The Evil Within, Impresiones

La ambientaci¨®n del segmento mostrado en esta ¨²ltima demo (el Cap¨ªtulo 9 de la aventura, ¡°Las peores intenciones¡±) apuntala esta sensaci¨®n con un escenario que hace de la nostalgia y el homenaje su bandera. La mansi¨®n en la que transcurre nos retrotrae a tiempos pasados sin disimulo, y la obviedad con que se recrea el cl¨¢sico escenario del primer Resident Evil no pasa desapercibida ni para Sebastian, el protagonista, que musita lo mucho que le suena el lugar pese a no haber estado all¨ª nunca, mientras cruza la imponente puerta met¨¢lica que da acceso al recinto del vetusto caser¨®n. Es el primero de los muchos gui?os con que nos obsequia el juego en esta secci¨®n de la aventura, sucedi¨¦ndose despu¨¦s una vez cruzamos el umbral de la entrada y observamos, nost¨¢lgicos, c¨®mo el enorme hall victoriano se eleva a nuestro alrededor, escalera doble incluida. Efectos de sonido como los pasos sobre la madera, o las puertas que conectan las m¨²ltiples estancias de la casa y su chasqueo met¨¢lico al abrirlas, cuadros con figuras de rancio abolengo o costumbristas escenas, ventanas amenazantes junto a las que uno teme pasar¡­ Todo juega un papel importante para crear la sobrecogedora atm¨®sfera.

En ese sentido, mucho de lo que supone la experiencia de juego bebe de las sensaciones que la incertidumbre con la que el jugador afronta cada nueva estancia provoca en ¨¦l. Gran parte del segmento al que hemos tenido acceso discurre movido por la necesaria exploraci¨®n de las dichas estancias, siempre temerosos de que tras cada esquina se produzca el inevitable ataque. Y no es necesario confirmar nuestros temores para mantener la tensi¨®n, m¨¢s bien al contrario: los enemigos no son demasiado abundantes, pero su constante amenaza y lo letales que resultan si consiguen alcanzarnos (en la secci¨®n mostrada bastaban un par de ataques para ponernos al borde de la muerte) suponen un elemento m¨¢s del que el jugador no logra desprenderse en su avance por la mansi¨®n. Enemigos, por cierto, con igual sabor a cl¨¢sico, y que van desde el lento engendro ¡°zombificado¡± a otras aberraciones m¨¢s exigentes y contra las que, como hemos visto en alg¨²n trailer del juego, sale m¨¢s a cuenta huir que enfrentarse.

El cap¨ªtulo enemigos no puede cerrarse sin hacer menci¨®n al ¡°ente¡± con el que a menudo nos toparemos en distintas zonas de la casa (y, por lo que sabemos, del juego). Se trata de una aparici¨®n espectral que interrumpe la realidad por la que nos movemos puntualmente, poniendo ante nuestros ojos esa otra ¡°realidad velada¡± con la que The Evil Within nunca deja de jugar, y que a?ade al prosaico desarrollo cl¨¢sico del ¡°busca-mata-avanza¡± un elemento paranormal que acerca al t¨ªtulo a otras experiencias m¨¢s psicol¨®gicas y desconcertantes como Silent Hill, por poner un ejemplo. La presencia de esa entidad nos sobreviene sin previo aviso, y no deja otra opci¨®n que evitarla si no queremos sufrir las consecuencias de su ataque. Nada se puede hacer para frenarla, y su valor en el desarrollo de la aventura se antoja tan importante para mantener la tensi¨®n como lo fueron otras amenazas de similar corte, aunque mucho m¨¢s s¨®lidas por f¨ªsicas, como N¨¦mesis o Pyramid Head. En esta ocasi¨®n, no obstante, el misterio que se oculta tras su existencia e interacci¨®n con nosotros se manifiesta en una figura perfectamente humana, encapuchada, cuya raz¨®n de ser, suponemos, tiene mucho que ver con la historia que se esboza en los fragmentos espectrales del pasado de los que en ocasiones somos testigos.

