7 razones por las que Dark Souls III es pura muerte y sufrimiento

En tan solo unas semanas, el p¨²blico de Europa y Am¨¦rica podr¨¢ disfrutar, de forma oficial del lanzamiento de Dark Souls III, la tercera entrega de la saga (si obviamos Demon Souls) que llega, esta vez de forma exclusiva, a la nueva generaci¨®n de consolas, PS4 y Xbox One, adem¨¢s de a PC. En MeriStation ya hemos podido probar buena parte del juego y queremos compartir con vosotros los 7 motivos, tantos como los pecados capitales, por los que Dark Souls III volver¨¢ a ser muerte, destrucci¨®n y sufrimiento sin l¨ªmites para los valientes jugadores que decidan afrontar sus desaf¨ªos.

Escenarios y mapas laber¨ªnticos

En anteriores entregas, quiz¨¢s uno de los puntos m¨¢s titubeantes de Dark Souls ha estado en sus escenarios cerrados, peque?os, sin demasiadas zonas para explorar y con un recorrido bastante bien definido. Esto, ya mejor¨® un poco con la segunda entrega, pero es en Dark Souls III en el juego en el que la amplitud de las zonas y todos los rincones que podremos explorar resultan fundamentales en el desarrollo del juego. Nos encontramos con escenarios m¨¢s grandes y abiertos, y cada una de las zonas cuenta con varias localizaciones secretas en las que podremos obtener grandes tesoros, adem¨¢s de unos cuantos caminos ocultos que nos servir¨¢n de atajo entre hoguera y hoguera y que pueden facilitarnos mucho el avance de nuestras partidas, sobre todo en el paso previo a enfrentarnos a alguno de los jefes finales. Esta entrega es, de lejos, la m¨¢s trabajada y laber¨ªntica en este aspecto, acerc¨¢ndose al dise?o de los mapas de los juegos de rol o de los FPS de la vieja escuela.

Bosses imposibles y multitud de enemigos en pantalla

Algo que hemos observado, y de lo que os dar¨¦is cuenta muchos de vosotros al comenzar el juego, es la cantidad de enemigos simult¨¢neos con los que deberemos enfrentarnos. Esto se debe, entre otras cosas, al primer punto del que ya os hemos hablado, adem¨¢s de a la capacidad de las nuevas consolas para poder manejar m¨¢s objetos, efectos y enemigos a la vez en pantalla. Ser¨¢ habitual encontrarnos con un buen grupo de m¨¢s de 8 o 10 enemigos en multitud de ocasiones e incluso ver c¨®mo, en los combates con algunos jefes, est¨¢n presentes un mont¨®n de ¡°adds¡± que har¨¢n que nuestra pelea sea m¨¢s dif¨ªcil. Adem¨¢s, tambi¨¦n destaca el n¨²mero de NPC que nos encontraremos en nuestra aventura.

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Sorpresas y sustos

Una costumbre de la saga Souls, tambi¨¦n enfatizada en esta tercera entrega, es la intentar sorprender al jugador, atac¨¢ndole justo en el momento en el que menos se lo espera, ya sea con una trampa o con un enemigo oculto detr¨¢s de una esquina o de un peque?o recoveco apenas perceptible para nuestra vista. Adem¨¢s de esto, en Dark Souls III hemos visto como muchos monstruos se transforman, de forma inesperada, en enemigos bastante m¨¢s poderosos. Uno de los ejemplos lo encontramos en un no muerto de una de las primeras zonas que, para nuestra desagradable sorpresa, mutaba por culpa de un ente extra?o a un horrendo ser con un poder muy superior, algo que estuvo muy cerca de costarnos la vida.

M¨¢s Variedad de enemigos y jefes finales

Otro punto importante a destacar en Dark Souls 3 es el tama?o y la variedad de los enemigos, sobre todo en cuanto a los jefes finales se refiere. Nos encontraremos con criaturas enormes y muy bien diferenciadas entre s¨ª, rompiendo con el estereotipo de encontrarnos a un ¡°jefe final caballero¡± cada pocos pasos, algo bastante m¨¢s com¨²n en las anteriores entregas. ?rboles gigantes, una especie de perro con poderes centrados en el hielo, mini jefes que nos permitir¨¢n desbloquear poderosos objetos y c¨®mo no, tambi¨¦n los caballeros forman parte del elenco de "bosses" del juego. Adem¨¢s, la variedad de enemigos normales del juego tambi¨¦n ha aumentado en sobremanera, encontr¨¢ndonos ya con varios tipos, desde no muertos a poderosos brujos pasando por extra?os perros o los ¡°serradores¡± en las primeras horas de nuestra partida.

