Uno de los ¨¦xitos de la compa?¨ªa de Redmond durante la pasada generaci¨®n fue el soporte y apoyo de aquellos estudios peque?os bajo el programa Xbox Live Arcade. En ¨¦l, y como muchos bien recordareis, nombres como Super Meat Boy, Braid o Limbo (entre otros) fueron sus principales valedores en un tramo de generaci¨®n en la que la etiqueta ¡°indie¡± a¨²n no ten¨ªa la popularidad que atesora hoy d¨ªa. Meses antes de la llegada de la sucesora de Xbox 360, Undead Labs, junto a la tutela de Microsoft Studios, nos sorprendi¨® con la llegada de uno de los t¨ªtulos m¨¢s ambiciosos de esta parcela . En una ¨¦poca donde el contexto apocal¨ªptico zombi estaba de moda, m¨¢xime con todas las propuestas multijugador que llegaron (?alguien recuerda Day Z? ), State of Decay planteaba ciertos cambios a la corriente principal. Desech¨® por completo cualquier atisbo de funcionalidades en l¨ªnea para centrarse en la gesti¨®n de una comunidad de supervivientes, introduciendo elementos roleros? y mec¨¢nicas como la muerte permanente que aportaban matices al conjunto. Pese a que apuntara alto en su propuesta, a los mandos era m¨¢s que evidente el tipo de producci¨®n que se trataba. Eso s¨ª, el potencial era considerable en vistas de una futura continuaci¨®n. La divisi¨®n Xbox conoc¨ªa la favorable repercusi¨®n que caus¨® entre su p¨²blico, por lo que una generaci¨®n despu¨¦s nos encontramos aqu¨ª, tras haber sobrevivido una considerable cantidad de horas a la secuela m¨¢s esperada entre sus seguidores.
Apocalipsis Zombi, a?o 2
Poco menos de cinco a?os separan sendos t¨ªtulos, tiempo suficiente para que el estudio haya podido enmendar sus errores y potenciar sus virtudes. Toda la pirot¨¦cnica alrededor de la secuela es completamente opuesta a la sobriedad del original. Si bien lleg¨® casi desapercibido a Xbox 360 y Steam, State of Decay 2 aterriza como una de las principales bazas de Xbox para esta primera mitad del a?o. Nada m¨¢s comenzar, tendremos a nuestra disposici¨®n hasta cuatro parejas diferentes. Cada una de ellas cuentan con su propio trasfondo, estad¨ªsticas y ventajas que asentar¨¢n nuestro campamento en las horas iniciales. El inicio del juego cambiar¨¢ muy levemente seg¨²n nuestra elecci¨®n; tan solo variar¨¢n algunos personajes que conoceremos a lo largo del tutorial y que nos acompa?ar¨¢n a la hora de formar el primer asentamiento. A los mandos tenemos una sensaci¨®n familiar. La mentalidad de juego, al igual que las acciones, no han cambiado en absoluto, ni siquiera el esquema de control ha sufrido grandes modificaciones. De la misma forma ocurre con el inventario. Seguimos pudiendo portar un arma cuerpo a cuerpo, una de fuego y diversos utensilios arrojadizos. El n¨²mero de objetos que llevemos en un mismo momento se ver¨¢ influenciado por dos factores: el peso total de lo que tengamos a nuestra espalda y la capacidad de nuestra mochila. Ahora contaremos con un peque?o n¨²mero de casillas adicionales a modo de bolsillos donde colocar m¨¢s objetos al mismo momento, siendo ampliable a trav¨¦s de la estad¨ªstica relacionada. Llevar sobrepeso afectar¨¢ a nuestra energ¨ªa, al igual que llevar encima de la mochila un saco de suministros. Debemos gestionar muy bien nuestros movimientos para poder sobrevivir al d¨ªa de ma?ana.
Esa primera media hora de tutorial comienza a ser reveladora. La situaci¨®n del mundo de State of Decay sigue igual de decadente desde nuestra primera incursi¨®n. Las fuerzas del orden han sido doblegadas ante la epidemia zombi. Aquellos humanos que a¨²n permanecen con la esperanza de sobrevivir, se api?an entre s¨ª, creando reductos civilizados¡ o no tanto. Un grupo en especial, llamado Red Talon, surge entre todos para ser la voz de los desesperados. Su fama no es que sea la mejor. Los rumores hablan de ciertas malas pr¨¢cticas con algunos asentamientos que han sufrido su paso. Es normal. Desconfiar de quien ofrece su ayuda es l¨®gico teniendo en cuenta las alima?as que buscan aprovecharse del d¨¦bil, sobre todo si hablamos de un grupo formado principalmente por ex-militares. Sin embargo, este oscuro pasado se queda ¨²nicamente como tel¨®n de fondo. La relaci¨®n con Red Talon ser¨¢ a trav¨¦s de la radio. Previo al t¨¦rmino del tutorial, se nos advertir¨¢ del lugar donde queremos comenzar nuestra nueva vida. La principal novedad con la que cuenta State of Decay 2 reside en la disposici¨®n de tres mapas de tem¨¢tica diferente: Cascade Hills, Drucker County y Meagher Valley . El tr¨ªo, a grandes rasgos, plantea un tama?o peque?o, m¨¢s que el mapa de su antecesor, aunque el primer nombrado es el que m¨¢s zonas permite visitar en comparaci¨®n con sus compa?eros. No hay que preocuparse en ning¨²n momento por no haber elegido otro escenario. M¨¢s tarde ahondaremos en las posibilidades del juego para cambiar entre uno y otro.
