Qu¨¦ podemos esperar de Shenmue III

Shenmue III, una secuela directa 18 a?os despu¨¦s

Como juego que concluye en un abrupto ¡°to be continued¡±, es muy complicado hablar de qu¨¦ esperar de Shenmue III sin caer en destripes de las dos primeras entregas de la saga. Es necesario hacerlo para diferenciar claramente dos grupos de fans y de expectativas: las de aquellos que se quedaron buscando marineros en Yokosuka y las de los que llegaron a perderse por los montes de Guilin.

Porque como se explica m¨¢s adelante, aunque solo haya tenido dos entregas, Shenmue evoluciona mucho su experiencia desde su arranque hasta el punto en que se qued¨®. Lo que se mantuvo inmutable, la esencia de Shenmue, es una jugabilidad que desgraciadamente nadie ha replicado de manera convincente. Encender la consola de nuevo y cargar un viejo savefile permite comprobarlo de inmediato. Al poco de empezar a explorar, cierto personaje, que casi siempre se encuentra en cierto bar, aparece bailando en un lugar en lugar distinto. Eso es lo que hace especial a esta franquicia: su mundo est¨¢ vivo, y jugarlo de nuevo cada vez es sorprenderse con detalles y situaciones en los que no hab¨ªas reparado antes. El mimo puesto en los detalles es abrumador.

?Qu¨¦ es Shenmue?

No por muy repetido es f¨¢cil de entender qu¨¦ supone que los personajes que habitan los discos de Shenmue no sean simples avatares caminacalles como estamos acostumbrados en los sandbox actuales. Una de las formas de echar horas a la entrega original era algo tan simple como in¨¦dito entonces (y ahora) en los videojuegos: ponerse a seguir a personas aleatoriamente. No es que hubiese interacci¨®n real, hablar con ellos solo reportaba en muchos casos frases olvidables (¡°how¡¯s it going¡±, ¡°see you around¡±), pero pero hab¨ªa algo fascinante en perseguir a estos desconocidos vecinos: descubrir d¨®nde viv¨ªan e ir a esperar all¨ª a primera hora de la ma?ana para aprender sus rutinas. Verles ir a trabajar, pararse de camino a hacer la compra, irse al anochecer a beber al bar... Con un poco de imaginaci¨®n, pod¨ªas imaginar su situaci¨®n vital, sus circunstancias, empatizar en cierta medida con sus vidas.

Y entre medias se desarrollaba una historia que, a diferencia del modelo de mundo abierto que luego popularizar¨ªa GTA, no va de aceptar misiones o moverse a puntos concretos en un enorme mapa, sino que transcurre de forma natural: Ryo pregunta y la gente responde. Muchas respuestas suponen una p¨¦rdida de tiempo, otras sin embargo dan pistas que llevan a nuevas preguntas y situaciones. Ser eficientes e ir directos a culminar el juego cuanto antes hace saltarnos varios eventos enteros y a¨²n muchos m¨¢s peque?os detalles y an¨¦cdotas. Shenmue es una saga que se disfruta m¨¢s perdiendo el tiempo. Es la forma de jugabilidad que Suzuki defini¨® en ¡°The old man and the peach tree¡±, la prueba de concepto que dio origen a Shenmue.

Esa mec¨¢nica, familiar para quien jugase la primera entrega, se mantuvo pero dio un giro algo brusco hacia la acci¨®n en la segunda parte. A diferencia de la peque?a y acogedora Yokosuka, Ryo se enfrenta a un mucho m¨¢s hostil (y basto) Hongkong, algo que el juego deja claro desde casi el primer momento con cierto acontecimiento temprano, y que llega a su pin¨¢culo, literalmente, en el ¨¦pico final del III disco.

Quien se acerque de nuevas a la franquicia puede esperar, por tanto, de Shenmue III una experiencia que, como las anteriores entregas, tendr¨¢ mucho de viaje: una vez en destino puedes dedicarte simplemente a correr de un sitio para otro haciendo aquello que hab¨ªas ido a hacer para concluirlo cuanto antes, o puedes dedicarte a saborear la ocasi¨®n, a recrearte en los detalles y a profundizar en los lugares, las gentes y sus historias. La franquicia Shenmue puede jugarse de la primera manera, pero est¨¢ pensado para disfrutarse de la segunda.

