An¨¢lisis de Superflight

Desde los albores de los tiempos la humanidad sue?a con volar. Alzando sus ojos a los cielos invent¨® el avi¨®n, el cohete y ahora Superflight. Me alegra confirmar que este ¨²ltimo es la m¨¢s digna recreaci¨®n de lo que nuestros primigenios padres buscaban. Superflight nos pone en la piel de un poligonal aventurero constantemente ataviado con un traje de ardilla e incapaz de dejar de volar a no ser que se encuentre de frente con alguna superficie plana. Cada vez que empecemos una nueva partida el juego generar¨¢ un nuevo mapa de manera completamente aleatoria y al llegar a los bordes del mismo o atravesar uno de m¨²ltiples portales podremos pasar a otros mundos tambi¨¦n generados al azar. Cuanto m¨¢s cerca volemos de los numerosos objetivos que el algoritmo crear¨¢ para nosotros m¨¢s puntuaci¨®n obtendremos, pudiendo obtener bonus especialmente jugosos al pasar por peque?os agujeros en las paredes.

Y eso es b¨¢sicamente todo. Se controla con tan solo un anal¨®gico, lo que lo hace uno de los pocos t¨ªtulos que discapacitados o lesionados de un brazo puedan jugar sin mucho esfuerzo al mismo tiempo que contribuye a la simpleza del t¨ªtulo. Y es que dif¨ªcilmente podr¨ªa Superflight ser m¨¢s simple. El v¨ªdeo adjunto es suficiente para explicar la premisa b¨¢sica del t¨ªtulo y todas sus complejidades. ?Por qu¨¦, entonces, estamos hablando tan bien de ¨¦l?

Surcando los cielos

La respuesta no la puede dar un v¨ªdeo o un texto, hay que sentirla. Y es que Superflight es un juego de sensaciones. Desde que vemos a nuestro titular mont¨®n de pol¨ªgonos aparecer en pantalla olvidamos nuestro h¨¢bito de andar sobre dos patas, el viento surca alrededor nuestro a toda velocidad y nuestra ¨²nica preocupaci¨®n es conseguir esos dulces puntos. Ya sea pasar  a toda velocidad por un peque?o t¨²nel, surcar el cielo dibujando lacitos o tratar de virar lo m¨¢s cerca posible de las paredes disponibles; Superflight ejecuta la fantas¨ªa de volar a la perfecci¨®n. No por ser este un t¨ªtulo m¨¢s peque?o tiene nada que envidiar a otros  que han incluido un traje de ardilla como Just Cause 3, Far Cry 3 o Steep. Al contrario, dado como se ha implementado la mec¨¢nica de puntuaciones se podr¨ªa decir que ninguno de estos t¨ªtulos ha utilizado  el traje tan bien como el que nos ocupa.  

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All¨¢ por los tiempos de la beta de Steep, el juego de deportes extremos de Ubisoft, pasamos la mayor parte de una tarde tratando de encontrar el sitio perfecto por donde deslizarnos con dicho traje. El juego inclu¨ªa ski, snowboard y parapente, s¨ª, pero la misma fascinaci¨®n por volar que nos hizo comprar Superflight al encontrarlo en nuestra cola de Steam nos hizo entonces restringirnos casi exclusivamente al archimencionado traje de ardilla. Durante varias horas discurrimos los Alpes siempre buscando peque?os t¨²neles en la superficie monta?osa por los que deslizarnos. Tras encontrar el sitio perfecto, tres aros conc¨¦ntricos perfectamente situados, media hora de pr¨¢ctica fue suficiente para conseguir ejecutar la pirueta a la perfecci¨®n. Y entonces¡­ nada. El juego no recompens¨® nuestra haza?a, que hab¨ªa llevado horas de prospecci¨®n y pr¨¢ctica, de ninguna manera. Por eso Superflight funciona. No solo est¨¢s volando, est¨¢s constantemente tratando de mejorar tu puntuaci¨®n, de acercarte a la loma de la monta?a para que el dulce sonido de crecientes puntos no deje nunca tus cascos. El dise?o de Superflight le da sentido a volar m¨¢s all¨¢ de ser una manera m¨¢s r¨¢pida o elegante de atravesar el mundo de juego.

Aquellos que no disfruten de la caza de las mayores puntuaciones probablemente quieran mirar hacia otro lado. Por brillante que sea este t¨ªtulo, sin inter¨¦s en mejorar tus resultados o competir con amigos no hay mucho que aliente a jugarlo a menudo. Si eres de aquellos que crecieron en el arcade intentando cada fin de semana superar a aquel cuarent¨®n adicto a tu m¨¢quina de pinball te sentir¨¢s a gusto en Superflight. A primera vista puede parecer que la decisi¨®n del juego de separar las puntuaciones en ¡°puntuaci¨®n m¨¢s alta¡± y ¡°combo m¨¢salto¡± puede ser aleatoria, pero lo cierto es que separa en dos vertientes las formas de jugar Superflight. Para conseguir una puntuaci¨®n total m¨¢s alta, por ejemplo, lo ideal ser¨ªa jugar con el menos riesgo posible, surcando amigablemente cerca de las estructuras flotantes pero en ning¨²n momento arriesg¨¢ndonos a introducirnos en un recoveco desconocido no vayamos a fastidiar nuestra prodigiosa puntuaci¨®n. Al llegar abajo del mapa pasaremos al siguiente mapa generado al azar y as¨ª hasta que una falta de reflejos nos haga tapioca. Sin embargo, si tratamos de conseguir el combo m¨¢s alto pasaremos a estudiar cada mapa como un puzle, buscando aquel que nos permita realizar el mayor n¨²mero de locuras en el menor tiempo posible. A m¨¢s arriesgadas las acrobacias que intentemos, mayor ser¨¢ la puntuaci¨®n obtenida pero un segundo de vuelo libre sin estar arriesgando nuestra piel cerca de una estructura supondr¨¢ la p¨¦rdida de nuestro combo. Jugar a combo m¨¢s alto o a puntuaci¨®n m¨¢s alta parecen dos juegos distintos y cada uno ver¨¢ a distintos jugadores alzarse con el podio. Acompa?ando a la puntuaci¨®n en todo momento estar¨¢ un sonido de cascabeles que ganar¨ªa cualquier premio a ¡°sonido de puntuaci¨®n m¨¢s gustoso del a?o¡±.

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Por ¨²ltimo cabe discutir el aspecto t¨¦cnico de Superflight. Como proyecto de segundo a?o de carrera, es obvio que art¨ªsticamente este no iba a ser un juego ejemplar pero eso no significa que sea desagradable a los sentidos. Aunque el personaje que encarnamos es excesivamente simple, los escenarios que genera el algoritmo del juego son rocambolescas formaciones abstractas que no dejan de sorprender. Podemos guardarlas si nos parecen especialmente curiosas o queremos compartirlas con un amigo e incluso podemos crear nuevos mapas introduciendo nuestro nombre o palabra favorita. Por desgracia, la generaci¨®n de mapas no es perfecta y a veces se producen entradas sin salida que son dif¨ªciles de ver y llevan a una muerte inevitable. A medida que juguemos aprenderemos simplemente a evitar cualquier t¨²nel cuyo final no veamos. Otro error recurrente en el juego ocurre al alcanzar velocidades especialmente altas y rozar una superficie; nuestro personaje se romper¨¢ en mil pedazos antes de que el juego nos declare unos perdedores (no, esto no es normal). Por lo dem¨¢s el juego parece funcionar en una amplia gama de ordenadores y lo hace con la fluidez necesaria para su jugabilidad.