Tras llegar, es hora de refugiarnos en el que se convertir¨¢ en nuestro primer hogar. En un primer momento se nos guiar¨¢ autom¨¢ticamente hasta la base b¨¢sica, emplazamiento nutrido de todas las comodidades necesarias para un grupo de cuatro personas. Los principales cambios a nivel ¡®comunidad¡¯ se encuentra en las categor¨ªa de los personajes. Como todos sabr¨¦is, State of Decay no nos exige mantenernos en un ¨²nico superviviente, sino que iremos rotando seg¨²n las necesidades y situaci¨®n del d¨ªa a la que nos enfrentemos. Ahora, la fama se ha sustituido por tres niveles de reputaci¨®n que marcar¨¢n el estatus de los integrantes dentro del grupo. Pasar de ¡°residente¡± a ¡°ciudadano¡± solo conlleva un par de acciones favorables, pero de este a ¡°h¨¦roe¡± llevar¨¢ m¨¢s tiempo. Los grupos se han redise?ado para que podamos poner al frente a un l¨ªder que ofrezca diferentes ventajas pasivas y marque el comp¨¢s del contenido endgame. Todo superviviente que se haya convertido en ¡°h¨¦roe¡± podr¨¢ ser seleccionado para desempe?ar este rol. Existen diferentes tipos de liderazgo. Desde Sheriff, pasando por Constructor, Mercader, Se?or de la Guerra, etc¨¦tera. Adem¨¢s de las ventajas pasivas, tambi¨¦n facilitar¨¢ la expansi¨®n de edificaciones especiales a su m¨¢ximo rango, mejorando as¨ª sus bonificaciones y reduciendo el coste de los recursos.
Por contra, la gesti¨®n de los emplazamientos no ha sufrido modificaciones trascendentales. Se han a?adido peque?as diferencias a la hora de obtener recursos b¨¢sicos, como el agua, pero la mayor¨ªa de edificios principales tienen la misma funci¨®n que anta?o. Cuanto m¨¢s coloquemos, m¨¢s alertaremos a las hordas (sobre todo si atendemos a las peticiones que requieran fuentes de energ¨ªa), as¨ª que tendremos que encontrar un balance entre edificaciones de defensa, generaci¨®n de recursos y suministros b¨¢sicos para atender a las comodidades b¨¢sicas.
Un nuevo d¨ªa en la oficina
Tras estos a?os de desarrollo, era l¨®gico vaticinar mayores cambios en la f¨®rmula, sobre todo dado el tratamiento que se le ha dado tras su ¨¦xito en Xbox 360. Lo cierto es que no ha ocurrido as¨ª. En vez de plantear nuevas mec¨¢nicas de peso, parece que han decidido seguir una l¨ªnea extremadamente continu¨ªsta. No es algo malo per se, pero en algunas facetas se ha tendido a la simplificaci¨®n. Es el caso de la historia principal. En el original segu¨ªamos un peque?o hilo argumental que ayudaba a ir descubriendo el mundo que nos rodea de poco en poco, concluyendo as¨ª con la trama y permitiendo al jugador seguir disfrutando de su comunidad independientemente de lo que hayamos visto por exigencias de gui¨®n. En la secuela, Undead Labs ha descartado continuar este concepto cl¨¢sico para plantear un desarrollo simplista, m¨¢s cercano a un t¨ªtulo de fuerte car¨¢cter ¡°arcade¡± en el que las metas est¨¢n delimitadas por el usuario.
