An¨¢lisis, Final Fantasy Explorers

Final Fantasy Explorers se present¨® durante el mes de junio de 2014. Posteriormente, el t¨ªtulo apareci¨® en Jap¨®n con m¨¢s que buenas ventas en la semana de su salida y ahora, el 29 de enero, el nuevo Action RPG de Square Enix desembarca en las Nintendo 3DS europeas. Lo hace con ganas de recordar la f¨®rmula que la saga mostr¨® en Crystal Chronicles de Gamecube -acci¨®n en tiempo real y cooperativo- y que posteriormente se ha visto en otras entregas. Pero Explorers no consigue, a pesar del nombre y de los invitados especiales en forma de puro fanservice, consagrarse como un Final Fantasy de primera ley. No ya en comparaci¨®n con lo que son los mejores juegos de la saga principal, sino tampoco con el sencillo ejercicio de imaginar qu¨¦ podr¨ªamos esperar de ¡°un Final Fantasy a lo Monster Hunter¡±.  

En todo caso, que no sea un t¨ªtulo con la excelencia que representa el legado del nombre Final Fantasy no significa que estemos ante un mal juego ni nada por el estilo. El argumento, que pasar¨¢ de puntillas y no ser¨¢ precisamente memorable, deja muy claro lo que quiere ofrecer Explorers: Estamos en un mundo donde las reservas de cristales, un material imprescindible como fuente de energ¨ªa del planeta, y nuestro rol es el de crecer dentro del gremio de los exploradores de ¨¦lite para evitar que estalle una guerra por estos cristales y para luchar con un ¨²nico objetivo: conquistar el Gran Cristal, una especie de piedra filosofal que todo explorador desea. Y as¨ª, una vez presentados en el peque?o pueblo de Libertias, donde empieza todo, podremos salir ah¨ª fuera a dar caza a monstruos, eidolones y otras bestias. 

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Porque Final Fantasy Explorers es, principalmente, un juego de caza. Despu¨¦s de unas primeras misiones de tutorial y de unas misiones que a pesar de considerarse de la campa?a principal, son un tutorial encubierto, empezaremos a comprender como funciona el t¨ªtulo. Habremos creado con un editor algo limitado a nuestro personaje y habremos empezado a coger los contratos de las misiones principales y/o las secundarias para ir ganando experiencia, consiguiendo nuevos materiales, dinero y cristales para poder crecer como explorador. Lo principal, el combate, es en tiempo real y tiene sus propias caracter¨ªsticas.

Contaremos con un bot¨®n de ataque y con un bot¨®n para correr como principales movimientos. Mediante los botones L y R podremos asignar habilidades para atacar a los enemigos. ?stas consumen puntos de magia que se regeneran autom¨¢ticamente, con pociones o golpeando de manera normal a los enemigos (la gesti¨®n de dicha barra es importante, ya que tambi¨¦n se gasta cuando vamos corriendo). Se echa en falta en m¨¢s de una ocasi¨®n un bot¨®n de bloqueo o de evasiva para hacer algo m¨¢s equilibrados los combates, pero en general el sistema funciona gracias a la accesibilidad de las habilidades en cuesti¨®n que dependen, en buena parte, del oficio que hayamos escogido previamente (y que podemos cambiar cuando queramos en la base de operaciones). 

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En total hay 21 oficios que permiten hacer que nuestro personaje adopte un rol distinto en combate. Un caballero est¨¢ equilibrado en ataque y defensa por su espada y escudo, y permite hacer ataques cuerpo a cuerpo; un Ranger es ideal para atacar a distancia con su arco, aunque tambi¨¦n tiene hachas y basa su acierto en la punter¨ªa; el mago blanco est¨¢ pensado para recuperar la vitalidad de nuestros aliados y tambi¨¦n para restaurar los puntos de ataque con algunas propiedades ¨²nicas; y as¨ª podr¨ªamos seguir con muchas otras clases como el samurai, ninja, monje, mago del tiempo, ingeniero o alquimista entre otros. Tambi¨¦n tenemos una clase ¡°libre¡± que permite combinar habilidades de las otras clases menos las que son estrictamente exclusivas. 

