Retro Studios: el brazo americano de Nintendo

Parec¨ªa que ya tocaba. Pasados tres a?os desde el lanzamiento de Tropical Freeze, y con Switch enfrent¨¢ndose a un E3 vital para perfilar su cat¨¢logo a corto-medio plazo, no sonaba descabellado esperar un teaser de lo nuevo de Retro Studios. Pero volvi¨® a faltar a la cita. Fue una decepci¨®n aliviada por el anuncio de Metroid Prime 4, que correr¨¢ a cargo de otro equipo, pero decepci¨®n al fin y al cabo. Ya fuese dando vida a las aventuras de Samus Aran o a las de Donkey Kong, Retro Studios se ha convertido en una marca en s¨ª misma desde su debut en GameCube. Una garant¨ªa de calidad que le sirve incluso para trascender a las sagas que desarrolla en cada momento. Claro que no siempre fue as¨ª. El camino para alcanzar tal pedigr¨ª ha sido uno de los m¨¢s duros, y por momentos extravagantes que hemos visto en el mundillo. As¨ª que vamos a aprovechar esta pausa forzada y revisitar la trayectoria de un estudio que, contra todo pron¨®stico, aprendi¨® a replicar la magia de Nintendo en pleno Texas.

Haciendo las Am¨¦ricas

Aunque parezca el lugar adecuado para empezar, el germen de esta historia no reside tanto en la fundaci¨®n de Retro Studios per s¨¦ como en la generaci¨®n 32-bits y sus consecuencias para Nintendo. Tras dos generaciones de dominio en el mercado consolero con NES y SNES, en Nintendo 64 vieron huir casi todo el apoyo third party, que se desplaz¨® en masa hacia PlayStation debido al formato CD (m¨¢s barato y espacioso), as¨ª como la mayor flexibilidad en las directrices impuestas por Sony. Sin el respaldo de antiguos aliados como Capcom, Konami, Namco o Square, la cantidad de t¨ªtulos cay¨®, y con ellos el n¨²mero de usuarios, que prefirieron jugar con el nuevo chico guay que hab¨ªa llegado al barrio. La parte positiva para Nintendo, a pesar del golpe, fue la capacidad para mantener una base todav¨ªa muy s¨®lida en Norteam¨¦rica, donde N64 consigui¨® alzarse por encima de los 20 millones de consolas vendidas. Esto provoc¨® una reacci¨®n clara en la compa?¨ªa nipona, que mir¨® fuera de su pa¨ªs natal con m¨¢s atenci¨®n que nunca para promocionar colaboraciones que paliaran de alg¨²n modo la huida de thirds y mantuviesen el inter¨¦s del p¨²blico occidental.

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Entre 1998 y 2000, en plena gestaci¨®n de GameCube, Nintendo asegur¨® una serie de tratos para nutrir la nueva consola con juegos m¨¢s variados que los que pod¨ªa cubrir la factor¨ªa EAD por su cuenta. Mario y Zelda nunca dejar¨ªan de ser los principales reclamos, y Rare segu¨ªa al pie del ca?¨®n, transformando el cancelado Dinosaur Planet de N64 en Star Fox Adventures (ir¨®nicamente, ¨²ltimo juego del estudio brit¨¢nico antes de la compra por parte de Microsoft). Pero hac¨ªa falta algo m¨¢s para dar empaque al cat¨¢logo y se pusieron en marcha otros proyectos como el NBA Courtside 2002 de Left Field, el Star Wars: Rogue Leader de Factor 5, el Eternal Darkness de Silicon Knights (tambi¨¦n desplazado desde N64) o el Wave Race: Blue Storm de Nintendo Software Technology, primer estudio first creado en suelo americano. Fue justo durante esta aproximaci¨®n a Occidente donde la historia de Nintendo se cruz¨® con la de Jeff Spangenberg: fundador de Iguana Entertainment, uno de los estudios que m¨¢s aportaciones hiciera a la librer¨ªa de N64 (a destacar, la saga?Turok), Spangenberg hab¨ªa acabado por las malas con Acclaim despu¨¦s de venderle sus acciones y decidi¨® formar otro equipo desde cero. Hablamos, por supuesto, de Retro Studios.

Los duros inicios: el que mucho abarca...

