Rive: Analisis para Nintendo Switch

Est¨¢n muertos los juegos de tipo arcade?

Flota mucho en el ambiente la cuesti¨®n estos d¨ªas, aunque tambi¨¦n es cierto es que ya llevamos unos a?itos escuch¨¢ndola. No nos pondremos de acuerdo del todo en la respuesta, aunque hace bien poco nos desayun¨¢bamos con un de esas sorpresas muy desagradables con el abandono de este tipo de propuestas cl¨¢sicas por parte de Housemarque, uno de los estudios que mejor las han actualizado, que termina por despedirse tras el excelente Nex Machina porque, literalmente, piensan sus responsables que este tipo de videojuegos ¡°est¨¢n muertos¡±. Triste momento sin duda este que nos deja Housemarque,? pero no hace falta m¨¢s que observar lo que ha sucedido este mismo a?o para darnos cuenta de que, si son cosa del pasado, el muerto est¨¢ muy vivo aunque se sit¨²e ya fuera de la primera l¨ªnea de batalla. Y es que no tiene pinta de que el zombie vaya a desaparecer bajo tierra por completo, gracias a los muchos estudios m¨¢s humildes, tan modestos que incluso los forman dos personas, que no paran de profundizar con sobrado acierto en estos vestigios tan retro. Otra cosa diferente ser¨¢n los desarrollos independientes de la categor¨ªa m¨¢s alta de la escena, una gama en la que podr¨ªa inscribirse todo lo que ha hecho Housemarque y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, este Rive, un juego de un nivel de producci¨®n algo superior al del indie al uso.



Rive: Ultimate Edition es la edici¨®n definitiva de un juego que pas¨® sin pena ni gloria v¨ªctima de un lanzamiento m¨¢s bien discreto en cuanto a promoci¨®n, que se produjo posiblemente en un mal momento, lo que unido a la calidad media de la cosecha (m¨¢s bien alta) lo llev¨® a perderse por completo entre los indies de 2016. Lo cierto es que la falta de visibilidad y trascendencia de este y otros videojuegos recientes, con coraz¨®n cl¨¢sico, deber¨ªa dar origen a un debate muy serio para toda la industria en general, con implicaciones que van mucho m¨¢s all¨¢ del ¨¦xito inmediato que pueda tener un videojuego e implican a desarrolladores, prensa y, tambi¨¦n hay que decirlo, usuarios que gustan de estas propuestas pero las apoyan solamente cuando ya es tarde para sus desarrolladoras. Es un tema complejo, pero no estamos hoy aqu¨ª para responderlo, y s¨ª para saber lo que tiene que ofrecernos esta obra p¨®stuma del estudio holand¨¦s Two Tribes, cuyos integrantes ya dejaron claro en su momento que Rive ser¨ªa el ¨²ltimo videojuego que desarrollar¨ªan con su sello. As¨ª pues, es una especie de juego-cad¨¢ver el que ahora recibe la consola h¨ªbrida de nintendo, ya que lo estamos disfrutando en Switch despu¨¦s de que sus desarrolladores renunciasen a producir m¨¢s videojuegos. Bueno est¨¢ si contribuye a aumentar su recorrido ya que Rive es, en nuestra opini¨®n, lo mejor que ha salido del estudio, y nos hace lamentar lo mucho que habr¨ªamos podido disfrutar si los autores de Toki Tori hubiesen cultivado antes esta faceta de la acci¨®n fren¨¦tica.

Rive entra de lleno en la categor¨ªa alta de la escena indie en cuanto a su presentaci¨®n audiovisual. Hay mucho buen hacer en sus fondos y personajes, y todo gira en torno al acertad¨ªsimo dise?o y habilidades del veh¨ªculo protagonista. Resulta enormemente llamativo y carism¨¢tico desde el primer momento, a pesar de ser poco m¨¢s que la cl¨¢sica navecita de tantos otros juegos que esta vez ha adquirido ¨ªnfulas de tanque ar¨¢cnido. Se las apa?a por igual en dos planos muy distintos en cuanto a su movimiento, y de esta dualidad nacen los dos g¨¦neros que Rive fusiona con gran acierto. Por un lado, nuestra nave es capaz de volar por las secciones en gravedad cero, que se convierten as¨ª en los cortos pero intensos niveles de un shoot em up twin stick que sigue a pies juntillas las ense?anzas de Geometry Wars o Super Stardust. Por el otro, cuando la gravedad lo devuelve al suelo, el curioso veh¨ªculo y su lenguaraz ocupante se convierten en la versi¨®n ultra r¨¢pida de los tanques de la serie Metal Slug, que saltan y disparan a alocadas velocidades por otros niveles, tambi¨¦n muy breves pero igual de vibrantes, que apuestan por el? Run?N Gun y las plataformas.



