Super Bomberman R
Super Bomberman R, An¨¢lisis
Bomberman vuelve tras a?os desaparecido para celebrar el 33 aniversario de la mejor manera: en compa?¨ªa.
Bomberman es una saga m¨ªtica. Naci¨® a principios de los ochenta, tuvo una gran cantidad de entregas en todo tipo de dispositivos y poco a poco se fue diluyendo. Probablemente muchos de los que han comprado una Nintendo Switch no recuerdan cu¨¢l fue el ¨²ltimo juego de la saga de Hudson que disfrutaron. Si es que llegaron a tocar alguno. Y es l¨®gico. Hac¨ªa siete a?os que no sal¨ªa ning¨²n juego de la saga, y tenemos que remontarnos a una d¨¦cada atr¨¢s para encontrar el ¨²ltimo juego de la serie que se public¨® en formato f¨ªsico. Fue uno basado en minijuegos para Wii. Antes de eso, el nefasto Bomberman Act Zero. y Antes, los Bomberman Land. Nombres difusos, de poco recuerdo. Pero el simp¨¢tico personaje-pone-bombas vuelve a la carga como uno de los juegos m¨¢s atractivos del lanzamiento de Switch. Al menos sobre el papel.
La propuesta de juego de la serie ha sido siempre muy sencilla y a la vez, adictiva. B¨¢sicamente tenemos que ir poniendo bombas en un escenario que vemos desde una vista a¨¦rea para ir creando nuevos caminos y, sobre todo, para atrapar a nuestros enemigos en trampas. Que no puedan escapar y que sean v¨ªctimas de la onda expansiva de dichas explosiones. Eliminarlos a todos es el camino hacia la victoria. Esto se ha mantenido como f¨®rmula imprescindible para poder comprender la manera de afrontar alguna de las decenas de entregas que ha tenido la serie en todo este tiempo (licencia en manos de Konami). Y sigue presente ahora, en su 33 aniversario en la nueva consola h¨ªbrida de Nintendo.
Son varias las propuestas que ofrece el juego de Konami en esta nueva entrega Super Bomberman R. Por un lado tenemos el modo campa?a, que nos permite jugar solos o con un amigo a distintas misiones en las que tenemos que enfrentarnos a jefes finales y acabar con el malvado plan de un doctor loco que ha despertado a varios bombermans malignos. La propuesta, desenfadada en la puesta en escena, es la siguiente: iremos superando varias fases hasta enfrentarnos a un jefe de turno que, una vez vencido, abrir¨¢ las puertas a un jefazo todav¨ªa m¨¢s poderoso.
El usuario tiene por delante peque?os retos a superar en cada una de las fases. Desde acabar con todos los enemigos en pantalla hasta pulsar unos interruptores concretos, iremos pasando niveles a gran velocidad mientras intentamos no perder demasiadas vidas. Aunque es cierto que la exigencia del t¨ªtulo en su modo campa?a tiene cierta miga porque hay niveles de locura con cambios de alturas, con unas postas desde las que aparecen decenas de monstruos llenando la pantalla y haciendo imposible nuestro paso y con las particularidades de los power up que juegan a nuestro favor pero tambi¨¦n en contra, a la larga la historia se hace algo repetitiva porque muchas de las tareas se parecen y el reto, en ocasiones, no es el m¨¢s satisfactorio.
Son muchas las fases, y no solo en los primeros planetas, en las que eliminar enemigos se hace pesado y poco entretenido, ya que su IA es m¨¢s bien deficiente y es f¨¢cil dar con ellos. Solo hace falta paciencia. En otras la experiencia es algo mejor, pero de todo el elenco de fases, y hay decenas, solo se salvan los jefes finales que nos van a complicar la existencia en todas sus formas. Adem¨¢s, no durar¨¢ demasiado ya que en apenas dos horas y poco habremos acabado la campa?a. Para los que quieran un reto importante, que escojan directamente el mayor nivel de dificultad. Aunque eso tampoco les librar¨¢ de fases repetitivas con leves cambios de dise?o de mapa. Lo mejor de este modo, como pasa con todos los otros que vamos a ver a continuaci¨®n, es la posibilidad de jugar en local de manera cooperativa con un compa?ero.
Super Bomberman R destaca por su componente multijugador, algo que sabe explotar perfectamente en Nintendo Switch. Por un lado tenemos el modo local que permite jugar hasta ocho ususarios a la vez a base de joy cons individuals y mandos pro. Nosotros estuvimos haciendo sesiones en casa de hasta seis jugadores y lo cierto es que la diversi¨®n y la locura era inmediata. Es cierto que no es un t¨ªtulo que te pueda atrapar durante muchas horas, pero para sesiones cortas o partidas con invitados cumple su cometido: el control es sencillo, ya que apenas necesitas un bot¨®n para colocar las bombas (adem¨¢s de otros de golpear o habilidades concretas) y se entiende desde un primer momento el objetivo final del juego en cuesti¨®n. El principal problema es que a veces el control puede hacerse algo impreciso en ciertos momentos, aunque no es algo tremendamente graves y puede notarse en algunos movimientos que no salen como esperamos.
Entre los detalles que aportan variedad a la experiencia destacan los potenciadores que pueden jugar a favor o en contra de nosotros. Llamaradas que hacen que la onda expansiva sea m¨¢s grande, poder golpear bombas, patearlas para mandarlas a otro lugar, botas para correr m¨¢s r¨¢pido, calaveras para confundirnos y hacernos mover lentamente¡ Hay varios ¨ªtems que permiten cambiar el signo de la partida y que vale la pena utilizar. Adem¨¢s, cuando nos echan del mapa podemos molestar desde los alrededores lanzando bombas e intentando matar a alguien para recuperar nuestra vida. Tenemos muchos opciones de personalizaci¨®n en este sentido para jugar con CPU, poner reglas de todo tipo, rondas a ganar, etc. Y se puede hacer lo mismo con un modo multijugador tipo LAN conectando varias Switch a la vez. Siempre con ocho jugadores como tope.
A todo esto se a?ade el modo online que permite hacer partidas libres o partidas de r¨¢nquing donde sumamos o perdemos puntos seg¨²n si ganamos matando enemigos en partidas de cuatro jugadores. Las que hemos probado funcionaban relativamente bien, algunas con algo de lag y otras sin problemas a la hora de controlar a nuestro personaje y movernos con agilidad por el escenario. Las batallas libres permiten buscar partidas r¨¢pidas, crear salas para que se a?ada gente y tambi¨¦n preparar partidas solo con amigos. Todos los modos se ali?an con un sistema de monedas que vamos consiguiendo a medida que jugamos y que tienen varios objetivos: desbloquear nuevos accesorios visuales, mapas para disfrutar o gastar monedas para hacer ¡°continuaciones¡± si nos matan durante el modo historia.
A nivel audiovisual Super Bomberman R es un juego que no ofrece nada m¨¢s que una propuesta conservadora con la esencia de la saga y sin alardes. Colores vivos, explosiones y personajes simp¨¢ticos pero que tampoco lucen porque no hay nada que exprima la consola de Nintendo. Tampoco las escenas del modo historia, que con im¨¢genes semiest¨¢ticas sin nada destacado. Por ¨²ltimo, la banda sonora pasar¨¢ sin pena ni gloria, con algunas melod¨ªas que pueden hacerse algo pesadas en ciertos momentos. El juego llega, eso s¨ª, traducido en lo que textos se refiere al castellano.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.