Gauntlet

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El reboot de cl¨¢sicos es una tendencia que a menudo da buenos exponentes pero que otras veces acaba no haciendo justicia a los originales y la nostalgia incansable de los jugadores m¨¢s talluditos. All¨¢ por 1985 Atari lanz¨® una recreativa para hasta cuatro jugadores que domin¨® muchos salones arcade por su propuesta fresca, adictiva y totalmente pensada para el multiplayer. Gauntlet se convert¨ªa por m¨¦ritos propios en uno de los mejores ejemplos de su g¨¦nero, el dungeon crawler en el sentido m¨¢s primitivo. Ahora, Arrowhead Game Studios, los mismos que dieron forma a Magicka, se atreven a recuperar el inmortal Guantelete y adaptarlo a los tiempos de hoy, con una versi¨®n en Steam a 19,95 euros que, pese a ser cara, gustar¨¢ a los que lo recuerden y lo quieran ver rehecho.

Diablo III, Path of Exile y otros referentes imperan hoy el g¨¦nero de las mazmorras y el hack and slash en vista a¨¦rea que recorrer junto a otros usuarios de forma cooperativa. El nuevo Gauntlet entra de lleno aqu¨ª aprovechando las tendencias de este tipo de aventuras donde la b¨²squeda incesante de oro y objetos y el clic r¨¢pido para hacer el m¨¢ximo de da?os posibles son la clave del ¨¦xito. Es interesante ver c¨®mo se han rehecho catacumbas y castillos cl¨¢sicos, c¨®mo equilibrado a los personajes (Guerrero, Mago, Elfo y Valquiria) y diferenciado entre s¨ª, o c¨®mo se busca la rejugabilidad a toda costa a una aventura que por primera vez no durar¨¢ m¨¢s de cinco horas. Volveremos a tener cuidado con no disparar a la comida (salud), pues tambi¨¦n desaparece.

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Combinar las destrezas de unos y otros personajes, Thor, Merlin, Thyra y Questor, no es absolutamente imprescindible pero s¨ª ayuda a un avance uniforme y capacitado para todo tipo de esbirros enemigos o hacer da?o cercano y a distancia al mismo tiempo a los m¨¢s resistentes, enormes y mort¨ªferos jefes de final de mazmorra. Cuatro son los actos iniciales que se incorporan en esta primera versi¨®n del t¨ªtulo, pero no descartamos actualizaciones posteriores que hagan de ampliaci¨®n, esperemos que no de pago. La estructura laber¨ªntica de las mazmorras (cavernas, palacios, ciudades arrasadas, mansiones, jardines, bosques...) est¨¢ bien dise?ada pero a menudo presenta un ¨²nico camino de avance. Repleto de trampas y hordas, eso s¨ª.

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Es una de las facetas que hacen a Gauntlet efectivo, la enormidad de los ej¨¦rcitos que saldr¨¢n a nuestro paso, con batallas que ponen a m¨¢s de una treintena de personajes en combate, todos activos y a veces desbordantes y que no nos dejan llegar hasta los generadores que no paran de invocarlos. Jugar con el elfo y sus flechas infinitas o con el guerrero y su hacha de corto alcance pero contundente tiene poco que ver a hacerlo con el mago y su libro de hechizos, por ejemplo. Adem¨¢s, todos los personajes recoger¨¢n runas y puntos -adem¨¢s del imprescindible oro para hacerse con nuevos objetos de equipo y personalizaci¨®n est¨¦tica- que les permitir¨¢n mejorar sus Reliquias m¨¢gicas para preparar grandes ataques sobrenaturales que los salven de las situaciones m¨¢s complicadas.

Junto al modo Normal, existen el modo Dif¨ªcil y el Injusto, donde las reapariciones -vidas- son limitadas y los da?os del enemigo mucho m¨¢s notorios. Gauntlet invita a jugarse una y otra vez para mejorar a los personajes y customizarlos a nuestro gusto entre una galer¨ªa de objetos de equipo y vestimentas. Por supuesto, podremos recorrerlo en solitario si no queremos conectarnos online, pero la gracia de ¨¦ste, como de otros dungeon crawler, reside en participar en partidas cooperativas. A poder ser de cuatro jugadores, aunque echaremos de menos un chat de voz, escrito o alguna forma de comunicaci¨®n con nuestros compa?eros para pedir ayuda, dar indicaciones o consejos si conocemos el nivel, repartirnos zonas y ese tipo de planes t¨¢cticos que conviene tener en todo multijugador co-op.

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Adem¨¢s, la c¨¢mara no siempre juega en nuestro favor, no alej¨¢ndose ni acerc¨¢ndose y limitando los movimientos de los jugadores m¨¢s al borde del plano, pues no podremos salir de pantalla y tampoco hay un alejamiento de zoom para dejarnos mejor movilidad. Esto nos deja vendidos en demasiadas situaciones con enemigos que est¨¢n al l¨ªmite y a los que no podemos ver, lo que exige movimiento coordinado de los cuatro personajes o mantenernos siempre en una posici¨®n central. Es un asunto grave.

De hecho, en t¨¦rminos gr¨¢ficos Gauntlet no es ning¨²n portento. Su apartado art¨ªstico est¨¢ bien y muestra mazmorras diferentes en planta y est¨¦tica, pero m¨¢s all¨¢ de todas las oleadas de enemigos en poantalla que es capaz de poner o algunos efectos lum¨ªnicos interesantes, no est¨¢ al nivel de los mejores y se aprecia insulso. Existe una opci¨®n gr¨¢fica de pixelaci¨®n voluntaria para que tengamos un sabor m¨¢s retro de la experiencia. En t¨¦rminos de sonido, la selecci¨®n de canciones y piezas musicales es adecuada aunque no amplia, pronto se repiten. Y la gama de efectos, muchos de ellos recuperados del original, tampoco es algo a destacar. Voces en ingl¨¦s con subt¨ªtulos en castellano, destacando la del narrador, que guarda un tono ir¨®nico y chistoso que le sienta realmente bien a su desenfadada propuesta.