La intenci¨®n de Spangenberg era hacer de Retro Studios el equivalente americano de Rare, idea que convenci¨® a Nintendo lo suficiente como para invertir una importante suma en sus instalaciones. Oficinas, equipo para captura de movimientos, estudio de grabaci¨®n... La compa?¨ªa dispuso todo lo necesario, y en los siguientes meses se empez¨® a formar un ¡°dream team¡± de desarrolladores. El estudio creci¨®, y los miembros se fueron repartiendo por una serie de proyectos diferentes. A fin de cuentas, una de las principales se?as de Rare era no s¨®lo hacer buenos juegos, sino saltar entre g¨¦neros como plataformas, FPS o carreras sin dejar de ofrecer un nivel alto en todos ello. Para no quedarse atr¨¢s, Retro Studios se embarc¨® de forma simult¨¢nea en un RPG (Raven Blade), una aventura de acci¨®n (llamada literalmente Action-Adventure en la fase de prototipo), un juego de combate con veh¨ªculos con reminiscencias a Twisted Metal (Thunder Rally) e incluso uno de f¨²tbol americano (NFL Retro Football), que se propuso combinar con el universo Mario, pero sigui¨® un camino m¨¢s tradicional dada la prioridad de Nintendo por atraer al mercado adulto.

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De todos ellos Action-Adventure fue el que menos evolucion¨®, aunque el concepto llam¨® la atenci¨®n de Miyamoto: quiz¨¢ fue porque la intenci¨®n de desarrollar una aventura con mujeres cazarrecompenas y aliens les encendi¨® la bombilla, o porque no ten¨ªan alternativa mejor tras dejar pasar la generaci¨®n 32-bits sin entrega nueva, pero en 2000 Nintendo sorprendi¨® a Retro Studios con la licencia Metroid. Naturalmente, Action-Adventure se apart¨® a un lado para trabajar de inmediato en el juego y preparar un teaser para el SpaceWorld. Por desgracia, a pesar de esa confianza, las cosas no funcionaban bien en el seno de Retro, y los problemas empezaron a multiplicarse. Al exceso de ambici¨®n llevando cuatro desarrollos se sum¨® una mala gesti¨®n, con trabajadores dedicando demasiadas horas a sus proyectos y ausencias frecuentes de Spangenberg en labores de supervisi¨®n. Los plazos no se cumpl¨ªan y la comunicaci¨®n fallaba, as¨ª que entre 2000 y 2001 Nintendo opt¨® por cancelar NFL Retro Football, Thunder Rally y Raven Blade para que al menos Metroid saliese adelante.

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El que a?os atr¨¢s aspiraba a ser un estudio de ensue?o se hab¨ªa convertido en un lugar de trabajo conflictivo, con c¨¢maras de vigilancia, salidas continuas de personal, e incluso historias tan disparatadas como ejecutivos huyendo con fondos de la compa?¨ªa, empleados llevando webs pornogr¨¢ficas desde sus ordenadores y Jeff Spangenberg apareciendo en fotos de juergas nocturnas. Viendo el desmadre, Nintendo decidi¨® cortar por lo sano y comprar las acciones de Spangenberg, convirtiendo a Retro Studios en equipo first party. El vicepresidente, Steve Barcia, tom¨® el mando de forma temporal meses antes del lanzamiento de Metroid Prime, pero m¨¢s tarde ser¨ªa reemplazado por Michael Kelbaugh. Empleado de largo recorrido en Nintendo Am¨¦rica, Kelbaugh se encarg¨® de agilizar las relaciones con la sede central, en particular la divisi¨®n SPD3 dirigida por Kensuke Tanabe, y ayudar a convertir el estudio tejano en lo que es hoy d¨ªa: una prolongaci¨®n natural de Nintendo.

Obra maestra por sorpresa: la llegada de Prime

A todo lo que se coc¨ªa entre bastidores, que no era poco, tambi¨¦n hay que sumar la pol¨¦mica que rode¨® a Metroid Prime en el frente externo. En una ¨¦poca donde internet ten¨ªa menos tr¨¢fico e ¡°insiders¡± dispuestos a publicar las miserias de un desarrollo tan accidentado, los mayores motivos de preocupaci¨®n de los fans eran que Metroid estuviese en manos de un estudio novato americano y, por encima, se intentase convertir en un First Person Shooter. Pocos sab¨ªan que la idea hab¨ªa venido del propio Miyamoto, que ya en tiempos de Ocarina of Time se planteara hacer lo mismo con Zelda y era consciente de los problemas que pod¨ªa crear la c¨¢mara en un juego de acci¨®n en tercera persona (Rare y su Jet Force Gemini dieran buena muestra de ello). Pero a pesar del cambio de perspectiva, y de contar con empleados experimentados en shooters (a¨²n hab¨ªa antiguos miembros de Iguana e Id Software entre sus filas), Retro decidi¨® mantener el juego como una aventura con fuerte ¨¦nfasis en la exploraci¨®n, acu?ando el t¨¦rmino ¡°First Person Adventure¡± en el proceso.

