[Opini¨®n] Los Game Awards y la b¨²squeda de la identidad

Premiando al mundo del videojuego

Desde hace muchos a?os, mi relaci¨®n con el mundo del cine tanto a nivel conceptual como art¨ªstico se ha ido afianzando de forma paralela a mi pasi¨®n por el del videojuego o la animaci¨®n. No me importaba quedarme frente a la pantalla mientras cargaban, nivel a nivel durante m¨²ltiples minutos, videojuegos como Shadow Dancer, Batman The Movie o Teenege Mutant Hero Turtles en mi ZX Spectrum +2 128k. Por otra parte, comprar las entradas para Cortocircuito 2 (primer largometraje que disfrut¨¦ en el cine) junto a mis padres o ir con los amigos del colegio a ver Masters del Universo, generaba en m¨ª una sensaci¨®n dif¨ªcil de explicar.

A medida que pasaban los a?os, me emocionaba cuando actores como Jack Nicholson, pel¨ªculas como Rain Man o directores a la altura de Richard Linklater recib¨ªan el reconocimiento internacional que, a mi modo de ver, merec¨ªan. Como gran seguidor del mundo de los efectos visuales y el arte en cine, animaci¨®n y videojuegos, disfrut¨¦ como un ni?o al ver al Batman de Tim Burton ganar el ?scar a la mejor direcci¨®n art¨ªstica gracias al gran trabajo de Peter Young y Anton Furst, me emocion¨¦ con el triplete de Jurassic Park (Efectos visuales, Sonido y edici¨®n de sonido) y celebr¨¦ que fuese El viaje de Chihiro la primera pel¨ªcula animada en recibir el Le¨®n de Oro en la Berlinale de 2002.

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Bien es cierto que, independientemente del festival del que estemos hablando, siempre hay grandes debates, enfurecidos enfrentamientos y voraces cr¨ªticas sobre la naturaleza de los premios, el inter¨¦s medi¨¢tico que generan las grandes producciones estadounidenses en detrimento de muchas obras de otros pa¨ªses, o la omnipresente sensaci¨®n de que estos cert¨¢menes pueden estar influenciados por intereses econ¨®micos, pol¨ªticos o de cualquier otra ¨ªndole. Sin duda esto generar¨ªa un sinf¨ªn de debates que no quiero tratar aqu¨ª.

No obstante, la identidad de estos cert¨¢menes se ha afianzado junto a la del cine con el paso de los a?os, logrando establecer una serie de espacios diversos, ricos, y con m¨²ltiples herramientas dise?adas para ensalzar la esencia del celuloide, por medio del reconocimiento internacional de los responsables de las obras. Y esto es algo que en el sector del videojuego estamos a¨²n lejos de conseguir, pues al tomar como ejemplo uno de los cert¨¢menes m¨¢s importantes del mundo del ocio electr¨®nico ¡ªlos archiconocidos Game Awards, anteriormente conocidos como Spike VGA¡ª, y poni¨¦ndolo en contexto junto a otras organizaciones ¡ªcomo la responsable de los Golden Joystick Awards o los premios BAFTA de videojuegos¡ª el marco general no ofrece una direcci¨®n clara. Resulta parad¨®jico que, a mi modo de ver, uno de los problemas sea porque se fijan demasiado en el mundo del cine, y otro m¨¢s debido a que el baile de categor¨ªas expuesto durante los ¨²ltimos a?os (por una parte necesario dado el cambiante panorama que nos envuelve) ha dejado en el olvido otras m¨¢s definitorias del mundo del ocio electr¨®nico.

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De esta forma, dentro de las votaciones internas de Meristation para mandar nuestros resultados como medio jurado, me he topado con la necesidad de votar a Super Mario Odyssey (a pesar de que en mi opini¨®n es uno de los mejores videojuegos de la d¨¦cada) ¨²nicamente dentro de la categor¨ªa de ¡°mejor videojuego familiar¡±: efectivamente, mientras contamos con premios a ¡°mejor videojuego de rol¡±, ¡°mejor t¨ªtulo de estrategia¡± o ¡°mejor videojuego de conducci¨®n/deportivo¡±, no tenemos destinado ninguno a ¡°mejor videojuego de plataformas¡±. Por otra parte, categor¨ªas que quedan tan bonitas y medi¨¢ticas como ¡°mejor interpretaci¨®n¡± o ¡°mejor narrativa¡±, se consideran m¨¢s merecedoras de tener su propio espacio que otras como, por ejemplo, ¡°mejor planteamiento jugable¡±, ¡°mejor dise?o de niveles¡± o ¡°mejor equilibrio de juego¡±, galardones que facilitar¨ªan la presencia de producciones como Hollow Night, Rayman Legends, Donkey Kong Country: Tropical Freeze, el patrio RiME, Guacamelee o A Hat in Time.

