Lara Croft y el Templo de Osiris

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La mitolog¨ªa egipcia siempre es cautivadora. Y la protagonista de la serie Tomb Raider es junto a Nathan Drake o Indiana Jones uno de los iconos favoritos de la arqueolog¨ªa fant¨¢stica. Lara Croft y el Templo de Osiris mezcla con destreza estos dos incentivos, siguiendo la estela s¨²per luminosa que marc¨® El Guardi¨¢n de la Luz y mejorando el que fue su mayor acierto, el cooperativo. La pistolera sexy saqueadora de tumbas regresa a la perspectiva isom¨¦trica y la jugabilidad pensada para compartir en un precioso viaje al inframundo de la era fara¨®nica y la b¨²squeda de tesoros m¨¢s misteriosa de la Historia. Con nuevo motor gr¨¢fico para sacar buen partido a PlayStation 4, Xbox One y PC -plataformas en que se estrena de momento, en f¨ªsico con la Gold Edition en PS4 y PC-, Eidos y Crystal Dynamics llevan m¨¢s lejos lo que fue una idea fant¨¢stica con esta secuela pura que disfrutar¨¢ cualquier jugador, seguidor de los dungeon crawler o de las mec¨¢nicas Tomb Raider. Un acertado pasatiempo mientras esperamos Rise of the Tomb Raider.

Perfecta integraci¨®n entre puzles, plataformas, acci¨®n y exploraci¨®n es lo que encontramos aqu¨ª, ahora conjugado de forma mucho m¨¢s org¨¢nica y natural, en este nuevo Lara Croft que, si bien es muy continuista respecto a la primera entrega y ya no nos sorprende como el viaje al coraz¨®n maya en cooperativo a dos, al menos s¨ª que ampl¨ªa todos los elementos que compusieron aquella primera incursi¨®n vista desde arriba y perfila algunos detalles jugables para hacerse m¨¢s intuitivo y divertido. El Templo de Osiris cambia sobre El Guardi¨¢n de la Luz una caracter¨ªstica especialmente, su multijugador a cuatro en vez de a dos, pero hay m¨¢s cosas que se ven ampliadas o perfeccionadas. No tantas como para hablar de algo realmente nuevo, imprevisible y sorprendente como s¨ª ocurr¨ªa hace m¨¢s de cuatro a?os con ese experimento s¨²per fruct¨ªfero y con ello exitoso que encant¨® a todo tipo de jugadores.

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Dioses enfrentados en un camino dorado

La alianza entre Lara y el rudo Carter Bell parec¨ªa siempre imposible, pero afrontar nada menos que el mayor secreto egipcio lleva a los tan distintos arque¨®logos a tener que unir fuerzas para adentrarse en uno de los viajes m¨¢s bonitos y sugerentes que hayamos hecho nunca con la exploradora. El templo del todopoderoso y cruelmente castigado Osiris nos abrir¨¢ sus puertas si recolectamos todas las piezas de oro que forman su corpulenta estatua, por lo que Lara y Carter van a tener que aspirar a este gran viaje repleto de tesoros junto a dos perfectos nativos de la mitolog¨ªa fara¨®nica, los dioses Isis y Horus, revitalizados como tercer y cuarto personajes jugables para ayudar a los dos protagonistas humanos. Secuencias cinem¨¢ticas de imagen est¨¢tica y dibujada estilo c¨®mic nos narran los comienzos de la nueva aventura y la uni¨®n entre los cuatro participantes. A partir de aqu¨ª comienza un viaje de unas 6 u 8 horas con mucho de acci¨®n armada pero tambi¨¦n de exigencias de astucia y un puntito competitivo.