Gameplay m¨¢s ¨¢gil y din¨¢mico, la influencia de Bloodborne

Tras Bloodborne, Dark Souls ha evolucionado. El juego exclusivo de PS4 de From Software tiene una clara influencia en Dark Souls III, algo que podemos ver tanto a nivel art¨ªstico como en el desarrollo de los combates. Bloodborne fue el perfecto entorno de pruebas para conseguir dar un toque m¨¢s ¨¢gil y c¨®modo al sistema de combate de ¡°Souls¡±, aumentando de forma considerable la velocidad de reacci¨®n de nuestro alter ego virtual a todo lo que le ordenamos con nuestro mando, adem¨¢s de a?adir un mayor banco de movimientos y golpes especiales dependiendo del arma que estemos usando en cada momento, mejorar el sistema de apuntado con las armas a distancia y hacer m¨¢s fluidas las transiciones entre los golpes, as¨ª como las esquivas rodando por el suelo o los contraataques. En Dark Souls III ser¨¢ muy importante no ser est¨¢ticos, movernos mucho y anticiparnos a los movimientos de los enemigos ya sea para rodar bajo sus piernas y asestarles un ataque en una zona desprotegida o para bloquear su espadazo y responder a su movimiento con un poderoso contraataque que le quitar¨¢ buena parte de su vida.

Dise?o gr¨¢fico espectacular

Otra de las grandes influencias que ha tenido Boodborne en Dark Souls III es en el acabado art¨ªstico. A nivel de producci¨®n esta es la entrega m¨¢s potente que recordamos en toda la saga. Es cierto que quiz¨¢s, a nivel gr¨¢fico, no es todo lo grandioso que se podr¨ªa esperar en cuanto a un juego para la nueva generaci¨®n de consolas, pero lo cierto es que a nivel de arte y de dise?o en las localizaciones, am¨¦n de algunos de los paisajes y alejadas vistas que podremos encontrarnos en algunas ocasiones el juego luce espectacular, mostrando un mimo en cada detalle que nunca hab¨ªamos visto en la saga. Adem¨¢s, a nivel t¨¦cnico, pese a no ser un portento soluciona varios de los errores de las anteriores entregas, entre los que destaca que, por fin, tendremos una tasa de frames m¨¢s o menos estable, sin zonas (por lo menos hasta donde hemos jugado hasta el momento) en las que veamos que la ca¨ªda en la tasa de FPS se note de manera abrupta en nuestra partida.

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Una dificultad que nos volver¨¢ a hacer sufrir

Para el final hemos dejado el punto m¨¢s obvio, pero no por ello m¨¢s importante: esto es Dark Souls y sabemos a lo que venimos. La saga siempre ha sido un t¨ªtulo dif¨ªcil o, m¨¢s que eso, un juego que castiga los fallos como ning¨²n otro, provocando que el m¨¢s peque?o error en el planteamiento de nuestro combate, en nuestro movimiento, o a la hora de esquivar o de ejecutar un golpe nos provoque, en la mayor¨ªa de las ocasiones, un severo castigo que se traduce en la p¨¦rdida de buena parte de nuestra barra de vida o en nuestra muerte. Dark Souls III no es menos y es un juego en el que moriremos una y otra vez, en la que veremos c¨®mo los enemigos o las trampas del propio juego muchas veces acaban con nuestra vida de un plumazo, provocando incluso desesperaci¨®n y aumentando el riesgo de accidente laboral de nuestros mandos, que estar¨¢n una vez m¨¢s cerca de verse estrellados contra la pared o el suelo, producto de la rabia y de la dificultad del juego. Ahora bien, tal y como ha ocurrido siempre, la sensaci¨®n de logro, de euforia y de satisfacci¨®n con nosotros mismos cuando superemos una zona complicada ser¨¢, de nuevo, inigualable.