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Las dudas sobre c¨®mo podr¨ªa salir este experimento les acompa?aron hasta el lanzamiento americano (noviembre de 2002), pero ni una semana m¨¢s: cr¨ªtica y p¨²blico fueron pr¨¢cticamente un¨¢nimes y recibieron a Metroid Prime entre alabanzas, convirti¨¦ndolo en uno de los juegos mejor valorados de la historia de Nintendo. ?Las claves del ¨¦xito? Para empezar, s¨ª era una aventura con todas las letras. Los tiroteos ten¨ªan un papel importante, aunque se resolvieron introduciendo un centrado que permit¨ªa pivotar en torno a los enemigos al estilo Zelda, causando as¨ª que el movimiento y elecci¨®n del arma fuesen m¨¢s importantes que el apuntado o la gesti¨®n de munici¨®n (ilimitada salvo por los misiles). La frecuencia de uso tambi¨¦n fue bien medida y, al igual que en los Metroid cl¨¢sicos, funcionaban como complemento, y no sustitutivo de la exploraci¨®n. El planeta Tallon IV estaba lleno de peligros, desde peque?as criaturas que lanzaban espinas a nuestro paso, hasta los tan agresivos como inteligentes Piratas Espaciales. Pero m¨¢s all¨¢ de algunas emboscadas y los jefes, el desaf¨ªo real era orientarse y dar con los ¨ªtems que abr¨ªan el acceso a nuevas zonas o mejoraban nuestra maniobrabilidad (como el doble salto o el rayo enganche).

La morfosfera (habilidad para convertirse en bola) tambi¨¦n fue adaptada a las tres dimensiones y permit¨ªa, adem¨¢s de colarnos por peque?as rendijas, adherirnos a ra¨ªles en paredes y techos o acelerar en superficies curvadas para crear una inercia que nos propulsase hacia arriba. El dise?o de niveles era lo suficientemente complejo como para que necesit¨¢semos recurrir al pr¨¢ctico mapa 3D, y las regiones se conectaban a trav¨¦s de varios puntos, provocando que a menudo hubiese m¨¢s de una ruta disponible hacia un mismo objetivo. Si bien hab¨ªa una secuencia b¨¢sica, el itinerario de ¨ªtems requeridos para abrirse camino hacia el jefe final, estas ramificaciones y las mejoras opcionales alentaban la exploraci¨®n en un mundo que nos ganaba por los peque?os detalles. Entrar en el casco de Samus y ver Tallon a trav¨¦s sus ojos elevaba la experiencia gracias a multitud de efectos como gotas de agua desliz¨¢ndose por el cristal en medio de una lluvia, las interferencias electromagn¨¦ticas de la interfaz (integrada en el traje), el vaho que empa?aba la pantalla al atravesar zonas calientes o el reflejo de nuestra protagonista en caso de explosi¨®n cercana.

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El mimo con el que se construy¨® el mundo y esta clase de interacciones era algo fuera de lo normal, e incluso sorprende ahora al volver tras casi 15 a?os. Sobre todo porque no se limita a la faceta est¨¦tica: como parte del casco tambi¨¦n se introdujeron visores especiales con los que detectar enemigos en la oscuridad o diferentes dimensiones (percibiendo de paso el esqueleto de la propia Samus dentro de su ca?¨®n). Aunque sin duda el visor estrella fue el de escaneo, ya que permit¨ªa analizar casi cualquier ser vivo (o muerto), maquinarias y estructuras relevantes para recabar datos. Con frecuencia chivaba puntos d¨¦biles o soluciones a puzles, pero tambi¨¦n enriquec¨ªa el trasfondo de Tallon con curiosidades sobre su ecosistema, el pasado de los Chozo que lo habitaran anta?o, e incluso aspectos de la trama presente, dotando al juego de carga narrativa sin interrumpir la exploraci¨®n con secuencias. Una soluci¨®n ideal para preservar ese esp¨ªritu de inmersi¨®n y aislamiento que hicieron de Prime un Metroid soberbio (puntos extra por la portentosa banda sonora compuesta por Kenji Yamamoto desde Jap¨®n), as¨ª como una perfecta carta de presentaci¨®n para Retro Studios.

