Juicy Realm
- PlataformaPC6IPDIPHNSWAND
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorSpaceCan
- Lanzamiento03/05/2018 (PC)07/11/2019 (NSW)06/05/2020 (IPD, IPH, AND)
- TextoIngl¨¦s
- EditorX.D. Networkc Inc.
Juicy Realm, An¨¢lisis
Las frutas se hacen con el control del mundo desafiando la dominancia de la raza humana. Nos adentramos en la atractiva propuesta de SpaceCan, que tras esa apariencia tan llamativa visualmente esconde unas cuantas virtudes y defectos que lo sit¨²an a mitad de tabla en los roguelike.
Cuando vimos por primera vez Juicy Realm no tuvimos duda que iba a ser uno de los m¨¢s destacados de esta primavera en la escena independiente. Al menos a nivel art¨ªstico. A pesar de su humilde presupuesto, el equipo chino de SpaceCan logr¨® convencernos tambi¨¦n con su sinopsis, un mundo donde las frutas se hacen con el control del planeta y no solo amenazan la supremac¨ªa de la raza humana, sino que directamente la echan por tierra. Sus dos millones de unidades vendidas en el mercado asi¨¢tico nos obligaban a prestar especial atenci¨®n al t¨ªtulo, que hemos podido analizar en su versi¨®n de PC combinando tanto el control con rat¨®n y teclado como tambi¨¦n con mando. Por desgracia, este roguelike se queda a medio camino entre un referente en el g¨¦nero y uno de los que pasan desapercibidos.
La jugabilidad no tiene mucha enjundia: un shooter de doble stick con elementos propios del rol, acci¨®n en ocasiones desmedida y mucho frenetismo. No es un juego al que enfrentarse con sue?o. Hemos de decir que nos ha sorprendido gratamente lo bien calibrado que est¨¢ el control con gamepad, haciendo que sea totalmente c¨®modo movernos y dirigir la posici¨®n del disparo simult¨¢neamente. Despu¨¦s de una presentaci¨®n breve, con un tutorial de solo un par de minutos, tenemos por fin a nuestra disposici¨®n esta breve aventura que esconde una rejugabilidad total.
Un total de 4 personajes con arma en mano, para cual m¨¢s extravagante ¨Cnos quedamos con el tipo de las gafas voluminosas¨C. Una declaraci¨®n de intenciones en la que se dejan de lado explicaciones o intentos de trascendencia argumental. La premisa es clara: una amenaza que solo puede saldarse a cambio de tiros. Poco pacifista y mucho menos naturalista, este viaje arranca con sabor a plomo.
Sin muchas explicaciones: a disparar
Aunque tambi¨¦n se puede jugar en modo Duo, nuestro primer run lo completamos en Solitario para comprobar si tanto la curva de dificultad como la inteligencia artificial pod¨ªan ponernos de verdad en un aprieto en su nivel de dificultad medio de los tres disponibles. Estaremos de acuerdo en que un buen roguelike debe ser un desaf¨ªo, sobre todo viendo el nivel tan alto que han presentado otros referentes de la escena independiente con The Binding of Isaac como gran abanderado por su ¨¦xito internacional. Juicy Realm ni siquiera se acerca a la calidad del juego de Nicalis, tampoco al milimetrismo de Enter the Dungeon o los aires bizarros de Nuclear Throne, pero su estilo art¨ªstico nos mantuvo pegados a la pantalla hasta ver los cr¨¦ditos finales. Lo m¨¢s reciente que nos viene a la cabeza es The Swords of Ditto, sobre el cual se sit¨²a un par de pelda?os por debajo.
Uno de los problemas que hemos encontrado es que de entre los cuatro personajes seleccionables, las diferencias entre ellos no se traducen en cambios mec¨¢nicos; tampoco en movilidad. Una oportunidad perdida al limitar esas disimilitudes casi meramente a lo est¨¦tico, pero parece que el inter¨¦s de SpaceCan era dise?ar buenos niveles por encima de todo. No es ¨®bice, no obstante, dise?ar escenarios memorables para desatender un elemento fundamental como es la personalidad de tus avatares, que restan rejugabilidad al ser tan parejos.
