Wolfenstein II: The New Colossus
- PlataformaPC9PS49XBO9NSW7.5
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorMachineGames
- Lanzamiento27/10/2017 (PC, PS4, XBO)29/06/2018 (NSW)
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorBethesda Softworks
Wolfenstein II, The New Colossus
Para los m¨¢s viejos del lugar, el nombre Wolfenstein despierta cosquillas. Con Wolfenstein empezaron muchas cosas. Pero 25 a?os despu¨¦s del m¨ªtico 3D y 3 del sobresaliente The New order, Blazkowic vuelve al trabajo para continuar el trabajo que no termin¨® con la muerte de Deathshead. The New Colossus es una mejora sobre todo lo que su predecesor propon¨ªa y, en algunos apartados concretos, alcanza cotas de excelencia muy dif¨ªciles igualar.
Una ¨²ltima quincena de octubre dif¨ªcil de olvidar para los aficionados a los videojuegos. Justo cuando se anunciaba el cierre de Visceral Games y EA decid¨ªa abandonar el juego single player de Star Wars, (porque por lo visto los t¨ªtulos para un s¨®lo jugador ¡°no se ajustan al modelo de videojuego que pide el usuario de hoy d¨ªa¡±), recibimos Super Mario Odyssey. Y el nuevo Assassin's Creed. Y el nuevo Wolfenstein. Tres apuestas que solapan parte de su p¨²blico pero con targets de mercado claramente diferenciados; tres apuestas que basan su estructura y su ¨¦xito en la experiencia para un s¨®lo jugador. Y en el caso de Wolfenstein II, preparado para satisfacer a los m¨¢s exigentes paladares hambrientos de shooter old-school.
Tras el sorprendente The New Order hab¨ªa gran expectativa sobre MachineGames y sobre lo que podr¨ªan hacer con m¨¢s tiempo y m¨¢s presupuesto, y ambas cosas se han usado bien; Colossus se desarrolla a partir de los acontecimientos del primero oblig¨¢ndonos, eso s¨ª, a retomar una de las grandes decisiones que quedaron de aqu¨¦l y que afectar¨¢ directamente a nuestra tripulaci¨®n y al arsenal del que dispondremos en combate. El principio del juego es toda una declaraci¨®n de intenciones para el jugador: 1) no habr¨¢ concesiones en cuanto a violencia y brutalidad en pantalla. 2) El juego tiene alg¨²n contrapunto c¨®mico pero se toma mucho m¨¢s en serio a s¨ª mismo de lo que nos imagin¨¢bamos y 3) de inmediato sabemos que no se ofrece ning¨²n tipo de ambig¨¹edad ideol¨®gica tan de moda en los ¨²ltimos tiempos. Wolfenstein es una saga donde los nazis son los muy malos y matarlos a todos es lo correcto. Y poder hacerlo con unas mec¨¢nicas tan sobresalientes como las de este juego resulta una de las mejores experiencias jugables que hemos tenido con un shooter desde, posiblemente, Doom.
Este es un juego no apto para todos los p¨²blicos: es expl¨ªcito, es grotesco, es brutal. Hay alcohol, desnuedez parcial, sexo impl¨ªcito, consumo de drogas. Hay decapitaciones en primera persona, hay miembros mutilados, hay cabezas partidas por la mitad con un hacha. Incluso podemos correr con nuestra armadura "de f¨²tbol americano" y descomponer literalmente a un oponente sin armadura. Y hay, desde luego, racismo, antisemitismo, homofobia, capacitismo, humillaciones de todo tipo. Hay, en definitiva, nazis ejerciendo de nazis. No es gratuito, porque toda la puesta en escena tiene su por qu¨¦, pero tiene que quedar claro si alguien est¨¢ pensando adquirir este juego para el sobrino peque?o o para su ahijado menor.
Blazkowic, el nuevo coloso
Impedido en una silla de ruedas, maniobrando con una mano por los estrechos pasillos del mayor submarino jam¨¢s construido mientras, con la otra, disparamos nuestra Maschinenpistole ¨C SMG ¨C a los primeros nazis que intentan acabar con la poca vida que nos queda. Esa es la premisa con la el jugador empieza a manejar a Blazkowic, h¨¦roe casi ca¨ªdo que nota durante buena parte del juego que sus d¨ªas en la tierra se van acabando. La lucha contra los nazis es otra m¨¢s de las que soporta nuestro h¨¦roe, que adem¨¢s tiene que batallar con la inminente fragilidad de su maltrecho cuerpo tras los incidentes del anterior juego. Y es que nadie en The New Colossus ha resultado indemne tras la ficticia historia alternativa que presenta la victoria alemana en la segunda guerra mundial. Todo el mundo, sin excepci¨®n, muestra se?ales y cicatrices ¨C f¨ªsicas o psicol¨®gicas ¨C tras los a?os de ocupaci¨®n. Cada personaje, cada recuerdo, cada flashback, cada conversaci¨®n... todo destila los estragos de m¨¢s de 20 a?os de holocausto. Y esa sensaci¨®n est¨¢ puesta ah¨ª aposta para que no haya ning¨²n atisbo de duda cuando pulses el gatillo.
