An¨¢lisis de Planet Coaster

Planet Coaster llega como heredero espiritual de la anta?o exitosa saga Roller Coaster Tycoon, y tiene motivos de peso para lograrlo. Estamos ante un juego que ofrece opciones de creaci¨®n y personalizaci¨®n m¨¢s pulidas que nunca, de modo que recrear el parque de nuestros sue?os se convierte en una cuesti¨®n m¨¢s de ma?a que de posibilidades. No obstante, nuestro buen hacer deber¨¢ encaminarse tambi¨¦n a las finanzas, con el consecuente peligro de que nuestra creatividad desemboque en despilfarro y el sue?o de tener el parque m¨¢s maravilloso quede truncado antes de empezar.

Con una presentaci¨®n amable en todos los sentidos, accedemos directamente al men¨² de creaci¨®n de nuestro avatar: el hombre de negocios que har¨¢ felices a tantos chavales en busca de emoci¨®n y diversi¨®n. Tras editar nuestra caricatura, vamos al men¨² principal en el que encontramos los tres modos de juego: carrera, crea tu parque y desaf¨ªo. Los dos ¨²ltimos se centran en hacer prosperar tu propio parque, cada uno con sus particularidades. As¨ª, en crea tu parque podemos dar rienda suelta a nuestra imaginaci¨®n y no preocuparnos en absoluto por la marcha econ¨®mica: se trata sencillamente de disfrutar creando y producir algo de lo que nos sintamos orgullosos con s¨®lo contemplarlo. En desaf¨ªo, por el contrario, sentiremos la presi¨®n de hacer rentable cada decisi¨®n, ir superando objetivos con recursos limitados e ir desbloqueando nuevas opciones con el correr del tiempo. Es una labor de construcci¨®n m¨¢s compleja porque incluye de lleno la buena gesti¨®n, pero tambi¨¦n puede resultar m¨¢s satisfactoria a pesar de que progresemos mucho m¨¢s lentamente.

El modo carrera tiene alguna diferencia m¨¢s marcada, ya que no se centra en crear un ¨²nico parque, sino en hacer frente a retos concretos en diversos escenarios. Tenemos una serie de ambientaciones, cada una de las cuales cuenta con tres parques a medio construir (bueno, esto en el mejor de los casos, ya que en ocasiones nos dejan apenas un amago de feria como herencia). Lo que debemos hacer es acceder a gestionar cada uno de estos proyectos y superar una serie de objetivos marcados desde el principio, que pueden consistir en la mera ampliaci¨®n del parque, lograr una afluencia de p¨²blico determinada o salvarlo de la banca rota, entre muchas otras cosas. As¨ª, al tiempo que disfrutemos planeando y dise?ando cada paso que demos, estaremos pendientes de cumplir con lo ordenado, que comienza siendo un verdadero juego de ni?os cuando el parque tiene fondos de sobra para construir esa monta?a rusa que tanto te piden, pero va ganando en exigencia cuando no sabes qu¨¦ narices hizo el anterior due?o con los diez millones que pidi¨® prestados a ese banco que no deja de chupar tus ingresos cada mes. En todo caso, la dificultad no llega a dispararse y puede que echemos en falta alg¨²n verdadero reto que superar. ?

Este modo, a pesar del inter¨¦s que puede tener por la diversidad de situaciones en que te sit¨²a, puede volverse el m¨¢s cargante si nos proponemos completarlo sin m¨¢s. Algunos escenarios tienen retos que llevan cierto tiempo, pero m¨¢s all¨¢ de eso est¨¢ el hecho de que no es f¨¢cil abandonar cada parque justo cuando comienza a cobrar forma (cuando superamos todo lo que se nos pide), y estar comenzando uno nuevo a cada rato no es tan gratificante como perfeccionar tu creaci¨®n hasta que no sepas qu¨¦ m¨¢s aportar y sencillamente decidas hacer otro para probar nuevas f¨®rmulas y ambientaciones. Dicho de otro modo: podr¨ªa ser m¨¢s gratificante si no exigiese trabajarse un parque casi desde el principio para, tras no demasiado tiempo, sentir que el pr¨®ximo paso es empezar con el siguiente. Quiz¨¢s un solo parque por escenario pero con m¨¢s objetivos, o parques mucho m¨¢s desarrollados con metas que vayan m¨¢s all¨¢ de hacerlos crecer, podr¨ªan ayudar a eliminar esa sensaci¨®n de que en ocasiones no vale tanto la pena ponerlo todo en la creaci¨®n si quieres seguir avanzando. Por eso mismo, el mejor modo de disfrutarlo es tomarlo con tranquilidad, mientras que en ning¨²n caso es recomendable jugar con el mero ¨¢nimo de pas¨¢rtelo de carrerilla.

