Super Mario Odyssey: C¨®mo redefinir el movimiento

Quiz¨¢ no parezca un evento a la altura de lo que realmente es, puesto que 2017 est¨¢ siendo un a?o bastante potente en lanzamientos y cuesta m¨¢s destacar entre el bulto. Adem¨¢s, con tantos spin-offs, crossovers y juegos menores, da la sensaci¨®n de que Mario nunca desaparece de nuestra vista. Sin embargo, casos como el de Super Mario Odyssey todav¨ªa son especiales. Con la nueva entrega de Switch no s¨®lo vamos a recibir una nueva raci¨®n de Mario, o de Super Mario, o de Mario 3D (seguro que no hace falta matizar cada distinci¨®n). Odyssey propone redefinir una vez m¨¢s un icono que tres d¨¦cadas despu¨¦s de su concepci¨®n a¨²n sigue reclamando esa denominaci¨®n precisamente porque cada cierto tiempo se toma la molestia de volver a la pizarra y reexaminar su potencial. Por cuestiones de brevedad nos ahorraremos los detalles de c¨®mo Jupman se convirti¨® en Mario, o de c¨®mo Mario en Super Mario. Es una historia conocida, muchas veces contada, de la que hoy s¨®lo nos interesa una peque?a parte. Aunque es una de las m¨¢s vitales para su ¨¦xito: el movimiento.

Hablar de movimiento en un videojuego es casi como hablar de notas musicales en una canci¨®n: siempre est¨¢n ah¨ª, independientemente del g¨¦nero o de si reparamos en su presencia. Dado que el videojuego nace de la interacci¨®n, la din¨¢mica entre acci¨®n (input del jugador) y reacci¨®n (respuesta del juego), el movimiento hacia un objetivo viene impl¨ªcito. En un sentido m¨¢s literal, no obstante, el movimiento suele ser eso, movimiento. Una de las muchas acciones que puede ejecutar el jugador dentro del entorno virtual. Con frecuencia la m¨¢s importante, pero parcialmente eclipsada por otras que se construyen encima, como el apuntado en un shooter, la selecci¨®n de comandos en un RPG o la resoluci¨®n de puzles en aventuras que dispongan de ellas. Es por esto que los plataformas, g¨¦nero que tiene constantemente el movimiento en su foco central, funciona para una variedad tan grande de jugadores, y ha sido tradicionalmente uno de los primeros puntos de entrada para experimentar en tiempos de avance tecn¨®logico.

Ampliar

En la madriguera del conejo: El m¨¦todo MIPS

En pleno 2017 es f¨¢cil dar por sentado cosas como corregir la orientaci¨®n en medio de un salto, la distinci¨®n entre la inercia creada al saltar corriendo frente a saltar andado, o utilizar paredes como punto de apoyo para llegar m¨¢s lejos que desde el suelo, pero son pasos de un proceso en el tiempo que no siempre ha conseguido alcanzar el mejor destino posible. D¨ªas atr¨¢s fuimos testigos del regreso triunfal de Sonic en Sonic Mania, un juego que b¨¢sicamente recupera la clase de movimiento (as¨ª como dise?o orientado a desplegarlo) que ya ten¨ªa la mascota de Sega en sus inicios. Sonic Mania es una celebraci¨®n, pero tambi¨¦n un recordatorio de que necesit¨¢bamos volver atr¨¢s porque el camino hacia aqu¨ª hab¨ªa tenido algunos tropiezos. Tropiezos que, retomando el hilo original, Mario puede presumir de haber evitado en gran medida. Super Mario 64 es uno de los t¨ªtulos m¨¢s importantes de la historia no s¨®lo por ser un gran juego, o un gran Mario, sino por su extraordinaria capacidad para entender el movimiento en tres dimensiones mucho antes de que se convirtiese en un est¨¢ndar del que cualquier desarrollador pudiese partir sin necesidad de romperse demasiado la cabeza.

