Fullblox
Sin previo aviso tenemos entre nosotros Fullblox, una nueva propuesta que intenta evolucionar lo visto en Fallblox y Pullblox con nuevos rompecabezas y nuevas mec¨¢nicas pensadas para los amantes de los puzles sesudos. Ya disponible en 3DS a 9,99.
Cuando nos lleg¨® este encargo nos quedamos un poco sorprendidos. Era un an¨¢lisis de un juego secreto, no anunciado vaya, para Nintendo 3DS. Podr¨ªamos disfrutar de ¨¦l y preparar el an¨¢lisis de cara al jueves (hoy) en el que la compa?¨ªa lo presenta y lo pone a disposici¨®n de los jugadores. Una premisa distinta a la de recibir los juegos anunciados a bombo y platillo para sacar el an¨¢lisis d¨ªas antes de su salida a la venta. El juego en cuesti¨®n es este Fullblox, heredero del t¨ªtulo de puzles que conocimos en nuestro territorio como Fallblox y PullBlox. Una genial propuesta en formato descargable para la eShop repleta de desaf¨ªos y con nuevas mec¨¢nicas que aprender.
El juego tiene un formato curioso a la hora de venderse. Una vez descargado, podemos acceder al tutorial que nos explica en pocas lecciones como funciona este Fullblox. La mec¨¢nica parece sencilla. Tenemos una estructura delante de nosotros y tenemos que llegar a una bandera para dar por finalizada una de las fases del juego. Si en la anterior entrega la mec¨¢nica principal era la de mover estructuras para crear nuevos caminos mientras otros bloques ca¨ªan y se cambiaban de sitio, aqu¨ª lo principal es algo m¨¢s complejo. Cada bloque y estructura se puede estirar dos bloques m¨¢s a lo ancho o a lo largo. De esta manera, podemos estirar una estructura para subir a ella y luego saltar a otra que est¨¢ m¨¢s arriba.
Nota: al no disponer de im¨¢genes oficiales del juego por no haberse anunciado, las im¨¢genes son off-screen

Esto implica muchas variantes y posibilidades diversas. Un bloque de base en el suelo lo estiramos dos veces para subir encima de ellos y estirar una vez la estructura que hay justo encima, pudiendo as¨ª seguir avanzando. La cosa se va complicando en los niveles m¨¢s elevados, donde se nos exige estirar bloques, subir para estirar otros, bajar y devolver la forma original al primero para poder llegar a un tercero, etc. Jugando con las dos caras de cada fase. Por un lugar hacemos una ¡°construcci¨®n¡± para llegar arriba del todo, dejarnos caer hacia el otro lado y all¨ª hacer movimientos distintos para llegar a la bandera, por ejemplo.
Entender cuando podemos estirar piezas (algunas se pueden hacer desde otros costados y es vital para conseguir crear nuevos caminos), no hacer movimientos en falso que nos hagan reiniciar la fase cuando est¨¢bamos a punto de llegar al tramo final y analizar nuestros movimientos antes de hacer nada son claves importantes para un juego tremendamente inteligente y exigente. Adem¨¢s de todos estos movimientos encontraremos interruptores y elementos que complican m¨¢s la vida del jugador. Unas escaleras que nos hacen de conectores con zonas elevadas del mapa, un bot¨®n que hace por ejemplo que todos los bloques azules se abran en las cuatro direcciones posibles, otra que hace que la estructura se abra en la direcci¨®n en la que apunta¡

A todo ello tambi¨¦n hay que tener en cuenta el componente de plataformas. Millo, nuestro protagonista, puede saltar un bloque de altura, pero en muchos casos se nos exige aprender a hacer saltos en diagonal constantemente para llegar a nuevas zonas. El juego de perspectivas y el movimiento de c¨¢mara con los gatillos es vital, as¨ª como poder mover el zoom para ver desde lejos el nivel en el que estamos. La acci¨®n se sucede en la parte superior, dejando la parte inferior para un mapa que tiene poca importancia, la verdad.
Cuatro atracciones y un editor
Una vez terminamos el tutorial podemos acceder a cuatro atracciones que se venden por separadas. Zona de Juegos es la m¨¢s importante porque cuenta con 100 fases y cuesta 4,99, mientras que Galer¨ªa de Arte, Fortaleza Mec¨¢nica y Expo NES cuestan 2,99 cada uno. Si compramos el pack entero el juego se queda en 9,99 euros de precio final, bastante competitivo teniendo en cuenta que el anterior costaba esto y en este caso tenemos un total de 250 niveles a nuestra disposici¨®n. Eso s¨ª, hay varios de la Zona de juego que son excesivamente f¨¢ciles comparados con los dem¨¢s, siendo Expo NES el m¨¢s exigente y a la vez el m¨¢s divertido de todos porque las estructuras tienen formas de personajes Nintendo que van desde Super Mario a Ballon Fight, un luchador de Urban Fighter y otros.

Son, adem¨¢s, los m¨¢s satisfactorios de superar porque tienen estructuras complicadas que nos har¨¢n pensar y repensar por donde ir, como replantear la estrategia, etc. El dise?o de niveles en este caso y en los dem¨¢s sitios, salvo como dec¨ªamos algunas fases de la Zona de juegos, es brillante y nos pone a prueba una vez m¨¢s como ya pas¨® con sus predecesores. La mec¨¢nica de estirar y doblar bloques nos ofrece quebraderos de cabeza, ya que sus posibilidades muchas veces son menos evidentes de lo que parece y eso convierte Fullblox en un aut¨¦ntico reto.
Editor de locura
La oferta se completa con un editor de locos que se desbloquea con la compra de cualquier pack. En ¨¦l podremos hacer escenarios 2D o 3D, estos con una enorme cantidad de capas que permiten hacer volar la imaginaci¨®n con mucha paciencia, porque los controles y herramientas son tantas que se hace complicado trastear el editor con facilidad hasta pasados varios intentos. A medida que avanzamos en el juego desbloqueamos nuevos objetos para usar en nuestros niveles, que posteriormente se pueden compartir por c¨®digo QR.

T¨¦cnicamente es un t¨ªtulo vistoso que cuenta de nuevo con escenarios algo vac¨ªos que se compensa con la recreaci¨®n de ciertos personajes y estructuras a base de bloques divertida y original. El uso de las 3D es muy suave y poco invasivo, por lo que es recomendable. Eso s¨ª, que nadie espere que servir¨¢ para identificar cambios de perspectiva e ilusiones ¨®pticas como en Mario 3D Land, por ejemplo, aunque el juego y esta propuesta de estirar bloques se prestar¨ªa a ello. Traducido al castellano, la banda sonora acompa?a sin demasiados alardes con piezas livianas que tampoco son el referente de la variedad.