Nidhogg II
Nidhogg II
Pura diversi¨®n en compa?¨ªa, ef¨ªmero y algo conservador; as¨ª podr¨ªamos definir Nidhogg II, lo nuevo de Messhof que llega a PC y PS4 para tratar de mejorar su sorprendente entrega original. ?Lo lograr¨¢? La respuesta en nuestro an¨¢lisis.
Nidhogg supuso en su momento todo un soplo de aire fresco al desarrollo independiente, un t¨ªtulo arriesgado tanto en sus mec¨¢nicas como en su puesta en escena que cautiv¨® a miles y miles de jugadores gracias a una propuesta de juego tan simple como directa: batirse en duelo en animados combates de esgrima. Mucho ha llovido desde 2014, a?o de su lanzamiento original, y sus responsables, Mark Essen y Kristy Norindr, fundadores del estudio californiano Messhof, no han querido perder la oportunidad de llevar su concepto original a nuevas cotas en casi todas sus facetas; ?lo habr¨¢n logrado con Nidhogg II? Y es que el t¨ªtulo ya est¨¢ disponible tanto en PC como en PlayStation 4, de nuevo, apostando muy fuerte por su vertiente competitiva de uno contra uno y con un profundo lavado de cara en lo est¨¦tico, pasando de los p¨ªxeles ochenteros a un estilo pixel art que no dejar¨¢ indiferente a nadie.
El sangriento camino al otro lado... de la pantalla
La reducci¨®n de la jugabilidad a la m¨ªnima expresi¨®n funcionaba muy bien en su concepto original. Movilidad en dos dimensiones, saltos, estoque a varias alturas... Todo para tratar de matar al rival antes de que ¨¦l haga lo propio con nosotros; y as¨ª una y otra vez. En Nidhogg II se mantiene el concepto intacto, aunque con algunas leves diferencias que a la pr¨¢ctica resultan m¨¢s que notables. Para comenzar, ahora disponemos de una mayor variedad de armas que nos obligan a recurrir a diferentes estrategias, ya sea para atacar o para defendernos. Y es aqu¨ª cuando se producen las primeras contradicciones; y es que un mayor arsenal ?dagas, mandobles, arcos? implica un mayor desequilibrio en determinadas situaciones, algo que sit¨²a la aleatoriedad por delante de nuestra habilidad. S¨ª, las situaciones pueden llegar a ser incluso m¨¢s surrealistas e inesperadas, pero en algunos momentos la frustraci¨®n nublar¨¢ cualquier atisbo de diversi¨®n.
Nidhogg II nos invita a ser aut¨¦nticos psic¨®patas a los mandos del pad, tratando de dise?ar en todo momento la mejor forma de despedazar a nuestro rival de las formas m¨¢s variopintas. Sus combates son simples a m¨¢s no poder; podemos correr, saltar, dar patadas, lanzar el arma contra nuestro enemigo... Las posibilidades son numerosas, aunque tras unas cuantas partidas nos daremos cuenta de lo ef¨ªmero de su concepto. Tanto es as¨ª, que la constante repetici¨®n de los mismos elementos puede acabar por hastiar a la mayor¨ªa ante una alarmante falta de variedad, algo que se multiplica ante la ausencia total de modos de juego; el men¨² lo deja claro: arcade o multijugador. Por suerte, es el modo multijugador se corona como el aut¨¦ntico protagonista del t¨ªtulo, ahora tanto online como local, aunque como no pod¨ªa ser de otra manera, jugar junto a un amigo disipa toda duda sobre su sobriedad en contenidos.
Nuestro objetivo es llegar al otro extremo de cada nivel, tratando de sobrevivir una y otra vez a un mismo adversario que por mucho que matemos, volver¨¢ a la carga una vez hayamos recorrido cierta distancia. Aunque uno de los contratiempos m¨¢s claros frente a la primera entrega es que ahora se premia el ser un machacabotones, especialmente frente a la escasa IA del juego. Un mayor arsenal y una mayor variedad de movimientos ?ahora bastante m¨¢s r¨¢pidos? dejan algo de lado la estrategia m¨¢s pausada en favor de una jugabilidad m¨¢s fren¨¦tica. Aun as¨ª, el car¨¢cter t¨¢ctico del primer Nidhogg sigue presente, regalando al jugador aut¨¦nticos momentos de locura; el t¨ªtulo engancha, de eso no hay duda, ?pero hasta qu¨¦ punto?
Como decimos, las opciones para un jugador son m¨¢s bien escasas, con un modo arcade dividido en 10 niveles ?con pocas diferencias entre s¨ª m¨¢s all¨¢ de lo est¨¦tico? que podremos superar en menos de media hora. S¨ª, podemos organizar torneos para hasta 8 jugadores, configurar el aspecto de nuestro avatar con un buen pu?ado de variables est¨¦ticas... y poco m¨¢s. Y todo en un t¨ªtulo que por 19,99 euros podr¨ªa ofrecer mucho m¨¢s a nivel de contenido. El concepto es v¨¢lido, divertido, engancha en el momento que dominamos todas sus posibilidades arma en mano, pero r¨¢pidamente cae en la reiteraci¨®n m¨¢s absoluta; por suerte, podemos modificar ciertos atributos de los combates para que ninguno sea como el anterior, eso s¨ª, s¨®lo en modo local.
A nivel visual se ha logrado dar un salto notable desde el parco aspecto del primer t¨ªtulo, aunque para muchos el dise?o art¨ªstico elegido para la ocasi¨®n resulta poco agradable a la vista, por as¨ª decirlo. S¨ª, el car¨¢cter retro se mantiene y sus creadores han optado en esta ocasi¨®n por sprites de mayor tama?o y m¨¢s detallados, escenarios mucho mas recargados y animaciones m¨¢s fren¨¦ticas. Pero hay algo en su est¨¦tica que puede no convencer a todos. Eso s¨ª, la violencia m¨¢s expl¨ªcita est¨¢ a la orden del d¨ªa; y es que a pesar de su aparente personalidad cartoon, el t¨ªtulo es muy bestia, incluso visceral. S¨®lo hace falta ver el crudo destino del final de cada fase...
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.