World of Warcraft: Warlords of Draenor

Con este tir¨®n de orejas por delante, aterrizamos por fin en el viejo/nuevo Draenor dispuesto a ver lo que la compa?¨ªa ha cocinado para la quinta expansi¨®n de su juego estrella. Es un momento particular para la saga, a fin de cuentas estamos celebrando tanto los diez a?os de WoW como los veinte a?os de Warcraft en general. Seguramente con toda la intenci¨®n del mundo, Blizzard ha aprovechado el momento para hacer confluir los dos mundos y forzar las cosas narrativamente para llevarnos a lo que son los or¨ªgenes de la saga, aunque sea a base de saltos temporales. Warlords of Draenor nos sumerge en ese mundo oscuro y siniestro que se apuntaba en el fant¨¢stico manual del RTS original, frente a frente con esas leyendas que han forjado la historia de Warcraft y con el mism¨ªsimo Grommash Hellscream como enemigo. El gran h¨¦roe de la Horda toma aqu¨ª un camino alternativo guiado por su fugitivo hijo: ya no hay sangre de demonio, ya no hay esclavitud ni tampoco redenci¨®n, s¨®lo orgullo, fuerza y ansia de conquista bajo la ¨²nica bandera de la Horda de Hierro. La temible fuerza que arras¨® Draenor y conquist¨® Ventormenta en la primera invasi¨®n orca, pasando a cuchillo al Rey Lane, est¨¢ ahora liderada por Grom y cuenta con una potencia que la horda original nunca tuvo, convirti¨¦ndose en una amenaza de primer orden.

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Ante la gravedad de la situaci¨®n, Horda y Alianza deciden asaltar el renovado Portal Oscuro aunque cada uno por su lado y sin quitarse el ojo encima, con s¨®lo leves puentes como el que establecen Thrall y Khadgar para trabajar juntos en busca de la salvaci¨®n de sus pueblos. Bajo esa premisa, el jugador es recibido en el viejo Draenor a la grande: combates contra decenas de enemigos, desesperadas huidas, impresionantes secuencias cinem¨¢ticas in-game, un escenario grandioso y toda la emoci¨®n que el dominio de las t¨¦cnicas de instancia y la incorporaci¨®n de cinem¨¢ticas ha proporcionado a Blizzard a la hora de crear dirigidas y orquestadas cadenas de misiones con sabor cinem¨¢tico. Es un comienzo r¨¢pido, explosivo y repleto de significado. Por ejemplo, en el lado de la Horda pronto nos encontramos cabalgando codo con codo con Durotan, el padre de Thrall, metiendonos de lleno en la historia de uno de los clanes orcos m¨¢s importantes y significativos de la saga.

Sobre el nuevo escenario hay bastante que decir, aunque lo mejor es descubrirlo por uno mismo. Como siempre, Blizzard ha dado el do de pecho en su capacidad para sacar partido al continuamente mejorado motor del juego. No hay milagros, por descontado, no estamos hablando de gr¨¢ficos punteros -nunca lo han sido y nunca lo ser¨¢n-, pero la belleza y variedad de los entornos lograda con las limitaciones impuestas es realmente remarcable. Desde nuestros primeros pasos en la Cresta Fuego Glacial, el juego nos regala majestuosas vistas con grandes fortalezas y monta?as heladas que contrastan con el fuego y la lava que ruge en sus interiores. Draenor es una tierra primaria y salvaje, un mundo de supervivientes en el que la misma naturaleza libra una tit¨¢nica batalla entre sus distintos elementos y en donde habitan criaturas colosales. Razas de las que s¨®lo quedaban un atisbo en Outlands como los Gronn campan a sus aire en gran cantidad y variedad en diferentes terrenos tanto en la Cresta como en Gorgrond. Regresan viejos conocidos que sobrevivieron al cataclismo como los grandes Bog Lord, pero tambi¨¦n encontramos otros tipos de criaturas completamente nuevas, o versiones previas antes de que fueran transformados durante el proceso que destruy¨® Draenor originalmente.

