An¨¢lisis de Morphite
Viajar por una galaxia casi infinita, observar a las extra?as especies aut¨®ctonas, participar en batallas espaciales¡ Quiz¨¢s suene a ¡°mayor decepci¨®n del 2016¡± pero lo cierto es que hablamos de Morphite que, inspirado o no en No Man¡¯s Sky, nos trae algo m¨¢s cerca de aquella fantas¨ªa que result¨® ser irrealizable.
Morphite es, ante todo, profundamente agradable. Encarnamos a Mirah, una atrevida buscatesoros interplanetaria terminando su entrenamiento. Acompa?ados de una especie de gato cibern¨¦tico de nombre Kitcat (brillante) surcaremos el Universo bajo la atenta mirada de nuestro maestro Mr. Mason. Una antigua y poderos¨ªsima sustancia llamada Morphite que se cre¨ªa perdida para siempre en los confines de la historia reaparece a lo largo de nuestra aventura y con ella una serie de misterios que deberemos resolver. Gracias a nuestra nave y siempre acompa?ados de un elenco de entra?ables compa?eros surcaremos el Universo explorando sus planetas y tratando de desentra?ar sus misterios. Es una historia inofensiva, repleta de c¨®micos personajillos pero sin ning¨²n giro apasionante. Si est¨¢s buscando una gran historia aqu¨ª no la encontrar¨¢s, funcionando el argumento m¨¢s bien como simple motor de los eventos que como algo fundamental para el t¨ªtulo.
Metroid por v¨ªa de No Man's Sky
Una de las mayores virtudes del juego es la libertad que da al jugador a la hora de escoger su siguiente objetivo. Nuestro amable ciberfelino marcar¨¢ en el mapa gal¨¢ctico nuestro siguiente objetivo, pero somos libres de desviarnos cuanto queramos en el proceso. Desafortunadamente, los planetas que no forman parte de la historia principal no est¨¢n especialmente desarrollados. Apenas diez minutos sirven para destripar la mayor¨ªa de planetas secundarios de recursos y completar sus misiones secundarias y a medida que avanzamos en el juego se hace m¨¢s aparente la limitada variedad de planetas existentes y sus configuraciones. Entre planeta y planeta podremos observar el mapa intergal¨¢ctico, explorar los distintos sistemas solares y comerciar con las estaciones espaciales que se encuentran en los mismos. De vez en cuando encontraremos comerciantes o piratas en nuestro descenso a alg¨²n planeta con los que podremos lidiar de forma pac¨ªfica o violenta mediante un muy simple sistema de combate espacial.
Una vez aterrizamos en un planeta la jugabilidad se podr¨ªa describir, empleando la conoc¨ªdisima t¨¢ctica de mencionar dos otros juegos, como una mezcla entre No Man¡¯s Sky y Metroid:Prime. As¨ª, cada planeta que atravesamos cuenta con una serie de obst¨¢culos que podremos o no atravesar dependiendo de nuestras mejoras actuales. A medida que obtengamos recursos, ya sea mediante el escaneo y venta de las formas de vida alien¨ªgena que encontremos o la recolecci¨®n de minerales, podremos mejorar nuestro personaje y desbloquear nuevas capacidades. Esto impide que el ritmo del juego desista en ning¨²n punto puesto que siempre habr¨¢ alguna mejora en el horizonte, ya sea un nuevo traje que nos permita explorar planetas m¨¢s c¨¢lidos o un gadget nuevo que nos permita desplazarnos mejor por los mismos. Las mejoras a desbloquear son amplias y, aunque preferimos no destrip¨¢roslas, pod¨¦is estar seguros de que vuestro personaje final tendr¨¢ poco que ver con el debilucho blandengue con el que comenzasteis vuestras aventuras.
Cuando el planeta que ocupamos este relacionado con la historia principal es evidente que hay un extra de trabajo involucrado. Estos planetas suelen contar con elementos individuales, puzles y mazmorras al m¨¢s puro estilo zelda (salvando las distancias) e incluso terribles malos finales. Es aqu¨ª donde luce el juego y se pregunta uno si no habr¨ªa sido mejor experiencia restringi¨¦ndose a este tipo de experiencia pero es cierto que podemos sencillamente obviar el resto de contenido gracias a la libertad en oferta. El combate, que toma m¨¢s importancia a medida que avanza el juego, no llega nunca a satisfacer del todo, principalmente por una falta de respuesta visual a nuestras acciones. Sencillamente, el combate no es la estrella de Morphite sino la exploraci¨®n.
Simpleza visual, estruendo sonoro
Donde Morphite realmente destaca es en su dise?o visual y de sonido. El juego opta por un estilo poligonal que esta cada vez m¨¢s de moda gracias a t¨ªtulos como Poly Bridge. En este caso est¨¢ bien ejecutado y permite, a trav¨¦s de diferentes escalas de colores, diferenciar claramente unos planetas de otros as¨ª como dar un toque adicional de personalidad a todo el proceso. La banda sonora es probablemente el aspecto m¨¢s sobresaliente del t¨ªtulo, una ¨¦pica compilaci¨®n de melod¨ªas de ciencia ficci¨®n cuyos potentes graves prometen reventar m¨¢s que un t¨ªmpano. Recomendamos jugar a Morphite con cascos pero tened cuidado con el volumen que en ocasiones es excesivo en comparaci¨®n con el del resto del juego.
Desafortunadamente el juego sufre ligeramente en el aspecto t¨¦cnico. Personajes deciden flotar a su voluntad, rocas caen del cielo y llegamos a observar un curioso ser volador ejecutar lo que parec¨ªa un ritual de apareamiento con un ¨¢rbol durante un par de minutos. Ninguno de los errores que presenciamos fue especialmente negativo para la experiencia, sino m¨¢s bien c¨®micos errorcillos f¨¢ciles de perdonar. En el peor de los casos tuvimos que volver a empezar una misi¨®n, nada grave. Por ¨²ltimo mencionar que hemos jugado a la versi¨®n de PC sin observar ninguna ralentizaci¨®n, pero dado que nuestra maquina es especialmente potente no podemos asegurar que la versi¨®n de Switch funcione como debe.