Claro, en cierto modo la decisi¨®n puede ser comprensible. El estudio quiere que plantear un esquema adictivo y variado en el que seguir enganchados horas y horas, mejorando as¨ª el plano rejugable, aunque tambi¨¦n conlleva sus riesgos. Seguir un gui¨®n establecido ayudaba a empatizar con aquellos que nos acompa?an en la comuna. Volviendo a la p¨¦rdida argumental, fuera de los di¨¢logos principales no pod¨ªamos profundizar todo lo que querr¨ªamos en ellos, pero al menos esos momentos guiados te permit¨ªan conectar hacia aquellos que intentas salvar del peligro exterior. Aqu¨ª no viviremos nada de eso. Las l¨ªneas de di¨¢logo triviales, carentes de toda complejidad, ser¨¢n bastante habituales.Nuestro objetivo , adem¨¢s de sobrevivir, ser¨¢ acabar con los g¨¦rmenes de la Plaga de Sangre que habitan por toda la zona. Los corazones de la Plaga provocan la evoluci¨®n de los zombis normales en ¡°zombis de sangre¡±, una mutaci¨®n que cambia su semblante por tintes rojizos y deformaciones en la piel. Su comportamiento se vuelve m¨¢s agresivo frente al que no est¨¢ afectado. Al comienzo de la aventura, se nos comunica la gran amenaza que supone enfrentarse a un coraz¨®n si no se est¨¢ preparado adecuadamente. Combatir contra estos espec¨ªmenes expondr¨¢ ante la enfermedad al personaje que controlemos en esos momentos. A trav¨¦s de una barra de temperatura conoceremos de primera mano el grado de intensidad al que ha llegado a su cuerpo. De ser alto, el superviviente enfermar¨¢, teniendo que volver a la base para poder fabricar y tomar la cura antes de que sea demasiado tarde.
Como veis, State of Decay 2 propone una serie de mec¨¢nicas que, de ejecutarse correctamente, crear¨ªan un conjunto s¨®lido, desafiante y diferente al resto de propuestas que habitan el mercado. Por poner un ejemplo, se nos advierte del aprendizaje de los corazones a medida que vamos acabando con ellos, volviendo sus defensas m¨¢s f¨¦rreas. Esto no ocurre con la misma intensidad que el mensaje parece transmitir , y es que los cambios son nimios respecto a la imagen que hab¨ªamos proyectado en nuestra cabeza. Tampoco ayuda el hecho de que, quitando la ¡°nueva imagen¡± de las hordas, el resto de zombis, incluidos los especiales, son id¨¦nticos a los que vivimos en la primera entrega. Da la sensaci¨®n, al igual que en el anterior, de que el peligro de la mayor¨ªa de amenazas se encuentran sobre el papel en vez que en la pr¨¢ctica. Sobrevivir en su mundo no es tan asfixiante como se nos dice en un primer momento. La cantidad de recursos a nuestro alcance, las ayudas por radio y el n¨²mero de veh¨ªculos disponibles para su conducci¨®n es tal que, si ya has vivido la experiencia previamente, te sentir¨¢s como pez en el agua. El primero viv¨ªa mucho de la sorpresa. Poco a poco ibas desenvolviendo cada uno de los aspectos, comprendiendo como funcionan y aprovech¨¢ndote de las concesiones que facilitaba. Si en su d¨ªa el esquema lo rompimos en entre doce o quince horas, aqu¨ª tan solo necesitamos media hora para poner en pr¨¢ctica todos los trucos que aprendimos en 2013.
El legado de un h¨¦roe
Tras haber acabado con la fase de exterminio de la plaga, toca ponernos manos a la obra en el contenido endgame. Ya os contamos con anterioridad que dependiendo del tipo de l¨ªder que tenga nuestra comunidad, recibiremos misiones exclusivas, adem¨¢s de una meta dentro del endgame diferente. Completar la misi¨®n final har¨¢ desbloquear su ¡®legado¡¯, una bonificaci¨®n sustancial que se expandir¨¢ a las comunidades que creamos en el futuro. Debemos valorar si queremos seguir disfrutando de nuestra posici¨®n actual o completar la partida para poder empezar de nuevo de cero junto a los mismos supervivientes pero gozando de las ventajas que nuestro l¨ªder nos ha dado.Completar una partida a ritmo normal nos tomar¨¢ alrededor de las catorce horas , dependiendo de lo r¨¢pido que seamos gestionando nuestro tiempo. Sin incluir los cambios de mapa, conseguir todos los legados, construir todos los edificios, etc. La meta de State of Decay 2 alcanza hasta donde quiera el jugador. El t¨ªtulo apenas plantea objetivos trabajados o con un m¨ªnimo de inter¨¦s. Todo se centra ante el mero hecho de subsistir, amasar humanos en nuestra comunidad y poder establecer un n¨²cleo autosuficiente.