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Para los que est¨¦n pensando en si este nuevo escenario es Outland con una capa de pintura, pueden quedarse tranquilos. Blizzard se ha justificado ofreciendo la explicaci¨®n de que el cataclismo que destruy¨® Draenor transform¨® radicalmente el terreno y adem¨¢s lo que qued¨® fue arrasado tambi¨¦n por la Legi¨®n demon¨ªaca, de forma que gran parte del terreno que visitaremos ahora tiene poco que ver con lo que vimos en Burning Crusade, excepto por algunas excepciones. Por ejemplo, Nagrand ha sido respetado en gran medida, posiblemente porque el equipo era consciente de que era una de las zonas m¨¢s queridas de los jugadores en el la primera expansi¨®n. Hay alteraciones, s¨ª, pero es el terreno m¨¢s familiar de lejos para los veteranos. Resulta rese?able ver lo que Blizzard ha hecho con zonas emblem¨¢ticas como Shattrath o Auchindoun, que aqu¨ª podemos disfrutar en toda su gloria antes de que fueran saqueadas o destruidas. Aunque ahora se encuentran bajo la presi¨®n tanto de la Horda de Hierro como de las maquinaciones de Gul¡¯dan, podemos apreciar su impresionante construcci¨®n y los fant¨¢sticos paisajes que se forman a su alrededor.

Un lanzamiento accidentado

El buen hacer de Blizzard creando mundos es siempre apreciado pero no sorprendente, es algo que se espera de ellos despu¨¦s de tanto tiempo. Mayor sorpresa ha sido ver lo accidentado que ha sido el lanzamiento en cuanto a estabilidad de servidores, problemas t¨¦cnicos y enormes colas. Hac¨ªa tiempo que no se hab¨ªa visto un lanzamiento semejante en una expansi¨®n de WoW, lo que ha generado la l¨®gica cascada de cr¨ªticas. Lo cierto es que viendo las cifras, es f¨¢cil saber de d¨®nde salen todos estos problemas, ya que recientemente se anunciaba que World of Warcraft hab¨ªa tenido su mayor salto hist¨®rico de suscripciones para colocarse de nuevo en los diez millones, despu¨¦s de un acusado declive durante la vida de Mists of Pandaria. Al parecer en Blizzard no se esperaba un repunte tan pronunciado de 3,3 millones de nuevos usuarios, acompa?ado adem¨¢s de los habituales grupos que encuentran divertid¨ªsimo lanzar ataques DDoS en momentos como este. El resultado ha sido todo un caos que ha obligado a la compa?¨ªa a pedir disculpas y a ofrecer cinco d¨ªas adicionales para compensar las molestias, lo que se agradece. Desde hace d¨ªas no hemos experimentado los problemas de conexi¨®n o los bugs relacionados con las Ciudadelas que aparec¨ªan en el primer d¨ªa, por lo que se puede aventurar que todo ha vuelto a su cauce habitual una vez que se ha pasado el cuello de botella.

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Cambios a mejor

Gracias a la introducci¨®n del parche 6.00 hace unas semanas ya hemos tenido un adelanto de algunos de los principales cambios que se han vivido en cuanto a clases, adem¨¢s de poder disfrutar de los modelos revisados de los personajes, algo que se ped¨ªa a gritos y que sirve para elevar la impresi¨®n general del juego. Lo cierto es que ya hac¨ªa tiempo que cantaba ver a los primitivos modelos de Humanos y Orcos en contraste con la evoluci¨®n gr¨¢fica a su alrededor, incluyendo los modelos actualizados de NPC de peso o la diferencia con las nuevas razas jugables que iban apareciendo como los goblins, los worgen o los pandaren.? Tambi¨¦n se realiz¨® un ambicioso proceso de revisi¨®n global de n¨²meros, para evitar las cifras rid¨ªculas que se estaban viendo ya de golpes de cientos de miles de puntos de da?o sobre bases de millones de puntos de vida, que ya quedaban un poco rid¨ªculos. Y, m¨¢s importante, cambios profundos en las clases, incluyendo la poda de una gran variedad de habilidades y ajustes en los talentos.