El sistema de oficios tiene su raz¨®n de ser en la vertiente cooperativa del juego, que permite hacer misiones con hasta cuatro jugadores. Ah¨ª, con dos o tres amigos, es donde realmente se toma otra dimensi¨®n con los oficios, ya que la colaboraci¨®n entre jugadores permite hacer aut¨¦nticos estragos con los que luchan a primera l¨ªnea, los que limpian los alrededores y los jugadores de apoyo que est¨¢n pendientes de las estad¨ªsticas de sus compa?eros. En solitario esta experiencia es bastante m¨¢s relativa, no tiene sentido usar seg¨²n qu¨¦ oficios porque no seremos todo lo ¨²tiles que nos gustar¨ªa (debemos encargarnos de liderar los ataques a los monstruos) y porque la gesti¨®n del equipo es distinta. Contamos con un Monster Lab que nos permite reclutar -¨ªtems conseguidos previamente- monstruos que hemos vencido en el escenario. Estos monstruos tienen sus propias habilidades, suben de nivel e incluso podemos fusionarlos para hacerlos m¨¢s poderosos. 

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La gesti¨®n del jugador solitario se debe centrar m¨¢s en este punto, en estar alerta sobre las acciones que realizan los monstruos que van con nosotros y compaginarlo con las nuestras. Un monstruo encargado de recuperar vitalidad en ciertos momentos es vital, de la misma manera que tener un lagarto fuerte capaz de plantar cara a los eidolones siempre va bien si nos queremos tomar un respiro en medio de la batalla. Destacar que tenemos un atajo en la pantalla inferior para que los monstruos hagan alguna habilidad concreta seleccionada previamente, por lo dem¨¢s son totalmente aut¨®nomos. En todo caso, y aunque el juego es perfectamente superable en solitario (no hay problemas de nivel a poco que vayamos jugando algunas sidequests), es cierto que pierda parte importante del encanto si no se juega en cooperativo por lo mencionado anteriormente. 

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Tampoco falta el equipo de armas, ropajes y accesorios. Cada clase tiene su propia arma que tambi¨¦n se puede mejorar gracias a los materiales que vamos encontrando por nuestras salidas al yermo o matando enemigos. Dependiendo de los materiales que tengamos podremos mejorar nuestro arma de una manera diferente. Un material de Ifrit nos da mayor acierto en ataques por detr¨¢s, mientras que un mineral llamado Iron Ore permitir¨¢ subir nuestra evasi¨®n cuando recibamos ataques f¨ªsicos. La verdad es que las posibilidades son muchas, invita a probar todo tipo de sets y tambi¨¦n a crear varios oficios potentes para ir cambiando entre ellos gracias al equipo, las habilidades, los monstruos de laboratorio y dem¨¢s.

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Y es que el Trance es la otra gran habilidad que tenemos en combate. Mientras combatimos rellenamos una barra de energ¨ªa que una vez est¨¢ al m¨¢ximo nos permite transformarnos durante un tiempo limitado. La barra de Trance nos permite usar el magicite que hayamos equipado (primero atrapamos un eidolon, lo activamos como magicite en el men¨² y lo tenemos listo) para transformarnos por ejemplo en Ifrit o en Bahamut y atacar con este personaje durante un buen rato. Podremos usar los ataques especiales de nuestro explorador sin gastar barra AP (respetando los segundos de regeneraci¨®n entre ataque y ataque, eso s¨ª) y cuando se active el Crystal Surge en este estado podremos lanzar ataques devastadores identificativos con el tipo de personaje.

