Cazadores de Lore: Samus y el Legado Chozo

Naturaleza

No obstante, lasvariadas flora y fauna de la superficie no son capaces de esconder ampliascicatrices del gran impacto, aquel que pill¨® incluso por sorpresa a losancianos Chozo y que expondr¨ªa al planeta entero a un cambio global tras laca¨ªda del meteorito y la corrupci¨®n creada por la contaminaci¨®n de Phazon. Amedida que avanza mi primera incursi¨®n voy impregn¨¢ndome de una extra?aatm¨®sfera: centenarias disposiciones arb¨®reas se entrelazan, rompiendo tierra yroca, mientras los escarpados caminos liberan los primeros signos dearquitectura Chozo: imponentes efigies de calmado semblante se alzan ante m¨ª, juntoa estructuras en piedra que parecen esculpidas para que su composici¨®n secomplete con la ayuda de enredaderas, ra¨ªces y tramas naturales. La simbiosisentre la naturaleza y la tecnolog¨ªa se hace evidente, del mismo modo que elrespeto de esta civilizaci¨®n hacia el planeta queda patente por doquier.

La civilizaci¨®n Chozo,de una inteligencia inusitada y unas capacidades tecnol¨®gicas fuera del alcancede cualquier otro ser vivo, siempre mostr¨® respeto por la naturaleza y lasformas de vida que la poblaban. Al colonizar determinados parajes, su objetivofue dirigido en la mayor¨ªa de ocasiones hacia la adquisici¨®n de  nuevos conocimientos, manteniendo unarelaci¨®n de total simbiosis con el h¨¢bitat del lugar. Eso se demuestraexplorando sus ruinas, intuyendo la calidad de sus construcciones ¡ªde complejacomposici¨®n y rudimentarios materiales¡ª y en el dise?o de sus arcos, plazas yesculturas, donde la espiral flirtea con la l¨ªnea recta, donde los vol¨²menescurvil¨ªneos danzan junto a estructuras con m¨²ltiples aristas, planos y rectas.Art Nouveau en estado puro, donde las trazas D¨¦co muestran una dicotom¨ªaextendible al origen de su cultura: antes guerreros, despu¨¦s sabios; tiempoatr¨¢s de letales ej¨¦rcitos, m¨¢s tarde de ejemplares cient¨ªficos y chamanes.

Su anatom¨ªa, m¨¢sparecida a la nuestra de lo que muchos estudiosos hubiesen imaginado, nosrecuerda a la de un p¨¢jaro con disposici¨®n antropomorfa. En su altura, muysuperior a la del ser humano, destacan una poderosa estructura tor¨¢cica que se fundecon un contundente cuello, emplumado hasta la cabeza. Anta?o con alas, lasperdieron como un signo m¨¢s de la evoluci¨®n, como una desagradable iron¨ªa queles indicaba la llegada del l¨ªmite de su tecnolog¨ªa, de su conocimiento. Eso noles impidi¨® erigir la ciudad flotante de Elysia, una obra maestra de laingenier¨ªa ¡ªautosuficiente por las inclemencias atmosf¨¦ricas¡ª que a d¨ªa de hoysigue cruzando c¨®modamente el l¨ªmite de nuestro entendimiento a nivelarquitect¨®nico.

Cuando el destinode esta civilizaci¨®n se cruz¨® con Samus, una luz ins¨®lita alumbr¨® a los Chozo,un nuevo l¨ªmite se atisbaba en el horizonte e, incluso ¡ªa trav¨¦s del or¨¢culo delos ancianos m¨¢s sabios del poblado¡ª, la joven tambi¨¦n ven¨ªa acompa?ada por unhalo de esperanza m¨¢s all¨¢ de su corp¨®rea apariencia.

Ella

Pese al car¨¢cterpac¨ªfico de los Chozo por todos son conocidas sus incre¨ªbles aptitudesguerreras, protagonistas de leyendas, relatos y hechos probados a lo largo yancho de la historia del universo. Poco se sabe acerca de su ¡ªsupuesta¡ªextinci¨®n, pues hay estudiosos que aseguran que la civilizaci¨®n eligi¨® elexilio. Puede que hacia un inh¨®spito e inalcanzable lugar, tal vez ascendiendoa un estado mental y f¨ªsico fuera del entendimiento de las civilizacionesmodernas.

