Fe, An¨¢lisis

An¨¢lisis de Fe

En los ¨²ltimos a?os hemos asistido a una evoluci¨®n art¨ªstica en el videojuego, a una forma de representar gr¨¢fica, sonora y mec¨¢nicamente una historia o unos sentimientos de maneras mucho m¨¢s variadas que anta?o. Probablemente, la corriente que m¨¢s ha influenciado en el panorama independiente ha sido el impresionismo visual, abstracci¨®n argumental y sustracci¨®n mec¨¢nica de Team ICO y thatgamecompany; sin embargo, pocos consiguen transmitir de manera tan eficaz como los creadores de Shadow of the Colossus y Journey. Es un camino que antes se pod¨ªa considerar poco original. Hoy es todo un reto dados los antecedentes y estando el list¨®n tan alto.

Fe, desarrollado por Zoink! Games y distribuido por EA Originals (la rama de Electronic Arts dedicada a la publicaci¨®n de desarrollos independientes) lo intenta y lo consigue en gran parte de su conjunto. La aventura de plataformas del estudio sueco tiene un mensaje claramente ecologista, pero en la comunicaci¨®n de ese mensaje utiliza la funci¨®n po¨¦tica del lenguaje en cada uno de sus elementos visuales, sonoros y mec¨¢nicos, entremezcl¨¢ndolos en una f¨¢bula que entra por los ojos y que se desarrolla con un importante acento en el sonido.

El protagonista en Fe no es el ¡°zorro¡± (entre comillas porque los animales y otros organismos que encontramos son representaciones de conducta con ciertos s¨ªmiles visuales de criaturas reales) que controlamos en el juego, sino un bello bosque repleto de vida en el que los alien¨ªgenas, los ¡°Silent Ones¡±, est¨¢n capturando a los ciervos, lobos, p¨¢jaros, etc. del ecosistema. Habr¨¢ que viajar por este mundo abierto ayudando a todas las especies, purificando el bosque y enter¨¢ndonos poco a poco de lo que est¨¢ ocurriendo a trav¨¦s de una historia que se nos cuenta con glifos representados en piedras y con la visi¨®n de momentos concretos desde el punto de vista de esos amenazantes ¡°silenciosos¡±.

La estructura de ese bosque low poly lleno de contrastes y preciosos efectos de luz es similar a lo que podr¨ªamos esperar de un metroidvania: un escenario abierto ni demasiado grande ni demasiado peque?o por el que nos movemos sin tiempos de carga (aunque con alguna ralentizaci¨®n que no afecta a la jugabilidad en la versi¨®n analizada) y con muchas ramificaciones que estar¨¢n bloqueadas hasta que consigamos tal o cual habilidad.

Esas habilidades con las que va desarroll¨¢ndose nuestro zorro son las que marcan el progreso de la aventura. Al principio, nuestro movimiento se basar¨¢ en ir saltando de ¨¢rbol en ¨¢rbol, de risco en risco, de nen¨²far en nen¨²far, hasta llegar al siguiente punto indicado en el mapa ¨C aunque esta ayuda de localizaci¨®n de objetivos se puede desactivar; pero tambi¨¦n en la interacci¨®n con el entorno y las criaturas a trav¨¦s de los sonidos emitidos por animales y plantas. Los animales siguen un c¨®digo de colores que les permiten activar las habilidades de ciertas especies vegetales. Por ejemplo, las ardillas son capaces, con su canto, de abrir los p¨¦talos de una flor que impulsa nuestro salto. Para aprovecharnos de esas capacidades, necesitamos conectar con ellos a trav¨¦s del sonido: al cantar cerca de ellos, esas criaturas har¨¢n lo propio, y se crear¨¢ un hilo entre ambos que debemos dejar recto (seg¨²n la profundidad con la que pulsemos el gatillo, el hilo ir¨¢ mostrando imperfecciones) para que nuestros ¡°idiomas¡± se intercambien. As¨ª, las distintas especies nos seguir¨¢n, abri¨¦ndonos los caminos y plataformas antes inaccesibles, aunque habr¨¢ que ayudarlas a seguirnos el paso ¨C en el caso de las ardillas, no podr¨¢n saltar tanto como como nosotros, por lo que hay que cogerlas y lanzarlas hasta la siguiente plataforma. Poco a poco, vamos solucionando los problemas de los animales del bosque, haciendo que las cr¨ªas se reencuentren con los l¨ªderes de la manada o liberando del encierro de los ¡°silenciosos¡± a los p¨¢jaros, por ejemplo, obteniendo como recompensa el aprendizaje de su voz.

