Pok¨¦mon Let¡¯s Go: La l¨®gica de volver a la regi¨®n de Kanto

Pok¨¦mon: Let¡¯s Go, Pikachu! y Let¡¯s Go, Eevee! ya son una realidad. La noche ha sido agitada, con una conferencia de la que no ten¨ªamos conocimiento previo, pero que ha resultado ser el nacimiento de unas entregas intermedias entre la experiencia Pok¨¦mon GO y una nueva generaci¨®n de Pok¨¦mon que llegar¨¢ a finales de 2019.

La llegada de la franquicia a Nintendo Switch es un hecho confirmado por la propia The Pok¨¦mon Company desde el E3 2017, donde Tsunekazu Ishihara aclar¨® que Game Freak estaba detr¨¢s de una entrega ¡°RPG¡± cl¨¢sica para esta consola. Poco m¨¢s supimos, pero con lo visto hoy podemos hacer una lectura del porqu¨¦ de esta decisi¨®n. Del porqu¨¦ de volver a la regi¨®n de Kanto.

El sentimiento Pok¨¦mon es universal y, en mayor o menor medida, todos hemos pasado por Kanto. El sitio donde todo nace, donde todo comenz¨® hace m¨¢s de veinte a?os, es quiz¨¢ el lugar adecuado al que deb¨ªa volver la franquicia para entender adecuadamente el camino por el que debe dirigirse a partir de ahora.

Un d¨¦j¨¤ vu en la mente de Masuda

Junichi Masuda, compositor y productor de numerosas entregas de la serie principal, ha reconocido haber estado meses pensando en sus viajes internacionales el rumbo que deb¨ªan tomar generaciones como la IV, V o la VII. Especialmente la cuarta le dio dolores de cabeza por el cambio de plataforma: por primera vez una consola port¨¢til de doble pantalla y una oleada ingente de nuevos jugadores.

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Esta situaci¨®n se repite ahora con Nintendo Switch, una consola h¨ªbrida que cumple el sue?o de muchos (y de ellos mismos) de trasladar la esencia original a un entorno dom¨¦stico sin perder la esencia de los ¡°Pocket Monsters¡±, con todo lo que conlleva a nivel de comunicaci¨®n e intercambio. Ese lenguaje no verbal no se pierde con esta plataforma, abriendo quiz¨¢ m¨¢s posibilidades de las que han tenido nunca incluso en el segmento de edad al que ir¨¢n dirigidas.

Esta consola est¨¢ mayoritariamente comprada por un p¨²blico de entre 16 y 35 a?os, es decir, gente que seguramente vivi¨® los inicios de la saga, los que la dejaron en el camino y los que la descubrieron m¨¢s recientemente. Esta vez no hay que convencer a un espectro con diez a?os de diferencia sino de m¨¢s de veinte. ?C¨®mo hacerlo? El enfoque art¨ªstico y jugable tan simple y directo a la vez que cooperativo de Let¡¯s Go disipa todo tipo de dudas. No habr¨¢ combates aleatorios, solo contra entrenadores; ¨²nicamente las 151 especies originales; lanzamiento de Pok¨¦ Ball haciendo uso del giroscopio; control con un solo Joy-Con¡­

Quiz¨¢ haya que volver a casa y preguntar: Kanto

Kanto es un lugar especial. En Pueblo Paleta todos nos planteamos muchas preguntas all¨¢ por 1999 en Espa?a, luego en Oro/Plata/Cristal, tambi¨¦n en los remakes para GBA en 2004 y la ¨²ltima visita en los remakes de Oro y Plata en 2009. Cuatro visitas que no han sido suficientes para abarcar todo lo que suponen en realidad las aventuras de la Generaci¨®n I y II, historias enlazadas entre s¨ª y que cierran un c¨ªrculo con la batalla final entre Rojo y Oro. ?Es acaso ese el final? Ni mucho menos.

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Plantear una reinterpretaci¨®n de Pok¨¦mon Amarillo ambientado en una renovada Kanto suena seductor. Lo es porque al igual que los que vivimos esa decisi¨®n de elegir Bulbasaur, Squirtle o Charmander (Pikachu en caso de Amarillo), lo hicieron millones de usuarios m¨¢s en ¨¦pocas posteriores. Ese conocimiento compartido da comodidad a Game Freak para acertar el tiro en el espectro m¨¢s joven, el medianamente veterano y el que ahora es inevitablemente adulto que no quiere complicaciones mec¨¢nicas: solo interiorizar el lema ¡°Hazte con todos¡±.

Las circunstancias son in¨¦ditas, como si se comenzase de cero. As¨ª pues, ?por qu¨¦ no volver a casa? Kanto no dio respuesta a todas nuestras dudas; al igual que en un examen en la escuela, es probable que haya que leer de nuevo la pregunta, prometer al Profesor Oak la investigaci¨®n de los primeros registros de la Pok¨¦dex y coronarnos en la Meseta A?il. Es el camino que se debe seguir para las m¨¢s que evidentes futuras entregas que llegar¨¢n a esta plataforma a partir de 2019. Porque Nintendo no puede vivir sin Pok¨¦mon en plena salud.