Sigo explorando lasruinas. Una vez cruzado el Pante¨®n Sagrado me doy cuenta de que estoy pisandosobre las marcas que un d¨ªa dej¨® Samus, mirando hacia el mismo cielo mientrasimagino que lo hago a trav¨¦s de la visera de Aran. Hay vestigios de su relaci¨®ncon los Chozo tanto en las c¨¢maras secretas de Tallon IV como en los archivosde mayor encriptaci¨®n en la Biblioteca de la Federaci¨®n Gal¨¢ctica. Con tan s¨®lotres a?os tuvo que ver morir a sus semejantes, prescindir de la compa?¨ªa y laprotecci¨®n de sus padres, y presenciar c¨®mo la colonia terrestre a la quepertenec¨ªa se volatilizaba.

Si tuvo suerte o noal ser rescatada por los Chozo es algo que comprend¨ª mucho despu¨¦s. Lo que sipuedo asegurar es que la chica no disfrut¨® de una f¨¢cil adaptaci¨®n dentro deeste pueblo. Apenas hab¨ªan un pu?ado de ancianos que le saludaban con cari?ocuando se cruzaban con la peque?a, y la poca confianza que reca¨ªa sobre su¡ªlento y dif¨ªcil¡ª entrenamiento, muchas veces, la relegaban a la m¨¢s absolutasoledad. Cuesta comprender, dada la naturaleza amistosa de esta civilizaci¨®n.

Marginada, sometidaa la burla y el desprecio, encontraba paz y cobijo en su maestro. Tambi¨¦n juntoa la amiga que conoci¨® en su primera visita a Cielolab y en la sensatez que leproporcionaban los escritos milenarios. Y, por supuesto, en su rebeld¨ªa y af¨¢nde exploraci¨®n.

Progreso

Las lecciones sehac¨ªan cada vez m¨¢s duras, la pr¨¢ctica tomaba ventaja de la teor¨ªa, pese a quela importancia de los documentos ancestrales era definitiva para establecer unabuena sinton¨ªa entre el cuerpo y la mente, entre el ataque y la defensa junto ala calma y la meditaci¨®n. Los a?os pasaban, la mayor¨ªa de edad se acercaba y,mientras tanto, la Federaci¨®n Gal¨¢ctica esperaba paciente la llegada de unanueva esperanza para la humanidad. Los piratas espaciales dominaban con mano de hierro enmultitud de sistemas, mientras que los ancianos Chozo presagiaban una ¨¦pocaoscura, un futuro incierto donde su propia civilizaci¨®n corr¨ªa el riesgo de serpart¨ªcipe de esta ruina.

Durante los ¨²ltimosd¨ªas de la incursi¨®n en Tallon VI decido visitar el Templo de los Artefactos ¡ªampliaconstrucci¨®n anta?o parcialmente abovedada¡ª tras la cual Samus se enfrent¨® aMetroid Prime en combate singular, justo en la zona donde impact¨® el Leviat¨¢n.A¨²n resuenan ecos de angustia y tortura, casi soy capaz de sentir en misentra?as c¨®mo el Phazon invade los ¨®rganos principales del cuerpo, resalta deforma luminescente mi piel dej¨¢ndome, durante unos angustiosos segundos, casisin respiraci¨®n.

Tras la agobiantesensaci¨®n (suerte que fue eso, solo una ilusi¨®n), soy capaz de reparar enalgunas inscripciones de los ancianos mientras un peque?a capilla pone a midisposici¨®n algunos documentos sobre el entrenamiento de Samus. A vecesdistante, otras m¨¢s afable y cercana con sus amigos de confianza, Samusprogresaba m¨¢s r¨¢pidamente que casi cualquier guerrero Chozo durante suentrenamiento principal, como si se preparase para un enfrentamiento vital,como si la mirada de Ridley justo en el momento que acab¨® con sus padres leinstigara a seguir haci¨¦ndose m¨¢s poderosa. M¨¢s inteligente. Letal.

Hasta los 17 a?osno supo de coraz¨®n que los primeros percances sufridos en Zebes con su nuevafamilia, no eran sino otra prueba de iniciaci¨®n dentro de la cultura Chozo. Laimpotencia, la rabia, la sensaci¨®n de soledad¡­ Todas y cada una de las fasesdel entrenamiento le sirvieron de algo para definir su car¨¢cter, evolucionar sucuerpo, equilibrar su mente. Samus entrenaba casi el doble que sus compa?eros,gustaba dejar para el alba el combate m¨¢s dif¨ªcil de todos (contra suinseparable amiga, aquella cuya habilidad parec¨ªa inalcanzable), para devorarjuntas antes de dormir decenas de p¨¢ginas escritas por los lejanos.