Este entendimiento no fue fruto de un golpe de suerte, como bien ilustra la an¨¦cdota de MIPS. Llamado as¨ª en honor a un microprocesador de Nintendo 64, este conejo, que a¨²n podemos encontrar en el s¨®tano del castillo de Peach, fue el germen: antes de dedicarse a crear niveles, Shigeru Miyamoto insisti¨® en que se puliese el movimiento de Mario para que perseguir a MIPS fuese divertido de por s¨ª, sin importar el entorno. La prueba se mantuvo en la versi¨®n final como curiosidad, pero su importancia es algo que define todo el juego. En vez intentar adaptar la jugabilidad 2D a un escenario 3D, el equipo construy¨® una base nueva acci¨®n a acci¨®n, creando un sensaci¨®n muy diferente en el control del fontanero, menos interesado en ser fiel a sus antecesores y m¨¢s en ofrecer unos cimientos s¨®lidos para otra clase de experiencia. No es casualidad que a?os m¨¢s tarde Mario Galaxy, entrega orientada a replantear el sistema de c¨¢maras y los efectos de la gravedad en mini-planetoides, tambi¨¦n recurriese a la persecuci¨®n de conejos para familiarizar al jugador en las nuevas reglas. A estas alturas ya es una tradici¨®n que Nintendo incluye m¨¢s a modo de homenaje que por necesidad real.

Ampliar

Funci¨®n vs Expresi¨®n

Pero aunque Mario nunca ha dejado de aprovechar la tecnolog¨ªa para explorar nuevas ideas, enriquecer sus niveles y plantear entornos m¨¢s ambiciosos, el movimiento no siempre ha evolucionado de forma acorde. Es m¨¢s, en algunos momentos ha involucionado, aunque no a consecuencia de problemas en el desarrollo, sino de reajustes de prioridades. Como adelant¨¢bamos al principio, la gracia de la subsaga Mario 3D es que, a diferencia del mar de spin-offs que la rodean, si bien hay una serie de fundamentos que se trasladan de entrega a entrega, Nintendo no duda en a?adir, cambiar e incluso quitar elementos en pos de lograr otro tipo de experiencia para cada juego (salvo en casos eminentemente continuistas como Galaxy 2 y 3D World). Mario Sunshine puli¨® algunas asperezas de la c¨¢mara y el control de Mario 64 pero, m¨¢s importante, tambi¨¦n integr¨® como parte del n¨²cleo jugable el ACUAC, un perif¨¦rico que no s¨®lo permit¨ªa atacar a distancia con chorros de agua, sino cambiar de forma dr¨¢stica las habilidades motoras de Mario (adquiriendo ventajas y desventajas respecto a Mario 64).

Antes de seguir adelante es importante hacer hincapi¨¦ en que durante esta etapa (1996-2002), la que podemos catalogar como la ¡°aventurera¡±, el movimiento de Mario distaba bastante de ce?irse a las acciones estrictamente necesarias para superar el juego. Por ejemplo, en Mario 64 el alcance del salto var¨ªa si encadenamos dos o tres seguidos, se realiza en posici¨®n de cuclillas o viene precedido por un cambio de direcci¨®n en carrera. Todas estas variantes responden a una misma funci¨®n esencial, que es ascender a una altura superior a la que permite el salto simple. Sin embargo, no son redundantes porque se activan en diferentes circunstancias, adapt¨¢ndose al estilo del jugador, que puede optar por un m¨¦todo m¨¢s r¨¢pido si tiene la pericia necesaria o uno m¨¢s lento si necesita mayor seguridad. Por supuesto, hablamos de acciones que apenas recortan segundos, no decisiones que requieran meditarse a conciencia, pero la presencia de estas ramificaciones vuelven el manejo m¨¢s flexible, una extensi¨®n m¨¢s natural del jugador en el entorno virtual. Es el movimiento como expresi¨®n.

Ampliar

Suena a un modo un poco rebuscado de decir algo que a veces nos cuesta expresar con palabras, porque el movimiento tambi¨¦n es sensaci¨®n, tiene una cualidad t¨¢ctil. A menudo el control de un juego concreto nos gusta m¨¢s de que el de muchos otros, pero no siempre es f¨¢cil decir qu¨¦ provoca exactamente ese feel. Y m¨¢s ahora que se han estandarizado por completo las 3D, e imprecisiones o inconveniencias como ¡°input lag¡± no aparecen a menos que el estudio no haga los deberes. Gran abanderado del stick anal¨®gico del at¨ªpico mando de Nintendo 64, Mario 64 fue mundialmente celebrado por la exitosa implementaci¨®n de un movimiento en 360 grados con aceleraci¨®n progresiva. Marc¨® un antes y un despu¨¦s claro. Lo que sin duda es un logro, pero no es el ¨²nico motivo por el que Mario 64 funciona c¨®mo lo hace a pesar de que ya se le noten los a?os. Mario Galaxy y su secuela, tambi¨¦n consideradas obras maestras del g¨¦nero de forma casi un¨¢nime, salieron m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, y sin embargo recortaron posibilidades en el movimiento b¨¢sico de Mario al sustituir el pu?etazo (y sus diferentes combinaciones) por el giro. M¨¢s f¨¢cil de usar, pero a costa de detener casi por completo la inercia creada.