Metroid Prime 2: Explorando el reverso tenebroso

Aunque el final desbloqueable al conseguir todos los objetos era un ¡°cliffhanger¡± en toda regla (una mano similar a la de Samus brotaba de un charco en la sala la batalla final), lo cierto es que la secuela a¨²n no estaba planeada cuando se lanz¨® Metroid Prime. Fue la satisfacci¨®n con el resultado y, sobre todo, la buena recepci¨®n (pronto se convirti¨® en uno de los juegos m¨¢s vendidos de GameCube), lo que llev¨® a Nintendo y a Retro a seguir adelante con la saga. Un concepto temprano de finales de 2002 que sali¨® a la luz hace pocos a?os (Metroid 1.5) propon¨ªa una aventura m¨¢s original y de menor escala en la que Samus explorar¨ªa una nave gobernada por una inteligencia artificial con personalidad m¨²ltiple. Sin embargo, la idea se acab¨® descartando en favor de lo que hoy conocemos como Echoes. Lanzado en noviembre de 2004, justo dos a?os despu¨¦s del original, Prime 2 fue una continuaci¨®n m¨¢s tradicional que retom¨® el planteamiento de Prime para luego ampliarlo en varias direcciones. Retro ten¨ªa una base demasiado buena como para no aprovecharla, pero tampoco se durmi¨® en los laureles y construy¨® un juego todav¨ªa m¨¢s complejo.

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La principal baza de Prime 2, m¨¢s all¨¢ de seguir la estela de uno de los mejores juegos de su generaci¨®n, fue la forma en la que sac¨® partido la dualidad entre luz y oscuridad. La misteriosa mano del final de Prime evolucion¨® para convertirse en Samus Oscura, una r¨¦plica siniestra de la hero¨ªna que encontr¨¢bamos al poco de aterrizar en ?ter. Este planeta, de mayor tama?o que Tallon IV, era el escenario de una rivalidad simple en su planteamiento (el manido bien contra mal), pero efectiva por ligar de forma tan directa a Samus y su archienemiga (su existencia misma se deb¨ªa a los eventos del anterior juego) y dar pie a un villano diferente a cl¨¢sicos de la saga como Mother Brain, Ridley o Braid. Samus Oscura en seguida se convirti¨® en uno de los enemigos m¨¢s emblem¨¢ticos de Metroid, y eso que apenas era una peque?a porci¨®n de un juego que exploraba con mayor profundidad el enfrentamiento luz-oscuridad dentro de su propio mundo: al igual que Samus, ?ter tambi¨¦n ten¨ªa una versi¨®n siniestra, y s¨®lo superando sus desaf¨ªos podr¨ªamos salvar al lado de la luz.

Con vistas a reforzar esto, Retro rompi¨® parcialmente el aislamiento e introdujo a U-Mos, un centinela de la raza nativa de ?ter que nos guiaba para evitar el exterminio de su pueblo. Un papel reducido, pero significativo en una saga que durante a?os prescindiera del contacto directo con personajes amistosos con el fin de enfatizar la soledad de Samus. Claro que pr¨¢cticamente aqu¨ª se acababan las concesiones: una vez en terreno hostil, la toxicidad de la atm¨®sfera bajaba constantemente nuestra vida, oblig¨¢ndonos a buscar refugio en zonas seguras, mejorar lo antes posible la capacidad vital para minimizar el riesgo o dar con otros m¨¦todos para paliar este h¨¢ndicap. Aunque la idea de saltar entre versiones paralelas de un mismo mundo no era precisamente nueva (la propia Nintendo hab¨ªa hecho un gran trabajo con A Link to the Past en tiempos de SNES), el intrincado dise?o de niveles y el contraste de ambientaciones hicieron de ?ter un lugar peligroso e imponente. Echoes estaba claramente dedicado a los fans de Metroid Prime, as¨ª que Retro no se anduvo con medias tintas y subi¨® conscientemente la dificultad para que la sensaci¨®n de reto siguiese presente para los veteranos.

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?ter dispon¨ªa de menos regiones que Tallon IV, pero cada una de ellas era m¨¢s amplia y nos forzaba a tener siempre en mente la posibilidad de que la soluci¨®n de un puzle o el mero avance estuviese en otro plano. Los jefes tambi¨¦n subieron el nivel, con algunos casos destacables por su resistencia, las condiciones del escenario o mutaciones en pleno combate. Retro incluso introdujo un peque?o elemento de gesti¨®n con la munici¨®n m¨¢s all¨¢ de los misiles, de nuevo a juego con el tema de luz-oscuridad, aunque tampoco tuvo demasiado impacto m¨¢s all¨¢ de algunas situaciones puntuales. Es algo parecido al multijugador, integrado por primera vez en un Metroid, pero anecd¨®tico dada la escasez de opciones, el sistema de combate m¨¢s planteado para aventura que para shooter, y la ausencia de online. Altibajos de un juego que quiz¨¢ no termin¨® de alcanzar el mismo estatus que su antecesor (aunque no pocos fans lo prefieren por subir el list¨®n en la complejidad y crear una atm¨®sfera m¨¢s opresiva), pero que en cualquiera de los casos reafirm¨® a Retro como uno de los mejores dise?adores de mundos en 3D. Metroid Prime no hab¨ªa sido un golpe de suerte, sino de talento.

