La mitolog¨ªa japonesa puede presumir de un enorme imaginario de criaturas y monstruos, fuente ilimitada de inspiraci¨®n para pel¨ªculas de terror y de recursos para cuentos y f¨¢bulas infantiles que todav¨ªa hoy siguen vigentes gracias al auge de la cultura del Pa¨ªs del Sol Naciente y a su recurrente uso en toda clase de actividades de entretenimiento. En su 'Gu¨ªa Ilustrada de monstruos y fantasmas de Jap¨®n ', una especie de enciclopedia ilustrada con breves descripciones sobre la naturaleza de estas criaturas, el escritor cl¨¢sico Seiken Toriyama refleja algunas de las variantes m¨¢s conocidas. Parece que de este relato sacar¨ªa la inspiraci¨®n Ishiro Honda para crear a Godzilla, un monstruo de gigantescas proporciones que lleva aterrorizando a la humanidad durante m¨¢s de medio siglo. Protagonista de un sinf¨ªn de pel¨ªculas (28 en total), el terrible monstruo pronto recibir¨ªa el sobrenombre de "King of Monsters! " para convertirse por m¨¦ritos propios en una de las se?as de identidad de la cultura audiovisual japonesa. La leyenda cuenta que su origen se debe a la radicaci¨®n producida por las bombas at¨®micas que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial , aunque cada una de las casi treinta adaptaciones al cine que se han realizado han buscado distintos motivos para justificar su invasi¨®n terrestre y la destrucci¨®n que ¨¦sta causa en zonas urbanas. Godzilla ha sido protagonista no s¨®lo de pel¨ªculas, sino tambi¨¦n de videojuegos de dudosa calidad, c¨®mics y de otras vertientes de entretenimiento que han derivado en la creaci¨®n de un subg¨¦nero denominado "tokusatsu " o "kaiju ", que muchos podr¨¢n relacionar con filmes en los que una criatura gigantesca pone en jaque a la humanidad, siendo King Kong probablemente el mejor exponente occidental comparable con lagarto gigante japon¨¦s.
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Godzilla es, en resumidas cuentas, un fil¨®n inagotable que ha sobrevivido a varias generaciones y que todav¨ªa hoy sigue vigente en la mente de la audiencia. Hace poco menos de un a?o, el estudio Legendary Pictures se enfrascaba en la creaci¨®n de una trilog¨ªa de pel¨ªculas basadas en la legendaria figura que dar¨ªa como resultado un revamp (o vuelta a la actualidad) de la figura. Y qu¨¦ mejor momento para desarrollar un videojuego basado en tal carism¨¢tico personaje que ahora, con las consolas de nueva generaci¨®n en pleno auge. Al menos ¨¦ste parece ser el planteamiento que Namco Bandai utiliz¨® a la hora de lanzar al mercado japones 'Godzilla ' (o Godzilla VS tal y se conoce en Jap¨®n), un juego de acci¨®n en tercera persona en el que el usuario se pone a los mandos de la criatura con el ¨²nico objetivo de destruir todo lo que encuentre a su paso. Originario de PS3 , el estudio decidi¨® optimizar la versi¨®n original lanzando en occidente una versi¨®n mejorada para PS4 con nuevas texturas, modo online y alg¨²n que otro extra. El resultado, como comprobaremos a continuaci¨®n, se aleja de las expectativas que dejaba el juego sobre el papel. Godzilla vs El Mundo
El planteamiento b¨¢sico nos lleva a controlar a Godzilla o a uno de los 22 'kaiju' (o monstruos) en un escenario de tama?o reducido en el que nuestro principal objetivo consiste en almacenar 'Energ¨ªa G ', fuente de vida para estas criaturas. El modo principal, denominado 'Dios de la Destrucci¨®n ', sirve como punto de partida para conocer en argumento que entrelaza las misiones, adem¨¢s de desbloquear nuevos escenarios, ataques y a los personajes secundarios que podremos emplear en un momento dado. Se dice que, poco despu¨¦s de la hecatombe nuclear que tuvo lugar en Hiroshima y Nagasaki , una gigantesca criatura emergi¨® de entre las aguas destruyendo todo cuento encontraba a su paso. Pese a la cat¨¢strofe que ¨¦sto supuso, el gobierno japon¨¦s descubri¨® una nueva fuente de energ¨ªa inagotable que con el paso del tiempo se convertir¨ªa en el motor de la industria .