Es algo que se acentuar¨ªa mucho m¨¢s cuando 3D World incluso se carg¨® los 360 grados y la aceleraci¨®n gradual por el bien de la compatibilidad de mandos en el multijugador (hab¨ªa que hacer sitio a la cruz de control). De nuevo, estos cambios sirven a un prop¨®sito, y del mismo modo que el abandono de la vertiente m¨¢s aventurera desde Mario Galaxy en adelante condicion¨® el tama?o y libertad de selecci¨®n de objetivos en los niveles, el control tambi¨¦n se tuvo que adaptar: mientras que la maniobrabilidad de Mario era casi siempre la herramienta fundamental para avanzar en Mario 64 (reinterpretada luego por el ACUAC en Sunshine), las fases de las siguientes entregas estaban m¨¢s centradas en introducir y explorar sus propios conceptos (power-ups, tipos de enemigos, elementos espec¨ªficos, etc) de una forma r¨¢pida y eficaz. Dado que son m¨¢s variados en el minuto a minuto de juego, la faceta expresiva se puede rebajar para no confundir al jugador con m¨¢s opciones de las necesarias, o para habilitar botones para otras funciones. Sigue siendo un tipo de Mario 3D brillante, a veces incluso m¨¢s, pero no se termina de replicar la misma plasticidad que a¨²n hoy permite que los m¨¢s duchos hagan aut¨¦nticas virguer¨ªas con un juego de 1996.

Ampliar

Cappy: El truco en la chistera

Tras encadenar varios t¨ªtulos de corte m¨¢s lineal (y no en el sentido peyorativo que normalmente se le achaca a este t¨¦rmino, sino en uno beneficioso si es la clase de plataformas que se busca crear), Mario Odyssey se est¨¢ promocionando desde la propia Nintendo como un regreso a la ¨¦poca aventurera. A la escuela de Mario 64 y Sunshine. Pero esta afirmaci¨®n casi siempre tiene como argumento central el dise?o de niveles, la exploraci¨®n de entornos que ofrecen varios objetivos de forma simult¨¢nea para que el jugador decida a d¨®nde ir y cada peque?o descubrimiento parezca eso, no s¨®lo el siguiente paso de un camino que alguien ya ha trazado previamente para nosotros. ?Y d¨®nde queda el movimiento aqu¨ª? Bueno, la respuesta definitiva no la tendremos hasta el estreno, pero a tenor de lo visto por ahora al menos podemos sacar algunas conclusiones sobre lo que Odyssey intenta conseguir. 

Que es, como otras veces en esta saga, buscar un punto de encuentro entre dos filosof¨ªas que hasta ahora estaban relativamente distanciadas. De igual forma que Mario 3D Land logr¨® conciliar el Mario tridimensional con el de scroll lateral gracias a un foco total en dise?o ¡°hacia el bander¨ªn¡±, por as¨ª decirlo, Odyssey parece proponer un regreso al ¡°plataformeo expresivo¡± sin por ello dejar de lado esa especie de ¡°utilitarismo temporal¡± por el que apostaron con m¨¢s fuerza las entregas post-Sunshine. La clave para que esto funcione es el nuevo co-protagonista: el sombrero Cappy.

Ampliar

Por si alguno a¨²n no estuviese al corriente, en esta ocasi¨®n volveremos a contar con un compa?ero, como ya ocurriera con el ACUAC en Sunshine: adem¨¢s de aportar su granito de arena al argumento, Cappy habitar¨¢ en la tradicional gorra roja de Mario (as¨ª como en sus m¨²ltiples variantes tem¨¢ticas), desde donde ejercer¨¢ dos funciones directamente entroncadas en estos estilos de juego a los que hac¨ªamos referencia antes: una relacionada con la maniobrabilidad b¨¢sica (habilidades permanentes en el repertorio de Mario), y otra con la adquirida de forma provisional con el fin de explotarla en determinados contextos.

