Zelda: Breath of the Wild - La Balada de los Elegidos, an¨¢lisis

La Balada de los Elegidos, an¨¢lisis

The Legend of Zelda: Breath of the Wild recibi¨® la semana pasada el segundo y definitivo ¨Cal menos de momento- contenido descargable centrado, seg¨²n las expectativas generadas con lo poco que sab¨ªamos de ¨¦l, en los elegidos que lucharon junto a la princesa Zelda cien a?os antes. Daruk, Urbosa, Revali y Mipha deb¨ªan ser protagonistas en esta expansi¨®n de la historia del juego, mientras que la propuesta de desaf¨ªos se quedaba en el primer contenido descargable basado en la Espada Maestra. Pero la realidad es que cualquier expectativa generada alrededor de conocer m¨¢s sobre los elegidos, o incluso controlarlos, se desvanece al poco de empezar un contenido que, eso s¨ª, brinda horas de diversi¨®n al m¨¢s puro estilo Salvaje.

2017 ha sido un a?o extraordinario para los videojuegos. Y lo ha sido tambi¨¦n para Nintendo, que ha recuperado la senda del ¨¦xito a todos niveles gracias a Nintendo Switch. La consola vende a gran ritmo, est¨¢ recibiendo lanzamientos de nivel y por primera vez se ha podido ver en un mismo a?o como Mario y Zelda compart¨ªan protagonismo con entregas excelsas y aclamadas en todo el mundo. En el caso que nos ocupa, ha sido el a?o de la revoluci¨®n en la saga protagonizada por Link: la libertad en una expresi¨®n nunca vista en el g¨¦nero Open World y el hecho de romper muchas de las cadenas que ligaban la saga a sus bases para, as¨ª,  empezar de cero. Es, probablemente, el primer juego de la saga sobremesa que decidi¨®, de manera deliberada, dejar de mirar a Ocarina of Time. Y el resultado salta a la vista.

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Han pasado los meses, ha llegado diciembre y Breath of the Wild se est¨¢ alzando con los premios a Mejor Juego del A?o en la mayor¨ªa de webs especializadas. Tambi¨¦n en los Game Awards, donde aunque Nintendo siempre ha tenido presencia notoria (con anuncios interesantes, y este a?o no ha sido menos), nunca hab¨ªa ganado el m¨¢ximo galard¨®n. Este a?o s¨ª. La gala sirvi¨®, adem¨¢s, para mostrar otro tr¨¢iler del DLC 2 del juego, La Balada de los Elegidos, y anunciar que estar¨ªa disponible ese mismo d¨ªa. En pocas horas est¨¢bamos ya jugando y d¨¢ndonos cuenta que esta expansi¨®n no era mala, al contrario, pero tampoco lo que muchos hab¨ªamos imaginado.

Cuando se anunci¨® su t¨ªtulo y se dio tanta presencia a los elegidos para combatir ante Ganon, la imaginaci¨®n nos llev¨®, de manera casi natural, a pensar en algo que profundizara en la batalla del Cataclismo, 100 a?os antes de los hechos que transcurren en Breath of the Wild. ?vivir esos encuentros? ?C¨®mo reclutar a los elegidos? ?Incluso controlarlos en una evoluci¨®n de lo que fueron las transformaciones de Majora¡¯s Mask? Fuimos demasiado lejos. Y nadie nos detuvo en nuestros pensamientos. La realidad es mucho m¨¢s mundana. Y eso provoca dos cosas: una, que sea una peque?a decepci¨®n saber que apenas se profundiza a nivel de personajes, narrativa o historia en este punto; y la segunda tambi¨¦n importante, que para nada esto signifique que tengamos delante de nosotros una mala expansi¨®n. Al contrario.