Un mundo muy cambiado

Los veteranos, por otra parte, aquellos que llegasen al final del cuarto disco de la segunda parte y llevan 20 a?os con la intriga de ver c¨®mo continuaba la historia, no pueden quitarse una inquietud que el miedo a los espoilers impide vocear: El viaje de Ryo empieza intencionalmente rutinario, pero no est¨¢ destinado a serlo. El mundo que se dibuja en el final de Shenmue II es uno de magia, de leyenda. Es dif¨ªcil prever c¨®mo Shenmue III puede combinar esas dos almas (mundo real vs mundo de leyenda) avanzando en su historia sin alienar a aquellos que al solo conocer la saga de o¨ªdas o haber jugado solo la primera parte tienen una imagen muy distinta de la saga. En ese sentido la necesidad de una remasterizaci¨®n de los primeros t¨ªtulos se presenta como casi imperiosa para su ¨¦xito.

Respecto al tono de la aventura, es dif¨ªcil saber si en esta tercera entrada de la franquicia el juego volver¨¢ a su faceta de acci¨®n como en los tres primeros discos de la segunda parte (especialmente  tercero), o por contra mantendr¨¢ el tono intimista del ¨²ltimo y la primera entrega. Al fin y al cabo, Ryo vuelve a tener un hogar en Bailu Village, y ahora una compa?era, algo que se deber¨¢ reflejar en las mec¨¢nicas. Ya sabemos que la presencia de Shen Hua s¨ª tendr¨¢ reflejo en el argumento, pues Suzuki ya ha adelantado que uno de los focos en la historia ser¨¢n las diferencias en la forma de pensar de hombres y mujeres.

Una nueva forma de luchar

Entre explorar y explorar, de nuevo Ryo tendr¨¢ que poner en pr¨¢ctica sus artes marciales, y en este sentido y en contra del resto de aspectos del juego, Yu Suzuki ya ha adelantado que nos preparemos para un importante cambio en el sistema de combate: si el de las dos primeras entregas estaba tra¨ªdo directamente de Virtua Fighter, esta vez Suzuki promete un cambio radical. Parece que este aspecto ser¨¢ con mucho el que m¨¢s se aparte de lo que hemos conocido hasta ahora en la franquicia.

Suzuki ha definido el nuevo sistema de combate como m¨¢s simplificado y cinem¨¢tico. Quiere innovar, en sus palabras, pasando de una mec¨¢nica como la de los juegos de lucha, basada en el timing, a una que tendr¨¢ m¨¢s componente de puzle y coreograf¨ªa. Tambi¨¦n quiere incorporar el uso de objetos que influyan en el curso de las batallas. Pero se mantendr¨¢n, como no, uno de los elementos m¨¢s recordados de la saga: los QTE. Eso s¨ª, en sus misteriosas palabras, Suzuki ha prometido a los fans afrontar el reto de crear la pr¨®xima evoluci¨®n los Quick Time Events que ¨¦l mismo contribuy¨® a popularizar, por lo que es de esperar que luzca renovado.

Nuevos escenarios, nuevos personajes, viejos enemigos

Sabemos tambi¨¦n que nos volveremos a enfrentar al Chi You Men, incluyendo de nuevo a nuestro archienemigo Lan Di. A ¨¦l se le unir¨¢n otros miembros del Chi You Men, entre los que destacar¨¢ la seductora y letal Niao Sun, presentada hace ya 20 a?os pero que a¨²n no hemos podido ver en acci¨®n.

Todo ello mientras exploramos las tres principales localizaciones del juego: Bailu Village, el tranquilo hogar de Shen Hua y del ¨¢rbol Shenmue; Choubu Area, una bella villa ribere?a de calles empinadas y aspecto inconfundiblemente chino donde se concentrar¨¢n templos y comercios; y Baisha Village, un lugar en el que es conocido que tendremos tanto una misi¨®n de infiltraci¨®n como a otra en la que sobrevivir a un asedio. Entre estos tres lugares conoceremos e interactuaremos con los m¨¢s de 100 personajes que Suzuki ha confirmado formar¨¢n parte de la historia principal.

Volver¨¢n tambi¨¦n de nuevo, como no pod¨ªa ser de otra forma, los minijuegos, las apuestas callejeras e incluso, al parecer, las carretillas elevadoras¡­ Solo falta esperar unos pocos meses para ver si la f¨®rmula de Shenmue, tan alejada de la evoluci¨®n posterior de lo que se conoce hoy en d¨ªa como mundos abiertos, ser¨¢ capaz de llegar no solo a aquellos que lo esperan con anhelo desde hace casi dos d¨¦cadas, sino tambi¨¦n a un p¨²blico nuevo que no ha conocido las mec¨¢nica de la saga a¨²n. Que el trailer oficial no alcance el mill¨®n de visitas en el canal de Playstation no es un buen s¨ªntoma, pero al menos esta vez sabemos ya que el idioma no ser¨¢ impedimento: est¨¢ confirmado que el juego saldr¨¢ completamente subtitulado al espa?ol.