FIFA 16, An¨¢lisis

FIFA no quiere ceder el trono del f¨²tbol que tanto le cost¨® conseguir en la pasada generaci¨®n de consolas. Despu¨¦s de a?os a rebufo, EA dio la vuelta a la situaci¨®n del balompi¨¦ virtual y esto no quiere que se vuelva a voltear. Al menos es la sensaci¨®n que deja FIFA 16, un videojuego que se toma en serio todas las cr¨ªticas que recibi¨® la anterior entrega y que echa un vistazo al concepto de simulaci¨®n como hac¨ªa entregas que no ve¨ªamos. Cuando el contendiente es bueno toca apretar los dientes y trabajar m¨¢s. Y esta vez son muchos los cambios a mejor que se hab¨ªan demandado y que se han integrado en el juego. Porteros, disparos lejanos, defensa o la velocidad de los delanteros se han equilibrado para ofrecer una experiencia que promete f¨²tbol en estado puro. 

Hab¨ªa motivos por los que mirar con cierta desconfianza lo que se tra¨ªa entre manos EA Sports con esta nueva entrega. FIFA 15 quem¨® a un gran grueso de usuarios que se encontraron con una retah¨ªla de situaciones que acababan con la paciencia del m¨¢s tranquilo. Se anunciaron unos porteros Next Gen que resultaron ser los peroes en a?os por sus malas salidas, su poca fiabilidad en remates o cobertura en el primer palo y la sensaci¨®n real de que de la nada te la pod¨ªan armar. A esto se le a?adi¨® una descompensaci¨®n ataque-defensa excesiva. Los delanteros con el bal¨®n en los pies tiraban diagonales siendo m¨¢s r¨¢pidos que defensas incapaces de girar con velocidad a por su presa. No era complicado meter goles superando seis y siete rivales arrancando desde el mediocampo en categor¨ªas altas (Primera Divisi¨®n). La guinda estaba en los disparos lejanos, con esas par¨¢bolas imposibles que los porteros tragaban sin compasi¨®n. 

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A todo esto se a?ade un hecho, y es que ya llevamos algunas entregas en las que el juego final cambia sustancialmente despu¨¦s de su salida. Nos pas¨® con FIFA 14, que se transform¨® v¨ªa parche cuando buena parte de la comunidad estaba celebrando el ritmo m¨¢s pausado del t¨ªtulo y la mayor aleatoriedad de situaciones. Pas¨® con FIFA 15, un juego que nos mostr¨® una demo m¨¢s que convincente y posteriormente se convirti¨® en el t¨ªtulo arcade desgranado anteriormente. Y claro, la demo de FIFA 16 ha gustado pero ¡°Y s¨ª?¡±. Pues no. Al menos en su lanzamiento, FIFA 16 mantiene las bases que se han visto en la demostraci¨®n. El d¨ªa antes de la salida del review se actualiz¨® con un parche de 347 megas que hizo saltar las alarmas sobre si el juego se hab¨ªa convertido en FIFA 15. Para nada. El parche no toca ni la velocidad de los jugadores ni nada por el estilo. As¨ª que FIFA 16 es lo que hemos jugado estas semanas y es un gran simulador de f¨²tbol. 

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El primero es que los pases ya no se regalan. La t¨ªpica jugada del lateral que la pasa al extremo, y este de primeras la manda en diagonal hac¨ªa atr¨¢s al delantero, es ya historia. Aqu¨ª un pase complicado acaba con un bal¨®n mordido o con un esf¨¦rico en pies del rival. Es especialmente sangrante cuando tenemos ¡°prisa¡± para sacar el bal¨®n desde la l¨ªnea defensiva, porque regalos as¨ª permiten al contrario armar contragolpes letales. Pero hay m¨¢s elementos que juegan un papel importante en esta sensaci¨®n de mayor imprecisi¨®n: los espacios. Se han achicado espacios, y no es raro tener jugadores encima de nosotros al poco de recibir el bal¨®n. Esto hace que nuestra menor agilidad y la presi¨®n que tenemos sobre nuestro jugador haya muchas m¨¢s situaciones de error. Hay que aprender a controlar los jugadores y qu¨¦ podemos hacer con ellos. Hay centrales que no est¨¢n para recortar delanteros, por ejemplo. 