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M¨¢s santuarios, m¨¢s desaf¨ªos

La Balada de los Elegidos se encarga, simplemente, de expandir el mundo de Breath of the Wild con nuevos retos en todo aquello en lo que el juego ya present¨® sus credenciales: combates con particularidades para que los jugadores que vayan armados hasta los dientes no puedan calificarlos de paseo; 16 santuarios de gran nivel y una nueva mazmorra en el interior de una bestia, adem¨¢s de un jefe final con enjundia. As¨ª pues, el DLC 2 es ni m¨¢s ni menos que m¨¢s gameplay, dejando detalles de los elegidos en escasas cinem¨¢ticas y aportando otros extras nada desde?ables: nuevos cofres escondidos que cuestan los suyo encontrar y que algunos ¨Ccierto traje de villano- son muy satisfactorios, pruebas previas a los santuarios que exigen exploraci¨®n y algunas mec¨¢nicas curiosas y, como colof¨®n, la moto que aparece en el tr¨¢iler de lanzamiento.

Para acceder al contenido del DLC es necesario haber vencido en las cuatro bestias del juego principal. Solo entonces podremos acceder a estos nuevos desaf¨ªos. El inicio es algo tibio. Se nos presenta un arma desconocida hasta el momento que tiene la capacidad de eliminar a los enemigos de un golpe pero, a cambio, provoca que nosotros muramos de un solo impacto. Con esta premisa tendremos que limpiar cuatro zonas de la meseta para que se nos aparezcan cuatro santuarios. Una vez superados, conoceremos las cuatro pruebas repartidas en cada una de las razas del juego.

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Es ah¨ª donde empieza a despuntar la expansi¨®n. Tendremos que visitar una estructura nueva en cada una de las regiones donde se nos exigir¨¢ tres pruebas con mapas que debemos descubrir donde se?alan en Hyrule. Algunas son carreras entre c¨ªrculos de luz, otras acabar con ciertos enemigos, hacer ciertos desaf¨ªos de habilidad (como tocar cuatro objetivos de un solo salto con el arco) y otros, simplemente, llegar a lugares escondidos. Esto nos abre las puertas a los santuarios que, una vez superados (tres por zona), nos permiten enfrentarnos al jefe final de la bestia de ese lugar con limitaciones de equipo. Como se reutilizan las iras de Ganon ya conocidas, no son demasiado complicadas ¨Csalvo la Zora, que ya sab¨¦is que en su segunda fase es bastante pesada-. Por el contrario, la mazmorra final y el jefe s¨ª est¨¢n a la altura, y nos atrever¨ªamos a decir que el enemigo de esta expansi¨®n es posiblemente el m¨¢s inspirado del juego.

En todo este proceso, lo m¨¢s destacados son los nuevos santuarios. Si tuvi¨¦ramos que separar los 120 santuarios del juego original entre los mejores y los peores,  sin duda alguna 15 de estos 16 santuarios estar¨ªan en el primer grupo: el de los mejores. No aportan grandes mec¨¢nicas nuevas (no tenemos ning¨²n nuevo m¨®dulo) pero usan con inteligencia todas las habilidades aprendidas. Especialmente destacan las secuencias de electricidad, donde tendremos que mover piezas, encajarlas en zonas concretas, usar equipo met¨¢lico para acabar de cuadrarlo todo y de paso utilizar el paralizador para llegar a nuestro objetivo a tiempo. Mover estructuras con el im¨¢n, combatir con mini guardianes, calcular saltos con la paravela y combinarlo todo a la vez es lo habitual en santuarios que no son un rompecabezas extremo pero son bastante elaborados: m¨¢s largos que los que ya conoc¨ªamos en el juego y con algunos cofres que, ah¨ª s¨ª, exigen al jugador mucha imaginaci¨®n. Encontramos varias zonas dentro de los mismos, y en muchos casos exigen habilidad en saltos, calcular el lanzamiento de bombas y dem¨¢s. No reinventan nada, pero lo que hacen est¨¢ muy bien en t¨¦rminos generales. 

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Todo ello se completa con varios secretos escondidos por Hyrule que encontraremos, primero de todo, pasando por las notas en libros escondidos en varios lugares. Ropa de la guardia de Hyrule, armadura fantasmal de Ganon, bridas para mejorar a nuestros caballos, los ropajes azules de Wind Waker o el casco de Zant y el gorro de Ravio nos entretendr¨¢n -si no tiramos de gu¨ªa- un buen rato haciendo que esta expansi¨®n supere tranquilamente las 12 horas.