Pawarumi
- PlataformaPC8
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorManufacture 43
- Lanzamiento30/01/2018
- TextoEspa?ol
- EditorManufacture 43
Pawarumi: Analisis
La escena independiente mezcla a los dioses aztecas con la polaridad de Ikaruga en un nuevo delirio en forma de Shoot em Up s¨®lo apto para los que busquen dificultades elevadas.
Una vertiente casi olvidada del shoot em up
Pocos g¨¦neros de siempre cuentan con un metalenguaje y tradici¨®n tan ricoscomo el del shoot em up. El amplio folklore que ha ido dejando el paso de losa?os se reinterpreta ¨²ltimamente de formas muy variopintas, y lo vemos decuando en cuando en t¨ªtulos tan diferentes como Super Hydorah, Luftrausers oSine Mora Ex, muy variados dentro de su similitud y respeto a los c¨¢nones. Noes un mal momento para este g¨¦nero que nunca se ir¨¢ del todo, pero hay unavertiente muy rutilante del mismo que no ha recibido a¨²n la atenci¨®n que merecepor sus logros pasados, y esta nueva propuesta que es Pawarumi viene claramentea cubrir ese hueco.
Parece mentira pero Ikaruga, un nombre que entr¨® con estr¨¦pito a la listade favoritos de muchos aficionados, es ya un cl¨¢sico moderno del g¨¦nero y sedirige hacia su vig¨¦simo cumplea?os sin que nadie nos colapse el cerebro a sumismo nivel. Aunque es cierto que ha habido otras aproximaciones a aquella ideagenial que fue su polaridad azul y roja, todo el que sigue el mundillo sabe desobra que las maneras de Treasure a¨²n merecen una o varias vueltas de tuercam¨¢s, como demuestra el seguimiento de culto del que gozan este t¨ªtulo y suantecesor. As¨ª lo piensan tambi¨¦n los franceses de Manufacture 43, quienes sehan afanado en dar a luz al aut¨¦ntico heredero espiritual de Ikaruga. Unapropuesta que, recordemos, tambi¨¦n ten¨ªa hechuras de videojuego indie en sumomento, puesto que fue desarrollado por un equipo min¨²sculo en 2001.
En Pawarumi, un juego indie con todas las letras de hoy - campa?a enKickstarter incluida -, se dan cita muchos elementos que pronto reconocer¨¢n losm¨¢s asiduos: la perspectiva vertical en pantalla horizontal que la RadiantSilvergun y otros grandes como Giga Wing llevaron a la excelencia, la velocidadde desplazamiento de la nave protagonista de Soukyugurentai, los patronesbal¨ªsticos de no pocos bullet hell, y un cierto toque como de los juegos deVideo System/Psikyo que impregna todo el conjunto. Son pinceladas que est¨¢n ah¨ªpara quien las quiera advertir, pero ninguna llega a adue?arse por completo delconjunto, ya que hay otra caracter¨ªstica del juego que se encarga de loimportante para un shoot em up actual: la definici¨®n de su personalidad propia,de la identidad con la que marca distancias con los dem¨¢s.
Ikaruga a tresbandas
Es tan complicadoexplicarlo como dominarlo a los mandos, pero por fortuna es extremadamente divertidojugarlo. Pawarumi profundiza en las polaridades de Ikaruga llev¨¢ndolas a unaimplicaci¨®n incluso mayor en su jugabilidad, desde el mismo momento en que son treslas variables. En este juego de piedra, papel o tijeras contamos de entrada contres armas diferentes (una m¨¢s tradicional, un rayo que atraviesa enemigoshasta el fondo de la pantalla y unos misiles guiados) otorgada cada una de ellaspor un dios azteca devoto de un color determinado. Ni que decir tiene que losenemigos tambi¨¦n exhiben estos tres colores y que, por supuesto, el efecto quecada arma tiene sobre ellos variar¨¢ seg¨²n se relacionan entre s¨ª estas trestonalidades rojas, verdes y azules.