Por suerte s¨ª se ha empleado m¨¢s empe?o en los enemigos, con patrones bien diferenciados entre s¨ª, ataques ¨²nicos y animaciones de desaparici¨®n dignas de ser vistas. Tenemos muchas ganas de ver c¨®mo se comporta el juego cuando se ponga a la venta en la ya confirmada versi¨®n de Nintendo Switch. En la medida en que iban pasando las fases nos ¨ªbamos encontrando con rivales ostensiblemente m¨¢s inteligentes, con envites m¨¢s dif¨ªciles de evitar sumado al dise?o de los escenarios, que nos dan menor cobertura de movimiento. Con todo, el progreso existe; el dise?o del juego es coherente y no es ¨²nicamente m¨¢s agresivo. A diferencia que con Enter the Dungeon, donde ten¨ªamos mazmorras m¨¢s cerradas, aqu¨ª los espacios son m¨¢s abiertos, claramente pensando en el multijugador o en que no paremos de movernos. En ese sentido el ritmo de juego es acertado.
Una macedonia de color
En el camino nos encontraremos diferentes puntos en los que mejorar las armas ¨Cque es lo ¨²nico que puede servir de aliciente para jugar una segunda partida y sentir verdaderos cambios mec¨¢nicos¨C, jefes de final de zona y peque?as bromas para amenizar las pausas. Es en esas pausas donde se va narrando el argumento, que tiene referencias a otros videojuegos como la sart¨¦n de PlayerUnknown¡¯s Battlegrounds, por ejemplo. El problema es que Juicy Realm no aporta nada al g¨¦nero; ni en su dise?o de niveles ni tampoco el de las armas. Hereda elementos de los t¨ªtulos mencionados, pero si vienes de alguno de ellos esta experiencia te va a saber bastante a poco.
Cabe decir que los puntos de vida no son ilimitados sino que la muerte final es permanente, oblig¨¢ndonos a comenzar desde el principio del juego sin mejoras ni recordando alguno de los check-points que hayamos tomado anteriormente. Podemos tardar aproximadamente 4 horas en terminarlo; no en vano hay que andarse con ojo para no tener un desagradable susto que pagaremos muy caro. A este respecto parece m¨¢s un t¨ªtulo de recreativa, lo cual favorece a la sensaci¨®n de inmersi¨®n y tener el radar constantemente puesto a lo que se muestra a nuestro alrededor.
Hay tambi¨¦n pocos puntos para restablecer la salud, lo cual evidencia el cariz defensivo de las partidas. No est¨¢ pensado tanto para abrir fuego a diestro y siniestro como para pensar bien ad¨®nde disparamos y c¨®mo nos desplazamos. Podr¨ªamos dividir su estructura en cuatro grandes enfrentamientos contra jefes, cuatro niveles de m¨¢s o menos una hora de duraci¨®n; y a colaci¨®n diremos que tambi¨¦n nos ha dejado con ganas de m¨¢s el dise?o de los mismos. Los bosses utilizan patrones de ataque excesivamente f¨¢ciles de identificar, ataques pedefinidos que una vez conocidos ser¨¢ cuesti¨®n de minutos hasta que acabemos con ellos.
La gracia est¨¢, por tanto, en la alocada variedad de armas y utensilios a nuestra disposici¨®n, un juego que da para todo tipo de memes si finalmente hace ruido en las redes sociales. Es quiz¨¢ lo poco que se toma en serio a s¨ª mismo lo mejor de Juicy Realm, que desde el primer momento rompe la cuarta pared y demuestra respeto a la industria del videojuego. Se nota que SpaceCan es un estudio con margen de mejora, pero sus referentes son los correctos. Su camino es el correcto. Tenemos ganas de ver de lo que son capaces de hacer pr¨®ximamente o si le dar¨¢n una vuelta a este proyecto en el futuro. De haber salido a la venta solo un par de a?os antes otro gallo hubiese cantado. Por pedir, nos hubiese gustado un modo multijugador online.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.