En t¨¦rminos de rejugabilidad, la secuela barre por completo a las posibilidades que ten¨ªamos en el original. Los recursos de la zona son limitados, y una vez creamos que hemos exprimido el entorno, podremos tomar nuestro coche para mudarnos a uno de los otros dos mapas restantes junto a la misma comunidad. Eso s¨ª, la interacci¨®n con el resto de tribus tiene todav¨ªa much¨ªsimo margen de mejora. Nos hubiera gustado contar con un mayor abanico de opciones a la hora de entablar un di¨¢logo. Todo queda supeditado a mercadear o completar misiones, y en funci¨®n de ello ser¨¢n amigables, o no, con nosotros. Se nos vende la idea de que el peligro va m¨¢s all¨¢ de los zombis; tambi¨¦n reside en grupos hostiles que buscan sus propios intereses, pero la realidad es que las veces que nos hemos enfrentado a humanos ha sido por exigencias de misi¨®n. Adem¨¢s, una de las funciones m¨¢s esperadas era la inclusi¨®n de un modo cooperativo. El experimento monojugador de Xbox 360 nos dej¨® ver el potencial que tendr¨ªa de poder colaborar junto a otros amigos. En su secuela, hasta cuatro jugadores podr¨¢n disfrutar simult¨¢neamente del juego dentro del mundo de quien sirve de anfitri¨®n. El concepto en l¨ªnea de State of Decay 2 funciona de una manera parecida a Watch Dogs 2. Puedes salir y entrar como te venga en gana, ayudar o ser ayudado. Los beneficios de entrar en otros mundos radican en la obtenci¨®n de puntos de reputaci¨®n, la principal divisa del juego que utilizaremos para la mayor¨ªa de transacciones y peticiones de radio. Eso s¨ª, el cooperativo tiene sus l¨ªmites. No nos podemos despegar demasiado del anfitri¨®n, que es el que act¨²a como principal ¡°carga¡± del entorno. De ser as¨ª, volveremos autom¨¢ticamente junto a ¨¦l para proseguir la aventura.
Este tipo de limitaciones y otros problemas en lo t¨¦cnico empa?an un tanto el resultado final. Undead Labs ha elegido Unreal Engine 4 como motor para trabajar en esta entrega. El resultado a la vista es agradable, pero es cuando nos ponemos a los mandos cuando saltan sus principales problemas. Nuestra experiencia se ha basado principalmente en Xbox One X, y al menos en ella no se aprovechan las capacidades de la consola. El framerate no es todo lo estable que deber¨ªa, en ocasiones de estr¨¦s en pantalla perjudica negativamente a la experiencia. Por fortuna, estos momentos escasean, abundando aquellas escenas donde tambi¨¦n baja, pero volviendo r¨¢pidamente a su tasa objetivo.Tambi¨¦n hemos notado un uso excesivo de la t¨¦cnica de difuminado en movimiento. Mover la c¨¢mara distorsiona demasiado el escenario. De hecho, nos ha costado adaptarnos al principio, y quienes sean propensos a mareos pueden sentirse m¨¢s inc¨®modos de lo normal. El equipo tambi¨¦n ha metido mano a la hora de realizar peque?os ajustes que evidencian que, aunque los recursos han sido superiores en su desarrollo, siguen estando limitados. La distancia de carga poligonal es escasa, y estando en veh¨ªculos o a pie por explanadas, veremos que todo va cargando conforme avanzamos. Son detalles que afean el aspecto final que tambi¨¦n se trasladan a la versi¨®n de compatibles.
Dentro de la versi¨®n para Windows 10 tenemos un abanico de opciones gr¨¢ficas similares al resto de proyectos internos de Microsoft. Eso s¨ª, esper¨¢bamos que rindiera mejor. En un equipo compuesto de un i7 2600k, GTX 970 G1 y 16GB de memoria DDR3, no conseguimos alcanzar los sesenta frames por segundo estables. Sobre todo ocurre cuando exigimos al juego que cargue r¨¢pidamente el escenario a bordo de un veh¨ªculo a velocidad, o al desplegar numerosos zombis en pantalla. Esper¨¢bamos m¨¢s en ese sentido, aunque con un breve espacio para ajustarlo, podremos dejarlo mejor.
Por ¨²ltimo, y no menos importante, se encuentra el tema idioma. Ya es conocido desde semanas antes a su llegada que State of Decay 2 no contar¨ªa con traducci¨®n al castellano, siendo la espa?ola de M¨¦xico la elegida para nuestro pa¨ªs. Pese a alguna palabra o sentido de frases que aqu¨ª no habituamos a utilizar, se entiende correctamente. El problema no solo reside en la no traducci¨®n a nuestro idioma (que hubiera sido lo que su comunidad en Espa?a esperaba), sino que en la versi¨®n para consola no existe selector de idiomas integrado en el men¨² de ajuste. Al detectar la regi¨®n espa?ola de Espa?a en nuestra consola, el juego despliega autom¨¢ticamente el ingl¨¦s, y es el usuario quien debe hacer el esfuerzo extra de cambiar la regi¨®n a la mexicana si quiere gozar de dicha traducci¨®n. En ordenador no ocurre, y autom¨¢ticamente lo tenemos en espa?ol.