VOEZ
- PlataformaANDIPDNSW7.5IPH
- G¨¦neroAventura
- DesarrolladorRayark Games
- Lanzamiento03/03/2017
- TextoIngl¨¦s
- EditorRayark Games
An¨¢lisis VOEZ para Nintendo Switch
Un caracter¨ªstico sonidito nos avisa de que hemos desacoplado un joycon, luego otro. Con la consola desnuda entre nuestras manos, pulsamos sobre el panel que abre VOEZ y empezamos a jugar, con solo nuestros pulgares como protagonistas sobre la pantalla. VOEZ trae el primer ejemplo de juego de ritmo a la nueva consola de Nintendo y abre el camino a una nueva forma de jugar en consola.
Hay algo casi hipn¨®tico en los juegos de ritmo, en la comuni¨®n que logran, cuando est¨¢n bien hechos, entre el ritmo y nuestras acciones. VOEZ, avanzadilla del futuro de este g¨¦nero en Switch (con el pr¨®ximo Taiko no Tatsujin acechando ya en Jap¨®n), no es una excepci¨®n a ello. Con un estilo gr¨¢fico minimalista pero sorprendentemente agradable y una jugabilidad a la que cuesta una peque?a curva de adaptaci¨®n cogerle el punto pero que luego engancha, es sin duda una peque?a pero grata sorpresa en el cat¨¢logo inicial del nuevo h¨ªbrido de Nintendo.
100 % t¨¢ctil
Lo que m¨¢s llama la atenci¨®n (y quiz¨¢ lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n del juego cuando se anunci¨® se lanzamiento en Nintendo Switch) es la forma de jugarlo: por la naturaleza jugable, basada ¨ªntegramente en las posibilidades del panel multit¨¢ctil de 10 puntos de la consola, VOEZ nos fuerza a desconectar los Joycon y sujetar el cuerpo de Switch como si de un m¨®vil en horizontal se tratara.
Lo que en un principio puede parecer un poco artificioso y poco natural sin embargo se torna bastante c¨®modo: la consola de Nintendo es m¨¢s grande que un m¨®vil, lo que incrementa el confort al sujetarla, pero m¨¢s peque?a que una Tablet, permitiendo con un tama?o de pulgares normal abarcar toda la pantalla, justo lo necesario para jugar a este juego.
Porque en eso consiste VOEZ, en usar nuestros pulgares (o cualquier otro dedo) para tocar o deslizar seg¨²n corresponda sobre los rombos que descienden por la pantalla en distintos carriles; con una novedad importante aqu¨ª sobre otros juegos de ritmo: la pantalla baila y se recompone constantemente al ritmo de la m¨²sica. Es decir, que ese rombo que vemos bajar en el borde superior izquierdo en cualquier momento puede variar su posici¨®n por lo que debemos estar ¨¢giles y no perder ojo.
Esto tambi¨¦n ayuda a incrementar la dificultad de forma exponencial, y es precisamente este uno de los aspectos m¨¢s discutibles de VOEZ. Cada canci¨®n cuenta con tres rangos de dificultad, y dentro de estos, cada canci¨®n con el suyo propio (algo similar a otros juegos de ritmo); pero en este caso las variaciones entre canci¨®n y canci¨®n, y entre las distintas opciones de la misma, son mucho m¨¢s extremas que de costumbre.
Adem¨¢s (y aunque el juego permite ajustar la velocidad de ca¨ªda para ajustar en cierta forma la dificultad a cada usuario) en los modos dif¨ªciles, hay algunos cambios de ubicaci¨®n de los carriles en el ¨²ltimo instante: no depende ya el resultado, por tanto, de que sepamos seguir bien el ritmo, sino tambi¨¦n tener la habilidad suficiente para reposicionar nuestro dedo en una fracci¨®n de segundo.
Esto hace perder combos con facilidad y puede resultar frustrante, m¨¢s al saber que detr¨¢s de esta dificultad desequilibrada y hasta cierto punto injusta se esconde la naturaleza free to start de la versi¨®n m¨®vil del juego, donde las canciones se desbloquean con llaves que se nos proporcionan al realizar ciertos logros en el juego, o se pagan con dinero, lo que motiva al equipo desarrollador a no ponernos las cosas f¨¢ciles.
M¨²sica en cantidad, pero sin variedad
Otro aspecto discutible, desgraciadamente siendo un juego musical, es el apartado sonoro. Por la parte positiva, el juego cuenta con una muy amplia selecci¨®n musical, de m¨¢s de 100 canciones (todas las disponibles para comprar en las versiones m¨®viles) desbloqueadas desde el principio. Cantidad no suele ser sin¨®nimo de calidad, y en este caso la calidad es muy irregular, con canciones que se nos quedar¨¢n en la cabeza con otras que pasar¨¢n sin pena ni gloria por nuestros o¨ªdos.
Tambi¨¦n pasa factura la homogeneidad de g¨¦neros, con un rango que va desde el Jpop a los sonidos electr¨®nicos con gran presencia de los vocaloides y letras en japon¨¦s, chino e ingl¨¦s. Un poquito m¨¢s de variedad en este apartado habr¨ªa sido muy de agradecer.
Como forma de dar una progresi¨®n al juego, superando ciertos logros obtendremos llaves que nos permiten conseguir nuevos avatares (aunque no podemos elegirlos, el juego sigue el modelo de sobre de cromos coleccionables); y sobre todo desbloquear e ilustraciones y textos que nos permiten conocer a unos personajes que forma una banda. Son retazos inconexos escenas costumbristas que nos permiten conocer su d¨ªa a d¨ªa y arrancar una peque?a sonrisa, pero tanto lo deslavazado de la historia como la dificultad creciente para desbloquearlos hacen que se convierta en un a?adido algo secundario. Al igual que el resto del juego, solo est¨¢n disponibles en ingl¨¦s, japon¨¦s o chino, los tres idiomas del juego entro los que podremos cambiar en cualquier momento.
Menci¨®n aparte merece la calidad de las ilustraciones y en general la interfaz de usuario del juego, muy cuidadas y que se convierten en toda una delicia para los ojos, y muestran el mimo puesto en este juego de ritmo, que a falta de apuestas m¨¢s fuertes, y a pesar de su elevado precio, merece ser tenido en cuenta entre los aficionados al g¨¦nero por su original jugabilidad y amplia (aunque poco variada) selecci¨®n musical.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.