Rive, a diferencia de muchos otros t¨ªtulos de este estilo que hemos visto ¨²ltimamente, ha conseguido dotarse de un argumento atrayente. Se hace querer, sobre todo por c¨®mo el barbudo Roughshot se r¨ªe de s¨ª mismo y de la historia de los videojuegos en di¨¢logos con su antagonista-que-tampoco-parece-tan-malo, un omnipresente robot guardi¨¢n que se cachondea a su vez con poco disimulo del inolvidable GlaDOS (ya sab¨¦is, de Portal). Por los di¨¢logos entre el d¨²o protagonista y los propios escenarios desfila toda una retah¨ªla de chascarrillos sobre el pasado, presente y futuro de los videojuegos. Tiene para todos Roughshot desde la cabina de su nave-tanque, as¨ª que cuando no est¨¢ disparando a todo lo que se mueve, se entretiene ironizando sobre micropagos, salones recreativos o juegos de plataformas del pasado, para enfrentarse poco despu¨¦s a momentos como el nivel en que las fichas del Tetris caen sobre nuestras cabezas. Impregna todo el juego este humor para jugadores retro, que tambi¨¦n nos regala al morir pantallas en las que hay referencias a casi todo, as¨ª como alg¨²n que otro homenaje musical a los shoot em up japoneses. Mucho metalenguaje en definitiva sobre el ocio electr¨®nico, gracias al contenedor que le brinda un gui¨®n que consigue hacernos re¨ªr en bastantes ocasiones? sin ponerse pesado en ning¨²n momento.

Destruir metal no pasa de moda

Rive funciona a la perfecci¨®n en cuanto a lo que propone a nivel jugable. Su mezcla de shoot em up multidireccional y Run?n Gun con plataformas se complementa con el recurso de hackear ciertas naves enemigas que nos proporcionar¨¢n ventajas que se vuelven imprescindibles a medida que avanzamos en la campa?a. Su f¨®rmula, que ejecuta con acierto, consigue que el juego parezca incluso m¨¢s variado de lo que es en realidad, a base de alternar niveles de ambos tipos con alg¨²n que otro puzzle muy sencillo o con momentos casi anecd¨®ticos de exploraci¨®n. Causa tambi¨¦n muy buen efecto cierta secci¨®n sin armas, tan destacable que pensamos que deber¨ªa haberse explotado mucho m¨¢s este recurso, o incluso una fase de homenaje a Gradius en la que disparamos solo horizontalmente. En cualquier caso, no es la variedad, que la tiene hasta cierto punto, la que predomina en toda la propuesta de Rive. M¨¢s bien es otra palabra la que se adue?a de ella para lo bueno y para lo malo: la dificultad.


Two Tribes no se esconde: quiere proponernos un videojuego dif¨ªcil, y lo deja claro desde el men¨² principal. Si el estudio se lo plante¨® como objetivo, le damos la enhorabuena: ha logrado realizar uno de los shoot em ups m¨¢s dif¨ªciles de los ¨²ltimos tiempos, aunque parad¨®jicamente nadie se quedar¨¢ sin ver el final gracias a la abundancia de checkpoints, seguramente excesiva. Precisamente por eso, es en este punto de la dificultad y duraci¨®n donde todo el entramado flaquea un poco a nuestro entender, alej¨¢ndose de lo que podr¨ªa haber llegado a ser con una campa?a m¨¢s larga, una dificultad mejor estudiada y, sobre todo, con una mayor variedad de enemigos que el juego parece pedir a gritos. Sin duda, Rive es divertido e inmediato como mandan los c¨¢nones de los g¨¦neros que fusiona, pero lo cierto es que el caos se apodera de la situaci¨®n con demasiada frecuencia a lo largo de sus centelleantes niveles. Moriremos cientos de veces a lo largo de la campa?a y el control no tendr¨¢ la culpa casi nunca, pero la velocidad a la que se desarrolla el juego nos abona a momentos ca¨®ticos que no siempre se solucionan por la pura habilidad del jugador, transform¨¢ndose m¨¢s bien en un ejercicio de insistencia sobre tal o cual checkpoint que culmina cuando nuestra habilidad es suficiente, s¨ª, pero tambi¨¦n cuando el tremendo jaleo que se desarrolla en pantalla termina por favorecernos tras muchos intentos fallidos. Con todo, estamos ante un t¨ªtulo altamente jugable y rejugable gracias a sus diversos desaf¨ªos adicionales, como debe ser un juego as¨ª hoy d¨ªa, pero sus puntos flacos se hacen demasiado evidentes a ojos del p¨²blico al que se dirige, por muy divertido que pueda llegar a ser.