La primera funci¨®n de Cappy lo convierte b¨¢sicamente en un bumer¨¢n que podemos lanzar para golpear enemigos, recoger ¨ªtems o interactuar con objetos de diversa ¨ªndole antes de que vuelva a la cabeza de Mario, pero con la particularidad a?adida de que una vez en el aire se puede controlar su movimiento de forma independiente e incluso detenerlo. Esto permite que el propio Mario pueda saltar sobre ¨¦l y elevarse m¨¢s de lo normal, para luego agarrarlo y volver a lanzarlo si se desea. As¨ª, Cappy refuerza tanto la capacidad ofensiva como la acrob¨¢tica, que por supuesto sigue contando con cl¨¢sicos como el rebote en paredes, el salto de longitud, el salto lateral o la voltereta hacia atr¨¢s, y tambi¨¦n estrena alguna otra acci¨®n como rodar al m¨¢s puro estilo Sonic (s¨ª, hay cierta dosis de iron¨ªa en ello). Piezas peque?as por separado, pero que trabajando equipo auguran un Mario 3D en el que no s¨®lo ser¨¢ divertido salvar obst¨¢culos, aplastar Goombas y coger monedas en nuestro camino hacia la luna de turno (relevo de estrellas y soles), sino tambi¨¦n encontrar la manera de hacerlo marcando nuestro propio estilo y ritmo en vez de mediante el simple corre, salta, corre.

Ampliar

Claro que ya desde el Super Mario Bros original ¨ªtems como las flores de fuego o las estrellas de invencibilidad a?ad¨ªan salsa al plataformeo b¨¢sico. Esta clase de power-ups siempre han sido otra parte intr¨ªnseca a la serie, y es un aspecto que los Galaxy potenciaron al m¨¢ximo con trajes como los de abeja, hielo o nube, capaces de transformar en un instante la jugabilidad de un nivel. Aqu¨ª Cappy tambi¨¦n tiene algo que decir al respecto (m¨¢s, de hecho), y como cualquiera que haya visto un m¨ªnimo del material mostrado de Oydssey sabr¨¢, permite ¡°poseer¡± multitud de NPCs, enemigos y objetos para adquirir sus propiedades m¨¢s destacables. Huelga decir que esto no afecta s¨®lo a la capacidad de movimiento (por ejemplo, el Mario Cheep Cheep se mueve literalmente como pez en el agua), sino tambi¨¦n a la de ataque (nada mejor que usar un tanque para destruir a otro tanque) e incluso a resoluci¨®n de situaciones especiales (las gafas de las estatuas Moai detectan plataformas invisibles). Aunque dada su naturaleza de quita y pon, y su asociaci¨®n a niveles o zonas concretas, no deber¨ªan convertirlo en algo tan explotable en el largo recorrido.

La idea llevar un power-up de un nivel a otro (c¨®mo olvidar los abusos de la capa en Super Mario World) es algo que no se puede trasladar de las 2D a las 3D con facilidad dada la metodolog¨ªa en la construcci¨®n de niveles. Pero s¨ª es un revulsivo perfecto para mantener cada mundo ¨²nico, implementar el mayor n¨²mero de ideas imaginables, y puede convivir con el plataformeo de habilidad pura si el dise?o deja espacio para que el jugador pruebe diferentes cosas. Soluciones creativas y atajos, algo que Nintendo viene de reinterpretar de forma magistral en Zelda con Breath of the Wild. Sin duda reivindicar¨ªa el regreso de la estructura abierta, el ¡°Mario aventurero¡±, m¨¢s que simplemente decir que se tiene un entorno mayor porque s¨ª. Porque la gente pide algo diferente tras 3D Land y 3D World. Como tantos juegos han demostrado a lo largo de los a?os, el espacio s¨®lo sirve en funci¨®n de lo que puedas hacer en ¨¦l. Y lo que se debe poder hacer en Mario Odyssey es moverse como nunca antes, y disfrutar haci¨¦ndolo. El 27 de octubre descubriremos si el fontanero est¨¢ a la altura de semejante tarea.

Ampliar