Dark Souls 2: Crown of the Ivory King

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Dark Souls 2 se ha ido ampliando durante estos ¨²ltimos tres meses con contenidos nuevos en formato DLC. From Software ya prob¨® suerte con el Abismo de Artorias para el primer Dark Souls, y tras el buen resultado que dio esa expansi¨®n, decidieron seguir un camino similar con la trilog¨ªa de las coronas. Tres DLC que nos invitan a visitar tres nuevas ¨¢reas, cada una con sus jefes finales y secretos, para conseguir la corona de turno perdida. Cuando tenemos las tres, podemos descubrir detalles nuevos del juego que no desvelaremos. Despu¨¦s de The Crown of Sunken King y The Crown of Old King, llega ahora el DLC m¨¢s duro y exigente de todos. Dark Souls concentrado en un espacio de 5 horas no apto para novatos.

El escenario de este tercer DLC cambia completamente y nos invita a pasear por un mundo totalmente helado. Esto significa muchas cosas en t¨¦rminos de jugabilidad de las cuales iremos tomando nota a medida que vamos avanzando. Nuestro objetivo, conseguir la tercera y ¨²ltima corona una vez hayamos acabado con los tres jefes finales que hay alrededor de este enorme castillo lleno de hielo y nieve. La exploraci¨®n juega una parte muy importante en este DLC. En los dos anteriores ya se avis¨® que no se trataba de avanzar en l¨ªnea recta, sino que los usuarios ten¨ªan que resolver algunos puzles para poder encontrar el camino correcto. Aqu¨ª tenemos un escenario enorme por explorar y lleno de lugares a los que llegar. Parece mentira que por un estrecho pasillo casi escondido en medio de una especie de colina podamos avanzar hasta adentrarnos en el castillo, por citar un ejemplo.

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Para acceder a este nuevo contenido es necesario viajar hasta la bifurcaci¨®n en ruinas de los Bosques Sombr¨ªos, seguir un camino m¨¢s que familiar para nosotros si ya hemos terminado el juego y acceder desde el santuario de invierno a la nueva zona. Naturalmente, necesitamos contar con la flor congelada que nos dan cuando adquirimos el contenido descargable. De esta manera, la trilog¨ªa de las coronas se hace m¨¢s accesible -hablamos de llegar a los puntos, no de superarlos- y se aleja de toda la mini aventura que ten¨ªamos que realizar, por ejemplo, para acceder al Abismo de Artorias en el primer Dark Souls. Es seguramente una de las pegas que se le puede achacar a la trilog¨ªa, que de acceso inmediato  no nos obligue a realizar algunas tareas que nos hagan revisitar de manera distinta el mapa original del juego.

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Una vez llegados a la nueva ¨¢rea, es complicado no quedarse boquiabierto con lo que nos espera por delante. Nos encontramos con un enorme castillo en medio de la nieve y un escenario vasto en el que dominan monta?as nevadas y un sol que est¨¢ medio poni¨¦ndose. Realmente es impresionante el contraste respecto a otros escenarios y en ciertos momentos nos impresionar¨¢ tanto como cuando descubrimos por primera vez el castillo de la Atalaya del viejo drag¨®n o como cuando nos encontramos por primera vez con el castillo de Drangleic. Lo bueno empieza en este instante, con una gran cantidad de enemigos que destacan por una cosa positiva y por otra negativa: la primera es que son dur¨ªsimos, y con un solo golpe nos pueden quitar m¨¢s de media vida (no es recomendable un nivel inferior a 120 ni llegar sin armas potenciadas al m¨¢ximo); la segunda es que a pesar de estar helados, lo cierto es que su dise?o y sus patrones nos ser¨¢n muy familiares. La reutilizaci¨®n de enemigos es evidente en este DLC, algo que empa?a parte del trabajo realizado.

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De hecho, incluso algunos jefes tambi¨¦n nos evocar¨¢n a batallas pasadas. Eso s¨ª, con ciertos a?adidos de dificultad que hacen esta b¨²squeda de la corona algo m¨¢s desafiante. Un buen ejemplo de ello es la mascota del rey, llamada Aava, el gran enemigo que buscamos por estos lares. Dicho boss no es m¨¢s que un monstruo en forma de tigre que nos sorprender¨¢ la primera vez en forma invisble y que nos machacar¨¢ por los cuatro costados sin darnos cuenta por donde viene. Podr¨ªamos intentar seguir sus pasos, pero no es nada f¨¢cil sobre todo porque la niebla hace acto de presencia constantemente en este DLC y eso dificulta todav¨ªa m¨¢s la visi¨®n mientras esquivamos ataques a media distancia. Lo mejor, como en muchos casos de los jefes finales de la saga, estar bien cerca de nuestro enemigo.

A medida que exploramos y vamos descubriendo los secretos de este DLC nos damos cuenta de que la mec¨¢nica para terminar con el jefe final de esta corona es distinta a las anteriores. Aqu¨ª podremos reclutar una serie de aliados (seguidores) que son b¨¢sicos para poder derrotar al gran jefe. Para dar con ellos tendremos que adentrarnos en diversos caminos llenos de secretos y enemigos, entre ellos ciertas invocaciones que nos dar¨¢n m¨¢s de un dolor de cabeza. Nos invadir¨¢n espectros dur¨ªsimos en velocidad y contundencia de golpes, algo que complementa perfectamente las batallas con los otros jefes finales. No es raro morir varias veces a pesar del bagaje que llevamos a nuestras espaldas (juego completo, dos DLC), y es que al retorno de ciertos jefes que ya conoc¨ªamos del juego original y a las invasiones se le a?ade el hecho de que ante nosotros se aparecen una gran cantidad de enemigos veloces y poderosos. Y en manada, los monstruos de Dark Souls 2 son m¨¢s peligrosos. Adem¨¢s, no es dif¨ªcil perderse mientras buscamos secretos y aliados, por lo que podemos acabar repitiendo diversas zonas complicadas m¨¢s de una y de dos veces mientras encontramos el camino correcto.

Todo con un ¨²nico objetivo: llegar a la gran catedral y acabar con el rey que domina este mundo. Por cierto, con un contraste absoluto de escenario si lo comparamos con lo que habremos visto hasta el momento del DLC y con una dificultad de batalla m¨¢s que elevado si no vamos preparados (de ah¨ª que los seguidores sean simplemente vitales para afrontar este gran enemigo final). Hay varios caballeros en pantalla y sin la ayuda de aliados no es recomendable. Posteriormente quedar¨¢ ya el ep¨ªlogo de la trilog¨ªa, que tal vez no sea lo que muchos esperan pero que, no nos enga?emos, eso siempre sucede en la saga Souls. Lo importante, a fin de cuentas, es llegar.