¢lisis

Guillermo el Conquistador figura como un rey pacificador en el Tapiz de Bayeux, un bordado tejido entre los a?os 1066 y 1082 ¡°para ser expuesto el d¨ªa de la consagraci¨®n de la catedral de la ciudad ¡±, explican nuestros compa?eros de El Pa¨ªs. La tela cumple, en parte, una funci¨®n propagand¨ªstica en favor de la reconciliaci¨®n entre dos pueblos, el normando y el brit¨¢nico. No en vano, ¡°Guillermo conserv¨® las tradiciones inglesas, mantuvo en los cargos a quienes los ostentaban y prometi¨® aprender su nueva lengua¡±. El tapiz, por supuesto, oculta las partes de la historia m¨¢s cruentas y edulcora otros episodios perpetrados por el nuevo monarca.

La cuesti¨®n de la sucesi¨®n en tiempos medievales siempre ha sido espinosa. Entre luchas fratricidas y complots nobiliarios, la corona pasaba de una cabeza a otra, siempre dependiente de la balanza de lealtades y de los caprichos del poder. Seg¨²n la BBC, ¡°Esteban usurp¨® el trono de Inglaterra a Matilda en 1135, pero fracas¨® a la hora de consolidar su poder¡±. Esteban de Blois, nieto de Guillermo, rein¨® en la Inglaterra del siglo XII durante una ¨¦poca convulsa conocida como La Anarqu¨ªa. La guerra civil se precipit¨® con la muerte del hijo leg¨ªtimo del rey Enrique I, lo que abri¨® una profunda herida que se agudiz¨® con el ascenso al trono de Esteban.

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Construyendo una catedral

La historia de Los Pilares de la Tierra, el trabajo cumbre del escritor brit¨¢nico Ken Follett, se desarrolla en ese per¨ªodo turbulento. Hechos reales y ficticios se funden en una novela que se articula en torno a la construcci¨®n de una catedral en la localidad ficticia de Kingsbridge. Sin embargo, llevar a buen puerto una obra arquitect¨®nica de tal calibre no es asunto balad¨ª. Para empezar, con el cambio de soberano, algunos arist¨®cratas han ca¨ªdo en desgracia y otros se han alzado con luz propia. Como no pod¨ªa ser de otra manera, no todos est¨¢n dispuestos a que el trabajo prospere, m¨¢s bien todo lo contrario. El nuevo conde de Shiring decide atacar la cantera en la que los obreros extraen la roca para sabotear su trabajo. Por si eso no fuera poco, en el seno del clero, las ambiciones personales de algunos eclesi¨¢sticos chocan con los planes de los m¨¢s piadosos. En esa posici¨®n se encuentra el taimado obispo Waleran, que prioriza la construcci¨®n de su lujoso palacio episcopal mientras urde planes para acabar con la catedral.

Aunque el libro ofrece pinceladas detalladas sobre las t¨¦cnicas y los estilos arquitect¨®nicos del momento, as¨ª como de la evoluci¨®n t¨¦cnica y est¨¦tica que se dio a lo largo de los a?os¡ªel trabajo se prolongaba durante d¨¦cadas¡ª, Los Pilares de la Tierra es, ante todo, una historia de personajes. El lector observa el discurrir de los hechos a trav¨¦s de los ojos de individuos de todas las clases sociales, algo que funciona especialmente bien en su adaptaci¨®n al videojuego. Daedalic Entertainment, estudio creador de la serie Deponia, ha dise?ado una aventura gr¨¢fica point and click muy centrada en la narrativa.

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Desde hace unos a?os, el g¨¦nero ha tomado caminos diversos. Life is Strange, Detroit: Become Human o el conjunto de videojuegos de Telltale Games han abierto nuevas sendas para evolucionar la aventura gr¨¢fica. En el caso de Los Pilares de la Tierra, Daedalic ha optado por mezclar lo tradicional con lo nuevo. As¨ª, el modo de interactuar con la interfaz y los controles resulta familiar, pero se han a?adido elementos modernos como la posibilidad de encarar algunas decisiones en los di¨¢logos. Por otra parte, el puzle, crucial en el g¨¦nero, ha quedado en segundo plano. No es que no haya peque?os enigmas o alg¨²n instante de reflexi¨®n, pero la mayor¨ªa de rompecabezas no est¨¢n pensados, valga la redundancia, para que el jugador se rompa el seso. La jugabilidad es dependiente de la historia y no al rev¨¦s.

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El argumento de Los Pilares de la Tierra arranca con Tom Builder y su familia atravesando el bosque. El motivo del viaje no es otro que el de buscar trabajo, ya que ha perdido su puesto de maestro constructor debido a la situaci¨®n de inestabilidad que se vive con el nuevo rey. ?Su sue?o? Construir una catedral. Aunque el camino es largo y contempla numerosos peligros y desdichas, el guion se va hilando al calor de personajes como el bondadoso prior Phillip, Jack, Aliena, Alfred y otros tantos protagonistas inolvidables. Las vivencias de estos personajes se entreveran en una narraci¨®n que se mantiene fiel al texto de Follett, aunque a veces le falta un poco de ritmo y puede hacerse algo pesada. 

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Los l¨ªmites entre g¨¦neros no est¨¢n siempre claros. Ocurre en las pel¨ªculas y en los libros. A veces uno no sabe d¨®nde catalogar una obra. A riesgo de colocar etiquetas injustas, esta adaptaci¨®n es una combinaci¨®n entre aventura gr¨¢fica cl¨¢sica y narrativa. Es un producto que busca contar una historia y que el jugador se introduzca en la piel no de un ¨²nico protagonista, sino de varios. Personajes que manejas, pueden compartir una misma escena. Por ejemplo, en un momento del viaje, dos personajes se sientan bajo la sombra de un ¨¢rbol. Protegidos del sol y en un contexto rom¨¢ntico, se inicia una conversaci¨®n. Lo curioso es que puedes seleccionar di¨¢logos de los dos personajes y ordenar el intercambio de frases a tu gusto.

Cualquiera que haya le¨ªdo Los Pilares de la Tierra sabe que Alfred es un personaje odioso. Es mezquino, envidioso y cruel, muy a pesar de ser el hijo de Tom Builder, un personaje de car¨¢cter muy afable. Desde que conoce al peque?o Jack, tal vez por celos, Alfred le hace la vida imposible. No obstante, el ni?o es mucho m¨¢s inteligente y h¨¢bil que su retorcido hermanastro. Nombramos a estos personajes para reflejar una de las acciones que pueden modificar peque?as partes del argumento. Jack ha crecido y ahora es aprendiz de constructor. Alfred, por otra parte, ya ha alcanzado el grado de maestro. Lo que no ha cambiado es que ambos se siguen peleando con la misma intensidad. Tenemos la opci¨®n de hacer enfadar m¨¢s a¨²n al chico. ?Escribimos un mensaje contra Alfred o lo dejamos pasar? Si lo hacemos, quiz¨¢ la situaci¨®n empeore...

Daedalic se ha decantado por un modelo epis¨®dico que sobrepasa en dimensiones a casi cualquier juego que se haya lanzado en este formato. Cada uno de sus tres episodios, Libros, como los han denominado, tiene entidad de videojuego completo. Si bien las aventuras gr¨¢ficas tienden a durar pocas horas, el hecho de que la novela de Ken Follett sea tan larga y cuente con tantos personajes es la excusa perfecta para elegir este modelo. Con sus licencias, el estudio alem¨¢n ha sabido trasladar toda la esencia de la novela, y gracias a su magn¨ªfico apartado visual, Kingsbridge y sus habitantes cobran vida.