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Tras mejorar los sistemas de defensa y de establecer toda clase de medidas de seguridad para prevenir su regreso, Godzilla vuelve a salir del mar tras una larga hibernaci¨®n para buscar los generadores de Energ¨ªa G . Mientras los pol¨ªticos tratan de buscar una soluci¨®n al problema, el ej¨¦rcito emplea todo su arsenal para detener el imperable avance de la criatura. El esfuerzo aparenta ser en vano porque, evidentemente, Godzilla es imparable y s¨®lo parece ser vulnerable a los ataques de los Kaijus que aparecen repentinamente. Nuestro primer y ¨²nico rol durante las primeras horas de juego consiste en tomar parte en el modo Dios de la Destrucci¨®n , en el que por lo general tenemos tres objetivos: destruir un n¨²mero determinado de generadores de energ¨ªa; destrozar todo cuanto podamos el entorno urbano para obtener energ¨ªa en el proceso; y grabar v¨ªdeos desde diferentes planos para analizar los movimientos de la criatura (cambiando repentinamente de protagonista entre la criatura y los militares). Existe un cuarto objetivo igual de importante que los anteriores aunque catalogado de distinta forma: la altura de la criatura. Godzilla comienza con un tama?o preestablecido de 50 metros de alto que aumenta cada vez que encadenamos la destrucci¨®n de edificios o de unidades militares, entre las que no encontramos una gran variedad -tanques, torretas de misiles, cazas, coches patrulla y los siempre engorrosos helic¨®pteros , entre otros-. Pese a que existen varios objetivos, por lo general basta con destruir los generadores de energ¨ªa para poder pasar a la siguiente misi¨®n.
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La dificultad de las misiones oscula en funci¨®n de nuestra manera de jugar. Por ejemplo, si nos gusta destruir todos los elementos del decorado obtendremos una gran cantidad de energ¨ªa, pero tambi¨¦n aumentar¨¢ el nivel de dificultad general de la partida al subir el nivel de riesgo de nuestras propias acciones. La dificultad se impone simb¨®licamente en funci¨®n del Primer Ministro que ostente el poder en ese momento. Hay tres tipos: uno que insiste en comprender a Godzilla (modo f¨¢cil), otro que trata de detener su avance de forma comedida (normal) y un tercero que emplear¨¢ todo el material que est¨¦ en su mano (dif¨ªcil). Las misiones se estructuran en forma de colmena y no permiten retroceder, por lo que es importante no excedernos en la destrucci¨®n masiva de edificios si queremos finalizar el modo principal sin mayores problemas. Monstruo indestructible Hay que admitir que el planteamiento del modo principal no es excesivamente ambicioso, especialmente si se compara con otros t¨ªtulos de perfil similar. No obstante, el problema de Godzilla no radica en su idea sino en su ejecuci¨®n. El t¨ªtulo de Namco Bandai hace uso de un sistema de control que est¨¢ a medio camino entre el arcade y lo que podr¨ªamos denominar como simulaci¨®n. Godzilla es y siempre ha sido una criatura de desplazamientos lentos , dura como la piedra y pr¨¢cticamente invencible, y como tal aparece reflejada en esta obra. Sin embargo, a la hora de ser manipulada a trav¨¦s del mando sus movimientos son toscos, poco intuitivos y por momentos frustrantes. La orientaci¨®n de la c¨¢mara y de la criatura se ejecuta a trav¨¦s de stick derecho y de los botones L1 y R1 respectivamente, pero de manera asincr¨®nica, o lo que viene a ser lo mismo: podemos girar por completo a Godzilla sin que sus ataques cambien de direcci¨®n. Esto resulta especialmente tedioso cuando queremos disparar a uno de los helic¨®pteros que nos sobrevuelan en pr¨¢cticamente todas las misiones que realizamos, sobre todo si tenemos en cuenta que no existe opci¨®n para bloquear nuestro ataque/punto de mira.
