Muchos han sido los que durante a?os han intentado hacerse un hueco en el mercado de los MMORPG imitando la exitosa f¨®rmula 'themepark' de World of Warcraft. Pero por unas razonas u otras, ninguno lo ha conseguido. Falta de contenido en el lanzamiento, mala optimizaci¨®n, escasez de profundidad, dejadez por parte de su desarrolladora tras el lanzamiento... sea cual fuera la raz¨®n, ni Warhammer Online, ni Aion, ni Age of Conan, ni Rift, ni Star Wars: The Old Republic ni tantos otros consiguieron establecer una base de jugadores lo suficientemente importante no solo ya para competir de t¨² a t¨² con el gigante de Blizzard, sino siquiera para mantener el modelo de negocio cl¨¢sico del g¨¦nero basado en las suscripciones. Y mientras tanto, World of Warcraft no ha parado de crecer a trav¨¦s de expansiones y parches de contenido. El sue?o de encontrar un World of Warcraft 2.0 parec¨ªa imposible. Hasta que ha llegado Wildstar. Carbine, desarrolladora del juego, ha entendido qu¨¦ es lo que hace falta para ganarse la confianza de una comunidad harta de promesas rotas: calidad y cantidad. Y es l¨®gico que hayan dado con la tecla, pues fue fundada por casi una veintena de los responsables del World of Warcraft original y su primera expansi¨®n The Burning Crusade, la ¨¦poca m¨¢s dorada que ha vivido el t¨ªtulo de Blizzard. Tras casi 9 a?os de desarrollo, Wildstar nos ofrece un mundo masivo con todo el contenido al que estamos habituados, pero apoyado por una tecnolog¨ªa lo suficientemente moderna como para que la ejecuci¨®n de lo que ya conocemos resulte ahora mucho m¨¢s profunda y divertida.
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? Como decimos, la estructura de Wildstar no var¨ªa mucho de lo que conocemos como MMORPG tipo 'themepark'. Tras crear a nuestro personaje de entre las 8 razas disponibles y determinar a qu¨¦ facci¨®n serviremos (Exiles y Dominion, cuyas formas e intenciones son casi calcadas a las de los Rebeldes y el Imperio de Star Wars), iniciamos un largo viaje a lo largo y ancho del planeta Nexus (plasmado en forma de mundo abierto, sin tiempos de carga intermedios salvo para mazmorras) completando misiones, explorando, decorando nuestra casa, fabricando objetos y participando en eventos hasta llegar a nivel 50, momento en el que empieza el cl¨¢sico end-game a base mazmorras (en diversas dificultades), raids (de hasta 40 personas), diarias y PVP. Hasta aqu¨ª podr¨ªa parecer que Wildstar no ofrece nada que no hayamos visto antes, pero como apunt¨¢bamos anteriormente, el secreto est¨¢ en la ejecuci¨®n, gracias a un sistema de combate muy similar al que est¨¢ triunfando hoy en d¨ªa en el g¨¦nero de los MOBA con Smite. As¨ª pues, Wildstar apuesta por un fren¨¦tico sistema de combate en tiempo real sin 'target', en el que se premia la punter¨ªa, el movimiento, los reflejos y, en definitiva, la habilidad del jugador. Tanto, que estamos ante uno de los MMORPG's m¨¢s exigentes del mercado. Vuelven los tiempos de los 'wipes', de los 'attunements', de la necesidad de 'CC' para limpiar mazmorras, de los gastos en reparaciones y de las arenas verdaderamente competitivas. Os avisamos: si lo que quer¨¦is es un MMORPG en el que poder completar 'raids' sin apenas despeinaros, terminar mazmorras en cuesti¨®n de minutos y equipar a vuestros personajes con objetos ¨¦picos en pocos d¨ªas, Wildstar no es vuestro juego. Carbine ha querido recuperar el 'feeling' tan a?orado de The Burning Crusade, en el que hab¨ªa que esforzarse para avanzar en el contenido. Insistimos, no es un masivo para impacientes. Eso s¨ª: si echabais de menos un 'themepark' que os suponga un verdadero reto, Wildstar es ese MMORPG que esperabais con el que no tener que volver a mirar atr¨¢s.
