Los inexplicables fallos de Assassin's Creed Unity
Assassin's Creed Unity se ha convertido en la pol¨¦mica may¨²scula de la semana. Los bugs han empa?ado el trabajo de Ubisoft Montreal, que sin ser excelente tampoco es malo. La Par¨ªs revolucionaria virtual se ha chocado con una barrera perfectamente franqueable de haber contado con m¨¢s tiempo de desarrollo y ahora Ubisoft se enfrenta a las consecuencias. ?Cu¨¢nto da?o recibe Assassin's Creed?
Assassin¡¯s Creed Unity se ha convertido en el videojuego de la semana y no precisamente por cumplir con las expectativas de los jugadores. El videojuego de Ubisoft, sexto en la entrega sin contar cap¨ªtulos aleda?os ni Rogue, tambi¨¦n lanzado este mes, no ha alcanzado la excelencia que se esperaba para una superproducci¨®n destinada a la nueva generaci¨®n de consolas y que ha costado varias decenas de millones a la editora francesa y diez estudios de desarrollo trabajando en paralelo. Un videojuego ambicioso, al nivel de los grandes, que pod¨ªa renovar la saga de los asesinos, pero que ha terminado siendo un salto de fe sin carrito de paja por problemas conocidos por todos.
Unity ha pecado, y lo ha hecho sufriendo uno de los peores temores de todo dise?ador de videojuegos, las prisas. La cantidad de errores (¡®bugs¡¯) detectados en el juego han tapado la ambiciosa recreaci¨®n de la Par¨ªs revolucionaria. Ubisoft Montreal ha cumplido con la fecha de lanzamiento, ?pero a qu¨¦ precio? No cabe la menor duda: de haber contado con un par de meses m¨¢s de desarrollo, las valoraciones de Unity ser¨ªan posiblemente otras. No cuidar el producto estrella de la temporada est¨¢ saliendo caro a la compa?¨ªa francesa, tanto que sus acciones en NASDAQ han ca¨ªdo m¨¢s de un 9 por ciento.
Lanzar un juego inacabado al mercado y sin el testeo pertinente no es algo exclusivo de Ubisoft. Electronic Arts levant¨® las iras de la comunidad el pasado a?o con un Battlefield 4 cuyo online ¨Cparte fundamental¨C funcionaba a ratos. De hecho, el multijugador del shooter no se ha estabilizado hasta hace muy poco. Este nefasto paralelismo ha hecho que la revista Forbes compare a Ubisoft con Electronic Arts, asegurando que la firma de origen franc¨¦s ¡°es la nueva EA¡± tras el affaire de Assassin¡¯s Creed Unity. Por aquellas fechas, Electronic Arts tambi¨¦n sufri¨® un rev¨¦s comercial.
De aquel asunto se sali¨® ganando. Battlefield Hardline, la nueva entrega de la serie, no llega en noviembre. Fue retrasa hasta comienzos de 2015 para evitar otra cat¨¢strofe t¨¦cnica. Electronic Arts aprendi¨®, ?seguir¨¢ Ubisoft los pasos? Assassin¡¯s Creed Unity no es un mal juego. De hecho, su ambientaci¨®n es digna de lo que se espera de la saga. La Par¨ªs virtual dise?ada por Ubisoft Montreal tiene mucho que inspirar a otros estudios dejando al margen cuestiones discutibles como su resoluci¨®n (900p) y su inestable tasa de im¨¢genes por segundo, algo que se tratar¨¢ de corregir con actualizaciones.
Ubisoft ha pecado, adem¨¢s, de querer explotar la saga por encima de sus posibilidades, y que este a?o salgan dos Assassin's Creed (Unity y Rogue) que se quedan por debajo de las expectativas y que punt¨²an menos que las anteriores entregas es indicador de ello. Cubrir tanto la nueva como la vieja generaci¨®n en un mismo mes para no perder ventas est¨¢ teniendo una grave repercusi¨®n sobre la notoriedad de la marca entre sus seguidores. Basta pasearse por las redes sociales para ver mensajes que anticipan hasta cancelaciones de reservas a pocas horas del lanzamiento oficial.
El tema de los micropagos es tambi¨¦n criticable, sobre todo por c¨®mo se ha anunciado, pero no deja de ser una cuesti¨®n m¨¢s global de la industria y no tan particular de Ubisoft. Pese a confirmarse el pasado verano, la falta de servidores operativos durante la review ha impedido a muchos medios conocer en detalle el funcionamiento del sistema, algo que muchos han interpretado como un intento de ocultaci¨®n. La firma francesa ha insistido en que los contenidos premium no afectan a la jugabilidad, pues los extras se pueden desbloquear jugando.
Despu¨¦s de todo, de los errores y de las cr¨ªticas, Assassin¡¯s Creed saldr¨¢ ganando. Puede sonar extra?o, pero el primer s¨ªntoma se ha visto 24 horas despu¨¦s de la publicaci¨®n de los an¨¢lisis en los medios especializados. En declaraciones a Computerandvideogames, Lionel Raynaud de Ubisoft no ha tardado confirmar la soluci¨®n. La saga no solo contar¨¢ con m¨¢s tiempo de desarrollo en Ubisoft Montreal, sino que compartir¨¢ producci¨®n de las entregas con Ubisoft Quebec, que suma m¨¢s recursos (empleados) y que tiene un nuevo juego en sus manos para el futuro.
El propio Raynaud ha reconocido que en Montreal necesitan m¨¢s tiempo con los nuevos juegos para experimentar con nuevas mec¨¢nicas, apostar por la innovaci¨®n y seguir renovando los pilares de la saga. Esto incluye una mayor atenci¨®n a las pruebas sobre el juego definitivo antes de su llegada al mercado con el objetivo de evitar que se produzcan situaciones como la de Unity que, por otra parte y por desgracia, no son algo aislado ni en otras entregas de la serie de Ubisoft ni en proyectos de otras desarrolladoras. SONIC Boom llega este noviembre con un bug que permite completarlo en una hora.
Ubisoft tiene ahora tarea por delante. Por un lado, debe solventar los problemas t¨¦cnicos de Unity en la medida de lo posible; por otro, debe reflexionar sobre la situaci¨®n de su saga predilecta, una licencia que "sustituy¨®" a Prince of Persia en el pasado y que tiene en su haber grandes logros como apostar por una ambientaci¨®n, una narrativa y una jugabilidad que bien pueden envidiar otros videojuegos. Los m¨¢s de 70 millones de t¨ªtulos que la saga ha vendido en todo el mundo siguen avalando a la compa?¨ªa francesa. Toca parar el Animus para estudiar c¨®mo evitar que los hechos del pasado terminen afectando al presente y destruyendo el futuro.
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Assassin's Creed: Unity, desarrollado por Ubisoft Montreal y distribuido por Ubisoft para PlayStation 4, Xbox One y PC, es una nueva entrega de la popular saga de acci¨®n y aventura Assassin's Creed, esta vez ambientada en la Par¨ªs del siglo XVIII.