The Last Guardian, Impresiones E3 2016

¡°Lanzar The Last Guardian tras casi una d¨¦cada es un alivio, pero tambi¨¦n es una recompensa para todos aquellos que han trabajado en el proyecto¡±, comenta Fumito Ueda -1970, Hy¨­go, Jap¨®n- un director que alcanz¨® fama mundial con su primer proyecto ICO, y se consagr¨® con el segundo, Shadow of the Colossus. Ueda se muestra animado ante la recepci¨®n que su tercer t¨ªtulo est¨¢ teniendo entre aficionados, prensa e industria pese al arduo y largo camino que The Last Guardian ha recorrido en casi una d¨¦cada. Si en el pasado E3 fue uno de los anuncios de alcance de PlayStation volviendo a la vida tras un retraso indefinido y una temida cancelaci¨®n, en ¨¦ste el juego se ha podido ver en lo que es pr¨¢cticamente su versi¨®n final, aunque Ueda insista en que todav¨ªa le quedan ciertos aspectos tecnol¨®gicos que pulir y con los que el Team ICO espera no llevarse ning¨²n sobresalto. Sony ha mostrado a puerta cerrada una versi¨®n con los primeros 45 minutos del juego -en lugar de escoger un segmento preparado- que hemos podido probar.

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"Y all¨ª estaba la bestia, encadenada"...

Tras los primeros fogonazos de un bestiario de criaturas y animales que culminan en Trico, suenan unas primeras frases en una lengua ficticia. Son de un anciano que narra en primera persona la historia que el jugador tendr¨¢ por delante: la de un ni?o que se despert¨® al lado de una criatura. Seg¨²n Ueda ha escogido que la historia sea contada por el propio protagonista debido a la escasa interacci¨®n que tendremos con otros personajes y NPCs en este mundo, y la necesidad de crear una narrativa completa. De esta forma se nos dar¨¢n detalles que van desde el propio argumento como indicaciones de tutoriales camufladas como recuerdos o flashbacks. Y as¨ª arranca The Last Guardian, con un ni?o que se despierta en una cueva al lado de un formidable animal mitol¨®gico, sin saber ni c¨®mo ni de qu¨¦ manera lleg¨® hasta all¨ª, y con su cuerpo virgen cubierto ahora de tatuajes e inscripciones.

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Primer contacto con Trico

Enfundado en lo que parecen los maltrechos restos de una armadura de combate, encadenado, herido, d¨¦bil, indefenso, con sus alas quebradas, la criatura se muestra recelosa a nuestro contacto. Nos repeler¨¢, rugir¨¢, e incluso empujar¨¢ a topetazos con sus escasas fuerzas. Haci¨¦ndonos con el control  -muy similar al de Shadow of the Colossus- saltando, trepando, gateando y escalando salientes, tendremos que recorrer el templo cueva para encontrar barriles de provisiones con los que alimentarle para que recupere fuerzas, y agarr¨¢ndonos a su pelaje, lograr extraerle dos lanzas hundidas en su carne. Poco a poco, y no sin alg¨²n incidente, el recelo del animal va desapareciendo y se establece una m¨ªnima confianza entre ambos protagonistas. Ese lazo ir¨¢ creciendo tal y como sucede con una mascota -mencionaba Ueda en el pasado ¡°no necesariamente se comportar¨¢ como queremos¡±- pero la relaci¨®n que cada jugador desarrollar¨¢ con Trico depender¨¢ de su experiencia subjetiva y car¨¢cter. 

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La base para que esto suceda est¨¢n en los propios fundamentos de la criatura, con una IA que ha supuesto el reto m¨¢s desafiante del desarrollo de The Last Guardian y con la que el Team ICO disponer un elemento a partir del cual ¡°crear un v¨ªnculo personal que el jugador definir¨¢, no nosotros¡±, apuntaba manteni¨¦ndose neutral en el destino del animal. Veremos c¨®mo Trico reacciona positivamente a nuestra llamada, se coloca estirando su cuello para ayudarnos a que accedamos a una posici¨®n elevada, o con su pata nos indica que le alcancemos alimento, pero tambi¨¦n c¨®mo se hace el remol¨®n para sumergirse en el agua y hay que ¡°incentivarle¡±. Poco a poco. Lo innegable es el v¨ªnculo instant¨¢neo que se establece con ¨¦l y que ir¨¢ creciendo y mejorando con el tiempo y los obst¨¢culos vencidos. Como tambi¨¦n mejorar¨¢ su condici¨®n f¨ªsica, recuperando el esplendor de su raza y ofreci¨¦ndonos nuevas habilidades a lo largo de una aventura de la que de momento ¨²nicamente hemos visto sus aspectos de exploraci¨®n y puzles.

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Cooperaci¨®n con una criatura independiente

A nivel de mec¨¢nicas, tras una primera exploraci¨®n de esa cueva templo, el jugador se har¨¢ con una reliquia de importancia capital a la altura de la espada de Wander en Shadow of the Colossus: un escudo plateado capaz de reflejar la luz como si fuera un espejo. Pronto aprendemos su utilidad: al apuntar a cualquier punto con ¨¦l, Trico lanzar¨¢ poderosos rayos de energ¨ªa desde su cola, como si fuera la cola aguij¨®n de una mant¨ªcora. Las descargas de Trico sirven en primera instancia para demoler parte de los fondos y abrirnos paso hacia nuevas zonas, pero dentro de la cooperaci¨®n en la que el jugador como el ni?o y Trico como entidad aut¨®noma e independiente, parece que tambi¨¦n tendr¨¢ otras funciones, probablemente para combatir amenazas.

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Estos primeros 45 minutos culminan con el chico y Trico -en un majestuoso salto- abandonando esa prisi¨®n y dejando ver el mundo en el que se ambienta The Last Guardian; colorido, pero tambi¨¦n solitario y con unas construcciones muy en la l¨ªnea de las precolombinas de Shadow of the Colossus. Poco m¨¢s para ver un esbozo, una declaraci¨®n de intenciones del que con toda seguridad es uno de los candidatos a juego del a?o 2016, aunque haya sido de forma inesperada.