Finding Paradise, An¨¢lisis

Una vida mejor

La naturaleza que todo lo da todolo arrebata. Es la vida y es la muerte, dos realidades antag¨®nicas que pugnanpor la hegemon¨ªa, aunque la vencedora final sea siempre la misma. M¨¢s tarde om¨¢s temprano viene a reclamar lo que es suyo por derecho, sin preguntar, sinsolicitar el consentimiento del futuro difunto. Algunas veces acude en los a?osde mocedad o en la madurez tierna; otras, lo m¨¢s com¨²n, en la vejez, cuando elcuerpo deja de funcionar y los huesos se deshacen como polvo arenoso. Al final loque cuenta es c¨®mo vivimos durante el tiempo que se nos ha dado, si hemos sidofelices y si hemos hecho felices a los dem¨¢s¡­con sus claroscuros, porque lavida perfecta es ciencia ficci¨®n.

Rememora por un instante esemomento en el que deseaste que la tierra te tragara. O quiz¨¢ ese episodio detristeza que te mantuvo cabizbajo durante un tiempo prolongado. Puede que decidasolvidar a aquella expareja destructiva que se afan¨® en agriarte la existencia.O tal vez prefieras desterrar de la mente algo tan banal como la derrota delequipo al que eres aficionado. Imagina ahora una m¨¢quina capaz de borrar esosrecuerdos, de arrancarlos del cerebro como si nunca hubieran acaecido. Dibuja en tu mente los mecanismosde un dispositivo que no solo elimina vivencias pasadas, sino que las sustituyepor otras diferentes.

Son recuerdos falsos de una vida novivida, mentiras cinceladas en el hipocampo y en la corteza prefrontal por losespecialistas de Sigmund Corporation, la firma que ha patentado la m¨¢quina. Lasactividades de esta empresa ficticia las vimos por primera vez en To the Moon,el emotivo videojuego desarrollado por Freebird Games para PC en 2014 (tambi¨¦n existeuna versi¨®n en m¨®viles, lanzada el a?o pasado). De la mano de los doctoresWatts y Rosalene, el jugador conoce la tecnolog¨ªa que permite reescribir lahistoria de las personas que est¨¢n a punto de fallecer. As¨ª, una vez firmado elcontrato pertinente, los profesionales colocan el casco al paciente y bucean ensus recuerdos, realizan la autopsia de su vida y modifican las partessolicitadas por el cliente.

Cuando Colin se da cuenta de que elfinal est¨¢ cerca, contacta con Sigmund Corp para que le practiquen la extremaunci¨®n dulce. A diferencia de otros clientes, el anciano cree haberdisfrutado de una vida plena. Sin embargo, siente que se ha dejado mucho porhacer, y ya que su tiempo se ha agotado, ?qu¨¦ mejor manera de marcharse queaderezar sus logros? Pide que no modifiquen los episodios principales,especialmente los relacionados con su familia, pero s¨ª que inoculen nuevas vivencias en su mente. 

Trat¨¢ndose de los doctores Eva Rosaleney Neil Watts, uno puede esperar alguna que otra complicaci¨®n. No porque seannegligentes, aunque todo el mundo cometa fallos, sino porque en su pasado profesionalse han enfrentado a problemas dif¨ªciles de solventar. En Finding Paradise, secuelade To the Moon, estos dos cient¨ªficos siguen emanando la misma qu¨ªmica, y lohacen a trav¨¦s de unos di¨¢logos trufados de acidez y humor, cuando no deemotividad. Las referencias humor¨ªsticas a pel¨ªculas u otros juegos sonconstantes y arrancan la sonrisa en no pocas ocasiones.

La historia, en cambio, relaja sutono sin dejar de lado ese toque personal que caracteriza a la franquicia. Muya pesar de sus innegables virtudes, en el caso de To the Moon exist¨ªa el af¨¢ncontinuo de tocar el coraz¨®n del jugador. No obstante, tropezaba y ca¨ªa en laexageraci¨®n y en un sentimentalismo desmesurado, lo que parad¨®jicamente restabaemotividad, pues el guion perd¨ªa credibilidad. No ocurre lo mismo en lasecuela, donde se ha encontrado un equilibro mucho m¨¢s satisfactorio.    

El p¨¢jaro, el avi¨®n de papel y el violonchelo

Un ni?o mira por el balc¨®npensativo. De repente, una voz aflautada llama su atenci¨®n. La peque?a deenfrente le pregunta por su nombre y este le contesta, titubeante. ¡°?Colon? ?Tellamas Colon?¡±, inquiere la muchacha, que finge no haber escuchado bien. ¡°Colin,me llamo Colin¡±, grita el chaval. La comunicaci¨®n no parece fluir como esdebido, as¨ª que el peque?o Colin entra en casa, escribe una nota y dobla elpapel hasta que el folio toma la forma de un avi¨®n. ¡°?P¨¢samelo, p¨¢samelo!¡±,exclama la muchacha alborozada. El avi¨®n surca el aire, vuela, siguevolando¡­y se detiene, vuelve atr¨¢s, de nuevo a las manos de Colin. ¡°?El viento!¡±,grita la chica con sorna, sabiendo de antemano lo que iba a ocurrir.

La historia de Finding Paradiseorbita alrededor de varios conceptos, uno de ellos el del avi¨®n, que desde lamet¨¢fora del p¨¢jaro y de la nave de papel nos recuerda la profesi¨®n de Colin,la de piloto. Como en To the Moon, los doctores reviven los recuerdos delcliente durante distintas etapas de su vida, en la infancia, la adolescencia,la madurez y la vejez. A trav¨¦s de esos bloques de memoria se construye el personaje,que el jugador va descubriendo al mismo tiempo que los doctores. No es un juegolargo (unas cuatro o cinco horas), pero el desarrollo de la trama se toma sutiempo y va esbozando la personalidad de Colin poco a poco. La fant¨¢stica bandasonora original viste la narraci¨®n con m¨²sica que evoca los instrumentos quenuestros protagonistas tocan en la ficci¨®n: el violonchelo, Colin; el piano, sumujer Sof¨ªa. Son temas de cuerda y de piano que destacan por su belleza y quecasan con las escenas que se suceden en pantalla, subrayando las emociones.

Finding Paradise es un t¨ªtulo m¨¢sde ver que de jugar, adem¨¢s que muy continuista. Si dejamos de lado lasconversaciones y la b¨²squeda de orbes para activar los mementos (objetos que nospermiten viajar de recuerdo en recuerdo), lo ¨²nico que nos queda es la resoluci¨®nde peque?os puzles, todos ellos de f¨¢cil resoluci¨®n. Est¨¢ dise?ado para quenada se interponga en la narraci¨®n, para que el jugador reviva la historia delpersonaje y lo acompa?e en su ¨²ltimo viaje: el de la muerte. Con la ayuda de Wattsy Rosalene, ambos a los mandos de la misteriosa m¨¢quina, escribir¨¢n el guion quepermitir¨¢ a Colin vivir una vida mejor.