La revoluci¨®n de Metroid Prime 3

Con la serie consolidada como una de las grandes de Nintendo, en los meses cercanos al estreno de Echoes los vecinos de NST empezaron a trabajar en un spin-off multijugador para NDS: Metroid Prime Hunters. Como creadores de la subsaga, en Retro los asesoraron para garantizar que los dise?os y personajes casaran con el universo Prime, aunque fue una colaboraci¨®n testimonial en comparaci¨®n con su verdadero objetivo: cerrar la trilog¨ªa principal del mejor modo posible. El equipo empez¨® a desarrollar Metroid Prime 3 antes de saber las especificaciones de Wii, y descubrir despu¨¦s que el salto t¨¦cnico respecto a GameCube iba a ser tan peque?o no acab¨® de convencer a todos. Algunos miembros pidieron a Nintendo que reconsiderase aumentar la potencia, aunque los ¨¢nimos cambiaron cuando tuvieron que preparar una demo de Metroid Prime 2 con el nuevo control para mostrar a la prensa a finales de 2005. Echoes se convirti¨® literalmente en el primer juego en hacer uso pr¨¢ctico del combo Wiimote + Nunchuk en una presentaci¨®n de Wii (por aquel entonces todav¨ªa conocida como Revolution), y convenci¨® al propio estudio del potencial para Corruption.

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Planeado para estrenarse junto a la propia Wii a finales de 2006, Satoru Iwata, presidente de Nintendo en aquellos d¨ªas, recomend¨® retrasar Metroid Prime 3 a agosto de 2007 tras no quedar del todo convencido con lo que ve¨ªa y querer algo a la altura de Twilight Princess (en desarrollo desde hac¨ªa m¨¢s tiempo). Lo que probablemente no fue mala idea, porque siendo el tercer juego del mismo molde, y sin potencia suficiente como para dar un gran salto gr¨¢fico a pesar del cambio de consola, el riesgo de que la repetici¨®n pasase factura era mayor que antes. As¨ª que Retro busc¨® varias formas para sortearlo. La primera, evidentemente, fue el propio control. El Wiimote permit¨ªa mover el cursor y la c¨¢mara al mismo tiempo (antes acciones independientes), agilizando el apuntado. Aunque su implementaci¨®n ni mucho menos se limit¨® a los disparos: el estudio de paso aprovech¨® para a?adir acciones como interactuar con paneles simulando el movimiento de la mano de Samus, lanzar y recoger el rayo enganche (ahora tambi¨¦n usado contra enemigos) o soldar circuitos con el arma.

Otro cambio importante fue pasar de la t¨ªpica aventura solitaria en un planeta lejano, aislado de cualquier civilizaci¨®n amigable, a un conflicto de mayor escala a lo largo de todo un sistema solar. La Federaci¨®n Gal¨¢ctica, habitualmente relegada a simples menciones en otros juegos de la saga, se convirti¨® en una organizaci¨®n tangible cuyas instalaciones y naves visit¨¢bamos para aceptar el encargo que, como buena cazarrecompesas, Samus deber¨ªa resolver. Frente al breve cameo de U-Mos, esta vez encontr¨¢bamos a un buen pu?ado de personajes perfectamente doblados al ingl¨¦s, as¨ª como un par de tramos en los que la intensidad escalaba para mostrarnos los efectos reales de la batallas entre la Federaci¨®n y los Piratas Especiales. La carga de acci¨®n, respaldada por el cambio en el control y el nuevo hiperestado (capacidad para canalizar Phazon y dispararlo a cambio de vida), fue claramente a m¨¢s, aunque a pesar de ello Corruption segu¨ªa siendo un Metroid y el grueso central del juego volv¨ªa a una exploraci¨®n menos ruidosa, con sus b¨²squedas de ¨ªtems, sus puzles y sus escaneos para descubrir el trasfondo de cada uno de los planetas visitados.

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El backtracking que define a todo buen metroidvania no desapareci¨®, aunque s¨ª se aliger¨® con la implementaci¨®n de la nave (otra novedad) como m¨¦todo de transporte entre los diferentes planetas o pistas de aterrizaje disponibles en cada uno de ellos. A efectos pr¨¢cticos relevaba a los t¨ªpicos ascensores entre zonas, pero otorgaba una mayor flexibilidad al dejar elegir cualquier destino al que ya se hubiese accedido previamente, eliminando as¨ª la necesidad de planear las rutas con la misma atenci¨®n que en Metroid Prime y Metroid Prime 2. Esto, unido al incremento de la acci¨®n, un desarrollo m¨¢s guionizado y una ligera bajada en la dificultad (reacci¨®n a ciertas quejas sobre Echoes), hicieron que Corruption no fuese quiz¨¢ tan bien recibido por algunos de los fans de las entregas de GameCube, aunque el juego cosech¨® igualmente un ¨¦xito notorio tanto a nivel de cr¨ªtica como de ventas. Junto a Super Mario Galaxy fue el t¨ªtulo estrella de Wii en 2007, y cerr¨® la serie Prime de forma apropiada, a?adiendo ingredientes nuevos a una f¨®rmula que ya empezaba a pedir descanso.

