Ser¨¢ casualidad o no, pero la llegada de Disc Jam se produce apenas 3 meses despu¨¦s del anuncio del retorno de un cl¨¢sico como Windjammers, queriendo por un lado cumplir con el papel de sucesor espiritual de este, al mismo tiempo que aprovechar el tir¨®n de formar parte del cat¨¢logo de los juegos mensuales de PlayStation Plus . En definitiva, seguir el camino de Rocket League , que gracias a su aparici¨®n como parte de este servicio consigui¨® convertirse en un fen¨®meno viral, habitual de Twitch y con presencia incluso en los esports. La f¨®rmula de High Horse Entertainment, un peque?o estudio formado por dos veteranos de Activision, re¨²ne muchas de las virtudes de la peculiar propuesta de Psyonix, pero solo el tiempo dir¨¢ si logra acercarse a su popularidad, ya que alcanzarla parece misi¨®n pr¨¢cticamente imposible.? A pesar de lo desconocido de este estudio, las credenciales de cualquiera de sus componentes, ¨²nicamente dos, son para tener en cuenta. Jay Mattis form¨® parte del equipo de Treyarch que se encarg¨® de Call of Duty: World at War y Call of Duty: Black Ops , mientras que Tim Rapp particip¨® tanto en Call of Duty 3 como Black Ops 2, con varias entregas de Guitar Hero mediante. Con todo, est¨¢ claro que el entorno multijugador competitivo es la especialidad de ambos, y en eso han querido hacer ¨¦nfasis con este Disc Jam. Tal vez demasiado.?
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Una propuesta directa y ya conocida Las reglas de Disc Jam son muy familares para cualquiera que le echara el guante en su momento al mencionado cl¨¢sico de SNK, Windjammers, y del que pronto veremos una revisi¨®n en PS4. Principalmente, dos personajes deben devolverse un disco con el objetivo de que este alcance una especie de end zone o caiga en el campo rival,? en una suerte de combinaci¨®n entre tenis, air hockey y frisbee. Obviamente, esta descripci¨®n no hace del todo justicia a todas las variantes y movimientos posibles una vez estamos a los mandos, aunque la profundidad no sea la mayor de las virtudes de este t¨ªtulo.? Al contrario que el mencionado Windjammers , Disc Jam utiliza una perspectiva en tercera persona con la c¨¢mara tras el personaje, al estilo de los a?orados juegos de tenis de los que hace ya demasiados a?os que no disfrutamos, pero por desgracia eso no aporta la espectacularidad necesaria. Sin embargo, eso es otro tema que trataremos despu¨¦s... Lo importante por ahora es saber que cada uno de los cuatro personajes cuenta con una buena variedad de lanzamientos para conseguir su objetivo de anotar: paralelos, con rosca, dejadas, etc... En efecto, la influencia del deporte de la raqueta es constante, y al igual que en el mismo, el timing a la hora de devolver el disco es b¨¢sico, pudiendo hacer lanzamientos cada vez m¨¢s complicados de contrarrestar para nuestro rival o rivales.?
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Bastan tres movimientos, sobre todo defensivos, como el dash , para ser un rival digno durante las primeras partidas, pero a medida que avanzamos en el ranking va a ser necesario tirar de repertorio y recordar el parco tutorial, que por cierto, es pr¨¢cticamente la ¨²nica modalidad para un jugador que encontraremos. Un lanzamiento cargado tras llegar a una dejada o una devoluci¨®n contra las paredes de la pista son casi imposibles, o como m¨ªnimo, muy dif¨ªciles de contrarrestar, avanzados en los primeros niveles, pero m¨¢s frecuentes a largo plazo , si es que logramos encontrar ese punto en el que estamos enganchados a Disc Jam. Lo que s¨ª resulta peculiar es el criterio para contabilizar la puntuaci¨®n, ya que va a ser resultado de la cantidad de devoluciones que se hayan producido durante la disputa de un punto. Aunque pueda parecer injusto en cierto modo, otorga emoci¨®n a cada enfrentamiento, ya que uno o dos puntos bien jugados pueden dar la vuelta a un partido que pudiera pintar realmente mal. Por cierto, Disc Jam versiona tambi¨¦n las puntuaciones del tenis, dando como ganador al primer jugador que gane dos sets a 50 puntos .
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Poca inspiraci¨®n y contenido inicial Los partidos de Disc Jam son cortos e intensos, as¨ª como, y lo m¨¢s importante, divertidos, pero cuando rebuscamos m¨¢s all¨¢ es cuando se dejan ver sus carencias y su car¨¢cter de independiente. Comprensiblemente, Mattis y Rapp han decidido recortar en otros aspectos m¨¢s all¨¢ del jugable, y la presentaci¨®n es uno de ellos, con solo una pista disponible y carente de cualquier sentido de la espectacularidad, algo que podr¨ªa esperarse de lo que se supone que deber¨ªa ser el deporte del futuro. Eso s¨ª, no deja de ser acorde con el dise?o de los men¨²s y sus cuatro personajes disponibles, que no ofrecen mayor distinci¨®n m¨¢s all¨¢ de animaciones y elementos est¨¦ticos que no aportan demasiado.? En este sentido, si alguien no logra cogerle el gusto a este t¨ªtulo en base a su jugabilidad, tampoco lo va a hacer gracias a su sistema de progreso, anodino y pr¨¢cticamente sin recompensa. Estas, para m¨¢s inri, son aleatorias, ya que a cambio de 1.000 monedas del juego es posible invertir en una m¨¢quina con premios conocida aqu¨ª como Prize Machine, de la que podemos obtener desde skins para los personajes -o m¨¢s bien, simplemente colores para sus atuendos- hasta poses de victoria y provocaciones. En efecto, son recompensas que recuerdan a las de un peso pesado como Overwatch , es decir, no afectan a la jugabilidad pero tampoco aportan nada interesante. Pero lo m¨¢s doloroso es la ausencia total de partidas con rango, sin ning¨²n tipo de clasificaci¨®n, y da la mala sensaci¨®n de que ganemos o perdamos, no nos jugamos absolutamente nada.?
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Los esfuerzos tampoco se dejan ver -si es que los ha habido- en los modos de juego presentes, y es que el jugador solitario no va a encontrar apenas opciones m¨¢s all¨¢ del tutorial y un modo entrenamiento que consiste b¨¢sicamente en devolver nuestros propios lanzamientos como si jug¨¢ramos contra una pared. Eso s¨ª, pocas pegas al rendimiento de su modo online, para dos o cuatro jugadores, con un matchmaking que no da problemas y que r¨¢pidamente nos pone en liza, pero a la larga, este ¨²nico modo parece a todas luces insuficiente.?