Kanto es, por ende, la bomba de ox¨ªgeno que necesita la saga para encarar una octava generaci¨®n. Amarillo es el color que se vislumbra, esta vez con Pikachu y Eevee. 

El mensaje de Sol y Luna: Alola nos estaba avisando

Solo hace falta fijarse en Alola all¨¢ por 2016, una regi¨®n diferente que rompi¨® con todo lo visto hasta la fecha al plantear un archipi¨¦lago sin gimnasios, alejado geogr¨¢ficamente del resto de territorios de la saga principal y con un claro ¨¦nfasis en las primeras generaciones a trav¨¦s de las Formas Alola; referencias incansables a Kanto; las apariciones de Rojo y Azul que provocaron m¨¢s de un nudo en la garganta; o tambi¨¦n el propio argumento de la aventura, que nos despide con una Lylia march¨¢ndose¡­ a Kanto.

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No es casualidad. Ella quiere ser entrenadora y su viaje comenzar¨¢ donde lo hizo la propia Game Freak. Es por ende comprensible que exista esta correlaci¨®n entre Pok¨¦mon: Let¡¯s Go, Pikachu! y Let¡¯s Go, Eevee!, planteado esta vez desde los dos puntos de vista de la relaci¨®n antit¨¦tica entre Rojo y Azul. Ahora el v¨ªnculo no ser¨¢ solo con el rat¨®n el¨¦ctrico, tambi¨¦n la criatura del nombre pal¨ªndromo.

Una nueva forma de contar esa rivalidad

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Hasta ahora siempre se ha relatado el cuento en la vista de Rojo con Pikachu; ?por qu¨¦ no hacerlo tambi¨¦n desde la equivalencia de Azul con Eevee? El regreso de Giovanni y el Team Rocket, la Central de Energ¨ªa o las papeleras del gimnasio de Ciudad Carm¨ªn, vistas con otra perspectiva. Convocar de nuevo ese concierto, pero con nuevos compositores. El manga ha hecho en m¨¢s de una ocasi¨®n un acercamiento a esa interpretaci¨®n equilibrada de la rivalidad, sin dar m¨¢s peso de la cuenta a ninguna de las dos partes. Donde ni uno es el bueno ni el otro es el malo. Las filias y fobias de Azul ¨Cde lejos el mejor rival de la franquicia¨C demuestran una tenacidad inusual tambi¨¦n algo lac¨®nica. Sus decisiones no son en balde: es hora de explicar por qu¨¦. Al final, sigue siendo el muchacho m¨¢s talentoso de Kanto. Por supuesto, esta vez tendremos la opci¨®n de elegir personaje masculino y femenino.

La inevitable conexi¨®n con Pok¨¦mon GO

Se hab¨ªa hablado mucho de una conexi¨®n con Pok¨¦mon GO, algo l¨®gico teniendo en cuenta que se trata de una aplicaci¨®n con m¨¢s de 750 millones de descargas. Y as¨ª es. Tanto si disponemos de Pok¨¦ Ball Plus como si no, podremos interactuar con el exitoso t¨ªtulo de smartphones al poderse transferir criaturas de la primera generaci¨®n. El t¨ªtulo de Niantic, un extraordinario experimento, fue una llama que poco a poco se fue apagando, pero ahora estamos ante una reavivaci¨®n de tanto la serie principal como de la app de iOS y Android. Unos recuperar¨ªan su posiblemente desinstalada aplicaci¨®n; otros pedir¨¢n en Navidad una Nintendo Switch. El juego elegido lo podemos imaginar. Solo as¨ª se cumplir¨¢ el objetivo de Kimishima de vender 20 millones de consolas m¨¢s antes de marzo de 2019; solo as¨ª se seguir¨¢n batiendo r¨¦cords de facturaci¨®n en TPC.

La l¨®gica de volver a la regi¨®n de Kanto como en Amarillo es mayor que en la de Rojo y Verde porque eso ya se hizo en GBA. Adem¨¢s, el pr¨®ximo mes de septiembre se cumplir¨¢n veinte a?os de la salida de Amarillo, el t¨ªtulo que populariz¨® globalmente la figura de Pikachu, que impuls¨® la serie de animaci¨®n y que tambi¨¦n dignific¨® la figura de Eevee como pilar de la evoluci¨®n.

Controlar a otros j¨®venes que asumir¨¢n ahora el protagonismo de Rojo y Azul no ser¨ªa sino una reflexi¨®n de la propia vida, del concepto de evoluci¨®n; el anticipo del enfrentamiento entre las nuevas generaciones que toman el relevo de las que en su d¨ªa glorificamos: dar descanso a lo antiguo para dejar sitio a lo nuevo. Que el aprendiz supere al maestro. Y as¨ª sucesivamente.

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Pronto sabremos c¨®mo contin¨²a la historia. Ya sabemos d¨®nde, Nintendo Switch, tambi¨¦n el cu¨¢ndo, 16 de noviembre. La octava generaci¨®n puede esperar.