The Elder Scrolls Online: Morrowind, An¨¢lisis

Poco m¨¢s de 15 a?os nos separan desde que The Elder Scrolls III: Morrowind aterrizara en nuestros hogares. Tanto tiempo a sus espaldas no han hecho m¨¢s que ensalzar la leyenda del que para muchos es la cima ¡ªtodav¨ªa¡ª dentro de la franquicia. Lo cierto es que no es para nada descabellada tal afirmaci¨®n, pues a partir de la siguiente entrega se abri¨® una brecha de opini¨®n en su comunidad. Por una parte estaban los siempre recelosos veteranos, quienes exig¨ªan una experiencia m¨¢s cercana al roleo puro. En cambio, los reci¨¦n llegados ¡ªmotivados por su lanzamiento en Xbox 360¡ª encontraron en Oblivion una obra que, para bien o para mal, se convirti¨® en un hito por aquellos tempranos a?os de la pasada generaci¨®n.

Desde Bethesda Softworks conocen muy bien el especial cari?o que gran parte de sus seguidores guardan a las localizaciones de la provincia de Morrowind. El t¨ªtulo protagonizado por Dovahkiin ya coquete¨® con este tipo de homenajes, y en un alarde de nostalgia para su tercer y ¨²ltimo contenido descargable nos brindaron la oportunidad de volver a la isla de Solstheim, localizada al noroeste de Vvardenfell. Estas tierras fueron visitadas en un primer momento por los jugadores de The Elder Scrolls III: Bloodmoon; los gui?os y la reinterpretaci¨®n de material original estaban asegurados. Sin embargo, no quedaba m¨¢s que como un aperitivo de los deseos reales de aquellos fervorosos de la obra original. La sombra de una remasterizaci¨®n siempre ha estado presente en las quinielas para los eventos m¨¢s importantes del sector, pero nada m¨¢s lejos de la realidad.

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Ha sido con la experiencia en l¨ªnea de Zenimax Online cuando por fin hemos podido volver a la regi¨®n de Vvardenfell. Para llegar a este momento la obra ha pasado por multitud de etapas desde su lanzamiento el pasado 2014. Aquella mudanza de su universo a un g¨¦nero tan exigente como lo son los MMORPG sorprendi¨® a todos, viendo el movimiento como una manera de ofrecer esa posibilidad de juego cooperativo y competitivo que tanto se demand¨® con Skyrim, pero que nunca termin¨® de llegar ¡ªni lo necesitaba¡ª. Estar regido por unas cuotas de suscripci¨®n que posibilitan el acceso a su contenido fue una de los principales obst¨¢culos para la masa proveniente de las entregas troncales, sobre todo si tenemos en cuenta de que tampoco estaba bien medida la proporci¨®n entre el material jugable y la progresi¨®n del jugador.

Las andanzas de Vivec, 700 a?os antes

Desde entonces ha ocurrido de todo en Tamriel. Diversos ajustes, multitud de contenidos descargables tanto gratuitos como previo pago, la eliminaci¨®n de las cuotas como requisito para jugar, nuevos rangos que aumentan el techo del high-end, etc. Entre las novedades destaca la famosa actualizaci¨®n OneTamriel, la cual equilibra los niveles de los mundos y enemigos a los tuyos para romper todas las barreras que exist¨ªan entre un primer momento, adem¨¢s de posibilitar el juego entre jugadores sin importar el nivel en el que est¨¦n. Este paso al frente sirvi¨® para que uno de los objetivos principales del juego ¡ªpermitir disfrutar de la experiencia como si de una obra en solitario se tratara¡ª lograse alcanzar la meta.

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Poco m¨¢s de 3 a?os han servido para soldar una base que ten¨ªa sus debilidades, pero ahora balanceadas por otras grandes virtudes. La expansi¨®n que tenemos entre manos no se asemeja en tama?o y a?adidos a ninguno de los DLC que recibi¨® en los meses previos, siendo ¨¦ste el primer ¡®cap¨ªtulo¡¯ del que esperemos que sean muchos. Morrowind ha sido dise?ado por y para los entusiastas de la saga; el amor que destila en el uso de su propio trasfondo y c¨®mo traslada parte de las sensaciones del original dentro de la f¨®rmula Online es indescriptible. Podemos comprobarlo desde el primer instante, nada m¨¢s desembarcar en los muelles de Seyda Neen ¡ªla puerta hacia Vvanderfell¡ª. Todo est¨¢ tal como lo record¨¢bamos pese a que nuestra incursi¨®n actual sea 700 a?os antes de los eventos del original.