Conforme vamos aprendiendo, podremos ir cambiando al vuelo el "idioma" que canta nuestro zorro, permiti¨¦ndonos activar los elementos del entorno sin recurrir al resto de seres, con la complejidad (aunque nunca demasiada; Fe no es un juego que proponga un gran reto al jugador) que esto supone para el dise?o de plataformas: al final seremos nosotros mismos los que activemos las flores naranja que nos permiten alzar el vuelo, los que podremos liberar el camino de las setas que nos impiden el paso con el grito de los lobos, y los que podremos convencer a un ciervo para montar en su lomo y avanzar m¨¢s r¨¢pido por el escenario.

Adem¨¢s del canto del resto de especies, hay otro sistema de progreso para nuestro zorro. Las nueve zonas que componen el bosque est¨¢n llenas de caminos secretos donde nos esperan vistas espectaculares, paneles de piedra que nos pueden dar alguna clave de la historia, o unos misteriosos cristales. Cuando conseguimos cierta cantidad de estos ¨²ltimos, el zorro podr¨¢ conseguir una nueva habilidad: ser capaz de planear al saltar, correr cuando llevamos unos segundos avanzando en una direcci¨®n o conseguir planear a m¨¢s velocidad haciendo un salto de fe desde un risco, por poner varios ejemplos. A excepci¨®n de la primera, la mayor¨ªa de estas habilidades no son necesarias para conseguir ver los t¨ªtulos de cr¨¦dito tras las cinco o seis horas que dura la aventura, pero s¨ª son imprescindibles para acceder a los lugares ocultos del bosque y conseguir todos los cristales, paneles o recuerdos de los ¡°silenciosos¡± ¨C algo que podremos seguir haciendo tras un final que nunca muestra el ¡°FIN¡± en pantalla.

Los ¡°Silent Ones¡± son, m¨¢s all¨¢ de la amenaza que da pie al argumento, un elemento para dar cierta variedad mec¨¢nica a Fe. En ciertas secciones, tendremos que lidiar con ellos, pero no combati¨¦ndolos, sino evit¨¢ndolos para poder seguir avanzando con el entorno o liberando animales capturados sin que se den cuenta. De este modo, el juego acaba teniendo elementos sencillos pero efectivos de sigilo, oblig¨¢ndonos a ocultarnos en matorrales y memorizando el movimiento de estos enemigos que ocultan m¨¢s de lo que parece a simple vista.

A pesar de que el sistema puede dar de s¨ª a ciertos momentos de plataformeo complejo, lo cierto es que conforme avanzamos en la aventura nos damos cuenta de que est¨¢ un poco desaprovechado. Hay ¡°idiomas¡± y, por tanto, tipos de plantas con las que interactuar, que se utilizan mucho m¨¢s que otros, siendo demasiado habituales la mezcla de saltos impulsados por las plantas moradas y las corrientes de aire que generan las flores naranjas; tampoco ayuda que los saltos no sean tan precisos como deber¨ªan, oblig¨¢ndonos a subir una cumbre, en ocasiones trepando durante varios minutos, por culpa de un sistema poco depurado. Igualmente, algunas de las habilidades propias que va aprendiendo el zorro est¨¢n desaprovechadas al ser consideradas una ayuda m¨¢s que una obligaci¨®n para el progreso.

Sin embargo, estos problemas eventuales no restan m¨¦rito a una aventura original, amena y con un potente mensaje que en ning¨²n momento deja de ser un espect¨¢culo en la pantalla y en los altavoces. Ese bosque abstracto, lleno de elementos cuasi m¨¢gicos y repleto de vida, permanecer¨¢ en nuestro recuerdo por mucho tiempo. Y esa vida se siente como tal gracias a los sonidos dieg¨¦ticos, una banda sonora natural compuesta por los c¨¢nticos de los animales, por el movimiento de las flores y por las corrientes de agua; mientras que en lo extradieg¨¦tico la m¨²sica acompa?a la aventura a la vez que en otras ocasiones (gracias a unos chelos potentes o la misma ausencia de toda nota) vertebra las emociones de momentos espectaculares que no queremos desvelar por motivos obvios.

An¨¢lisis realizado en PS4 est¨¢ndar con una clave de juego proporcionada por EA