Una vez tenemos atrapado un eidolon siempre estar¨¢ disponible para equiparse, pero no son los ¨²nicos. Adem¨¢s de la docena de eidolones que tenemos disponibles (dos de ellos in¨¦ditos) tambi¨¦n podemos invocar h¨¦roes de la saga Final Fantasy, por lo que m¨¢s fanservice no puede ser esta propuesta. Cuando se desbloquea la opci¨®n en el juego se nos regalar¨¢ a Yuna (FFX) y a Squall (FFVIII) pero hay muchos m¨¢s como, naturalmente, Lightning o Cloud. En todo caso, el trance es vital en combates con grandes jefes porque nos dan ventajas importantes durante un tiempo limitado que vienen bien para acabar con los enemigos m¨¢s duros.

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Las misiones se reparten por dificultad (hasta diez estrellas) y el progreso si no hacemos demasiados atajos sigue su curso sin ning¨²n problema. El contratiempo real es el desarrollo en s¨ª de las tareas. Cuando empezamos el juego hicimos unas misiones de acabar con una serie de enemigos a modo de ¡°muestra¡±. Luego se nos invit¨® a acabar con cuatro eidolones. Lleg¨¢bamos sin demasiadas dificultades al lugar y nos enfrent¨¢bamos a enemigos bastante duros por la potencia de sus ataques. Una vez terminados, el juego te ofrec¨ªa como main quests una r¨¦plica de las misiones que acab¨¢bamos de hacer. Luchar otra vez con Shiva, otra vez con Ifrit. Luego, para aprender el Trance, lo mismo: encasilla a un eidolon. Y sin darnos cuenta, ya hab¨ªamos luchado varias veces con los mismos jefes en muy pocas horas de juego.  

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Algo que es solo al inicio, pensamos. Pero no. A medida que vamos avanzando se repiten las mismas misiones sin demasiada inspiraci¨®n. Llega a un punto concreto del mapa para completar la misi¨®n, acaba con 5/10/20 monstruos de una regi¨®n concreta, acaba con Leviat¨¢n que luego volver¨¢ a ser un enemigo en misiones de mayor nivel, y luego otra vez. Y otra. Y luego en una varainte mutante pero que no esconde que es un poco m¨¢s de lo mismo. Adem¨¢s, avanzado el juego se nos pide que tengamos al menos un m¨ªnimo de misiones del rango anterior para poder completar algunas de las siguientes, y eso significa que s¨ª o s¨ª acabamos repitiendo. 

Tampoco ayuda todo el camino hasta los jefes. En general los enemigos que pueblan el mundo que vamos explorando no son excesivamente peligrosos si vamos preparados, y acabaremos esquiv¨¢ndolos para llegar a la zona que nos marca el mapa m¨¢s pronto que tarde. Tenemos un viaje r¨¢pido que permite llegar a zonas que ya conocemos, pero solo sirve la primera vez. Si luego queremos movernos a otro punto del mapa (por ejemplo cuando buscamos una serie de materiales) pues toca caminar de punta a punta sin demasiado desaf¨ªo. A esto se a?aden misiones secundarias que nos invitan a usar ciertos ataques y hacer cosas concretas a cambio de puntos de Cristales. Lo bueno es que se pueden combinar con las misiones principales; lo malo es que en muchos casos es relleno puro y duro. 

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Que no se malinterprete. Final Fantasy Explorers tiene una base buena y las batallas con los eidolones son divertidas e intensas. El problema es que repite en exceso aquello que funciona hasta llegar a un punto que ya no funciona tanto y que acaba haci¨¦ndose algo pesado para el jugador. Ofrece horas de juego entretenidas -con altibajos por lo comentado- pero puede hacerse cuesta arriba la idea de explotarlo al 100%. Por la experiencia en s¨ª m¨¢s que por la dificultad, que no es demasiado elevada. Naturalmente, es mucho m¨¢s llevadero en cooperativo. Tanto en local como en online, tendremos salas donde podremos reclutar gente (de manera p¨²blica o privada) para disfrutar de las misiones que se escojan. El sistema de Resonance -para utilizar los Crystal Surges- es conjunto en este caso, por lo que se puede trabajar para subirlo entre todos de manera m¨¢s veloz. 

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