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Viaje que cambia su disposici¨®n y construcci¨®n sobre la marcha seg¨²n lo abordemos con uno, dos, tres o los cuatro personajes. Es decir, este Lara Croft y el Templo de Osiris cambia su planteamiento y dise?o de rompecabezas o batallas m¨¢s encarnizadas al vuelo, adaptando la arquitectura del juego en funci¨®n de los jugadores simult¨¢neos que formen el escuadr¨®n, desde uno solo (singleplayer) a los cuatro (en cooperativo local u online). Y eso es una maravilla de la confecci¨®n de niveles que nos invitar¨¢ a jugarlo tanto acompa?ados como en solitario, ya que la forma de resolver los acertijos de entorno, de enfrentarnos a las trampas del escenario o a los impresionantes jefes finales y oleadas de sus esbirros es bastante diferente seg¨²n cu¨¢ntos seamos en esta peligrosa, preciosa y emocionante expedici¨®n.

El suelo se cae, hay interruptores que activan todo tipo de mecanismos y trampas, montones de c¨¢maras de tesoros que saquear, agua, fuego, esferas explosivas, temblorosos pilares y plataformas, y un gran enemigo divino que no va a dejarnos avanzar en paz, el resucitado Set. Todos los grandes iconos del Antiguo Egipto fant¨¢stico -de templos y trampas mortales- y de la serie Tomb Raider est¨¢n m¨¢s volcados que nunca en El Templo de Osiris, ahora con los puzles como principal componente jugable a lo largo de los extensos y m¨¢s abiertos escenarios, lo que apasiona al fan de Lara. Estamos ante un juego de perspectiva isom¨¦trica y formato dungeon crawler que en realidad no tiene mucho que ver con Diablo y otros hack and slash, pues aqu¨ª m¨¢s que el formato rolero y de luteo -que tambi¨¦n est¨¢n- se priman los caminos cortados por grandes compuertas y otros obst¨¢culos donde el jugador o los jugadores deben encontrar la forma de despejarlos y seguir adelante.

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Palancas e interruptores escondidos o que pulsar a la vez con otros, y pesadas esferas gigantes que llevar hasta un hueco donde encajan perfectamente suponen el puzle m¨¢s sencillo y habitual de los cientos de caminos sin salida que nos encontraremos, pero hay mucho m¨¢s y es admirable c¨®mo se van complicando poco a poco, exigiendo astucia para dar con las soluciones pero tambi¨¦n reflejos y nervios de acero para ejecutarlas. La habilidad de cada personaje nos deja dar con las resoluciones concretas para cada situaci¨®n, aunque habr¨¢ momentos en que vale m¨¢s pararse a pensar un poco antes de actuar. Si los enemigos nos dejan, claro, pues en El Templo de Osiris hay tambi¨¦n un fuerte componente de combate armado, con explosivos, trampas que usar a nuestro favor, etc.

La senda del escarabajo

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Lara y Carter cuentan con el gancho como habilidad exclusiva de personaje, cuerdas extensibles con arp¨®n que nos permiten colgarnos de anillas en paredes y desniveles, enganchar a otro personaje para subirlo desde arriba o crearle una cuerda por la que pasar en equilibrio, o activar mecanismos a distancia. Van armados con las m¨ªticas pistolas gemelas como disparador b¨¢sico. En cambio, Isis y Horus, como dioses egipcios reencarnados, cuentan con un cetro m¨¢gico que les permite interactuar con azulados dispositivos antiguos, crear una esfera energ¨¦tica a su alrededor para caminar por la superficie del agua o servir de escal¨®n a otros, o incluso disparar a enemigos con un potente y permanente rayo da?ino. El equilibrio entre los humanos y las deidades es formidable, igual de divertido y activo es jugar con unos que con otros.

Se han modificado algunos controles respecto al anterior t¨ªtulo, como el cambio de armas, que ahora reside en la cruceta y se hace m¨¢s directo e intuitivo. La direcci¨®n del disparo, en cambio, sigue siendo con el stick derecho, un claro acierto. Una de las grandes debilidades de los juegos de perspectiva isom¨¦trica es que a menudo no consiguen demasiada variedad de situaciones y niveles. Llegan a hacerse repetitivos, algo que parece impl¨ªcito en el g¨¦nero y que Lara Croft y El Templo de Osiris tampoco consigue sortear del todo, aunque desde luego hace intentos para ello. Est¨¢ claro que viniendo de El Guardi¨¢n de la Luz, o incluso no habiendo probado aquel pero en cuanto se llevan 4 o 5 horas de juego, a esta maravillosa disposici¨®n de templos egipcios repletos de secretos y trampas empiezan a acab¨¢rsele las sorpresas, se ven patrones reiterativos que agotan la f¨®rmula poco a poco.