La acci¨®n tambi¨¦n est¨¢ presente en el juego, y se da de diferentes maneras seg¨²n decidamos enfrentarnos a los enemigos que s¨ª permiten (y a menudo, exigen) una estrategia de ataque para contrarrestar su peligro. La elecci¨®n da lugar a distintas estrategias, cada una basada en diferentes armas u objetos, desde el enfrentamiento directo con armas contundentes como hachas o pu?ales (repartidos por el escenario o soltados por algunos de los enemigos que abatimos), a la colocaci¨®n de trampas previamente obtenidas mediante su desactivaci¨®n, o la infiltraci¨®n jugando con elementos del escenario como camas y armarios para pasar desapercibidos. Dichas trampas, por cierto, juegan un doble papel en la aventura; por un lado, suponen una amenaza a la que hay que prestar atenci¨®n si no queremos llevarnos una desagradable sorpresa (muy en la l¨ªnea de The Last of Us), y por otro son un recurso para la obtenci¨®n de piezas con las que mejorar los proyectiles de una de nuestras armas, la ballesta. Y por supuesto, la v¨ªa intermedia pasa por hacer uso de las armas de fuego cl¨¢sicas, con su correspondiente munici¨®n menguante y escasa, con las que matar a los enemigos (destrozando su cabeza, claro est¨¢) o aturdirles temporalmente para poder prenderles fuego si queremos acabar con ellos definitivamente.

Para asegurarnos que una eventual muerte no nos eche por tierra todo el trabajo realizado, existe la habitual posibilidad de guardar nuestro progreso, en esta ocasi¨®n aderezada de cierto componente ¡°m¨¢gico¡±, por cuanto las zonas de guardado se ocultan detr¨¢s de algunos espejos que atravesamos para acceder a una zona m¨¢s all¨¢ de la realidad. All¨ª, una enfermera en pie frente a un mostrador de recepci¨®n nos ayuda a poner punto y seguido a nuestra aventura para asegurarnos de no estropear lo conseguido. Tambi¨¦n pueden potenciarse nuestras habilidades, tanto f¨ªsicas como relacionadas con el arsenal y nuestras cualidades de ataque, tomando asiento en una desagradable silla que coloca sobre la cabeza de Sebastian un imponente ¡°casco¡±, que media a su vez en dichas transformaciones (supeditadas, claro, a la recolecci¨®n de ¨ªtems potenciadores por el escenario).

Junto a la acci¨®n y la exploraci¨®n, el tercer elemento de desarrollo jugable es la resoluci¨®n de puzles. Pocos juegos en el g¨¦nero renuncian a hacer de ellos un pilar fundamental en su apuesta, por lo que el factor diferenciador acaba resultando ser el equilibrio entre su originalidad y complejidad, y ah¨ª reside la clave para hacer de ¨¦stos un reto que sume positivamente a la experiencia de juego. En The Evil Within parece que se retoman las buenas sensaciones de los viejos desaf¨ªos, con puzles que juegan con elementos del escenario a los que se ha de prestar atenci¨®n si se quiere seguir avanzando, as¨ª como objetos que pueden darnos la pista definitiva que resuelva el enigma. Muy en la l¨ªnea de los cl¨¢sicos del g¨¦nero, la dificultad no es excesiva y se busca poner a prueba la pericia del jugador para atar cabos, m¨¢s que una sesuda reflexi¨®n sobre c¨®mo dar con la soluci¨®n que desespere y frustre. En este cap¨ªtulo, adem¨¢s, los puzles contribuyen a la ambientaci¨®n, con desagradables escenas de mutilaciones m¨¦dicas con las que deb¨ªamos interactuar.