Del espacio a la selva: El regreso de Donkey Kong Country

Con la trilog¨ªa terminada, Retro y Nintendo no quisieron desaprovechar la ocasi¨®n de adaptar los dos primeros juegos al control de Wii. En octubre de 2008 salieron por separado en Jap¨®n, y aunque en Am¨¦rica y Europa tocar¨ªa esperar hasta mayo de 2009, su llegada vino en forma de recopilatorio que tambi¨¦n inclu¨ªa Corruption. Si bien el lanzamiento de Metroid Prime Trilogy supuso el fin de la relaci¨®n entre Retro y la saga (as¨ª sigue siendo en vista de que Metroid Prime 4 corre a cargo de otro estudio) lo cierto es que mucho antes, a principios de 2008, el equipo ya hab¨ªa encontrado relevo. A ra¨ªz de una conversaci¨®n entre Tanabe y Miyamoto, que buscaba a alguien para crear un nuevo Donkey Kong Country porque EAD Tokyo estaba embarcado en el desarrollo de Mario Galaxy 2, la saga que popularizara a Rare en los noventa cruz¨® el oc¨¦ano para caer en manos de Retro. Fue una era de transici¨®n, ya que al reto que supone cambiar de g¨¦nero hubo que sumar la salida de algunos miembros clave de la era Prime. Pero el estudio tejano trabaj¨® duro durante un par de a?os y dio la sorpresa cuando lo present¨® en el E3 de 2010.

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Lanzado a finales de ese mismo a?o, DKC Returns se recibi¨® entre asombro y dudas. Asombro porque, aunque se lanzasen varios juegos con el gorila en los a?os previos (a destacar el a menudo olvidado Jungle Beat que firmara EAD Tokyo entre Mario Sunshine y Mario Galaxy), la serie Country en particular hab¨ªa estado ausente desde tiempos de SNES. Y dudas por el cambio de registro para Retro Studios, que pasaba de hacer algunas de las aventuras de acci¨®n m¨¢s profundas de Nintendo a un plataformas de scroll lateral que probablemente no se enriquecer¨ªa tanto de su ma?a en el dise?o. Pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Creado por fans confesos de la saga, Returns no pod¨ªa presumir de la misma riqueza en la exploraci¨®n de un Metroid, pero en su lugar dio una lecci¨®n sobre c¨®mo lanzar uno tras otro montones de niveles al jugador sin dejar de sorprenderlo ni ponerlo a prueba con el paso de las horas. Con bastantes m¨¢s fases que cualquiera de los DKC de Rare, Returns recuperaba muchas de sus ideas, melod¨ªas y tem¨¢ticas, pero las encajaba como parte de un mundo m¨¢s inventivo en el minuto a minuto de juego.

Al contrario que el dise?o eficiente pero cuadriculado de New Super Mario Bros Wii (lanzado el a?o anterior), Returns hac¨ªa de cada nivel una experiencia diferente gracias al constante uso de nuevos elementos visuales y jugables, con frecuencia introducidos y explotados en un lapso de cinco minutos para luego no volver a aparecer. Hu¨ªdas entre los tent¨¢culos de un pulpo gigante, persecuciones de marabuntas de insectos, vuelos a bordo de un barril-cohete mientras esquivamos murci¨¦lagos gigantes, saltos entre diferentes planos de scroll mientras todo se derrumba a nuestro alrededor... Retro no s¨®lo constru¨ªa fases variadas entre s¨ª y les imprim¨ªa su caracter¨ªstico mimo por los detalles, sino que muchas veces tambi¨¦n las convert¨ªa en aut¨¦nticas ¡°set pieces¡± de ritmo cuidadosamente medido. Returns no era simplemente un plataformas que se limitaba a hacer sus deberes, ni un mero homenaje a una gloria pasada: era espect¨¢culo, y tambi¨¦n desaf¨ªo. La curva de dificultad sub¨ªa sin remordimientos para recordarnos la ¨¦poca en la que el g¨¦nero no se andaba con chiquitas, y alcanzaba extremos tan duros como gratificantes en las fases K, el modo espejo o las contrarreloj.