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Para que esto no sea as¨ª de forma catastr¨®fica, Crystal Dynamics ha incluido secciones ¨²nicas que no son tan previsibles y que realmente sientan bien a su c¨ªclica mec¨¢nica de puzle-enfrentamiento-luteo-saltos-puzle. Se trata de momentazos bastante bien conseguidos como jefes finales gigantescos y con un formato de batalla cambiante seg¨²n ergonom¨ªa y entorno, carreras a toda velocidad en pasillos que se derrumban y est¨¢n repletos de plataformas por las que saltar y obst¨¢culos que evitar, o regresos a la c¨¢mara central que nos sirve de base de operaciones y donde est¨¢n los tesoros m¨¢s valiosos, reposici¨®n de munici¨®n y vida, etc. El luteo est¨¢ muy presente en este Lara Croft, invit¨¢ndonos constantemente a buscar m¨¢s y m¨¢s tesoros que incrementen nuestros puntos de experiencia para mejorar al personaje, o nuevas armas, anillos y gemas para ir potenciados.

El mapa del juego, un oasis repleto de templos y pasadizos, es bastante amplio y se presenta desde el principio. Aunque poco a poco iremos abriendo nuevas compuertas que nos lleven a trav¨¦s de las distintas fases de la aventura. Todo ello adem¨¢s con la magia clim¨¢tica como protagonista, lo que empezar¨¢ movi¨¦ndonos en una cerrada noche de luna llena para despu¨¦s pasar a ser un d¨ªa soleado, otro de fuerte ventisca y nevada, o incluso un mar de abrasador fuego persistente que ba?a todos los escenarios. Estas etapas atmosf¨¦ricas no solo cambian lo que vemos en pantalla, sino que tambi¨¦n interfieren en el gameplay, logr¨¢ndose as¨ª algo m¨¢s de variedad y separando muy bien cada templo y compuerta, unos m¨¢s basados en el agua, otro en las arenas, otros en el fuego... Genial idea que recuerda a The Legend of Zelda, y eso es fant¨¢stico.

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La fuerza del cooperativo-competitivo

Aunque es un t¨ªtulo especialmente pensado para el cooperativo, hay un factor competitivo o p¨ªcaro en toda partida. Y es que los tesoros y objetos recogidos se los suele quedar solo el que los recoge (algunos como las gemas o las nuevas armas son compartidos), por lo que es muy importante estar alerta e intentar hacerse con todo lo que haya en los escenarios antes que el resto de jugadores. Mejorar al personaje e ir bien equipado es muy importante, de ah¨ª que siempre queramos localizar anillos que incrementen determinados atributos o armas, gemas para contar con un fuerte potenciador durante un tiempo, cajas de munici¨®n para usar las ucis, escopetas, rifles, ametralladoras... o botiquines de vida para ir siempre bien preparados para cualquier da?o.

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Esto nos hace tener que pelear con el resto para hacernos con las mejores recompensas, pero no por ello dejar de coordinarnos para colaborar al resolver los puzles y beneficiarnos de las habilidades ¨²nicas de cada personaje. Adem¨¢s, al final de cada nivel o etapa se presenta una tabla de resultados, lo que incentiva m¨¢s todav¨ªa el factor competitivo y el querer hacerlo mejor que el resto. Se consigue un equilibrio perfecto entre cooperaci¨®n y picaresca, un entorno de juego donde debemos confiar en los dem¨¢s cuando nos faciliten con su habilidad ¨²nica un puente sobre los pinchos o una esfera flotante en el agua pero donde al mismo tiempo no podamos fiarnos del todo de sus movimientos para obtener los mejores premios, colocaci¨®n de explosivos sin mirar qui¨¦n hay cerca, etc. Al mismo tiempo, adem¨¢s de la aventura principal sus creadores han insertado retos eventuales y que ir¨¢n apareciendo peri¨®dicamente para mantener con vida la comunidad del juego y dar horas extra adem¨¢s de la campa?a, no muy larga pero s¨ª totalmente rejugable. Conseguir todos los secretos y tesoros es una tarea que conlleva varias vueltas, en solitario y en multijugador.