Es aqu¨ª donde el t¨ªtulo exhibe su verdadero pelaje, ya que no existen en ¨¦llos cl¨¢sicos power ups, vidas o s¨²per bombas, sino que todo lo vamos a tenerque ir consiguiendo mientras esquivamos los cientos de proyectiles, atendiendo en todo momento alcolor de nuestras armas y a los enemigos a los que disparamos. Regeneramosnuestra vida si acertamos a una nave enemiga del mismo color que nuestra arma,aunque enfadamos con ello a unos enemigos que se vuelven m¨¢s agresivos. Porotro lado, cada color tiene su opuesto al que hacemos mucho m¨¢s da?o, por loque eliminamos hostiles casi de un plumazo si les acertamos con esta variable en mente.Para terminar de volvernos locos, tambi¨¦n recargamos un arma especial disparandocon un color determinado a enemigos de otro color en concreto. La curva deaprendizaje manda en Pawarumi, y el tutorial es absolutamente crucial hastaniveles pocas veces vistos en un shoot em up, pero por fortuna la recompensa anivel jugable es grande, cuando entendemos e interiorizamos el elemento de puzzle que eljuego propone.
Un arcade radical
Pawarumi brilla anivel jugable cuando se entiende esta triple polaridad. Es entonces, cuandovamos sinti¨¦ndonos c¨®modos en un juego en el que se puede morir en cualquiermomento, cuando iremos utilizando las propias caracter¨ªsticas de las armas paraeliminar a los enemigos sin reparar todo el tiempo en los aspectos de lo quelos autores llaman sistema Trinity. Por muy importante que ¨¦ste sea, estarconstantemente pensando en ello tambi¨¦n nos puede llevar a caer por puraconfusi¨®n ¨Ca pesar de que el Hud, crucial, ayuda a tener siempre presentes lasdiferentes reacciones-, por lo que el juego requiere que limpiemos la pantallade enemigos aunque no siempre consigamos esa recarga que deseamos en cadamomento. Quien se aproxime al t¨ªtulo debetener claro que Pawarumi se regodea en lo que ha distinguido el g¨¦nero desde siempre,y que por tanto la dificultad es elevada una vez superada la aproximaci¨®n quees el modo f¨¢cil. No contamos con modalidades de juego alternativas aparte dela posibilidad de rejugar los niveles por separado para acumular experiencia ymemorizar patrones, pero no es que hagan mucha falta en un juego que est¨¢claramente planteado como una m¨¢quina recreativa radical, escueto en recursoshasta el extremo de prescindir de las vidas y continuaciones. La muerte vuelve a ser aqu¨ª unaoportunidad para el aprendizaje. Si caes una vez, pantalla de Game Over y adejar caer otra monedita en la recreativa. Una recreativa que hay que completarcon un cr¨¦dito, por lo que la mec¨¢nica de la regeneraci¨®n de vida es crucial entodas las partidas y en su uso estrat¨¦gico est¨¢ la clave del ¨¦xito.
Es posiblementeen esa radicalidad donde Pawarumi se alejar¨¢ del paladar de muchos jugadores.Son solamente cinco niveles diferentes los que se nos proponen, lo que parecer¨¢escaso (con raz¨®n) a no pocos fan¨¢ticos del g¨¦nero. Conviene recordar llegadosa este punto que el propio Ikaruga contaba esos mismos episodios, y que laduraci¨®n de Pawarumi es superior a la del juego de Treasure, si es queconseguimos completarlo. A pesar de todo, hay que admitir que este aspecto dela duraci¨®n podr¨ªa haber estado mejor tratado, y seguramente le habr¨ªa sentadomuy bien al conjunto la inclusi¨®n de alg¨²n nivel m¨¢s. Admitido esto, tambi¨¦nhay que recordar que m¨¢s vale calidad que cantidad en estos casos, y losniveles de Pawarumi consiguen mantener el inter¨¦s, con un ¨²ltimo episodio quees una aut¨¦ntica monta?a rusa y exhibe un dise?o realmente sobresaliente. Por todo lo anterior, este punto tan controvertido de la duraci¨®n no resta inter¨¦s jugable a una propuesta as¨ª de s¨®lida, ni tampoco puede servir para quitar m¨¦rito a un aspecto gr¨¢fico y sonoro realmente atractivo al que se le pueden poner muy pocos peros.
Pawarumi es uno de los mejores shoot em up recientes, y acierta de lleno al recuperar las sensacionesmareantes de Ikaruga aumentando por el trayecto sus variables y la complejidadjugable . Adem¨¢s, su argumento y esa idea de la ambientaci¨®n, ah¨ª es nada,¡°pre-colombina retro futurista¡± tienen su gracia y consiguen, en nuestraopini¨®n, que el juego a¨²ne armoniosamente la idea de una aut¨¦ntica recreativaactual con las propuestas alocadas y la experimentaci¨®n a ultranza de la escenaindependiente de hoy en d¨ªa.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.