En general, se puede decir que los cambios han sido para bien, aunque como siempre, dependiendo de la clase y la especializaci¨®n se esperan ajustes una vez que m¨¢s jugadores lleguen al nivel 100, la itemizaci¨®n pase al nivel de raids y se abra la nueva temporada de PVP. No todo el mundo est¨¢ encantado, pero la sensaci¨®n general es que se ha hecho m¨¢s bien que mal a la hora de incorporar cambios en las clases, a falta de los imprescindibles ajustes. Menos discutidos son los numerosos cambios que ayudan a gestionar los masivos inventarios de los jugadores. Cosas como elevar el n¨²mero acumulable de un mismo tipo de recurso a 200 en un s¨®lo hueco, el tremendamente bienvenido bot¨®n para organizar autom¨¢ticamente el inventario, la posibilidad de dejar materiales en una nueva parcela en el banco y operar con ellos sin necesidad de sacarlos de all¨ª, la nueva ¡°Caja de Juguetes¡± que nos permite asociar todos los cachivaches acumulados a cuenta para tenerlos siempre a mano y sin usar espacio de inventario¡­ todo un acierto que facilita la log¨ªstica de lo que supone hoy en d¨ªa gestionar las toneladas de ¡°basura¡± que hemos acumulado con nuestros personajes en estos a?os.

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Todo preparado para que vuelvas a casa

Estos cambios que mencion¨¢bamos al final est¨¢n necesariamente relacionados con algo que Blizzard ha hecho de forma muy calculada. Warlords of Draenor ha sido claramente concebido para ser la expansi¨®n a la que es m¨¢s f¨¢cil ¡°regresar¡± de todas las que han habido. Muchos veteranos de World of Warcraft saben lo que es esto, dejar el juego una temporada por cualquier motivo (aburrimiento, otro juego/MMO, vida m¨¢s all¨¢ del ordenador), luego volver a coger el gusanillo a regresar (porque muchos regresamos antes o despu¨¦s) y encontrarnos con ese muro que es un inventario repleto de porquer¨ªa que ya no estamos seguros de si nos vale o no, o con un personaje que todav¨ªa no est¨¢ al nivel para una nueva expansi¨®n y que hay que subir, o simplemente se encuentran que en vez de jugar con la clase de la que ya se cansaron en su d¨ªa, les apetece probar otra cosa. Por muchas facilidades que se han puesto con el paso de los a?os para subir nivel, este ¡°esfuerzo¡± segu¨ªa siendo un obst¨¢culo importante para el regreso de una buena porci¨®n de jugadores. Algunos quiz¨¢s dejaron el juego en Wrath of the Lich King o en Cataclysm, y seguramente no se plantear¨ªan siquiera volver si tuvieran que superar ese contenido para estar listos para Warlords of Draenor.

Para todos estos casos, Blizzard ha concebido un astuto plan: subida de nivel a 90 automatica y garantizada para cualquier comprador de la expansi¨®n. Da igual que quieras subir a tu viejo personaje principal o probar con otra clase, esta opci¨®n te permite quedar completamente listo para saltar al contenido de la expansi¨®n, con equipamiento adecuado y montura lista. Lo ¨²nico que no est¨¢ incluido, a menos que subas a un personaje de 60, son las profesiones, pero tambi¨¦n han procurado en esta expansi¨®n establecer cambios para que cualquiera pueda ejercer la profesi¨®n que quiera. Antes, si quer¨ªas subir miner¨ªa por ejemplo, no hab¨ªa m¨¢s remedio que pasearse por todo Azeroth y m¨¢s all¨¢ buscando nodos adecuados para nuestro nivel; ahora en cambio tenemos un sistema por el que podemos picar cualquier nodo independientemente de nuestro nivel y obtener experiencia, con la diferencia de que si tienes el nivel adecuado obtendr¨¢s m¨¢s material. Es m¨¢s, unos manuales en Draenor nos permitir¨¢n empezar a manufacturar elementos propios de esa tierra, de forma que da igual que no seamos m¨¢s que unos herreros principiantes, podremos crear armas y armaduras de nivel 90-100 si tenemos los materiales adecuados. Todo creado en aras de que el viejo jugador regrese sin la sensaci¨®n de que se pierde algo.

