Dark Souls III - The Ringed City
- PlataformaPC8.5XBO8.5PS48.5
- G¨¦neroRPG, Acci¨®n
- DesarrolladorFrom Software
- Lanzamiento28/03/2017
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
An¨¢lisis de Dark Souls III: The Ringed City
La Edad del Fuego termina con este DLC, culminaci¨®n argumental y jugable de la trilog¨ªa Dark Souls. From Software baja el tel¨®n con buen pulso, record¨¢ndonos una vez m¨¢s por qu¨¦ nos gusta sufrir.
La idea de asomarse al final de una trilog¨ªa tan celebrada como Dark Souls es vertiginosa, as¨ª que resulta apropiado que el inicio de The Ringed City nos haga dar grandes saltos hacia las ruinas casi irreconocibles de lo que un d¨ªa fueron Lordran, Drangleic y Lothric. Los constantes ciclos de fuego y oscuridad se han cobrado numerosas v¨ªctimas a lo largo de las edades, desde dioses hasta h¨¦roes como los que encarnamos entrega tras entrega, y ahora toca que el mundo corra la misma suerte. En From Software, y m¨¢s concretamente Hidetaka Miyazaki, saben que no hay mejor forma de quemar algo que repetirlo hasta la saciedad, as¨ª que aprovechan este ¨²ltimo DLC para ilustrarlo con una met¨¢fora que funciona a varios niveles. A?os despu¨¦s del primer Dark Souls, algunas ideas nuevas siguen saliendo a la luz, pero se reparten a lo largo de un mar de cenizas que se extiende hasta donde alcanza la vista. The Ringed City mira hacia un futuro que se presiente escaso, pero no lo hace con tristeza, sino con la aceptaci¨®n de quien sabe que ha agotado su curso natural.
Mientras que Ashes of Ariandel se tomaba un peque?o descanso para establecer un rinc¨®n nuevo, y en cierta medida independiente del resto del universo Souls, esta nueva expansi¨®n no reh¨²ye sus obligaciones y act¨²a tanto como conclusi¨®n de la trama abierta por su antecesora (aunque no es estrictamente necesario jugar al primer DLC para empezar el segundo) como del juego base, e incluso del primer Dark Souls. Eso s¨ª, siempre desde la ¨®ptica tan peculiar de la saga, que se traduce en forma de di¨¢logos ambiguos, pistas arquitect¨®nicas y descripciones de ¨ªtems que s¨®lo encender¨¢n las bombillas de aquellos que tengan un conocimiento m¨¢s o menos exhaustivo de la obra de From Software. As¨ª que nadie espere un cierre grandilocuente: The Ringed City ofrece nuevas piezas para un puzle que todav¨ªa sigue incompleto, algo que quiz¨¢ decepcione a aquellos que esperaban revelaciones que hiciesen encajar todo de golpe, pero que en ¨²ltima instancia permite que el misterio se pueda mantener como una parte integral de la comunidad, ahora con nuevos elementos para teorizar.
Los ¨²ltimos desaf¨ªos de Dark Souls
Dark Souls es una saga construida sobre la audacia. La audacia de pedir que el jugador conecte los puntos por su cuenta. De que experimente con las diversas mec¨¢nicas para descubrir la forma m¨¢s viable de avanzar. De que supere las frustraciones cuando inevitablemente aparezcan. Dado que The Ringed City es literalmente la ¨²ltima porci¨®n del ¨²ltimo juego, el ¨²ltimo examen al que nos van a someter hasta nuevo aviso, choca un poco su insistencia en usar el sistema de pistas (normalmente relegadas a tutoriales e interacciones entre jugadores) para dejar claro cu¨¢les son los puntos de salto seguro. En cierto modo es comprensible, ya nunca antes hab¨ªan introducido una exploraci¨®n tan vertical y probablemente temiesen que los a?os de habituaci¨®n a otro tipo de l¨®gica provocasen un atasco en algunos usuarios. No obstante, privar al jugador de la sensaci¨®n que produce poner a prueba un salto de fe es algo tan ¡°poco Souls¡± que uno puede pensar que quiz¨¢ From se ha empezado a ablandar despu¨¦s de todo. Pero nada m¨¢s lejos de la realidad.
Pocos minutos despu¨¦s de adentrarnos en el mont¨®n de residuos, nombre que recibe esta zona inicial, somos recibidos por una especie de ¨¢ngeles que no nos dan tregua y nos eliminan en cuesti¨®n de segundos si no corremos hacia alguna cobertura. Sus proyectiles son tan certeros como mort¨ªferos, y si bien es posible eliminarlos desde la distancia con un arco, lo ¨²nico que conseguimos es perder tiempo, flechas y autoestima al descubrir que se regeneran al instante. Estos enemigos consiguen que, al margen de nuestra habilidad o nivel, el arranque de The Ringed City nos devuelva la sensaci¨®n de fragilidad que muchos pod¨ªamos haber perdido. Aunque se pueden despistar, convierten la exploraci¨®n del ¨¢rea en un proceso m¨¢s lento y laborioso, potencialmente irritante (sobre todo cuando se combina con un viejo amigo, el pantano que envenena), al menos hasta que descubrimos el truco. Que por supuesto lo hay, y termina por simplificar bastante las cosas, revalidando la m¨¢xima de que dar con la t¨¢ctica adecuada siempre es m¨¢s productivo que ir a lo loco y probar suerte.