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La nota m¨¢s cuestionable vino de la mano del mando de Wii, que aunque permit¨ªa jugar con o sin Nunchuk, forzaba el uso del sensor del movimiento para rodar, algo que dist¨® de ser del agrado de todos. La elecci¨®n del rinoceronte Rambi como ¨²nico animal jugable (una de las se?as de la saga en SNES, donde se iban estrenando nuevas criaturas en cada entrega), la ausencia de secciones acu¨¢ticas y los jefes, que no siempre manten¨ªan un est¨¢ndar tan alto como las fases normales, tambi¨¦n fueron otros factores que no acabaron de redondear el juego como podr¨ªan, aunque no evitaron que fuese muy bien recibido e incluso se convirtiese en el m¨¢s vendido de Retro. Con aspectos mejorables o sin ellos, el nivel con el que el estudio logr¨® traer de vuelta una saga aparcada durante tantos a?os fue digno de menci¨®n, y su posici¨®n como uno de los mejores plataformas de scroll lateral modernos es dif¨ªcilmente rebatible. Algo bastante meritorio teniendo en cuenta que era su primer intento. Aunque no ser¨ªa el ¨²ltimo...

Los pinitos con Mario Kart

Poco despu¨¦s del lanzamiento de DKC Returns, en diciembre de 2010, Retro fue contactado para asistir a EAD en Mario Kart 7. Con varios desarrollos en progreso, entre ellos Skyward Sword, la cantidad de gente disponible para ayudar en Jap¨®n era limitada, as¨ª que se decidi¨® recurrir a ellos por su experiencia creando material para el universo de Donkey Kong. La idea inicial era servirse de sus dise?os, de una forma no tan diferente a la que hiciera NST con Metroid Prime Hunters, pero al final Retro acab¨® por entrar de lleno en el desarrollo y se encarg¨® de crear animaciones y adaptar al nuevo motor los 16 circuitos cl¨¢sicos (mitad de los 32 que incluye la saga desde Mario Kart DS). Esto implic¨®, adem¨¢s de las necesarias reconstrucciones gr¨¢ficas en escenarios de SNES, GBA, N64 o DS, redise?ar las pistas para que hiciesen uso de mec¨¢nicas de estreno como correr bajo el agua y planear con alas. La colaboraci¨®n fue constante, y Retro incluso propuso ideas que luego EAD utilizar¨ªa para crear los circuitos in¨¦ditos, convirtiendo por primera vez a un Mario Kart en un juego tan americano como japon¨¦s.

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Tropical Freeze: La madurez plataformera de Retro

DKC Returns hab¨ªa demostrado la versatilidad de Retro Studios tras a?os enfrascado en Metroid y hab¨ªa devuelto una de las mascotas de Nintendo a un lugar que no ocupaba desde hac¨ªa dos d¨¦cadas. Por esto, y por algunas cuentas pendientes que le quedaron al estudio a pesar de sus esfuerzos, hacer un nuevo DKC sonaba a buena idea tanto para Nintendo como para Retro. La llegada de Wii U trajo una escalada gr¨¢fica que no se hab¨ªa dado con Wii, pero partir de una f¨®rmula ya dominada les permiti¨® empezar a dise?ar mejores niveles y nutrirlos de detalles sin necesidad de pelearse con la tecnolog¨ªa. Durante el E3 de 2013, Tropical Freeze fue presentado con intenci¨®n de estrenarse a finales de ese mismo a?o, aunque meses despu¨¦s sufrir¨ªa un breve retraso para acabar saliendo en febrero de 2014. Claro que ese no fue tanto su problema como encontrar un ambiente menos receptivo que su antecesor: esperanzados ante la idea de ver de nuevo a Metroid o alg¨²n otro juego de mayor envergadura que forzase a Retro a sacar partido al hardware de Wii U como hiciera con Prime en GameCube y Corruption en Wii, la decisi¨®n de seguir con DKC no fue la mejor recibida por muchos seguidores.

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Tampoco ayud¨® que Tropical Freeze viniese precedido por plataformas como New Super Luigi U, Rayman Legends, Sonic Lost World y Mario 3D World en los meses previos, acentuando cierta falta de diversidad en una consola que estaba teniendo un arranque duro. En este clima de saturaci¨®n y decepci¨®n, el segundo DKC de Retro caus¨® un impacto bastante menor a todos los niveles (publicidad, notas, ventas), aunque luego en la pr¨¢ctica se revelara como una obra superior. Con a?os de experiencia acumulada y el feedback de Returns, el estudio pas¨® de buscar la forma de relanzar la saga sin perder la identidad por el camino, a hacerla completamente suya y elevarla hacia un lugar al que pocos estudios consiguen llegar en toda su trayectoria. En otras palabras, Tropical Freeze fue el Diddy's Kong Quest de Retro Studios. Como en el caso de Rare, empez¨® por reforzar la coherencia tem¨¢tica del juego, aunque lo llev¨® en una direcci¨®n completamente diferente: frente al cuento de piratas con tintes misteriosos y melanc¨®licos, Retro sigui¨® apostando por un tono m¨¢s alegre, pero lo utiliz¨® para pintar en su lienzo un gran viaje a trav¨¦s del mundo.

