Island Flight Simulator, An¨¢lisis

Island Flight Simulator, An¨¢lisis

Ayer mismo nuestro compa?ero Sergio nos contaba c¨®mo PlayStation Vita ced¨ªa el terreno indie a Nintendo Switch, la consola h¨ªbrida de Nintendo que est¨¢ cosechando ¨¦xitos en cada mercado donde se ha lanzado. Si bien el t¨ªtulo del que hoy os hablamos entrar¨ªa con calzador en este g¨¦nero, es un buen ejemplo de c¨®mo en el cat¨¢logo de Switch hay cabida para todo tipo de juegos.

Island Flight Simulator es un intento de acercar la simulaci¨®n de vuelo a consolas, un g¨¦nero que si por alguna raz¨®n no se ha propiciado en demas¨ªa en este tipo de aparatos de ocio es por varias razones. Primero por el uso indiscriminado de botones que se necesitan para justamente lo que pretende, simular el control de un avi¨®n, y que un simple gamepad no nos ofrece. En segundo lugar porque este tipo de productos requiere de un gran hardware para calcular la m¨¢xima cantidad posible de datos que se barajan en cada acci¨®n que realizamos con el avi¨®n. Entonces, ?qu¨¦ podemos encontrar en Island Flight Simulator?

Del dicho al hecho¡­

Hay un trecho. Y adem¨¢s demasiado grande. Porque este videojuego creado por Caipirinha Games y Joindot Games es de todo menos lo que pretende ser. La esperada simulaci¨®n que deja entrever su t¨ªtulo ni est¨¢ ni se le espera y lo ¨²nico que consigue -y adem¨¢s estupendamente- es que nos aburramos desde la primera misi¨®n de entre las m¨¢s de cien que incluye el cartucho.

No existe un modo historia como tal puesto que lo ¨²nico que tenemos que hacer es recoger paquetes en diferentes islas y entregarlas en su destino para, despu¨¦s, volver a nuestro hangar. Tres sencillos pasos que se repiten una y otra vez hasta llegar al final de nuestra ¡°aventura¡±. No hay conversaciones, tampoco vemos a otros pilotos y ni tan siquiera a m¨¢s aviones surcando el cielo. Es como un juego de m¨®viles adaptado a la circuiter¨ªa de Nintendo Switch -que para nada aprovecha- donde echar partidas espor¨¢dicamente sin m¨¢s pretensi¨®n que la de intentar que nos ayude a conciliar el sue?o.

Acelerar, frenar, virar el avi¨®n o encender el motor son los ¨²nicos botones que intentan dar realismo a Island Flight Simulator. Tambi¨¦n est¨¢ la posibilidad de utilizar el tren de aterrizaje, una opci¨®n casi anecd¨®tica que solo aprovecha un par de aviones de los tres disponibles en el juego. Lo peor es el terrible control que posee cada uno de estos aeroplanos y que hace dif¨ªcil divertirse con el cartucho; tosco, lento y para nada real que desquicia tras cinco minutos de juego. La cosa mejora ¡°algo¡± cuando vamos actualizando el avi¨®n con nuevos componentes (no muchos, la verdad) o accediendo a otro de superiores caracter¨ªsticas, pero lo m¨¢s probable es que antes de llegar a ese punto ya estemos pensando a cual de nuestros cu?ados prestarle el videojuego. 

Antes de aceptar un encargo la acci¨®n transcurre en una c¨¢mara en primera persona donde manejamos al piloto, es decir, nosotros. Apenas tenemos un par de metros cuadrados para movernos y las ¨²nicas acciones posibles son la de repostar nuestra avioneta, escoger la siguiente misi¨®n y acercarnos al hangar. Adem¨¢s de encargos dentro de la legalidad, existen otros donde aceptamos llevar mercanc¨ªa de dudosa procedencia que nos expone a ser sancionados econ¨®micamente si nos pescan con ella. Nada m¨¢s. Una vez aceptada la misi¨®n debemos subirnos a nuestro avi¨®n y poner rumbo a la isla donde se haya el paquete, aterrizar, coger el susodicho y llevarlo a su destino.

Lo que deber¨ªa ser una maravillosa experiencia como es la de sobrevolar el mar, visitar paradis¨ªacas islas, pilotar diferentes aviones y sentir la brisa en el cogote, se convierte en una tortura jugable cuando comprobamos que el trayecto de una isla a otra puede llevarnos -sin exagerar- aproximadamente cinco minutos con unas vistas durante el trayecto que poco incitan a jugar. A ello hay que sumarle que con su control, si erramos en alg¨²n momento -algo bastante f¨¢cil-, nos obliga a repetir desde el inicio el encargo. Si esto ocurre antes de llegar a la primera isla a¨²n tiene un pase, pero si sucede en la ¨²ltima, tras m¨¢s de diez minutos viendo c¨®mo tu avi¨®n vuela solo, mirando las mismas nubes una y otra vez, una niebla que apenas deja ver el escenario y menos acci¨®n en pantalla que ver luchar a dos botijos, el reintentar el encargo es algo as¨ª como un pase VIP al Infierno.

T¨¦cnicamente desastroso

Lo ¨²nico que pod¨ªa haber salvado en cierta medida este cartucho era un cuidado apartado t¨¦cnico. Unas buenas vistas, coloridos paisajes, unas f¨ªsicas complejas para el mar, algo de ambient occlusion que otorgue m¨¢s realismo, efectos clim¨¢ticos que den vidilla etc¡­ Ya que viajamos de un lugar a otro, al menos que disfrutemos del trayecto, pero ni aqu¨ª consigue que Island Flight Simulator levante el vuelo, si se nos permite la broma.

Gr¨¢ficamente es un juego de hace dos generaciones mal pulido. Sombras pixeladas, dientes de sierra a toneladas, errores gr¨¢ficos en la generaci¨®n de escenarios, poca distancia de visi¨®n, agua sin cuidadas texturas ni movimiento, incoherencias mostrando las islas, nula vegetaci¨®n, edificios que se repiten hasta la extenuaci¨®n¡­ y as¨ª, un suma y sigue. Todo este descuidado apartado ya pudimos verlo en su edici¨®n para Wii U y esper¨¢bamos al menos que se corrigiera para su lanzamiento en Nintendo Switch, pero no ha sido as¨ª.

Rizando m¨¢s el rizo encontramos que no tiene opci¨®n alguna para cosas tan b¨¢sicas como invertir las c¨¢maras o la ausencia total de m¨²sica que nos acompa?e en los trayectos. Es curioso ver que s¨ª existe una opci¨®n que nos permite bajar el volumen de la melod¨ªa¡­ del men¨² de inicio. Tambi¨¦n se puede modular el volumen de los efectos sonoros y quiz¨¢s quieras hacerlo pues su calidad dista mucho de ser de primera categor¨ªa y m¨¢s all¨¢ del girar de las aspas, poco m¨¢s escucharemos.