FIFA 16 nos limita el toque de bal¨®n r¨¢pido a cualquier precio, que eso no significa que no podamos jugar a un toque ni mucho menos, y nos penaliza en la conducci¨®n del esf¨¦rico. Es un cambio de tercio importante en una saga que en su ¨²ltima entrega premiaba el uno contra uno por encima de todas las cosas, con jugadores controlando el bal¨®n siendo m¨¢s ¨¢giles y teniendo mayor movilidad que los que nolo ten¨ªan. Naturalmente, esto reporta en jugadas y situaciones que se dan en la vida real. Buscar el pase f¨¢cil al lateral, delantero que toca de cara al media punta, o extremos que frenan cuando se iban por banda, recortan y tocan hacia atr¨¢s. No es capricho, es necesidad porque sino perderemos la posesi¨®n. 

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Todo esto se traduce en muchas situaciones de contacto, balones que quedan divididos y p¨¦rdidas constantes. En lo que contacto f¨ªsico se refiere no hay demasiadas variaciones a lo que hemos visto desde FIFA 13, cuando el motor de colisiones se estabiliz¨® tras estrenarse de manera algo accidentada en FIFA 12. Veremos saltos a por balones divididos, segadas que acaban con un jugador en el suelo y rifi rafes realistas, aunque es cierto que no perdemos por el camino esa ¡°secuencia tr¨¢gica de rebotes¡± made in FIFA que nos permite ver como un delantero se lleva por delante a trompicones a dos o tres defensas o como un bal¨®n dividido cae, casualmente, en pies de un jugador en posici¨®n franca. Se sigue dando, pero dentro del conjunto no es algo sangrante¡­ hasta que perdamos un partido por una jugada as¨ª, claro. 

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Las defensas no son perfectas, y aunque se ha vendido que la defensa act¨²a como un bloque, es cierto que tiene algunas fisuras. Varios equipos con los que hemos jugado tienen tendencia a que los laterales suban demasiado y dejen espacios enormes en las bandas. Es cierto que el tempo de juego se ha rebajado y ya no hay escapadas tan letales -el central puede ir a cerrar sin problemas- pero se generan varias situaciones por estos laterales algo despistados. Se puede editar en la estrategia a seguir, pero se echa en falta que de manera org¨¢nica, si un lateral sube, el centrocampista de turno cierre un poco el espacio que deja su compa?ero. Tambi¨¦n fallan algo en los centros avanzados, una de las novedades de este a?o. El delantero se desmarca muy bien ante esta caracter¨ªstica y a veces el central no responde como deber¨ªa. No sucede siempre, pero s¨ª que algunas jugadas podr¨ªamos esperar m¨¢s. 

Seguimos teniendo regates y cambios de direcci¨®n ¨²tiles (L2 sirve y mucho para ello) pero sin poder emborracharnos de bal¨®n. Se ha a?adido un regate sin bal¨®n que permite hacer fintas y poder cambiar de direcci¨®n que tiene su utilidad a gran velocidad, pero que a veces muestra alguna animaci¨®n poco veros¨ªmil en ciertos movimientos. Dentro del ¨¢rea, saber ponerse en disposici¨®n para rematar es clave, ya que no vale disparar de cualquier manera o buscar algo f¨¢cil como el palo corto del portero, que ahora est¨¢ resguardado. Tenemos nuevas animaciones para definir dentro del ¨¢rea, y es m¨¢s importante que nunca la posici¨®n del delantero o si est¨¢ con la pierna buena o mala encarando a porter¨ªa. En general, los jugadores tendr¨¢n que acostumbrarse a nuevas mec¨¢nicas tambi¨¦n a larga distancia. Desde fuera del ¨¢rea, los disparos lejanos piden mucha m¨¢s potencia para salir en direcci¨®n a la escuadra, y eso significa que la precisi¨®n baja muchos enteros. No ser¨¢ nada raro disparar raso o lanzar pelotas demasiado flojas a las manos del portero. Se acabaron los goles de exterior desde 40 metros.  