Una progresi¨®n suave e impecable

Hace un tiempo, una de las m¨¢s conocidas personalidades y humoristas ligados a World of Warcraft, Wowcrendor, lanzaba un v¨ªdeo parodia explicando ¡°c¨®mo World of Warcraft podr¨ªa ser todav¨ªa m¨¢s f¨¢cil¡±. Una de las escenas era un nuevo personaje orco al que se le daba la primera misi¨®n: ¡°vamos a empezar poco a poco matando cinco jabal¨ªes¡±, a lo que el nuevo jugador contestaba ¡°eso es aburrido, ?d¨®nde est¨¢ lo divertido?¡±, aqu¨ª entraba en escena ¡°Level Up Larry¡± que le preguntaba ?tienes alg¨²n inter¨¦s en la historia del juego o en c¨®mo aprender tu clase?, a lo que el novato dec¨ªa que no, pasando a transformarse autom¨¢ticamente en nivel 90. Era antes de que Blizzard anunciara la iniciativa en la que daba esa opci¨®n -y de paso ofrec¨ªa de forma oficial un servicio que hab¨ªa sido coto privado de las cl¨¢sicas p¨¢ginas en donde es posible comprar oro o personajes ya subidos-. Hay que tomarlo en clave de humor porque a fin de cuentas puedes aprender lo mismo sobre la historia y sobre los pormenores de tu clase siendo 1 que 90, todo depende del inter¨¦s que se ponga. Pero no deja de ser curioso como se van venciendo tab¨²es que hace no mucho eran impensables.

En el fondo no es m¨¢s que la consecuencia natural de la clase de juego que es hoy en d¨ªa World of Warcraft en su progresi¨®n ¡°normal¡±. Los tiempos en los que se planteaba que subir al m¨¢ximo nivel ten¨ªa que ser un reto hace mucho que se dejaron atr¨¢s en WoW, con Warlords of Draenor llevando esta mentalidad a su ¨²ltima consecuencia. No es ya que puedas saltar de inmediato ¡°a lo divertido¡± sin ninguna clase de tara o fricci¨®n, es que el mismo progreso de subir de 90 a 100 es tan sencillo e indoloro que a veces sorprende lo r¨¢pido que llegas. No es por ausencia de contenido, llegar a 100 es una gran aventura llena de emocionantes momentos y con decenas de misiones y visitas a lugares ex¨®ticos, pero Blizzard ha alcanzado el nivel de arte a la hora de montar sus parques tem¨¢ticos. La forma en la que est¨¢n estructuradas las misiones en el mapa, la forma en la que se te lleva de la mano a una nueva zona cuando terminas con la anterior, la cantidad de misiones que haces a veces casi sin darte cuenta que est¨¢s haciendo. Esos momentos en el WoW original cuando ve¨ªas la barra de nivel y te ¡°desesperabas¡± viendo lo que quedaba y sin tener claro d¨®nde ir para conseguir progresar han pasado definitivamente a la historia. Resulta gracioso recordar cuando en esa ¨¦poca se dec¨ªa que WoW era un MMO ¡°accesible¡± (que lo era, pero ¨²nicamente cuando se comparaba con el resto).

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Hay que dejar claro que nada de esto es una cr¨ªtica. En realidad es un acierto que reconoce la comunidad que tiene el juego hoy en d¨ªa. Hoy en d¨ªa, para llegar a lo realmente dif¨ªcil de WoW, hay que buscarlo activa y conscientemente. El contenido ¡°normal¡±, la progresi¨®n de nivel y cosas como las mazmorras y raids, est¨¢ hoy d¨ªa en WoW planteado como un self-service al que todos est¨¢n invitados, al margen de sus actividades favoritas. Unos se dedican a ganar dinero, otros a coleccionar monturas, o mascotas, algunos est¨¢n interesados en las batallas de mascotas, otros pescan mientras hablan por chat¡­ y luego est¨¢ a quien s¨®lo le interesa el PVP, o forma parte de alg¨²n grupo bien organizado que quiere realmente el reto y que tiene modos destinados a ello como las Raids ¡°M¨ªticas¡±, que es donde este tipo de usuarios puede disfrutar. No es culpa de Blizzard, es lo que se le ha pedido por parte de una mayor¨ªa de la comunidad, y tampoco tiene mucho sentido hacer o¨ªdos sordos a ello. Este fin de semana sin ir m¨¢s lejos, el estudio ha ofrecido una reedici¨®n de la primera raid del juego: Molten Core, orientada como la original a 40 personas y con las mec¨¢nicas de anta?o adaptadas a personajes de nivel 100. El resultado es una enorme cantidad de grupos que no ha pasado del primer jefe, o que se ha disuelto como azucarillos ante viejos cl¨¢sicos como Geddon. El grueso de los jugadores de WoW no est¨¢ en este tipo de cosas, y desde luego que si alguien busca un reto de principio a fin en su MMO, este no es su juego.

