Call of Duty Infinite Warfare - E3 2016

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La pol¨¦mica con la entrega de este a?o de Call of Duty se desat¨® con el tr¨¢iler que Infinity Ward public¨® hace unos meses. Es el v¨ªdeo con m¨¢s votos negativos de YouTube y se ha convertido por este motivo en un meme para los jugadores. ?El motivo? Quiz¨¢ romper con los esquemas presupuestos a una de las franquicias m¨¢s importantes del shooter moderno. Quiz¨¢ continuar con las situaciones cinematogr¨¢ficas encriptadas. Hasta puede deberse al m¨¢s gusto de usar una cover de David Bowie en el tr¨¢iler de un t¨ªtulo b¨¦lico cuando recientemente hab¨ªa muerto la estrella del rock de las m¨²ltiples caras. Activision y el estudio que cambi¨® los shooters en consolas ten¨ªan la responsabilidad de sorprender y quitar el mal sabor de boca de aquel v¨ªdeo con material jugable de esta nueva iteraci¨®n de la franquicia y, aunque la opini¨®n queda para cada uno, los cimientos de Infinite Warfare ya han sido colocados. 

En el gameplay mostrado a todo el mundo vemos c¨®mo el protagonista, Nick Reyes, un comandante perteneciente a la SCAR (Special Combat Air Recon) elige su siguiente misi¨®n desde el puente de mando. En pocos segundos estamos despegando de la fragata espacial en el Jackal, una nave de dos personas, e inmersos en una batalla al m¨¢s puro estilo Star Wars. Durante estos enfrentamientos podremos ir a cualquier punto que nos plazca dentro de la arena, intentar derribar aquella fragata enemiga, tumbar otras naves o, como ocurre en la demostraci¨®n, enfrentarnos a pie, flotando entre basura espacial (los enfrentamientos y los escenarios tendr¨¢n m¨¢s verticalidad que en cualquier Call of Duty anterior), a los soldados enemigos, usando un gancho para desplazarnos r¨¢pidamente a distintos puntos o para agarrar y atraer a los integrantes del ej¨¦rcito rebelde de Marte para ejecutarlos de forma violenta y espectacular. 

Una vez conseguimos acceder a la nave objetivo (pese a la libertad de estas batallas espaciales, la mec¨¢nica de las misiones sigue siendo la misma que en anteriores Call of Duty: avanzar de un punto al siguiente) no seguimos a nadie, sino que son el resto de nuestros compa?eros los que nos siguen a nosotros: ahora somos el comandante, con todo lo que ello supone para dirigir las misiones). Una vez dentro, usamos granadas de gravedad cero que dejan flotando a nuestros enemigos, volvemos a ver jetpacks, nos enfrentamos a un androide (respecto a estos robots, podremos hackearlos, haciendo que se autodestruyan o usarlos a nuestro favor oblig¨¢ndolos a acabar con sus compa?eros) y, finalmente, volvemos a la Jackal. 

Todo ello con un aire cinematogr¨¢fico a¨²n m¨¢s acentuado que en anteriores iteraciones de la franquicia b¨¦lica, probablemente debido a la inclusi¨®n de profesionales de Naughty Dog (Uncharted, The Last of Us) en Infinity Ward para llevar a buen puerto el modo campa?a de este Call of Duty. Sin embargo, lo cinematogr¨¢fico no supone una mayor linealidad en la historia, pues como comandantes de la fragata, desde el puente de mando podremos elegir libremente las misiones a llevar a cabo en Infinite Warfare. As¨ª, aparte de los objetivos principales, necesarios para que avance la historia, habr¨¢ misiones secundarias (al comienzo de la demo mostrada en la conferencia de Sony ve¨ªamos en el mapa varias opciones disponibles, una de ellas en el sur de Espa?a) que sirven para robar inteligencia enemiga. Esto se traduce en nuevas armas tanto para el personaje como para el Jackal, mejoras para las que ya tenemos o cambios est¨¦ticos. 

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En la feria de Los ?ngeles tambi¨¦n hemos podido probar un nivel previo al enfrentamiento espacial que vemos en la demo. Las fuerzas de la Settlement Defense Front (los rebeldes de Marte que quieren hacerse con los recursos de la galaxia) atacan Ginebra, sede de la ENSA (Naciones Unidas Futuras), lo que se traduce en un enfrentamiento en un nivel mucho m¨¢s abierto que en anteriores juegos de la saga, con tanques y mechas que controlar. Y a pesar de estos niveles m¨¢s abiertos, como siempre en Call of Duty, los 60 fotogramas por segundo son constantes y fiables gracias al IW Engine, que vuelve a usarse en esta entrega sin desmerecer el resultado final a pesar de los a?os que arrastra el motor. 

Esto es todo lo que hemos podido ver del t¨ªtulo hasta el momento, quedando la inc¨®gnita de c¨®mo afectar¨¢n las nuevas mec¨¢nicas al multijugador (?habr¨¢ batallas espaciales online?), que ser¨¢ resuelta, probablemente, en el Call of Duty XP de septiembre. Sin embargo, hay m¨¢s acci¨®n b¨¦lica de la saga de Activision este a?o: el remaster del juego que lo cambi¨® todo, Call of Duty Modern Warfare. Est¨¢ siendo desarrollado por Raven Software (Infinity Ward tan solo act¨²a como productor ejecutivo), quienes ya se hab¨ªan encargado del componente multijugador de anteriores entregas o de los X-men Legends. Una sorpresa, seguro que no al gusto de todos, que aquellos que hagan una pre-compra del t¨ªtulo (debe ser la Legacy Edition [80 euros] o superior) a trav¨¦s de PlayStation Store o tiendas participantes en la versi¨®n de la m¨¢quina de Sony podr¨¢n jugar la campa?a resmasterizada de Modern Warfare desde el 5 de octubre. M¨¢s tarde, junto al lanzamiento de Infinite Warfare el 4 de noviembre, se desbloquear¨¢ el modo multijugador, que contar¨¢ con nuevos assets, renovados efectos de agua, explosiones y mejoras en texturas y un nuevo sistema de iluminaci¨®n.

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Habr¨¢ que ver si los fans de la saga ven con buenos ojos los cambios realizados a una franquicia con un perfil tan marcado en la conciencia de los jugadores (y, por supuesto, en el panorama competitivo de los e-Sports) y, sobre todo, si logra convencer a las casi 3 millones de personas que dieron su dislike al reveal trailer de Call of Duty Infinite Warfare.