Tanto online con amigos y desconocidos, como en local en una misma pantalla con cuatro mandos, el juego en El Templo de Osiris es fluid¨ªsimo y muy bien detallado para que nunca perdamos de vista a nuestro personaje ni lo que ocurre en cualquier punto de la escena, con alejamiento y acercamiento de c¨¢maras seg¨²n cercan¨ªa de los personajes. Esto se debe tambi¨¦n al buen trabajo realizado por Crystal Dynamics en materia t¨¦cnica, con el flamante Foundation Engine a un nivel notable. Hablamos de un renovado motor gr¨¢fico que consigue con soltura gr¨¢ficos a resoluci¨®n 1080p y perfecta fluidez de im¨¢genes por segundo sin apenas tirones ni tiempos de carga entre estancias (estancias que adem¨¢s van organiz¨¢ndose y componi¨¦ndose al vuelo seg¨²n el n¨²mero de jugadores, como dec¨ªamos al principio). Al ser un juego de c¨¢mara est¨¢tica, las partes de plataformeo a veces crean ¨¢ngulos muertos y son algo inabarcables con comodidad. Un sacrificio asumible de un juego con esta perspectiva permanente.

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Este motor de nueva generaci¨®n dibuja entornos muy detallados y animaciones coherentes y realistas, as¨ª como un habitualmente perfecto trabajo con las part¨ªculas y las f¨ªsicas, los derrumbamientos, el fuego, etc. En cambio, no est¨¢ al mismo brillant¨ªsimo nivel en cuanto se acercan demasiado las c¨¢maras a la escena -secuencias cinem¨¢ticas, conversaciones...- y apreciamos el dise?o de los personajes o algunas texturas que de cerca no est¨¢n tan pulidas. Detalles como el cabello con coleta de Lara o el brillo desmesurado del metal de las armas quedan de manifiesto en planos muy cercanos y cinem¨¢ticas. Un mal menor y tolerable teniendo en cuenta que el 95% del juego y todo el gameplay ocurre a gran distancia, sin que esto se aprecie. Lo m¨¢s grave viene en las expresiones faciales, casi inexistentes y que dejan de manifiesto que los primeros planops y acercamientos no se han trabajado al m¨¢ximo. Eso hace deslucir al conjunto.

Por otro lado, la iluminaci¨®n s¨ª es magistral, de lo mejor del apartado t¨¦cnico, con focos que reflejan perfectamente las superficies, sombras agudas y alargadas seg¨²n situaci¨®n de la l¨¢mpara, un despliegue de efectos, explosiones y rayos realmente vistosos, etc. El fogueo de las armas o la antorcha reflejados sobre todo lo de alrededor es impresionante. Se llegan a crear aut¨¦nticos epect¨¢culos pirot¨¦cnicos en los enfrentamientos m¨¢s intensos, lo que lo hace muy atractivo de ver y bastante ¨¦pico si se est¨¢ jugando. Tambi¨¦n el sonido est¨¢ a este potente nivel, con un despliegue de efectos rotundo que no tropieza en ning¨²n momento y adapta el audio a cada situaci¨®n y sala, doblaje al castellano m¨¢s que aceptable para todos los di¨¢logos in-game y cinem¨¢ticas, o una banda sonora ¨¦pica que aunque no destaca dentro del conjunto, s¨ª que acompa?a bien la acci¨®n y ayuda a trasladar al jugador al Antiguo Egipto de pel¨ªcula.