Wolfenstein es un juego de acci¨®n, quede claro, pero hay ah¨ª dentro un esfuerzo muy grande por contar una historia. La interpretaci¨®n por parte de los actores es soberbia, francamente de lo mejor que hemos visto en un videojuego ¨²ltimamente y destacando especialmente a la villana, Frau Engels. La acci¨®n nos llega dosificada a impulsos, con intervalos interrumpidos por cinem¨¢ticas o por fases de ¡°enfriamiento¡± en el Eva's Hammer, el submarino. Y es que hay un l¨ªmite de adrenalina que el jugador puede aguantar, con lo que la gesti¨®n y balance de los tiempos es algo que a nosotros tambi¨¦n nos parece un gran acierto. Incluso el descargo c¨®mico est¨¢ meticulosamente calculado a la hora de introducirlo en la narrativa del juego: no es un videojuego histri¨®nico y, sin embargo, ya le hubiese gustado a Duke Nukem Forever conseguir hacer soltar alguna que otra carcajada.
Esto es Wolfenstein, no Deus EX.
Wolfenstein II est¨¢ configurado de forma que el jugador puede escoger el camino que m¨¢s se ajuste a su estilo de juego. Evidentemente esto no es Deus Ex: aunque hay opci¨®n de tomar caminos m¨¢s sigilosos, eventualmente vamos a acabar disparando. Y vamos a acabar disparando mucho. Pero s¨ª que es cierto que los niveles se han dise?ado para permitir, en muchos casos, m¨¢s de una aproximaci¨®n a un encuentro. Esto es probablemente una de las grandes ventajas de dise?ar escenarios sin tener que pensar en luego tener que reutilizarlos como mapas multijugador: el poder proporcionar experiencias completas y hechas a medida seg¨²n la necesidad narrativa y no seg¨²n la necesidad de reducir costes. Los escenarios est¨¢n fenomenalmente representados, desde la decadente Nueva York post-nuclear hasta la tecnolog¨ªa nazi mezcla de ciencia ficci¨®n de los 60 y segunda guerra mundial.
Pero no podemos olvidar que incluso con sus m¨²ltiples posibilidades. todo esto que conforma The New Colossus est¨¢ envuelto en un gran ¡°pasillo¡± que suponen los niveles, detallados eso s¨ª hasta el ¨²ltimo rinc¨®n y escondrijo al que solamente tras cierto escrutinio conseguiremos alcanzar. Wolfenstein es un juego de ir de A hasta B, que le quede claro a todo el mundo, con la posibilidad de desviarse un poco por el camino, s¨ª, pero es un gigantesco y precioso pasillo con florituras. De hecho, una de las cr¨ªticas que se le puede hacer al t¨ªtulo es que el hecho de hacer los escenarios casi completamente pre-renderizados es su escasa capacidad de interacci¨®n con los mismos, cosa que le quita cierta credibilidad. Algunas cajas se destruyen y un cuadro cae, de acuerdo, pero la sensaci¨®n de poder que tenemos usando las armas contra nuestros enemigos la perdemos cuando interactuamos con el mundo que propone el juego. En una ocasi¨®n, por ejemplo, mientras avanz¨¢bamos sigilosamente a la caza de un ?berkommandant enemigo, una l¨¢mpara nos iluminaba la cara quit¨¢ndonos visi¨®n; intentamos disparar sin ¨¦xito a la luz para destruirla, dejando en evidencia las limitaciones del ID Tech-6.
La mayor parte de las misiones se dividen en una sucesi¨®n de encuentros, una f¨®rmula que tan bien le funcion¨® a DOOM. En muchas ocasiones, un aviso en el HUD nos proporciona la direcci¨®n a la que se encuentra el comandante o los comandantes enemigos y nos las tenemos que apa?ar a trav¨¦s del escenario para llegar hasta ellos; si somos detectados, que ser¨¢ lo m¨¢s normal, deberemos abrirnos camino por la fuerza y enfrentarnos adem¨¢s a sus refuerzos, que suelen ser de rango superior: soldados con armas y armadura variada, supersoldados producto de la experimentaci¨®n nazi, perros normales, perros robot, perros robot gigantes... sea como sea, la m¨²sica se encarga de subir la tensi¨®n mientras suena la alarma y nos disponemos a pelear.