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La idea base de un juego arcade que discurre entre misiones ha de ser el frenes¨ª de la acci¨®n, algo que en Godzilla brilla por su ausencia. El monstruo cuenta con cuatro ataques b¨¢sicos: una embestida con la que cubre varios metros, ataque con la cola, ataque con energ¨ªa at¨®mica y una combinaci¨®n de pu?os y cola a modo de secuencia. Aunque es posible desbloquear nuevos movimientos e incluso la evoluci¨®n de alg¨²n personaje, es frecuente que nos veamos realizando las mismas combinaciones una y otra vez hasta la extenuaci¨®n sin m¨¢s variante que la que ofrece la aparici¨®n de los Kaijus , momento estelar de la partida. Estos monstruos son los ¨²nicos que son realmente capaces de aportar algo de variedad a los combates, aunque de paso ofrecen tambi¨¦n una buena ristra de contradicciones que ensombrecen a¨²n m¨¢s si cabe la mec¨¢nica de juego. Cada Kaiju cuenta con unos atributos espec¨ªficos: hay algunos m¨¢s r¨¢pidos y ¨¢giles, otros m¨¢s lentos y robustos, pero por lo general no hay muchos m¨¢s completos que Godzilla . Por desgracia, y pese a que muchos intentan aportar algo de dinamismo a la partida, el uso que podemos dar de los Kaijus se limita a repetir las mismas misiones del modo Dios de la Destrucci¨®n que ya empleamos con Godzilla o a mejorar sus ataques y atributos en el resto de modalidades (sin opci¨®n a ser empleadas en el modo principal). Si dejamos por un momento los Kaijus de lado, lo cierto es que la mec¨¢nica de combate es tan repetitiva como aburrida, y a la larga pierde el atractivo. Tras unas horas de juego y un centenar de generadores reducidos a cenizas comenzamos a experimentar una irritante sensaci¨®n de deja-vu en la mayor¨ªa de las misiones. Una y otra vez nos vemos derribando a los mismos helic¨®pteros para conseguir el objetivo secundario de cada misi¨®n (algo que nos lleva pr¨¢cticamente m¨¢s tiempo que la misi¨®n principal en s¨ª misma), intentando evitar los ataques enemigos , corriendo contra el tiempo, etc. Terminar el modo principal es cuesti¨®n de persistencia: antes de darnos cuenta hemos superado la mitad de las misiones "esenciales ", por lo que resta escoger otro Kaiju para volver a empezar de nuevo con nuevos ataques o escoger alguna de las opciones que ofrece el modo Dios de la Destrucci¨®n. Adem¨¢s des destrozarlo todo con Godzilla , tambi¨¦n podemos defender a la humanidad empleando alguno de los Kaijus o simplemente aparecer en 'Tierra Firme ' para campar a nuestras anchas intentando mejorar los atributos de nuestro protagonista y pasando el rato sin una misi¨®n establecida. Si queremos obtener el 100% del contenido tendremos que asegurarnos de que no quede ning¨²n edificio en pi¨¦ y de que todas las c¨¢maras de vigilancia hayan grabado nuestros pasos meticulosamente (ejercicio para el que basta con mantener pulsado el bot¨®n R3 mientras nos sometemos al fuego intenso de las Fuerzas-G .
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Como dec¨ªamos anteriormente, son los propios atributos de Godzilla los que restan sentido a la mec¨¢nica de juego. Por m¨¢s que nos disparen somos pr¨¢cticamente indestructibles salvo tras la aparici¨®n de un Kaiju . Nuestros enemigos por antonomasia pueden cortar nuestras combinaciones de golpes en cualquier momento sin arrugarse, pero no se puede decir lo mismo al contrario. Ellos son casi siempre m¨¢s r¨¢pidos, m¨¢s eficientes, algo a lo que cualquier videojuego nos puede someter, salvo por el hecho de que no parecen jugar con las mismas reglas que nosotros. De nuevo emerge aqu¨ª la palabra 'frustrante ' para describir lo que se siente tras ver perecer a nuestra criatura en un combate en modo dif¨ªcil tras ser poco menos que vapuleados sin posibilidad de esquivar los ataques de manera eficiente. La energ¨ªa at¨®mica , un rayo de luz que cubre una distancia reducida con gran potencia, tarda demasiado tiempo en recarse como para que sea divertido utilizarla mientras intentamos dar caza a los aviones que vuelan a nuestro alrededor. Un juego tristemente aburrido El principal problema que arrastra este Godzilla es precisamente ese: ser un juego con esp¨ªritu arcade netamente aburrido. Si el modo Dios de la Destrucci¨®n se nos queda corto, siempre podemos probar suerte (una vez hemos desbloqueado los Kaijus pertinentes) con los modos 'Rey de los Kaiju', donde peleamos ante seis Kaijus valorando nuestro resultado en funci¨®n del tiempo que nos haya tomado vencerlos, y el Modo Evoluci¨®n , en el que como su nombre indica mejoraremos los atributos de los Kaijus con nuevas combinaciones, ataques, etc¨¦tera. La mec¨¢nica no var¨ªa en ning¨²n caso, y aunque s¨ª contamos con distintos objetivos es dif¨ªcil desprenderse de la sensaci¨®n de que se han incluido ¨²nica y exclusivamente como extra del modo principal. Contamos asimismo con un modo VS entre dos o tres jugadores, incluido espec¨ªficamente para la versi¨®n de PS4, que SOLO podemos disputar Online , y en el que podremos dar rienda suelta a la experiencia adquirida en los modos de juego citados en este p¨¢rrafo. Tampoco podemos olvidar el modo 'Diorama ', donde podemos construir nuestros propios escenarios a trav¨¦s de un sencillo gestor. Son, insistimos, modos en los que podremos invertir m¨¢s o menos tiempo pero que no ofrecen m¨¢s variedad a la mec¨¢nica de juego .