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Eso s¨ª, a cambio tenemos de vuelta el tiro de calidad. No en una versi¨®n letal como en alguna entrega anterior (FIFA 10) pero s¨ª con bastante peligro. Dentro del ¨¢rea o cuando encaramos un mano a mano con el guardameta es nuestra mejor arma para superar al portero y marcar. Desde la frontal, si vamos con la pierna buena del delantero y ajustamos la potencia, tambi¨¦n ser¨¢ un recurso muy ¨²til. No consideramos que est¨¦ roto, pero s¨ª que es una herramienta que tiene m¨¢s eficacia que los disparos normales desde fuera del ¨¢rea por ejemplo. 

Entre un juego de centros absolutos como FIFA 14 y un juego donde no hac¨ªa falta como FIFA 15 se encuentra FIFA 16, que potencia los balones colgados al ¨¢rea con una gran cantidad de remates convincentes que podemos dirigir y acertar si pulsamos en el momento justo pero que sobre todo destaca por la mec¨¢nica del centro. Se ha a?adido un centro avanzado como gran novedad, y lo cierto es que tienen mucho peligro. No valen desde cualquier posici¨®n ni lanzarlos de cualquier manera, pero s¨ª que un centro bien medido de esta manera tiene m¨¢s opciones de ¨¦xito que otros. El delantero se desmarca de manera magistral ante estos balones mientras que a veces, no siempre, los defensas no est¨¢n a la altura de las circunstancias. Siguiendo con los balones al ¨¢rea, llegar a l¨ªnea de fondo y dar el pase de la muerte tambi¨¦n sigue siendo ¨²til, aunque los defensas est¨¢n m¨¢s avispados al corte que el a?o pasado. 

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Entre todas estas novedades y cambios tambi¨¦n falta mencionar el pase fuerte, otra caracter¨ªstica nueva que permite lanzar un bal¨®n a gran velocidad hacia un jugador. Si se controla bien es muy peligroso porque cruza l¨ªneas defensivas con facilidad, aunque el control del receptor es mucho menos preciso y, por ejemplo, si rematamos de primeras un pase de este tipo tenemos que ir con cuidado si no queremos lanzarlo por encima del travesa?o. En todo caso tiene su miga dominarlo porque puede desencallar situaciones de defensas posicionales inm¨®viles ante nosotros. En todo caso, s¨ª que hemos visto que las jugadas a bal¨®n parado tienen un porcentaje elevado de acierto por encima de otras jugadas. Faltas en la frontal entran con cierta facilidad, no como en FIFA 15 pero mantienen mucha efectividad, mientras que veremos varios c¨®rners tambi¨¦n con final feliz (o tr¨¢gico, si es en contra). 

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El principal problema no es que la CPU sea mejor que nosotros, sino la falta de variedad de patrones que ofrecen los equipos. Podremos acabar dominados por un Boca Juniors o por un Vilarreal sin problemas durante la pretemporada del Bar?a, y veremos escasas diferencias entre los estilos de uno u otro equipo. Una CPU podr¨ªa ser muy buena pero jugar al pelotazo porque ante el Madrid, un reci¨¦n ascendido es como se siente m¨¢s seguro. Pero no, por el contrario veremos como se lanzan pases entre los jugadores del equipo rival a gran velocidad y precisi¨®n mientras esperamos poder reba?ar el bal¨®n en alg¨²n momento. De nuevo los sliders ser¨¢n nuestros aliados, aunque a medias: es una manera de reducir el ¨¦xito de ciertos elementos del partido, pero vale para todos los equipos iguales. Y esa es la principal queja. Si en la vida real no juega igual un Atl¨¦tico que un Arsenal, aqu¨ª ya deber¨ªa llegar la hora de que se intentara recrear aunque fuera con algunos patrones b¨¢sicos. 

