The Witness, An¨¢lisis

Siete largos a?os. Este, es el tiempo que hemos tenido que esperar para poder disfrutar del nuevo juego del creador del genial juego de plataformas Braid: Jonathan Blow. El americano de 44 a?os de edad se ha tomado su tiempo para completar su segunda obra que, inicialmente, estaba concebida para PS3 y Xbox 360 pero que, sin embargo, ha ido retrasado su lanzamiento en varias ocasiones desde el 2011 al 2016 para que, hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle fuera perfecto para la mente de Blow, salt¨¢ndose de camino una generaci¨®n entera de consolas y saliendo a la venta a partir del pr¨®ximo 26 de enero para PC, PS4 y qui¨¦n sabe si m¨¢s adelante tambi¨¦n para Xbox One. The Witness nos propone adentrarnos en una m¨¢gica aventura, nos propone explorar una isla en la que estaremos completamente solos y, pese a que la premisa del juego es verdaderamente sencilla, ir resolviendo puzles para conocer todas las verdades que rodean la tierra donde nos encontramos, a nivel jugable, el t¨ªtulo, no lo es tanto.

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Pero vayamos por partes ya que, lo primero que nos encandilar¨¢ de la nueva obra de Blow no son sus puzles o su dificultad, de la que os hablaremos m¨¢s adelante, sino el gran acabado a nivel gr¨¢fico y, sobre todo, art¨ªstico, que tiene The Witness, que entra por nuestros ojos desde el primer momento que encendemos nuestro PC o consola, que agarramos el mando y que miramos a la pantalla para contemplar el precioso paisaje que nos ofrece esta isla. ?rboles, templos, castillos, barcos, flores, r¨ªos, pantanos, el sol pegando en nuestra cara¡­ el t¨ªtulo mezcla un mont¨®n de elementos que no podr¨ªan estar mejor conjuntados y que, en m¨¢s de una ocasi¨®n, har¨¢n que dejemos a un lado los puzles, y que nos dediquemos a explorar cada zona, cada rinc¨®n de este maravilloso lugar donde estamos, en apariencia, sin motivo alguno.

Y es que, gracias a este acabado gr¨¢fico (al que solo le podemos poner el pero de un ligero <<popping>> en algunas zonas en las que hay una gran cantidad de ¨¢rboles) y a la preciosidad de sus paisajes, el juego nos lo pone muy f¨¢cil para explotar otra de sus caracter¨ªsticas, que es la total libertad para recorrer de punta a punta la isla, para poner una canci¨®n de Mike Oldfield o un poco de, Tropical House, New Age o Chill Out en nuestro reproductor de m¨²sica y, tras esto, perdernos por sus parajes investigando, intentando encontrar las piezas clave de qu¨¦ demonios ha pasado, imaginando las respuestas a todas las preguntas que nos vamos haciendo a medida que avanzamos por el juego,  explorando en busca de lugares secretos y encontrando elementos desperdigados por todo el mapa que servir¨¢n para arrojar algo de luz a nuestra historia o, simplemente, dar un paseo para relajarnos contemplando el paisaje.

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Aunque, desde luego, el eje central del juego no es otro que los diferentes puzles que nos encontraremos, mediante los cuales podremos ir, poco a poco, abriendo nuevas zonas y descubriendo gracias a esto, de forma bastante sutil, todos los misterios de la historia que rodea la isla de la que, como es l¨®gico, no os hablaremos para no estropearos ni un ¨¢pice de todo lo que el juego tiene que ofreceros. Tampoco nos centraremos en demas¨ªa en hablaros acerca de las mec¨¢nicas de los puzles ya que, uno de los elementos m¨¢s desafiantes con los que cuenta el juego es, precisamente, la ausencia de tutorial alguno que nos explique c¨®mo resolverlos, haciendo que el juego sea un reto constante para el jugador.

Evidentemente, comenzaremos con puzles sencillos, con meros laberintos en los que deberemos ir del punto A al punto B. Poco a poco, los esquemas se ir¨¢n complicando, debiendo controlar dos recorridos a la vez en modo espejo y apostando por un mont¨®n de f¨®rmulas diferentes y desafiantes. El desaf¨ªo en ocasiones es tal que, muchas veces, os sorprender¨¦is buscando un l¨¢piz y un papel para trazar todos los posibles caminos en sucio, o incluso recorriendo suavemente vuestra pantalla con los dedos para ir trazando, de forma f¨ªsica, los diferentes caminos que pod¨¦is tomar o las soluciones que pens¨¢is que tienen los diferentes puzles. Y es que, The Witness es todo un desaf¨ªo incluso para los jugadores m¨¢s experimentados en este tipo de juego. Tanto es as¨ª que, al acabar un puzle, al resolver un acertijo o incluso al averiguar la mec¨¢nica de una serie de los mismos el grado de satisfacci¨®n ser¨¢ lo m¨¢s parecido al de derrotar a un jefe del mism¨ªsimo Dark Souls, teniendo una batalla mental ¨¦pica contra los puzles de la isla en lugar de recurrir a los botones de nuestro mando, a espadazos, y a hechizos.

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De hecho, tal es el nivel de dificultad de los puzles que uno de ellos est¨¢ destinado tan solo para seres superdotados y, seg¨²n Blow, solo un 1% de los jugadores ser¨¢n capaz de resolverlos. Eso s¨ª, pod¨¦is estar tranquilos ya que se trata de un ¨²nico puzle de los m¨¢s de 500 que incluye el juego aunque, como era de esperar, no deberemos de resolverlos todos para acabar con la aventura principal, sino que el n¨²mero para dar con las claves de la misma ser¨¢ m¨¢s peque?o aunque, aun as¨ª, nos tendr¨¢ pegados a nuestra pantalla unas 12 o 15 horas, algo m¨¢s o algo menos, dependiendo de c¨®mo quer¨¢is afrontar el desaf¨ªo de los diferentes puzles, de posibles atascos y del tiempo que os qued¨¦is parados disfrutando de los diferentes paisajes de la isla, aunque, si el juego os atrapa, Blow asegura que os llevar¨¢ unas 80 horas el resolver todos los puzles para averiguar todo lo posible acerca de esta grandiosa isla. Esta dificultad, este desaf¨ªo, har¨¢ que los jugadores se queden atrapados casi al instante de The Witness, pero, sin embargo, hace que el t¨ªtulo sea menos recomendable para aquellos jugadores que no est¨¦n acostumbrados a romperse la mollera con complicados puzles, pudiendo acabar con la paciencia de jugadores m¨¢s acostumbrados a la acci¨®n fren¨¦tica o que a todo el rato sucedan cosas en la pantalla.