La familiaridad de las localizaciones en la extensi¨®n del terreno es totalmente normal. La compa?¨ªa import¨® los datos del mapa primigenio al completo para construir sobre ¨¦l, lo que nos permite tener casi al cien por cien la porci¨®n que tuvimos en su d¨ªa. Obviamente se encuentra un poco adulterado para la ocasi¨®n, pero un veterano jugador casi podr¨ªa orientarse por completo con solo seguir su vista. La vegetaci¨®n sigue igual de abrupta que de costumbre, pero s¨ª es cierto que la estampa aqu¨ª es mucho m¨¢s viva y esperanzadora que la obra bajo el mismo nombre, donde los tonos gris¨¢ceos y la decadencia impregnaban el ambiente.

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Introducirnos en la expansi¨®n ser¨¢ una tarea realmente sencilla y para nada cercana a la de otros competidores en el g¨¦nero. Si creas un personaje de cero tendr¨¢s la oportunidad de elegir qu¨¦ experiencia comenzar antes, si la original o la nueva. Ambas cuentan con tutoriales ¡ªque pueden ser omitidos¡ª  y primeros pasos diferentes, pero al final es una cuesti¨®n que tan solo tendr¨¢ impacto en las horas iniciales. Tal como comentamos con anterioridad sobre la actualizaci¨®n OneTamriel, la expansi¨®n se beneficia bastante de sus cambios. El usuario es libre de elegir cu¨¢ndo y c¨®mo disfrutar del producto sin importar el nivel o grupo en el que se encuentre. Si lo que quieres es seguir con tu mismo personaje, recibir¨¢s una carta dentro de tu inventario en la que se pedir¨¢ tu presencia para una audiencia con Vivec, la c¨¦lebre divinidad que ser¨¢ parte protagonista de la trama principal.

Los esfuerzos de la compa?¨ªa en romper los l¨ªmites impuestos con anterioridad han tenido un sentido pr¨¢ctico. Lo normal en el g¨¦nero con una expansi¨®n de este calibre hubiera sido apostar por mejorar la experiencia entre compa?eros: grandes cantidades de misiones que siguen patrones similares, multitud de equipamiento y rotaci¨®n entre todas ellas¡­ Con The Elder Scrolls Online: Morrowind es todo lo contrario. Nos encontramos ante un contenido que busca impresionar a los lobos solitarios mientras que da la oportunidad a poder ser disfrutada junto a otros. 

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Las sensaciones a los mandos a trav¨¦s del hilo argumental han sido toda una sorpresa dentro del g¨¦nero. Ten¨ªamos la sensaci¨®n de estar incluso en una aventura complementaria de la tercera entrega con los recursos de hoy en d¨ªa; como si de un peque?o t¨ªtulo de la serie se tratara. Toda la narrativa de la cadena de misiones de Vivec tiene un tratamiento similar al que podemos encontrar en cualquier otro juego bajo el mismo sello, y eso permite engancharnos m¨¢s si cabe a los sucesos que ocurren a nuestro alrededor. Esta virtud se extiende tambi¨¦n al dise?o de misiones, donde nos encontraremos aventuras la mar de interesantes en el plano jugable.

A medida que progresemos se abrir¨¢n otras cadenas que nos permitir¨¢n conocer un poco m¨¢s las intrigas pol¨ªticas y sociales del lugar. En parte de ellas, desafortunadamente, no ocurre lo mismo. S¨ª que notamos cierta falta de frescura, como si de relleno se tratara, no aportan nada interesante en el plano jugable salvo pesquisas argumentales. Pero, respirad tranquilos: los altibajos que rodean al hilo principal no suelen ser frecuentes. Desde nuestro inicio hasta el desenlace de la misma el recorrido nos tom¨® poco m¨¢s de treinta horas; quedamos m¨¢s que satisfechos en el c¨®mputo general. A partir de ese momento el objetivo es pertrecharse y buscar nuevos aliados para enfrentaros a la Prueba incluida en la expansi¨®n: Los Salones de Fabricaci¨®n. Algo exigente para nuevos espadachines pero que, una vez tomada la medida, puede ser completada en poco m¨¢s de media hora. Eso s¨ª, necesitamos un grupo bien comunicado.

