Fatal Stormer: An¨¢lisis

En tierra de nadie

Quedarse en tierra de nadie es lo peor que puede sucederle a un videojuego que se arriesgue hoy a saltar al agua en mitad de una tormenta, porque eso y no otra cosa es lo que pasa cuando un videojuego se arriesga en Steam. Mucho peor si, adem¨¢s, la nueva propuesta se dirige a un g¨¦nero minoritario hoy, glorioso siempre, al que normalmente se entregan jugadores que lo conocen muy a fondo. Quedarse a medias se transforma entonces en algo complicado de redimir. Algo de esto es lo que le pasa a Fatal Stormer, un shoot em up de los de antes al que precisamente le pesa eso: haberse quedado atr¨¢s antes de salir.

Es la primera vez que escuchamos hablar del estudio ruso Square Gem, pero su opera prima ense?a unas costuras muy humildes. Demasiado para hoy d¨ªa, lamentablemente. Por mucho que se dirija a la pantalla grande y no a los dispositivos m¨®viles, sus modelos dan la impresi¨®n de esto ¨²ltimo con pocas excepciones, y la sensaci¨®n de estar ante un videojuego a medio hacer se apodera pronto de cualquiera que busque nuevas emociones en un g¨¦nero que dista de estar muerto en cuanto a innovaci¨®n, aunque pueda parecerlo y por m¨¢s que muchos de sus ac¨¦rrimos lo crean tambi¨¦n, obviando parte de lo que hoy se hace. 

Dejemos clara la principal falta de Fatal Stormer: quien busque una nueva vuelta de tuerca, aunque sea peque?a, a los shoot em up de siempre, no encontrar¨¢ aqu¨ª ni rastro de ella. Ello a pesar de que el juego seguramente est¨¢ realizado por personas que conocen a fondo el g¨¦nero, ya que de otra manera no se habr¨ªan aventurado con ¨¦l, pero desde luego el resultado de su primer intento no lo termina de demostrar. Es bastante duro comprobar que todo lo que vemos en el juego se muestra exageradamente gen¨¦rico: demasiado como para despertar el inter¨¦s del jugador de propuestas de estilo arcade, un tipo de jugador que no anda precisamente falto de est¨ªmulos ¨²ltimamente. Pero no es esa la ¨²nica pega que encontrar¨¢ cualquiera que se haya terminado alg¨²n episodio de los cl¨¢sicos de R-Type.

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La propuesta de Fatal Stormer se centra en una tienda de mejoras en la que vamos comprando armas primarias y secundarias, adem¨¢s de los cl¨¢sicos apoyos que rodean nuestra nave, tantas veces vistos ya en cl¨¢sicos y no tan cl¨¢sicos. El problema es que un sistema as¨ª puede funcionar en cuanto a lo de irnos picando para conseguir este o aquel ¨ªtem, y de hecho en torno a esto giraban videojuegos tan disfrutables hoy d¨ªa como U.N. Squadron en 1989. El problema es que Fatal Stormer no nos plantea desaf¨ªo alguno para ir consiguiendo nuevo armamento, sino que vamos obteniendo cr¨¦ditos para comprar armas casi independientemente de si jugamos bien o mal, de si pasamos niveles o caemos en ellos mil veces. Podemos completar o no los niveles, pero siempre obtendremos unos cr¨¦ditos para comprar mejoras permanentes en la campa?a, en una aproximaci¨®n que no nos parece acertada para un g¨¦nero que debe recompensar la habilidad, mucho m¨¢s que la reiteraci¨®n. Basta jugar el viejo U.N. Squadron en su versi¨®n para Super Nintendo para darnos cuenta de hasta qu¨¦ punto las cosas pueden hacerse mejor en este frente.