Las Ciudadelas, un nuevo pasatiempo

Como hemos dicho, el contenido de 90 a 100 es sumamente satisfactorio. Gran variedad y cantidad de misiones, progresi¨®n impecable, gran cantidad de criaturas raras o m¨¢s duras que la media que se pueden abordar s¨®los o entre varios sin necesidad de formar grupos previos, una historia que se mueve a buen ritmo y muchos alicientes para salirse del camino y explorar un poco sabiendo que no vas a perder el tiempo haci¨¦ndolo. Adem¨¢s de todo eso -a lo que hay que a?adir las mazmorras y el PVP-, Blizzard ha incorporado un nuevo y curioso elemento en las Ciudadelas. Gracias al dominio de las Instancias, ahora todos los jugadores pueden disfrutar de una fortaleza que comandar y gestionar, repleta de edificios y posibles mejoras que nos otorgan toda clase de posibilidades que reclaman nuestra atenci¨®n cada cierto tiempo.

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A medida que vamos progresando vamos encontrando ¡°agentes¡± que se ponen a nuestras ¨®rdenes. Podemos tanto mandarles a que hagan misiones -que hacen autom¨¢ticamente por su cuenta en un plazo de tiempo determinado- o pedirles que participen en ciertas actividades si tienen la especializaci¨®n adecuada y tenemos las instalaciones para ello. Algunos incluso, si tienen el atributo de ¡°guardaespaldas¡±? nos pueden acompa?ar y ayudar en nuestras aventuras como compa?eros permanentes. Esas misiones proporcionan experiencia, recursos o incluso objetos, pero es s¨®lo la punta del iceberg. Dependiendo de nuestras instalaciones podemos obtener toda clase de recursos de forma regular y acceder a objetos, monturas y ventajas seg¨²n lo vamos desarrollando. Tambi¨¦n, a partir del nivel 100, nos ofrece el entretenimiento de las invasiones, en las que participamos activamente junto con todos nuestros soldados en repeler determinados enemigos en funci¨®n de nuestras actividades habituales por Draenor. Las Ciudadelas pueden servirnos como fuentes de recursos, ya sea a trav¨¦s de minas personales en las que podemos recolectar minerales a diario, o estudios de encantamiento en los que desencantar objetos que no nos sirvan aunque no tengamos esa profesi¨®n. No podemos acceder a todos los edificios, as¨ª que hay que montar e invertir en nuestra fortaleza seg¨²n nuestras preferencias. Y aunque no es obligatorio ni para todo el mundo, resulta divertido hacerlo y es un buen sustituto de ese housing que nunca ha llegado.

El final es s¨®lo el comienzo

Analizar una nueva expansi¨®n de World of Warcraft es entender que s¨®lo se est¨¢ comentando sobre su comienzo y lo m¨¢s b¨¢sico. A fin de cuentas las nuevas raids todav¨ªa no est¨¢n abiertas -a excepci¨®n de Molten Core que no deja de ser un bonus por el 10? aniversario-, la nueva temporada de PVP no ha empezado y queda una larga progresi¨®n hasta ver como la quinta expansi¨®n evoluciona a todos los niveles. Hay cosas por ejemplo como la nueva zona PVP, Ashran, que tienen todav¨ªa que probarse una vez que los servidores tengan un mayor n¨²mero de jugadores de nivel 100 -la idea de crear una zona masiva con combates de 100 contra 100 entre Horda y Alianza es buena, pero sin un sistema que la equilibre o m¨¢s jugadores que llenen ambos bandos, corre el peligro de introducir combates injustos en los que un bando es triplicado en n¨²mero por los rivales. Tambi¨¦n ser¨¢ fundamental que Blizzard no vuelva a caer en cosas como lo comentado al principio con Mists of Pandaria: el juego no se puede quedar otro a?o completamente parado si quiere mantener al p¨²blico que ha ganado (o a ha vuelto a ganar) con la expansi¨®n. Confiamos en que esta vez haya un plan m¨¢s s¨®lido.

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