Precisamente ese viraje hacia el mundo del celuloide, el glamour de las grandes galas comandadas por carism¨¢ticos y famosos presentadores, o la reinterpretaci¨®n de los Game Awards como un E3 a menor escala como escaparate de esperados lanzamientos, pueden haber contribuido a que la esencia m¨¢s importante del videojuego ¡ªaquella que lo diferencia de otras artes, esa que manifiesta la importancia de la interacci¨®n, la diversi¨®n o la inmersi¨®n dentro de fant¨¢sticos mundos virtuales¡ª se haya visto relegada a un segundo plano. ?Tan dif¨ªcil es hacerlas convivir? No estoy hablando de quitar las categor¨ªas citadas, u obviar aquellas que hacen referencia a fen¨®menos tan importantes como la mete¨®rica evoluci¨®n de los eSports o la definitiva importancia del mundo audiovisual y las redes sociales v¨ªa youtubers, streamers, estrellas del deporte electr¨®nico o influencers de diversa ¨ªndole.

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Este devenir un tanto incierto tambi¨¦n lo hemos vivido durante la accidentada evoluci¨®n de los Golden Joystick Awards (dedicados a dar voz y voto al usuario final), unidos a la tendencia de obviar categor¨ªas espec¨ªficas dedicadas a la interacci¨®n, la jugabilidad o la diversi¨®n, a favor de otras centradas en la narrativa o la interpretaci¨®n. Por otra parte, los ¡ªa¨²n j¨®venes¡ª BAFTA de los videojuegos si que incluyen una categor¨ªa espec¨ªfica que premia a los dise?adores de mec¨¢nicas jugables en ¡°mejor dise?o de juego¡±, donde grandes nombres como Bloodborne o Inside han recibido un espacio de reconocimiento importante. Porque t¨ªtulos de este calibre merecen ser premiados m¨¢s all¨¢ de su soberbia direcci¨®n art¨ªstica o de su ¡°espacio seguro¡± dentro de categor¨ªas como ¡°mejor videojuego independiente¡±.

La importancia de la identidad del ocio interactivo

En la universidad, antes de entrar en el departamento de animaci¨®n, muchos de mis compa?eros coincid¨ªan conmigo en la necesidad de un reconocimiento mayor para las pel¨ªculas y cortometrajes de animaci¨®n dentro del mundo del cine, relegados muchas veces a categor¨ªas espec¨ªficas que, en muchas ocasiones, eliminaban sus aspiraciones en premios de mayor calado. A principios de los 2000 tuve la ocasi¨®n de conocer, asistir y competir en el festival de animaci¨®n de Annecy, el m¨¢s importante a nivel mundial. No cuenta con complejas categor¨ªas espec¨ªficas, pero s¨ª est¨¢ dividido en varios tipos de producciones seg¨²n si son cortometrajes o largometrajes, a saber: Cristal de Annecy a mejor producci¨®n animada, premio del p¨²blico, premio a mejor Opera Prima y Menci¨®n Especial. A pesar de ello, el ambiente que se respira, la pasi¨®n que se proyecta a nivel internacional y el respeto que se promueve entre artistas tan conocidos como John Lasseter o Henry Selick y animadores independientes tan respetados como Dudok de Wit o Bill Plympton, consiguen suplir las carencias expuestas en otros cert¨¢menes.

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Es posible que algo as¨ª sea dif¨ªcil de conseguir el mundo del videojuego, un medio de gran repercusi¨®n medi¨¢tica, tremendo valor cultural y apabullante oferta interactiva, tambi¨¦n sumido en una perpetua b¨²squeda de su propia identidad. A esto no ayudan las continuas pol¨¦micas que rodean a las compa?¨ªas, las decisiones empresariales de las mismas y sus pol¨ªticas, en muchas ocasiones, abusivas hacia el usuario y de dudosa moralidad. Raz¨®n de m¨¢s para ensalzar el valor del reconocimiento del medio a trav¨¦s de aquellos aspectos que lo hacen grande y ¨²nico: y entre ellos est¨¢n la diversi¨®n, la jugabilidad y la capacidad de interacci¨®n, elementos que nunca deber¨ªan quedarse fuera de ninguna criba.