No es el ¨²nico aspecto, y esta es la verdadera desgracia, en el que encontramos videojuegos con muchos a?os a la espalda que mejoran todo lo que aqu¨ª se nos ofrece. La innovaci¨®n en los shoot em up no es una obligaci¨®n, y de hecho uno de los mejores que hemos jugado ¨²ltimamente no ten¨ªa pr¨¢cticamente nada de innovador m¨¢s all¨¢ de actualizar el mensaje para resultar viejo y nuevo a la vez. As¨ª es Super Hydorah, pero a cambio supon¨ªa todo un despliegue en cuanto al dise?o de sus niveles y el amor por el detalle, mientras en el caso que hoy nos ocupa el principal problema es precisamente el contrario: sus niveles son extremadamente anodinos y los patrones de sus enemigos los hemos visto ya demasiadas veces, sin que haya nada que nos mantenga enganchados a la pantalla. Podemos llevar la combinaci¨®n de armas que prefiramos, ya que al final obtenerla es solo cuesti¨®n de insistir lo suficiente, pero el sopor nos invadir¨¢ m¨¢s pronto que tarde.

El riesgo de no innovar

Es muy loable intentarlo en los g¨¦neros m¨¢s cl¨¢sicos. Esto no quita que quien lo hace debe valorar antes el riesgo que corre su propuesta, y Fatal Stormer da la impresi¨®n de necesitar mucho trabajo a¨²n. Jug¨¢ndolo se nos ha venido a la mente uno de los grandes t¨ªtulos de la vieja Neo-Geo que se arriesgaba en lo de no proponer apenas un sello de identidad propio. Aun as¨ª, Blazing Star resultaba un aut¨¦ntico festival gr¨¢fico para su momento, y jugarlo hoy a¨²n reconforta a un fan¨¢tico de las naves. Por el contrario, Fatal Stormer, en su apuesta por la falta de personalidad, se queda claramente corto visualmente, pero tambi¨¦n en todo lo dem¨¢s. Necesita mucho m¨¢s a nivel gr¨¢fico si pensamos que incluso juegos de Playstation 2 como Thunder Force VI (por mencionar un juego realizado con muy pocos mimbres) lucen mucho mejor, y su jugabilidad necesita muchos ajustes para resultar satisfactoria. Adem¨¢s de su aspecto visual muy justo y de su ca¨®tico apartado sonoro, hay demasiados puntos a lo largo de sus niveles que nos sacan del juego por lo que vienen a ser pecados capitales en un juego as¨ª. Demasiado pronto en la campa?a empezamos a encontrarnos puntos donde la acumulaci¨®n de proyectiles no funciona bien con el tama?o de la nave y sus discutibles hitbox: los momentos frustantes, antes que dif¨ªciles o desafiantes, se apoderan del juego incluso en su nivel de dificultad m¨¢s bajo.

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Se puede hoy d¨ªa lanzar un shoot em up de mucho nivel sin demasiadas capas de innovaci¨®n, y seguramente lo volveremos a ver en poco tiempo. Es necesaria, eso s¨ª, una jugabilidad a prueba de l¨¢seres y misiles que no hemos llegado a encontrar aqu¨ª, y este es el grand¨ªsimo problema al que se enfrenta este desarrollo humilde. Aunque los gr¨¢ficos sean b¨¢sicos para nuestros d¨ªas, y la variedad de los enemigos en cada episodio pueda ser manifiestamente mejor, Fatal Stormer podr¨ªa ser un shoot em up m¨¢s que aceptable con algo m¨¢s de  trabajo en los aspectos jugables, puli¨¦ndolo todo hasta un nivel superior. Como est¨¢, sencillamente tiene el problema de que hay demasiados videojuegos mejores hoy d¨ªa, que lucen y se juegan con mucho m¨¢s agrado mientras inventan, o no, algo nuevo para el g¨¦nero. El problema de Fatal Stormer, adem¨¢s de sus propios errores de principiante, son nombres propios como los de Super Hydorah, Pawarumi, Rive, Sine Mora, Steredenn, Beekyr Reloaded... demasiada calidad y diversi¨®n contra la que sencillamente no compite.