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Dejamos para el final uno de las modalidades que m¨¢s nos han llamado la atenci¨®n, bautizada como 'Gu¨ªa Kaiju ', en la que se detalla con todo lujo de detalles el origen y las caracter¨ªsticas de los monstruos que aparecen durante las misiones, las pel¨ªculas en las que debutaron y alguna que otra sorpresa que har¨¢ las delicidas de los aficionados ac¨¦rrimos de Godzilla . Acceder a ¨¦l tambi¨¦n requiere profundizar en el modo Dios de la Batalla , pero vale la pena por la cantidads de informaci¨®n que podemos extraer de ¨¦l. Da la impresi¨®n de que quiz¨¢s se deber¨ªa de haber optado por seguir esta l¨ªnea, m¨¢s centrada en rendir homenaje a la franquicia con escenas en blanco y negro (como sucede en el tutorial), o momentos ¨¦picos que se han vivido en el extenso historial de Godzilla . De esta manera se habr¨ªa conseguido ofrecer un producto con al menos un peque?o atractivo para los aficionados 'hardcore ' de la criatura, algo que definitivamente aqu¨ª no se ha logrado.Destrucci¨®n deslucida Al extenso cat¨¢logo de excentricidades de la mec¨¢nica de juego se le suma el que seguramente sea el defecto m¨¢s llamativo de todos: el pobre aspecto gr¨¢fico que luce el t¨ªtulo. Lejos de ser un juego de acci¨®n simple o limitado que aprovecha al m¨¢ximo las prestaciones de la nueva generaci¨®n, Godzilla emplea un motor gr¨¢fico propio de PlayStation 2 , con texturas feas y deslucidas, edificios cl¨®nicos y ciudades desprovistas de cualquier tipo de personalidad. El dise?o del propio Godzilla impacta en su primera aparici¨®n y deja entrever que se ha realizado una pobre mejora de PS3 a PS4 , con CGIs de baja calidad y una m¨ªnima preocupaci¨®n por dotar de carisma a las ciudades en las que tiene lugar la acci¨®n. Puestos a pedir, podr¨ªamos disfrutar de una recreaci¨®n de Tokyo con sus prefecturas o de un argumento que al menos diese coherencia a los acontecimientos que tienen lugar en pantalla, pero lamentablemente no se da ninguna de las dos circunstancias.
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M¨¢s bien sucede todo lo contrario: es frecuente que la criatura que controlamos atraviese sin ning¨²n pudor las texturas de los rascacielos o que suframos da?os de unidades que simplemente no podemos localizar en el mapa pese a que te¨®ricamente est¨¢n a dos palmos de nuestra posici¨®n. No es Godzilla un espect¨¢culo de luces, la rob¨®tica ambientaci¨®n resta glamour a los momentos de mayor tensi¨®n y la pobre presentaci¨®n de los Kaijus desluce el buen dise?o del que hacen gala. A estas alturas de la partida y con un mercado cada vez m¨¢s exigente no se puede hablar siquiera de que este Godzilla cuente, como ha sucedido con otras obras de dudosa calidad, de un carisma que podamos destacar como sucede con las pel¨ªculas de "serie b " (o de serie z), algo que tampoco hubiese estado mal teniendo en cuenta el legado de Godzilla, de sus pobres or¨ªgenes con efectos especiales de pobre calidad, etc¨¦tera. La cantidad de problemas de los que padece el plano t¨¦cnico de esta obra es simple y llanamente inaceptable, por no hablar de lo que supone para los aficionados el desperdiciar una gran oportunidad para crear un videojuego que sea capaz de, al menos, cautivar a los aficionados m¨¢s devotos. Poco se puede destacar del hecho de contar con voces japonesas e inglesas y con la correspondiente traducci¨®n al castellano de los men¨²s y subt¨ªtulos.