Aproximadamente a la mitad de las m¨¢s de 15 horas que dura la campa?a (dependiendo de secundarias, coleccionables y nivel de dificultad) podremos acceder a una de las 3 grandes mejoras para Blazkowic y que nos permiten afrontar el combate desde nuevos ¨¢ngulos y enfoques; al principio estas mejoras ser¨¢n excluyentes pero hay la posibilidad de conseguirlas todas y convertirnos en un guerrero total, lo cual es muy recomendable. Durante todo el juego y pr¨¢cticamente sin darnos cuenta, tambi¨¦n iremos desbloqueando rasgos pasivos que nos pueden dar cierta ventaja de cara a los enfrentamientos y que, de alguna forma, encomiendan al jugador a ejecutar cierta acci¨®n de forma determinada para conseguir esa ventaja: realiza X disparos a la cabeza, mata a X gente con explosiones del entorno, etc. Si todo falla y a¨²n as¨ª nos atascamos en un punto, como ¨²ltima instancia siempre podemos bajar el nivel de dificultad del juego de cara a un encuentro determinado y despu¨¦s volverlo a subir.
La salud en Wolfenstein no se regenera (se redondea hacia arriba, digamos, de 15 a 20 o de 37 a 40) pero afortunadamente hay muchos botiquines y packs de armadura repartidos por los mapas. Pero aquellos que gusten de quedarse en una esquina a esperar y disparar lo tendr¨¢n m¨¢s dif¨ªcil para sobrevivir, especialmente en modos de exigencia elevados. Wolfenstein es un juego que quiere que te muevas, que quiere que te enfrentes a los enemigos buscando buena cobertura pero disparando sin cesar. Por no haber no hay ni rifle de francotirador al uso (el Laserkraftwerk no cuenta, por as¨ª decirlo), ese es el mensaje que env¨ªa Machinegames. The New Colossus es un juego sin rifle de francotirador, pero es un juego en el que puedes llevar una escopeta triple en una mano y un lanzagranadas en la otra. Un SMG y un fusil de asalto. Una pistola mejorada con balas m¨¢gnum. O dos pistolas. O dos escopetas. Cuando uno entra dentro de esta propuesta, cuando el jugador abraza este planteamiento de acci¨®n tan directa, Wolfenstein II simplemente no tiene rival a la hora de ofrecer satisfacci¨®n de vieja escuela definitiva.
Es ah¨ª donde reside el ¨¦xito del producto que apadrina Bethesda: las sensaciones al rat¨®n o a los sticks. Y es que Blazkowic se maneja fenomenalmente, se siente fenomenalmente. Es tremendamente dif¨ªcil hablar de sensaciones en un texto porque, con un pantallazo, cualquiera podr¨ªa comparar Wolfenstein con otro FPS gen¨¦rico; es una vez se maneja al personaje y se oberva el inmenso trabajo de las f¨ªsicas, del motor que mueve el juego (el mismo que DOOM, por cierto) a ¨C casi siempre ¨C 60 frames por segundo, cuando uno se da cuenta del nivel de pulido de The New Colossus. La versi¨®n que hemos analizado nosotros, la de Xbox, ten¨ªa ca¨ªdas puntuales de cuadros (entre 5 y 10) en algunos puntos, aunque nunca durante las situaciones a priori de mayor estr¨¦s gr¨¢fico. La versi¨®n de la consola de Microsoft tampoco parece llegar a 1080p, cosa que en Playstation s¨ª ocurre. Y eso que hay muchas cosas sucediendo en pantalla: explosiones, part¨ªculas, espectacular uso de las texturas... Cada vez que disparamos un Laserkraftwerk veamos el efecto del metal derretido y las chispas saltando alrededor, mientras tal vez explota un coche y un robot sobrevuela el escenario. Y todo eso en el tercer nivel del juego. Sin embargo, el t¨ªtulo mantiene fenomenalmente el tipo durante toda la campa?a: incluso hasta altas horas de la madrugada, no ha sido capaz de arrancarnos ni un bostezo y el motivo de parar nada ha tenido que ver con las ganas de jugar.
Y al final, ?qu¨¦?
En un mundo poblado de juegos-servicio, parece que un t¨ªtulo single-player flaquee en comparaci¨®n; Wolfenstein ofrece dos l¨ªneas temporales, por as¨ª llamarlas, que afectan a la tripulaci¨®n y a una de las armas que podremos llevar (excluyente de la otra). Ofrece 6 modos de dificultad de base m¨¢s otro en el que solamente tendremos una ¨²nica vida. Ofrece una cantidad insana de coleccionables, un gozo para muchos y un horror para otros tantos de nosotros, aunque por lo menos muchos son arte conceptual, BSOs y dem¨¢s que luego podremos ¡°aprovechar¡±. Ofrece revisitar cada nivel del juego desde otro ¨¢ngulo en la caza y captura de los ?berkomanndants, que son como los comandantes normales pero m¨¢s malvados si cabe. Ofrece algunas misiones secundarias, de baja entidad y poco peso argumental. Y, como gui?o, ofrece la posibilidad de jugar al Wolfenstein original: un viaje retro al pasado que sirve m¨¢s que nada para darnos cuenta de cu¨¢nto hemos envejecido.
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.