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? El juego presenta 6 clases muy distintas entre s¨ª: Warrior, Stalker, Esper, Spellslinger, Medic y Engineer. Cada clase puede desarrollar dos roles en el campo de batalla (tanque y DPS o bien DPS y sanador), cada uno de ellos definido por 8 habilidades y una 'ultimate' que elegiremos entre la treintena disponible, imitando as¨ª la forma de personalizar a los personajes del Guild Wars original. Por ejemplo, podemos elegir 8 habilidades de la rama 'Assault' del Stalker para hacer de ¨¦l una m¨¢quina de matar, o bien descartar algunas en beneficio de habilidades de 'Support' o 'Utility', para hacer de ¨¦l un personaje m¨¢s resistente y dif¨ªcil de detectar. Adem¨¢s, cada clase dispone de un panel de 'AMP', bonificaciones pasivas que alteran tanto las caracter¨ªsticas de nuestro personaje como de las habilidades. Por lo tanto, si tenemos en cuenta que solo podemos 8 habilidades y que el funcionamiento de las mismas va variando seg¨²n su rango y los 'AMP' que escojamos, nos encontramos ante uno de los MMORPG's que mayor personalizaci¨®n nos permite a la hora de configurar a nuestro personaje. Dif¨ªcilmente vais a ver dos personajes de la misma clase con id¨¦ntica 'build', y eso dice mucho en favor de la profundidad de Wildstar. Por otra parte, Carbine ha a?adido un interesante sistema independiente a nuestra clase que nos acompa?a durante nuestra aventura: los 'path'. Hay 4 disponibles (Soldier, Explorer, Scientist y Settler), y lo que se pretend¨ªa y se ha conseguido es tener acceso a un mont¨®n de contenido adicional de un estilo espec¨ªfico en cada una de las zonas que visitamos. As¨ª, si lo que nos gusta es explorar, el 'Explorer' nos invita a rastrear los escenarios en busca de zonas secretas mediante saltos imposibles al m¨¢s puro estilo Guild Wars 2. Sin embargo, si lo que nos gusta es masacrar enemigos, el 'path' del 'Soldier' nos abre un pu?ado de misiones adicionales con el ¨²nico objetivo de no dejar t¨ªtere con cabeza. Cada uno de nosotros tiene unas preferencias y un estilo particular a la hora de disfrutar de un MMORPG, unas cosas con las que disfrutamos m¨¢s que con otras mientras subimos de nivel, y precisamente ese es el tipo de contenido (adicional, no requerido para avanzar a nivel 50) que nos proporciona el 'path' que escojamos.
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Como no pod¨ªa ser de otra forma, Wildstar tambi¨¦n presenta un completo y cuidado PVP en forma de 'Battlegrounds', 'Arenas', 'Warplots' y 'World-PVP'. Para los entusiastas del combate jugador contra jugador, el juego nos permite llegar a nivel m¨¢ximo a trav¨¦s de las dos 'battlegrounds' disponibles por el momento, que otorgan la experiencia suficiente como para resultar una v¨ªa alternativa tan viable como la del PVE. Y una vez llegados a nivel m¨¢ximo, el aspecto competitivo toma forma con las arenas 2v2, 3v3 y 5v5 y las 'Warplots', unos campos de batalla para hasta 40 personas donde cada bando puede personalizar el dise?o y las defensas de su base. Si a todo esto le a?adimos los cl¨¢sicos modos 'ranked', el equipo espec¨ªfico PVP para los mejores equipos y el incesante 'gankeo' que se vive en las zonas compartidas por los Exile y el Imperio en el mundo abierto, los fans del PVP est¨¢n servidos de contenido durante meses. Y por fin vuelve el 'housing' a los MMORPG. Y de qu¨¦ manera. Carbine lleva el tan cacareado tema a otro nivel. En un espacio virtual, fuera de los confines del continente en s¨ª y en una especie de islas flotantes, podemos acceder a nuestro pedacito de suelo personal e intransferible. All¨ª tenemos la posibilidad de construir nuestra propiedad y decorarla a nuestro antojo con los cientos y miles de combinaciones que hay disponibles: suelo, paredes, techo, cielo, objetos de decoraci¨®n... Es realmente aterrador ver como pasa el tiempo mientras vas colocando, ordenando o cambiando los objetos para que tu casa quede bonita con el sencillo editor que viene incorporado en Wildstar, empleando muchas m¨¢s horas de las que uno se atreve a confesar. Y aunque es posible que muchos se queden en el hecho de sacar pecho por tener la mejor de las propiedades, no se pueden obviar los beneficios que se derivan de tener una parcela m¨¢s o menos decente. Y es que sumado al bonus de experiencia por descanso, los 'buffs' diarios que se obtienen al clickar en el tabl¨®n de la entrada, los retos que se desbloquean por tener ciertas parcelas construidas y los materiales que se pueden sacar de nuestras propias granjas y minas, nuestra casa flotante es algo m¨¢s que un detalle menor del juego.
