Fahrenheit, el origen de la f¨®rmula Quantic Dream

El pr¨®ximo d¨ªa 25 llega a las tiendas Detroit: Become Human, refrendando una f¨®rmula que hoy tomamos como parte de la industria, pero que en su momento era poco menos que una rareza. Heavy Rain y Beyond: Two Souls son los t¨ªtulos que popularizaron a Quantic Dream y su manera de entender los videojuegos, adem¨¢s de influenciar de manera evidente a otros como Telltale Games, por ejemplo, pero por supuesto no fueron los primeros. Este fue Omikron: The Nomad Soul, un juego que ni siquiera en el estudio franc¨¦s pudieron etiquetar de tan peculiar que resulta ser, y de cuyo desarrollo form¨® parte el fallecido David Bowie. Cage quiso contar con el Camale¨®n para una banda sonora extraordinariamente ambiciosa (Massive Attack o la islandesa Bjork tambi¨¦n eran otros nombres), pero sorprendentemente, fue el propio Bowie quien se ofreci¨® para tomar parte activa del t¨ªtulo como personaje. A pesar de esto, aquel juego pas¨® desapercibido a pesar de contar con el respaldo de una editora como Eidos Interactive. Pero Fahrenheit supuso la consagraci¨®n no ya de David Cage y compa?¨ªa, sino de una f¨®rmula imitada e influyente.

El punto de partida para las aventuras modernas

Fahrenheit ya era un juego de todo excepto convencional, y es que en 2005, a?o de su lanzamiento, no est¨¢bamos ni mucho menos acostumbrados a este tipo de propuestas, con las aventuras cl¨¢sicas en un estado de letargo anterior a la explosi¨®n de Kickstarter, plataforma que insufl¨® un poco de vida a este g¨¦nero. No es que podamos incluir a Indigo Profecy -que es como se le conoci¨® en territorio norteamericano para diferenciarlo del film Fahrenheit 9/11- en el mismo grupo que cl¨¢sicos como Day of the Tentacle o Maniac Mansion, pero s¨ª lo m¨¢s parecido que pod¨ªa disfrutarse por entonces. La premisa argumental ya era algo alejado de las grandes producciones, ya que se ambientaba en una ciudad de New York que est¨¢ sufiendo una ola de fr¨ªo y en la que acontec¨ªan asesinatos de mano de habitantes corrientes pose¨ªdos por unas extra?as fuerzas sobrenaturales. Este toque paranormal precisamente fue uno de sus aspectos m¨¢s criticados, ya que desemboca en un final del que no daremos muchos detalles, obviamente, pero que precipita las cosas de una manera, digamos, tremendamente estramb¨®tica.

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El caso es que, de la mano del protagonista Lucas Kane -que era uno de los neoyorquinos que hab¨ªa cometido asesinato- y de los agentes investigadores descubrimos el que ser¨ªa, seg¨²n Quantic Dream, un nuevo g¨¦nero: lo que los galos tuvieron a bien llamar "experiencia narrativa interactiva", cuya base no era tanto el control directo del personaje, sino m¨¢s bien una sucesi¨®n de los entonces menos prol¨ªficos quick time events -que solo hab¨ªa explotado a fondo Shenmue- y lo que es tan o m¨¢s importante, una variedad notable de acontecimientos seg¨²n tanto el resultado de estos QTE como de las decisiones del jugador. De hecho, hizo un uso importante de los a¨²n infravalorados sticks anal¨®gicos, ya que con el izquierdo s¨ª es cierto que manejamos directamente al personaje, mientras que con el derecho se llevan a cabo las diferentes acciones contextuales seg¨²n su posici¨®n, mec¨¢nica que Quantic Dream ha convertido en una de sus se?as de identidad, relegando consecuentemente los botones principales a un papel testimonial.

Sin embargo, probablemente la mayor peculiaridad de Fahrenheit la encontremos en su medidor de salud, la cual no es f¨ªsica sino mental. De hecho, Lucas comienza con ese medidor bajo m¨ªnimos tras cometer el asesinato que desemboca el resto de la narrativa, y a medida que se realizan acciones cotidianas como pueden ser tomarse un caf¨¦ u otras m¨¢s importantes como hacer descubrimientos acerca de la trama van llenando esa barra, la cual determina el final, entre tres diferentes, que conseguiremos cuando finalice la aventura.

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Tal es as¨ª que a Cage le llev¨® cerca de un a?o escribir su gui¨®n, el cual cuenta con 2.000 p¨¢ginas, una estad¨ªstica de la que siempre suele presumir el estudio franc¨¦s con cada nuevo lanzamiento, as¨ª como del nivel de exigencia de madurez por parte del jugador desde el punto de vista de la calificaci¨®n por edades. De hecho, Fahrenheit recibi¨® de inicio una dura calificaci¨®n de "solo para adultos", con varias escenas sexuales que tuvieron que ser suprimidas en Norteam¨¦rica excepto una, tremendamente importante a nivel argumental, pero recortada de manera importante en cuanto a escenas expl¨ªcitas, auna censura que como vimos posteriormente, a Quantic Dream no le import¨® tanto con Heavy Rain.

Con todo, Fahrenheit es un videojuego que gr¨¢ficamente ha envejecido no del todo bien, siendo generosos, y jugablemente se ha visto superado por las propuestas posteriores del estudio. Queremos decir, la duda sobre si hoy en d¨ªa es un t¨ªtulo disfrutable tiene que sobrevolar irremediablemente, pero no sobre si marc¨® un antes y un despu¨¦s en la manera de entender las aventuras centradas en la historia modernas. Los juegos de Telltale Games y otros como Until Dawn o incluso el g¨¦nero del walking simulator le deben mucho.

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