Comentadas las modalidades de juego, podemos centrarnos en lo que hemos de considerar el alma de la criatura: la construcci¨®n y gesti¨®n del parque. Tenemos a nuestra disposici¨®n una enorme cantidad de recursos que nos permitir¨¢n hacer casi cualquier cosa que se nos ocurriese, pero llegar a ciertos niveles requiere habilidad e imaginaci¨®n a partes iguales. Podr¨ªamos decir que el men¨² de construcci¨®n es suficientemente sencillo y accesible como para que crear un parque con muy buen aspecto no sea dif¨ªcil, pero demostrar maestr¨ªa y marcar tu propio estilo s¨ª requiere de un manejo m¨¢s profundo y t¨¦cnico de toda herramienta. As¨ª, tenemos muchos elementos de decoraci¨®n, tiendas y atracciones prefabricadas que podemos ir colocando directamente, pero tambi¨¦n contamos con la posibilidad de crear complejos de edificios personalizables, elaborar escenas tem¨¢ticas y, por supuesto, crear paso a paso nuestra propia monta?a rusa. El editor para ello es bastante intuitivo y no se desmarca demasiado de juegos anteriores del g¨¦nero, aunque ahora lo tenemos a¨²n m¨¢s accesible para que nos quede tal y como ten¨ªamos en mente. Los distintos tipos de v¨ªa, las opciones de curva e inclinaci¨®n y las estructuras predefinidas har¨¢n nuestras delicias. Eso s¨ª, cumplir con unas puntuaciones atractivas para el p¨²blico en lo referente a miedo, emoci¨®n y n¨¢useas que provoca tu monta?a rusa puede actuar de elemento censor, puesto que en ocasiones se antoja demasiado estricto y sensible el sistema de valoraci¨®n, que se dispara en cuanto algo se sale un poco de la norma. Un punto muy a favor es la posibilidad, no s¨®lo de guardar como plano prefabricado cualquier creaci¨®n, sino de compartirlo con la comunidad de manera inmediata.

Si el apartado de creaci¨®n es sobresaliente, tampoco podemos dejar pasar por alto el aspecto de gesti¨®n, puesto que constituye una pieza igualmente importante en el desarrollo del juego (excepto en el modo crea tu parque, por motivos ya comentados). Tenemos la posibilidad de controlar el precio de todo cuanto pongamos a disposici¨®n del p¨²blico: entrada al parque, atracciones, comida, refrescos¡­ Pero, adem¨¢s, esto tambi¨¦n ofrece amplias opciones de personalizaci¨®n por separado, de modo que podemos controlar qu¨¦ productos se ofrecen en cada establecimiento, la frecuencia con la que sale cada tren de una monta?a rusa, la carga m¨ªnima de una atracci¨®n para empezar su funcionamiento¡­ realmente casi todo se puede modificar, y afecta de diversas maneras a nuestros ingresos y a la opini¨®n de la gente sobre nuestro parque (algunas decisiones pueden contribuir, por ejemplo, a acortar el tiempo de cola de las atracciones, o a que el p¨²blico est¨¦ dispuesto a aceptar mejor alguna subida de precios). Del mismo modo, hemos de controlar nuestro departamento de investigaci¨®n, m¨¢rketing y finanzas. De esta manera, tenemos la opci¨®n de pedir pr¨¦stamos millonarios, lanzar campa?as de publicidad y, por supuesto, adquirir nuevos objetos construibles para nuestro parque que van desde las propias atracciones a elementos de jardiner¨ªa, aseos, puestos de primeros auxilios y muchas otras cosas.

Todo esto, claro, sin olvidarnos de la contrataci¨®n de personal, ya sean animadores, mec¨¢nicos o bedeles, que contribuir¨¢n a nuestra causa y exigir¨¢n que te comportes con ellos si consideran que no valoras y respetas su trabajo. En definitiva, tenemos todos los ingredientes imaginables para que nuestra labor en el parque sea lo m¨¢s entretenida posible, si bien es cierto que el apartado financiero es, quiz¨¢s, en el que menos ¨¦nfasis se ha puesto a la hora de ofrecer amplitud de opciones y posibilidades. Es una l¨¢stima que esto contraste con la exigencia del juego, ya que todo ese contenido queda al servicio de la iniciativa e imaginaci¨®n del jugador, pero en ning¨²n caso se torna necesario ahondar en ello para cumplir con lo que se nos va encomendando.

En el aspecto audiovisual hay que reconocer que luce realmente bien, con un apartado t¨¦cnico sin alardes pero sin fisuras y un dise?o siempre agradable y simp¨¢tico. Los efectos ambientales est¨¢n muy bien, y es un placer contemplar el resultado de un buen trabajo decorativo: todo cuenta en la valoraci¨®n de nuestro parque, y el desempe?o al adornar una simple cola para cada atracci¨®n puede tener una recompensa para la vista adem¨¢s de para la popularidad de las mismas, con efectos especiales que acompa?an de manera genial a todo tipo de animatr¨®nicos, estatuas y elementos de jardiner¨ªa. Igualmente, cabe destacar un buen acabado sonoro en efectos y en repertorio musical disponible para las atracciones, especialmente si tenemos en cuenta que podemos usar cualquier pista de audio que tengamos en el ordenador para que haga de banda sonora en cualquiera de ellas. De este modo, los nost¨¢lgicos de las ferias siempre podr¨¢n aclimatar su parque con Camela y Rambo Total sonando en sus construcciones sin impedimento alguno.