An¨¢lisis de Warhammer 40000: Eternal Crusade

El "bait"

Cuando acced¨ª a proceder con el an¨¢lisis de Warhammer 40,000: Eternal Crusade lo coment¨¦ con un compa?ero de la prensa extranjera, que procedi¨® a enviarme una imagen en blanco y negro en la que aparec¨ªa un pez y un anzuelo y un lema que rezaba "This is bait". A pesar de la advertencia mordimos gustosamente el anzuelo. Lo mordimos a conciencia. Lo hicimos por nuestra fascinaci¨®n por el universo 40K, por el buen regusto que otras entregas basadas en la franquicia han dejado en el conjunto de recuerdos gamer y porque, francamente, esper¨¢bamos otra cosa: tal vez algo m¨¢s parecido a un Planetside o incluso a un Space Marine que, a¨²n con todas sus imperfecciones, apuntaba buenas maneras. El resultado final ha sido netamente insatisfactorio y diferente a lo que se prometi¨®, dejando entrever que unos cuantos meses m¨¢s de desarrollo le hubiesen venido al t¨ªtulo m¨¢s que requetebi¨¦n; y tal vez as¨ª nos quitar¨ªamos de encima esta sensaci¨®n de "work-in-progress" que transpira Eternal Crusade parche a parche.

Olor a Warhammer

Las 4 razas est¨¢n disponibles de salida: Orkos, Eldar y Marines Espaciales y del Caos cuentan con diversas clases y especializaciones que podemos escoger a la hora de personalizar nuestro avatar, aunque muchas de ellas son b¨¢sicamente la misma con distinto nombre. Hay algunas concesiones hechas al respecto - aviso necesario para el fan hardcore de 40K - pero en general el juego cumple bien con su objetivo de plasmar el universo de Warhammer aqu¨ª. Mapeados, tecnolog¨ªa, ambientaci¨®n en general, efectos de sonido... todo parece encajar en nuestro ideario com¨²n. En este sentido hay menos cosas que reprocharle a Behaviour Interactive, la verdad.

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Cuenta con mi espada

No es f¨¢cil resignarse a morir ensartado por un Eldar a melee mediante una espada de dimensiones descomunales cuando previamente has dibujado la silueta de tu adversario con tu no-muy-preciso rifle autom¨¢tico varias veces. Cuando uno es un Marine Espacial esas cosas duelen mucho, especialmente en el orgullo. Y es que uno de los principales errores que comente el reci¨¦n llegado es pensar que las armas a distancia prevalecen en este shooter-arena espacial en tercera persona; es de imaginar que al ver que el 70% de los jugadores se pegaba cuerpo a cuerpo ya deber¨ªa haber hecho sonar alguna alarma. Y c¨®mo cambia el juego una vez uno comprende que Eternal Crusade se dise?¨® por, desde y para el combate a corta distancia. 

Esa es una de las cosas que el poco intuitivo tutorial no acaba de explicar bien al jugador novel; por mucho que se hayan jugado a muchos juegos de acci¨®n, siempre viene bien explicar por qu¨¦ y c¨®mo funcionan los fundamentos de uno, en especial si presumiblemente va a juntar a 60 personas y van a tener que interactuar y enfrentarse entre s¨ª. Cu¨¢les son las ventajas del asedio, cu¨¢ndo es mejor apropiarse de los veh¨ªculos, qu¨¦ composiciones van bien... nada de esto se explica. Se espera que el jugador coja lo que crea conveniente, observe que es incapaz de matar absolutamente a nadie con un arma a distancia y acabe yendo a la pulsaci¨®n masiva de botones en mitad de una refriega que parece m¨¢s una melee de rugby que un combate t¨¢ctico como en principio parec¨ªa que deber¨ªa ser. Durante pr¨¢cticamente semanas, la clave de la victoria ha sido: Eldar (por el acceso al jetpack), espada, asaltar la retaguardia enemiga, convertirse en Tom Cruise en El ?ltimo Samurai, ganar. Un poco limitado para aquellos a los que nos gusta disfrutar de las, en teor¨ªa, m¨²ltiples posibilidades que el juego nos iba a permitir.

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Dicho lo cual, cuando el juego funciona, funciona. Hay que hacerse a los controles, a la c¨¢mara y a las animaciones; hay que hacerse al hecho de que las partidas no est¨¦n niveladas o que en algunos momentos del d¨ªa sea imposible encontrar los mapas llenos; hay que hacerse a que a pesar de que sea un juego de pago y no precisamente barato, la tienda contemple objetos comprables con dinero real por valor de 10€ y que algunas facciones, simplemente porque s¨ª, tengan m¨¢s contenido desbloqueable con moneda del juego que otras y hay que hacerse a que el hecho tenga toneladas de bugs, como que si alguien est¨¢ tras una cobertura (y a¨²n as¨ª se le vea) no puedas apuntar tus habilidades ps¨ªquicas. Y hay que hacerse a montones de texturas que no se ven bien, de que hoy por hoy no se puedan desbloquear todas las habilidades con ciertas facciones - de los Orkos, por lo menos - o de que ejecutes a un enemigo y ¨¦ste no muera. S¨ª, hay que hacerse a muchas cosas. A demasiadas cosas. Pero durante un rato, cuando puedes obviar todo esto, dejarte caer encima de un enemigo y empezar a encadenar muertes adivinando el parry de tu enemigo, el juego deja muy buenas sensaciones. Cuando puedes coordinar una batalla para que tu escuadr¨®n ataque un punto de control desde m¨²ltiples entradas, el juego satisface. Cuando sobrevives milagrosamente escapando por una ventana mientras un Orko enfurecido vac¨ªa su cargador desde lo lejos, el juego rinde.

Cierto es que podr¨ªa haberse aprovechado bastante m¨¢s, la verdad; obviamente es un t¨ªtulo dif¨ªcil de nivelar porque en algunos mapas la movilidad es simplemente demasiado importante y en otros los veh¨ªculos se dejan apartados sin que nadie les haga caso y potenciarlos demasiado har¨ªa un desbarajuste muy grande para el equilibrio de la arena. Pero son problemas que cualquier desarrolladora tiene que afrontar cuando est¨¢ ante un t¨ªtulo de este calibre; se pueden entender los problemas de balance entre clases y facciones, pero no aquellos que ata?en a defectos de dise?o como es el caso.

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Hemos retrasado deliberadamente la publicaci¨®n de este an¨¢lisis a la espera de que el producto final, hoy trodav¨ªa a la venta en Steam por casi 50€ (bastante menos en otras tiendas), fuese lo m¨¢s digno posible de la marca. Lo hemos retrasado a pesar de no sufrir ning¨²n problema de rendimiento de los cuales mucha gente se quej¨® al principio, y sin disponer de una tarjeta gr¨¢fica hoy considerada "top". Y semana a semana el juego se va acercando muy paulatinamente a aquello que se prometi¨®, si bien tal vez cuando llegue all¨ª ya sea demasiado tarde. Tal vez el primer gran parche de contenido, previsto para la ¨²ltima franja de noviembre termine de arreglar las cosas, pero hoy por hoy a¨²n estamos lejos de lo esperado.