Arrastrados lejos de la Isla DK por los villanos de turno, el objetivo de los Kong no era rescatar a un familiar o recuperar las bananas robadas, sino embarcarse en una odisea a trav¨¦s de varios continentes para regresar a casa. Simple como suena, dio pie a que las regiones estuviesen m¨¢s diferenciadas que nunca, permitiendo perfilar de forma clara un desarrollo con tres estratos. Arriba de todo estaba el progreso de isla en isla, fuente de contraste al poder transicionar entre junglas tropicales, sabanas africanas o monta?as europeas a placer. Luego en medio estaba el progreso dentro de cada continente, que naturalmente ten¨ªa una serie de fases adecuadas a la tem¨¢tica com¨²n, compartiendo elementos visuales e instrumentales, y a veces incluso ofreciendo una sensaci¨®n de continuidad que las encajaba de forma clara como parte de la misma geograf¨ªa aunque tuvi¨¦semos que salir al mapa entre ellas. Y por ¨²ltimo, como de costumbre, estaba el desarrollo intra-nivel, que pod¨ªa llegar a introducir por su cuenta una, dos o m¨¢s mec¨¢nicas para desarrollarlas hacia un cl¨ªmax antes de alcanzar el barril de meta. Tropical Freeze ten¨ªa algunos niveles menos que Returns, pero ven¨ªa m¨¢s cargado de ideas gracias a la forma en la que aprovech¨® esta estructura.

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La clase de dise?o org¨¢nico en el que nada flota porque s¨ª, y los componentes del escenario se utilizan a la vez como elementos visuales y jugables, se llev¨® al siguiente nivel. El plataformeo tan pronto pod¨ªa tener lugar en ramas de ¨¢rboles que bailaban al son de la m¨²sica, aspas de molino movidas por el viento o maquinaria que fabricaba helados sobre los que nos pod¨ªamos deslizar en plena cadena de montaje, pero el juego nunca sacrificaba la jugabilidad por el espect¨¢culo. Era un matrimonio a tres bandas (tambi¨¦n contaba con genial la banda sonora de David Wise, memorable y con implementaci¨®n din¨¢mica en muchos casos), minuciosamente construido para sorprender con su ingenio y desafiar con sus demandas. Era una base todav¨ªa m¨¢s s¨®lida sobre la que adem¨¢s se a?adieron mejores jefes, dos personajes nuevos, una selecci¨®n variada de niveles acu¨¢ticos y control sin sensor de movimiento para quien no quisiese tal cosa. Si Returns se hab¨ªa erigido como uno de los grandes plataformas modernos, Tropical Freeze alcanz¨® una categor¨ªa m¨¢s atemporal, al menos en t¨¦rminos de calidad (por desgracia, no de reconocimiento). Imaginativo y pulido hasta el extremo, fue la perfecta prueba de que Retro era un estudio tan apropiado para DKC como para Metroid.

Un futuro incierto

Como dec¨ªamos al abrir este reportaje, tras m¨¢s de tres a?os de espera el E3 de 2017 parec¨ªa un buen momento para descubrir con qu¨¦ suceder¨¢ Retro Studios a Tropical Freeze, pero nos hemos vuelto a quedar con las ganas. Rumores hay para todos los gustos. Desde una nueva saga, hasta otro Donkey Kong, pasando por algo de velocidad como F-Zero o Diddy Kong Racing. Pero certeza, ninguna m¨¢s all¨¢ de que Metroid Prime 4 no es el elegido. Desde su fundaci¨®n hace ya casi 20 a?os, nunca hemos estado tanto tiempo sin saber qu¨¦ proyecto tienen entre manos, por lo que el silencio empieza a preocupar. Sin embargo, tampoco tenemos noticias de que nada concreto vaya mal en el seno del estudio tejano, y el pasado mes de mayo el compositor Alexander Brandon coment¨® en una red social que estaba trabajando con Retro en un proyecto muy emocionante. Dado que Brandon ha participado en juegos tan variopintos como Unreal, Deus Ex, Vigilante 8 o Jazz Jackrabbit 2, el significado de esto queda a la imaginaci¨®n de cada uno. Lo ¨²nico que podemos hacer de momento es armarnos de paciencia y esperar que todo salga bien para que alg¨²n d¨ªa, a poder ser no muy lejano, Retro Studios nos agracie con otro de esos juegos que lo han convertido en el mejor aliado de Nintendo en occidente.