Despedida

Sigo avanzando atrav¨¦s de las Ruinas del Templo. La mayor parte de la construcci¨®n est¨¢totalmente destruida, pese a que a¨²n quedan abundantes inscripcionessusceptibles de ser restauradas, mientras que otras ¡ªsorprendentemente¡ª sehayan en perfectas condiciones de conservaci¨®n.

Los signos deguerra se amontonan por doquier, las estructuras arquitect¨®nicas se funden conla vegetaci¨®n, mientras advierto algunas marcas en la piedra quecorresponder¨ªan con la acometida de una bestia de considerables proporciones.Sin duda, es una ataque fallido de Geoforma 187 sobre Samus. Mi visor deescaneo, a pesar de no ser tan avanzado como la tecnolog¨ªa Chozo, me asiste enla reconstrucci¨®n de la escena. Los movimientos de Aran no responden a lal¨®gica: cuesta seguir sus pautas. Jam¨¢s ver¨¦is ning¨²n documento donde se evidenciela letalidad de esta guerrera en forma de vida alguna: la estrategia queutiliza cambia a medida que Meta Ridley se vuelve m¨¢s y m¨¢s agresivo.

El traje creado porsus maestros es, pr¨¢cticamente, como una segunda piel reforzada para ella, pesea que los principales s¨ªntomas de su brillantez pertenecen exclusivamente a Samus.Tambi¨¦n se manifiesta como un regalo de despedida, la ¨²ltima pieza que recibede parte de su familia Chozo antes de continuar su formaci¨®n militar dentro dela Federaci¨®n Gal¨¢ctica.

Admiraci¨®n

A partir de esemomento la historia ya la conoc¨¦is, pues es de dominio p¨²blico para vosotros,afiliados al programa de Formaci¨®n Militar de la Federaci¨®n Gal¨¢ctica. Hoy noseguiremos con las lecciones, pese a que veo en vuestros ojos el deseoirrefrenable de preguntarme c¨®mo acab¨® mi primera incursi¨®n en Tallon IV, sidespu¨¦s de tan inspiradora experiencia trabaje personalmente junto a SamusAran, o si es verdad aquello que cuentan sobre la mirada de la guerrera, capazde dejar totalmente helado a su oponente con un simple gesto. Es m¨¢s, ?por qu¨¦no se lo pregunt¨¢is directamente a ella?

Mientras Samusentra en la sala, los gritos de asombro no se hacen esperar. Es una mujersolitaria, no le gusta especialmente el contacto con los responsables m¨¢ximosdel Plan de Defensa Estelar, y una conversaci¨®n con Aran en la mayor¨ªa deocasiones ser¨¢ especialmente breve, aunque sus palabras desprenda una sabidur¨ªasin igual. A pesar de ello siente especial predilecci¨®n por las nuevasgeneraciones, pudiendo contar durante horas mil y una peripecias mientras lascaras de asombro se multiplican a su alrededor.

Samus es laprincipal inspiraci¨®n para muchos de estos ni?os y ni?as, incluso para m¨ªmisma. La Federaci¨®n Gal¨¢ctica no es un lugar donde abunden las mujeres. Pese aello, vivir momentos como este no tiene precio: no resulta frecuente ver sonre¨ªra la implacable Samus Aran, pero cuando ello sucede, te sientes como si vierasla misma luz de esperanza que describen los Chozo es sus escritos, brillandocon m¨¢s fuerza que nunca.

Notasfinales: Este cap¨ªtulo de ¡°Cazadores de Lore¡± se basaen la historia de la saga Metroid, indagando en los or¨ªgenes de Samus mientrasse combinan documentos originales sobre el Legado Chozo visto en losvideojuegos de Nintendo, junto a otros escritos de cosecha propia (v. gr. diariosde entrenamiento y testimonios de Old Bird al recoger a Samus en K-2L).Mientras que personajes c¨®mo Samus, Old Bird, Metroid Prime o Meta Ridley sonoriginales de la saga de Nintendo, otros como la investigadora de la Federaci¨®nEspacial (narradora), Galatea o Joyd han sido creados para esta interpretaci¨®n narrativa.