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Y eso que como es habitual podremos cambiar la tendencia y estilo de juego de nuestro equipo desde el modo estrategia, que no solo permite toquetear la formaci¨®n sino tambi¨¦n actitudes de los jugadores en el terreno de juego y estilo de juego del equipo, permitiendo que se estire m¨¢s o menos, que busque m¨¢s remates dentro del ¨¢rea o esperar en la frontal, etc. Detalles que cuando jugamos nosotros se notan por la disposici¨®n y dinamismo de los jugadores pero que no acaban de marcar el perfil deseado cuando es la CPU qui¨¦n est¨¢ al mando de nuestro principal rival. 

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A nivel de licencias, destaca la presencia de multitud de campos (todos los de la Premier, cuatro espa?oles, tres franceses, tres italianos y dos argentinos entre muchos otros) y el hecho de haberse mantenido las ligas presentes e importantes de Europa como la espa?ola, inglesa, francesa, italiana, alemana (todas ellas con segunda divisi¨®n y en el caso de la Premier, hasta la cuarta) y muchas otras como las ligas de Australia, Austria, B¨¦lgica, Dinamarca, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Irlanda, Rusia, Arabia Saud¨ª, Escocia, Suecia, Suiza, Turquia, Estados Unidos y las ligas latinoamericanas de Argentina, Chile, Colombia, M¨¦xico y 15 equipos de Brasil. De nuevo, la asignatura pendiente por sacarle un pero a este despliegue (adem¨¢s de la falta de alguna licencia como la mayor¨ªa de equipos de la Serie B o equipaciones de varios equipos sudamericanos) es en selecciones nacionales, donde siguen faltando conjuntos africanos y asi¨¢ticos. 

De nuevo es en contenido online donde FIFA marca la diferencia con una gran cantidad de propuestas que se mantienen en estos ¨²ltimos tiempos. Por un lado tenemos las temporadas en l¨ªnea, donde tenemos que subir de divisi¨®n tras un per¨ªodo de diez partidos, a lo que se le suman las Copas que se pueden jugar los fines de semana cada quince d¨ªas. A ello se mantiene el modo cooperativo para dos jugadores bajo el mismo paraguas de temporadas y, c¨®mo no, el modo Clubes Pro donde podemos crear un club, fichar amigos y otros jugadores y quedar para participar en partidas de hasta 11 vs 11 con un rendimiento de netcode muchas veces mejor que el del propio modo cooperativo. 

Pero el rey sigue siendo FUT. Ultimate Team es para muchos el motivo principal de compra de una entrega de FIFA, y en EA lo saben. Por eso, a su cl¨¢sica f¨®rmula de crear nuestro equipo a base de jugadores, conseguir qu¨ªmica entre ellos, subir divisiones y ganar partidos en torneos ya sea online u offline, se ha a?adido el modo Draft. Se trata de una modalidad interesante que nos invita a elegir una formaci¨®n y a escoger un jugador de cinco que se nos proponen para cada posici¨®n con la intenci¨®n de crear el mejor equipo (a nivel de calidad y de qu¨ªmica) posible y enfrentarnos en series de cuatro partidos para ganar recompensas en forma de monedas o sobres. Lo interesante del modo es que todos los jugadores del t¨ªtulo est¨¢n disponibles, por lo que nos puede tocar jugadores inimaginables o inalcanzables en el modo normal, como es el caso de las leyendas que est¨¢n disponibles en Xbox en exclusiva. 

La banda sonora vuelve a ser un espect¨¢culo con una tracklist variada y complet¨ªsima para los men¨²s que toca diversos g¨¦neros y nos presenta grupos musicales que m¨¢s temprano que tarde escucharemos en las radios. A ello se a?aden c¨¢nticos realistas de varios campos -como el You¡¯ll Never Walk Alone del Liverpool- y un griter¨ªo en general bien llevado, que eso s¨ª contrasta con los comentarios de Manolo Lama, Paco Gonz¨¢lez y Antonio Ruiz. De nuevo, t¨®picos y pistas de audio que nos conocemos de memoria, algunas frases nuevas que no acaban de encajar y que son tan espec¨ªficas que se nota demasiado cuando se repiten de un partido a otro y la sensaci¨®n, otra vez, que los comentarios en ingl¨¦s son bastante m¨¢s productivos.