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Los grandes problemas vienen dados cuando estemos liberados de los quehaceres del hilo conductor. Visto el final Morrowind no tiene mucho m¨¢s que ofrecer salvo seguir explorando su mundo, unirte a otros en la realizaci¨®n de anteriores misiones o el simple hecho de revivir viejas aventuras. El techo de su contenido lo podemos alcanzar relativamente pronto para tratarse de una expansi¨®n dentro del g¨¦nero, pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta su propuesta. Quiz¨¢ aquellos que entren con una mentalidad MMORPG se encuentren decepcionados ante por lo que es y no fue.

Nuevas experiencias

Todo ello en el lado PVE, pero las grandes novedades de este cap¨ªtulo tambi¨¦n pasan por el Guardi¨¢n, la primera clase que se a?ade al elenco desde su lanzamiento. Esta opci¨®n de juego refuta el planteamiento en solitario que ven¨ªamos comentando en l¨ªneas anteriores. Los guardianes est¨¢n pensados para ser la opci¨®n vers¨¢til, pues sus ramas de especializaci¨®n se dividen en tres grandes usos: animales acompa?antes, curaci¨®n y absorci¨®n de da?o. El primero, llamado Animal Companions, nos permitir¨¢ con su ultimate invocar a un feroz oso que atacar¨¢ a cualquiera que nos haga frente. Entre sus habilidades destacan tambi¨¦n el uso de otros tipos de animales, estando pensada para provocar da?o y ganar tiempo mientras atacan a nuestro compa?ero. Por otra parte tenemos Green Balance, enfocada en la curaci¨®n tanto personal como de aquellos que nos rodean ¡ª¨¢rea inclusive¡ª. Por ¨²ltimo, Winter¡¯s Embrace, permite convertir al Guardi¨¢n en una especie de off-tank, absorbiendo una cantidad interesante de da?o mientras que provoca a los enemigos con ralentizaciones y diferentes efectos negativos. 

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Puedes moldear a tu personaje de tal forma que case en las necesidades de un grupo o en las tuyas propias si est¨¢s solo en la aventura. De hecho, puede exprimirse mejor en una experiencia similar a la segunda, puesto que hay algunas flaquezas que resaltan una vez estamos en medio del combate. Por ejemplo, los acompa?antes no distan mucho de los familiares invocados en otras clases. El oso ganar¨ªa muchos enteros si pudiera acatar ordenes bajo nuestro mando, da la sensaci¨®n actualmente de que queda un poco libre, e incluso a veces no termina de acertar a nuestro objetivo deseado. Algo parecido ocurre con Winter¡¯s Embrace, que precisa de ciertos ajustes para poder alcanzar mayor potencial. Aunque subrayemos estas debilidades, el guardi¨¢n sigue siendo una elecci¨®n segura para los usuarios que disfruten del t¨ªtulo en solitario.

Quienes busquen material para el ¨¢mbito PVP no encontrar¨¢n grandes alicientes. En Morrowind hemos recibido las salas Battleground. Tres equipos de hasta cuatro jugadores cada uno se enfrentan en la arena a trav¨¦s de los modos de juego elegidos. Desde el primer d¨ªa tan solo tenemos acceso a Duelo a muerte, Captura de la reliquia y Dominaci¨®n. El surtido parece variado, pero los problemas vienen dados por el escaso balanceo que existe. Actualmente es un combate en donde el jugador mejor equipado tiene la mayor¨ªa de papeletas para la victoria, con independencia de su habilidad. Dejar de lado los puntos de campe¨®n no es suficiente para mantener un combate justo, por lo que desde aqu¨ª os recomendamos que no acced¨¢is hasta que teng¨¢is muchas horas de rodaje con vuestro equipamiento.

Este an¨¢lisis se ha realizado con un c¨®digo para PC