White Day: A Labyrinth Named School
White Day: A Labyrinth Named School, an¨¢lisis
Cuando el protagonista de White Day se cuela en el instituto en mitad de la noche para regalar una caja de dulces a la chica de la que est¨¢ enamorado no se imagina los terrores que se esconden entre las s¨®rdidas paredes de la escuela. Analizamos el remake de este survival horror coreano que llega ahora a PS4 y PC tras su paso por los tel¨¦fonos m¨®viles y tabletas.
Horrores de instituto
Invierno, nieve sobre los tejados, hielo caliza cubriendo los caminos. En las calles, pasos impacientes se dirigen hacia el metro, donde las piernas se entrecruzan y los cuerpos se apretujan en un l¨¢nguido vag¨®n. Bufandas, guantes, gorros y abrigos son las prendas elegidas para protegerse de un fr¨ªo que culebrea por el cuerpo penetrando hasta los huesos. Es lo que toca en febrero, uno de los meses m¨¢s g¨¦lidos del a?o, el mismo en el que las parejas viven su d¨ªa de los enamorados:
San Valent¨ªn es una tradici¨®n que hunde sus ra¨ªces en una ancestral fiesta romana consagrada a la fertilidad. Cada a?o se seleccionaba a un grupo de personas de entre los miembros m¨¢s ilustres de la ciudad para llevar a cabo los ritos ceremoniales. Eran los lupercos, sacerdotes que durante las festividades se comportaban como lobos y se reun¨ªan en el interior de una gruta dedicada a R¨®mulo y Remo. A continuaci¨®n, se sacrificaba a una cabra y se confeccionaban l¨¢tigos con la piel de la v¨ªctima inmolada. Los lupercos descargaban sus fustas sobre las espaldas y manos de mujeres que participaban voluntariamente en la procesi¨®n. Estas fiestas lupercales fueron prohibidas en el a?o 496 por el papa Gelasio I, que instaur¨® el 14 de febrero como el d¨ªa de San Valent¨ªn. Su asimilaci¨®n como festividad del amor fue muy posterior y est¨¢ ligada a un poema compuesto por el escritor ingl¨¦s Geoffrey Chaucer, en el siglo XIV. A partir de ese momento, la llama prendi¨® cual vela y la cera se fue filtrando a otros pa¨ªses europeos que lenta pero inexorablemente relacionaron la fiesta del santo con el amor.
A pesar de ser una tradici¨®n de origen europeo, Estados Unidos celebra la fiesta debido a sus lazos comunes con el viejo Imperio Brit¨¢nico. De Norteam¨¦rica ha pasado a los pa¨ªses orientales con ciertos matices. Jap¨®n y Corea del Sur tienen una habilidad innata para tomar los elementos extranjeros, pasarlos por su batidora cultural y recomponerlos de manera que encajen en su sistema de valores. En el San Valent¨ªn asi¨¢tico las mujeres regalan dulces¡ªchocolate, por lo general¡ª a los hombres. Ese d¨ªa tiene su r¨¦plica en el White Day, momento en el cual los papeles se invierten y son los hombres los que entregan los dulces.
El estudio coreano Sonnori ha tomado el White Day como eje central de su relato para entreverar una trama de terror psicol¨®gico ambientada en un sombr¨ªo instituto de secundaria. En realidad se trata de un remake de un videojuego comercializado en 2001 que sin embargo no vio la luz en el Viejo Continente. La desarrolladora, fundada en 1992, cambi¨® de nombre durante un tiempo, aunque hace un par de meses recuper¨® su identidad original.
La obra que hoy tenemos entre manos parte del remake que se desarroll¨® para iOS y Android. Salvo leves modificaciones en la interfaz, el t¨ªtulo mantiene todos sus aciertos y defectos. Es obvio que White Day no se beneficia de un presupuesto rimbombante, pero su paso por PlayStation 4 resulta un tanto decepcionante.
?Una dulce pesadilla?
El sol brilla, la hierba se mece acunada por la brisa y una muchacha se sienta en un banco, donde hojea su diario. De repente, una r¨¢faga de viento hace bailar las p¨¢ginas y una fotograf¨ªa se desprende del interior del volumen. Titubeante, Lee-Hui-min¡ªel chico protagonista¡ª coge la instant¨¢nea del suelo, pero la joven se lo arranca de los dedos sin que este pueda observar la imagen perenne. Se marcha junto a su amiga, y el chaval, nuestro protagonista, se queda solo otra vez. En el banco, el diario descansa olvidado. La chica se llama So-Yeong y es la muchacha de la que est¨¢ enamorado el personaje que controlamos.
Con el fin de devolverle el diario y de entregarle unos dulces con motivo del White Day, el estudiante irrumpe en el instituto...y se queda encerrado. Nada m¨¢s pisar suelo escolar siente que algo est¨¢ fuera de lugar. El colegio se ti?e de tonos tenebrosos cuando el astro rey se oculta detr¨¢s de las monta?as. Voces susurrantes sisean en la oscuridad, extra?os sonidos, el retumbar de la tormenta. El muchacho se adentra en los pasillos umbr¨ªos, repta por un estrecho t¨²nel de ventilaci¨®n y ve, desde la seguridad de su escondite, al siempre afable celador (en realidad, hay dos conserjes, uno en cada edificio). Sin embargo, basta mirarle a la cara para comprobar que no est¨¢ en sus cabales: frunce el ce?o, r¨ªe estridentemente. En una de sus manos, la linterna; en la otra, el bate de b¨¦isbol. Pose¨ªdo por la locura endemoniada, golpea a un alumno hasta que el alma de la v¨ªctima se desgaja del cuerpo. Lo arrastra por los corredores¡ªsin rastro alguno de sangre, eso s¨ª¡ª.
