A Total War Saga: Thrones of Britannia, Impresiones

Total War Saga: Thrones of Britannia, Impresiones

Si por algo destaca la saga Total War es por el tremendo feedback que recopilan sus creadores con cada nueva versi¨®n. Los brit¨¢nicos de Creative Assembly son obsesos en este sentido, algo positivo y que se agradece conforme pasan los a?os: se nos entregan mejores juegos y raro es el que da un paso atr¨¢s.

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En cuanto arranque la primavera, Total War dar¨¢ la bienvenida a Britannia, su nueva producci¨®n que toma a Gran Breta?a como punto de partida durante los siglos IX y X. Y pinta realmente bien, no vamos a negarlo: tuvimos el privilegio de jugar entre tres y cuatro horas a lo que es ya casi la versi¨®n final del t¨ªtulo, todo rodeado del equipo de desarrollo en las oficinas de Creative Assembly. Aqu¨ª van unas pinceladas de lo que est¨¢ por venir.

Por la gloria y por el rey

Total War: Britannia da el pistoletazo de salida en el a?o 878 despu¨¦s de Cristo, es decir, justo cuando tiene lugar la batalla de Edington. En este feroz combate, el bueno de Alfredo el Grande consigue vencer a los vikingos, pero muchos de ellos quedan repartidos por todas las islas consiguiendo importantes territorios.

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Con Britannia el objetivo que tienen los dise?adores es uno: quieren que experimentemos c¨®mo se lleg¨® a la alianza hist¨®rica de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales para la formaci¨®n de Reino Unido. Por supuesto, todo condimentado con muchas batallas, tratados y alianzas para expulsar a los vikingos. Y esto ¨²ltimo es lo primero que vamos a tratar.

Si algo nos sorprendi¨® de Britannia durante su fase de prueba fue el gran nivel de importancia que se le ha dado al forjar alianzas, en otras palabras, al plano m¨¢s pol¨ªtico. Cierto es que en anteriores entregas estaba presente, pero aqu¨ª se profundiza hasta niveles desorbitados: podemos crear tratados comerciales, presentar ayudas en batalla, casar a nuestros descendientes con otras casas para lograr la paz, invadir territorios si vemos que no se est¨¢ de acuerdo con lo estipulado, etc.

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Britannia ahonda en la diplomacia, eso tan presente en nuestras vidas. De hecho, en la versi¨®n que pudimos probar control¨¢bamos al rey Flann, del reino de Mide (hay diez facciones jugables), una regi¨®n peque?a en ese momento hist¨®rico. A trav¨¦s de los acuerdos con los otros territorios, as¨ª como nuestro buen hacer al frente de nuestro ej¨¦rcito, fueron llegando los objetivos. Porque s¨ª, esta es otra caracter¨ªstica: a la hora de ganar una batalla no es necesario tomar un camino, sino que hay varias bifurcaciones para llegar a la meta.

Por ejemplo, si con Attila se remodel¨® el sistema ¨¢rbol de familias y pol¨ªticos, ahora se actualiza no s¨®lo con las novedades contadas anteriormente, sino tambi¨¦n con la ¡°influencia familiar¡±. Este concepto hace referencia a la necesidad de tener contentas a las diferentes cabezas de cada estrato. Aqu¨ª a su vez entran en juego las ¡°Provincias¡±, que no es m¨¢s que peque?as administraciones lideradas por un terrateniente que obedece las ¨®rdenes del mandam¨¢s del reino. M¨²ltiples variantes, un solo objetivo: vencer a tus enemigos.

Y en la guerra todo vale

Como buen Total War, existen dos parcelas: una de administraci¨®n econ¨®mica y diplom¨¢tica, y otra centrada en la guerra. El juego de estrategia puro y duro donde centenares de soldados se curten a tortazos entre s¨ª.

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En Britannia se vuelve a tener este concepto explotado a su m¨¢ximo exponente. En la versi¨®n que pudimos probar todo se mov¨ªa con fluidez y con un gran nivel de calidad y detalle. El equipo nos asegur¨® que se podr¨¢ jugar en m¨ªnimo con una GTX 460 y 5 GB de RAM; no obstante, y como suele ser habitual, es recomendable tirar un poco m¨¢s arriba, en concreto a 8 GB de RAM, una GTX 770 y un i5 como procesador (incluso as¨ª, son requisitos bastante positivos).

Por otro lado, el cambio de ¨¦poca siempre lleva consigo una diatriba compleja de superar, y no es otra que el cambio en la ambientaci¨®n hist¨®rica. Soldados, mapeado, edificios, etc., se tienen que sustituir, y se puede decir sin miedo que Creative Assembly vuelve a rozar la excelencia en este apartado.

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As¨ª mismo, destacar que en las batallas se han remodelado muchas animaciones, algo que se agradece si se juega con bastante zoom en el campo de lucha. Los guerreros modifican su comportamiento si el enemigo est¨¢ cerca o alejado, lo que se agradece a la hora de una mayor inmersi¨®n jugable. Adem¨¢s, no es balad¨ª la propia recreaci¨®n de las batallas en s¨ª, es decir, el fragor como tal.

Como en anteriores entregas, los guerreros pueden desertar si ven que la contienda est¨¢ perdida. Si esto ocurre, perdemos parte de los pelotones. Si os contamos esto es porque aqu¨ª entra una de las novedades de Britannia: el reclutamiento de unidades no se realiza a trav¨¦s de edificios especializados, sino de la tecnolog¨ªa.

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Esta idea nos ha parecido uno de los grandes puntos positivos que tiene este nuevo Total War. Todas las unidades podr¨¢n ser creadas desde el mismo edificio. Por tanto, el ¨²nico requisito es avanzar tecnol¨®gicamente como sociedad. ?Y c¨®mo se consigue eso? Pues realizando objetivos, consiguiendo mejoras en la sociedad a trav¨¦s del alimento o infraestructuras, tendiendo la mano a acuerdos y un largo etc¨¦tera que ya podr¨¢s imaginar.

Eso s¨ª, a pesar de que este cambio se agradece desde el punto de vista jugable, no hay que olvidar que sigue presente el ratio oro/comida respecto a los soldados creados. Si tienes un excedente de militares, cuidado con tus arcas y reservas de comida: no todo es eterno y puede que el pueblo pase hambruna.

Total War: Britannia se presenta en sociedad como uno de los productos m¨¢s s¨®lidos dentro de la franquicia Total War. Tiene el sello caracter¨ªstico de la franquicia para no perder a los asiduos que juegan en un nivel m¨¢s b¨¢sico, pero por otro lado incluye elementos para que los ¨¢vidos saquen provecho de cada uno de sus turnos.

Dios salve a la reina.