Y volviendo a la ambientaci¨®n, menci¨®n especial merece el sonido, important¨ªsimo en este tipo de experiencias y definitivamente muy cuidado en The Evil Within. La inmersi¨®n que se consigue con la apuesta jugable y gr¨¢fica/est¨¦tica del juego (v¨ªsceras, desmembramientos, sangre y dem¨¢s elementos expl¨ªcitos incluidos), se redondea con una apartado sonoro a la altura, que hace uso de estridentes melod¨ªas org¨¢nicas, inquietantes sonidos guturales y atmosf¨¦ricos, y multitud de efectos inherentes al g¨¦nero (gru?idos, pisadas, quejidos¡­) para poner a prueba los nervios del m¨¢s pintado. Menci¨®n especial merece la localizaci¨®n al castellano del t¨ªtulo, ya presente en la versi¨®n probada, y con la que Bethesda ha echado el resto para garantizar que la experiencia en nuestro idioma se corresponde con la original en lengua inglesa. Para ello han reclutado a un elenco de primeras espadas del doblaje patrio encabezado por Eduardo Bosch (Jon Nieve, Juego de Tronos; Marshall en C¨®mo conoc¨ª a vuestra madre) en el papel de Sebastian, Iv¨¢n Muelas (Will Smith; Castle), Iv¨¢n Jara (Dexter; Wolowitz en Big Bang Theory) o Antonio Esquivias (Frasier; el actor secundario Bob en Los Simpson), entre otros. El resultado no pod¨ªa ser sino ¨®ptimo contando con tales profesionales, y ayuda a la inmersi¨®n, sobre todo para quienes no dominen el ingl¨¦s o no quieran depender de los subt¨ªtulos (tambi¨¦n en espa?ol) para no perder detalle de la trama.

Aunque la larga trayectoria en el desarrollo del t¨ªtulo, que como dec¨ªamos comenz¨® en sistemas de la anterior generaci¨®n, se manifiesta desde lo t¨¦cnico en un acabado en las nuevas m¨¢quinas (la versi¨®n jugada era la de PS4) que no est¨¢ a la altura de lo que cabr¨ªa esperar de ellas, lo cierto es que desde Bethesda no se esconde esta realidad y se aduce en defensa del t¨ªtulo el peso que la experiencia tiene en un juego de estas caracter¨ªsticas sobre otros aspectos de corte m¨¢s t¨¦cnico. Gr¨¢ficamente el t¨ªtulo luce bien, pese a todo, y el uso que se hace de la luz en ¨¦l es todo lo bueno que un survival horror puede necesitar (m¨¢s que bueno, de hecho, al punto de ser probablemente el elemento m¨¢s pulido en ese sentido de todo el juego, y un factor determinante en la ambientaci¨®n lograda). Lo dem¨¢s, modelado de personajes, tasa de frames, resoluci¨®n, etc, puede no ser puntero si se compara con otros productos ya en el mercado, pero cumple sobradamente y se compensa con todos los dem¨¢s elementos que colaboran para crear una experiencia terror¨ªfica honesta y muy interesante. Un ¨²ltimo apunte en este sentido: algunas de las deficiencias con las que nos topamos en la prueba est¨¢n en estos momentos siendo subsanadas/optimizadas por el equipo de desarrollo (puntuales bajadas de frames; cargas algo excesivas), y se espera que hayan desaparecido al lanzamiento del juego.

Otro punto negativo del que esperamos den cuenta antes de su puesta de largo definitiva ata?e a los puntos de control de los que dependemos para retomar la aventura tras la ocasional muerte. En lo probado, se hac¨ªa a menudo algo tedioso recorrer toda una secci¨®n del cap¨ªtulo para volver al punto donde nos encontr¨¢bamos justo antes de morir, repitiendo lo ya hecho para tener una nueva oportunidad de solucionar lo que hab¨ªa dado al traste con nuestro avance. Cabe preguntarse si esto se debe a un intencionado intento por parte de los responsables del desarrollo para complicarnos las cosas en vista de que los combates no son excesivamente abundantes, o si se a?adir¨¢n puntos de control que nos eviten tener que volver sobre nuestros pasos para seguir progresando en la aventura. Habr¨¢ que esperar para salir de dudas.

The Evil Within es una apuesta muy apetecible por muchos motivos para los amantes del g¨¦nero, un t¨ªtulo esperado y deseado porque con cada nueva prueba hemos podido comprobar que sus responsables tienen claro lo que el survival horror ha perdido por el camino todos estos a?os, y se han marcado como objetivo fundamental recuperarlo, manteniendo lo bueno que un pu?ado de t¨ªtulos m¨¢s o menos recientes han sumado a la f¨®rmula. El pr¨®ximo 14 de octubre (nueva y definitiva fecha de lanzamiento) veremos si Mikami, Tango y Bethesda han dado con la tecla que devuelva al g¨¦nero al lugar con el que muchos so?amos, ese espacio entre la realidad visible y lo invisible en el que nunca se est¨¢ a salvo. Pero en el que tanto disfrutamos adentr¨¢ndonos.