El argumento de White Day: A Labyrinth Named School parte de una premisa argumental atractiva, pero se pierde en un relato de fantasmas y seres macabros que no termina de despegar. El personaje principal es el t¨ªpico h¨¦roe silencioso sin trasfondo, sin historia, sin profundidad. Tampoco las escenas cinem¨¢ticas aportan demasiado, pues se presentan carentes de gracia y con una composici¨®n de escenas cuestionable. Con todo, la atm¨®sfera est¨¢ conseguida y los sustos impregnan la experiencia de juego. El terror, el humor, los sentimientos en general son sensaciones que no se activan en todas las personas por igual. Por eso resulta dif¨ªcil argumentar si un survival horror transmite terror o no. Diremos que White Day posee los ingredientes tradicionales del subg¨¦nero oriental. Se vale de lo psicol¨®gico, de los sonidos, del ambiente herrumbroso y sucio para generar una respuesta en el jugador. Nada tiene de original, pero el conjunto de elementos sigue encajando bien.
Acertijos en la oscuridad
La obra del estudio coreano se inserta dentro del g¨¦nero de los survival horror en primera persona. Es, en cierto modo, contemplativo, en el sentido de que Lee-Hui-min no dispone de armas para defenderse y debe observar el entorno, explorar y huir cuando sea necesario. El enemigo con el que m¨¢s nos toparemos ser¨¢ el conserje, que merodea por los pasillos de la escuela en busca de estudiantes descarriados. Siempre que nos vea correr¨¢ como una exhalaci¨®n hacia el protagonista y le atizar¨¢ con el bate carcaje¨¢ndose a mand¨ªbula batiente, as¨ª que desde el principio es necesario permanecer en alerta permanente.
Caminar agachado reduce el riesgo de ser pillados, mientras que encender las luces, correr o caminar con el mechero encendido aumenta las posibilidades de que el conserje haga acto de presencia. El problema es que el control es algo ortop¨¦dico, por lo que escapar del susodicho se convierte a veces en una peque?a pesadilla. Por ejemplo, al desplazarse agachado, el estudiante se queda medio atascado en el umbral de las puertas, de forma que se pierden unos segundos cruciales que pueden servir al conserje para desencadenar su tormenta de violencia.
La exploraci¨®n de escenarios es el verdadero motor jugable de esta propuesta. Avanzar depende de las pistas que se recopilen por medio de notas, mensajes en las pizarras, objetos, etc, y que sirven para la resoluci¨®n de los rompecabezas. No son el puzle del piano de Silent Hill, pero despu¨¦s de mucho tiempo hemos desempolvado la libreta y el bol¨ªgrafo.
White Day introduce un sistema de decisiones muy b¨¢sico que repercute en los finales del juego (ocho en total) y que modifica las relaciones entre el protagonista y los dem¨¢s personajes. En las escenas de conversaci¨®n podemos elegir entre dos opciones diferentes que van dirigiendo la charla en uno u otro sentido.
En lo que respecta a la dificultad, se han introducido cinco modos (uno de ellos, el m¨¢s dif¨ªcil, est¨¢ bloqueado de serie). En las modalidades m¨¢s asequibles, las fases en las que existe un tiempo l¨ªmite nos las podemos tomar con un poco m¨¢s de tranquilidad, ya que disponemos de m¨¢s minutos para resolver el entuerto. Por otro lado, pese a que los puntos de guardado son limitados¡ªse necesitan rotuladores desperdigados por los escenarios¡ª, en diversos momentos se graba autom¨¢ticamente.
Apartado t¨¦cnico
Apunt¨¢bamos unos p¨¢rrafos m¨¢s arriba que la versi¨®n PlayStation 4 de White Day es b¨¢sicamente un port de las ediciones comercializadas en dispositivos m¨®viles hace un par de a?os. No extra?a por tanto que se le vean las costuras. Gr¨¢ficamente es un t¨ªtulo mediocre que no destaca ni en lo t¨¦cnico ni en lo art¨ªstico¡ªel empleo del motor Unity es un indicativo de la humilde envergadura del proyecto¡ª. El instituto, con sus pasillos y aulas, resulta anodino y repetitivo porque los modelados de los objetos son siempre los mismos. Es un hecho que induce a la confusi¨®n, puesto que da la sensaci¨®n de estar recorriendo las mismas estancias una y otra vez. Al menos, por citar un punto positivo, el juego funciona fluido.
Se constata que una banda sonora ha dejado su poso cuando en el instante m¨¢s inesperado la melod¨ªa te viene a la cabeza y la tarareas sin darte cuenta. No acontece esto con la producci¨®n de Sonnori. La m¨²sica tiene poca presencia y no sobresale en casi ninguna situaci¨®n. De igual modo, los sonidos nos han parecido un tanto decepcionantes. S¨ª, transmiten mal rollo, pero la variedad es nula. Lo que s¨ª nos ha gustado m¨¢s es que el repiquetear de las llaves del conserje avise al jugador de que el hombre est¨¢ en las cercan¨ªas, mientras que el segundo de ellos canturrea una melod¨ªa caracter¨ªstica. Adem¨¢s, la m¨²sica in crescendo pone al usuario en alerta y con los nervios a flor de piel.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.