Duelos, emboscadas y torturas varias
Fuera de estas secciones con ligeros toques de sigilo, el DLC se mueven en un terreno m¨¢s tradicional y nos suelta diferentes tipos de enemigos para que nos acomodemos a sus rutinas de ataque. No reinventa la rueda en lo que a combate se refiere, pero la aparici¨®n de cada nueva criatura siempre trae consigo ese estimulante tanteo entre jugador e IA, en especial cuando se trata de rivales duros como los guerreros de la Legi¨®n de Harald o los Caballeros Anillados. Sus movimientos tienden a ser f¨¢ciles de anticipar, pero su contundencia los vuelve peligrosos en las tomas de contacto iniciales. Eso sin entrar en que coincidir con dos o m¨¢s en un espacio reducido multiplica exponencialmente las posibilidades de tragedia. Como de costumbre, saber no s¨®lo c¨®mo mover al jugador, sino al propio adversario (atraerlo hacia sitios en los que podamos pelear con mayor comodidad), es fundamental para evitar situaciones desagradables. Planteado claramente como prolongaci¨®n de la historia principal, The Ringed City escala a partir de ah¨ª, por lo que no sobra tener un nivel en torno al 100 para ir m¨¢s holgado en la primera incursi¨®n.
Unos enemigos que merecen menci¨®n aparte son una serie de gigantes que en cierto modo act¨²an de minijefes. Por s¨ª solos no son demasiado fieros, pero cuentan con la habilidad de invocar multitud de fantasmas que nos atacan durante unos pocos segundos antes de desaparecer. Esto crea una din¨¢mica interesante, ya que en cada encuentro debemos medir bien los tiempos para ponernos a salvo, correr hacia el gigante con la intenci¨®n de despacharlo r¨¢pido, o huir con el rabo entre las piernas. Entre ellos, algunos cameos que tampoco quieren faltar a esta ¨²ltima cita, y las invasiones pre-programadas que se encargan de que revivamos la emoci¨®n de ser asaltados por otros personajes incluso aunque no estemos conectados a internet, esta expansi¨®n consigue mantenernos en tensi¨®n entre jefe y jefe. Algunas emboscadas pillar¨¢n de imprevisto a los jugadores m¨¢s confiados, pero el DLC tampoco se regodea en su crueldad m¨¢s de lo necesario. Es un desaf¨ªo razonable, bastante bien calibrado, que aprieta lo justo para generar una ¨²ltima dosis de frustraci¨®n (con su consiguiente regocijo) a los veteranos.
Rumbo a la Ciudad Anillada
Gran parte de lo que hace que estos encuentros funcionen es el propio mundo de The Ringed City. El dise?o de niveles cumple con su cometido, y aunque el desarrollo es lineal en el sentido de que hay una secuencia bastante clara para avanzar, salta entre diferentes tipos de escenarios tanto a nivel tem¨¢tico como a la hora de alternar entre espacios estrechos y abiertos, consiguiendo que se mantenga variado a lo largo de un transcurso que sobrepasa las cinco horas. Un recorrido apresurado o el casi inevitable rejugado puede trivializar su extensi¨®n, pero explorar cada esquina, descubrir secretos y atajos, conseguir las nuevas piezas de equipamiento (hay algunas armas geniales), involucrarse en un par de peque?as subtramas con otros personajes y dar caza al temible jefe opcional (uno de los m¨¢s duros de todo el juego) aumenta sustancialmente su duraci¨®n. Aunque el partido que se le saque variar¨¢ de jugador a jugador, la cantidad de contenido est¨¢ bastante por encima de Ashes of Ariandel, e incluso lo acerca un poco al terreno de The Old Hunters (expansi¨®n de Bloodborne, y todav¨ªa la m¨¢s grande de From).
Hablando de jefes, como no pod¨ªa ser de otro modo se encargan de ofrecer varios momentos clim¨¢ticos a lo largo de este viaje en el que descendemos hacia las entra?as de un universo a punto de extinguirse. Precisamente uno de los principales problemas de Ashes of Ariandel fue quedarse corto en este apartado, pero The Ringed City duplica su cantidad sin que se resienta la calidad. Es debatible si hay algo de la talla de Friede, punto ¨¢lgido del anterior DLC, pero cada batalla tiene algo que aportar al conjunto. Es cierto que el sistema de combate de Dark Souls brilla m¨¢s en el 1 vs 1, y The Ringed City vuelve a sacarnos de esa zona de confort un par de veces, algo que puede acabar dando problemas a m¨¢s de uno (suerte de invocaciones). Pero el modo en el que replantea ideas similares a algunas vistas Demon's Souls, Dark Souls II o Bloodborne (sin entrar en detalles para no arruinar la sorpresa) vuelve a dar como resultado esa mezcla entre nuevo y viejo que resulta apropiada para decir adi¨®s a la saga.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.