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Solamente hace falta ver los precios que se manejan por distintos elementos de decoraci¨®n (algunos raros y solamente obtenibles como recompensas por determinadas misiones) para comprobar lo en serio que tanto desarrolladores como jugadores se han tomado el tema de las casitas. Adem¨¢s, existe la posibilidad de hacernos vecinos con el amigo que queramos y poder visitar su casa para participar en sus retos o usarla, incluso, como punto de reuni¨®n para emprender la salida a mazmorras de grupo, reparar nuestras armas, forjar nuevo equipo y comprar y vender materiales. Tener una casa bien equipada no es barato (y adem¨¢s debe pagarse un precio de mantenimiento semanal) pero es rentable de todas todas. Eso s¨ª, debido a los altos costes a niveles bajos, querer tener una choza bonita puede paralizar en seco nuestra econom¨ªa del juego. En lo referente al apartado gr¨¢fico, Carbine ha apostado por un estilo 'cartoon' en el que prima lo art¨ªstico por encima de lo tecnol¨®gico. Con el objetivo de que el juego funcione en la mayor cantidad de configuraciones posibles, Wildstar presenta un colorido mundo repleto localizaciones ¨²nicas y con un dise?o y unas animaciones para personajes y enemigos tan carism¨¢ticas y c¨®micas que parecen sacadas de una producci¨®n de Pixar. Ni puede ni pretende competir en el aspecto t¨¦cnico con juegos como Final Fantasy XIV, Elder Scrolls Online o Guild Wars 2, pero el resultado final no desmerece en absoluto. Desde bosques y praderas a monta?as nevadas, pasando por ciudades, pueblos perdidos, instalaciones alien¨ªgenas e interiores de naves espaciales. Nexus es un mundo abierto inmenso, variado y, por encima de todo, vivo. Y adem¨¢s de una m¨¢s que notable banda sonora (pese a que algunas melod¨ªas pueden acabar resultando algo repetitivas), hay que hacer menci¨®n especial al doblaje (en perfecto ingl¨¦s), tan cachondo y desenfadado como el resto del apartado audiovisual.
? Y por ¨²ltimo, es importante hacer menci¨®n al interesante modelo de negocio. Como las grandes producciones del g¨¦nero, Wildstar se sustenta a trav¨¦s de suscripciones mensuales. Pero, imitando la exitosa filosof¨ªa de los PLEX en EVE Online, ofrece la oportunidad de pagar esa suscripci¨®n con dinero del juego adquiriendo C.R.E.D.D, un item que cualquier jugador puede comprar al precio de una suscripci¨®n en la p¨¢gina web del juego. Es decir, los que tienen mucho tiempo para jugar, pueden costearse la suscripci¨®n con lo que ganan dentro del juego. Y los que no, pueden conseguir dinero del juego vendiendo C.R.E.D.D. Un modelo muy interesante para premiar a los incondicionales, y para no dejar atr¨¢s a los que no disponen de tanto tiempo. Por supuesto que Wildstar no est¨¢ exento de problemas. Quiz¨¢s el m¨¢s importante sea la poca variedad de 'quests' y lo mucho que nos toca repetir ciertas mec¨¢nicas hasta llegar a nivel m¨¢ximo. Si bien World of Warcraft ha solucionado esa escasez de objetivos variados con sus ¨²ltimas expansiones, la mayor¨ªa de misiones en Wildstar poco var¨ªan del cl¨¢sico "mata X" y "recoge Y". Y hay muchas, muchas 'quests', por lo que el desarrollo puede acabar resultando algo tedioso si no lo compaginamos con algo de PVP. Adem¨¢s, el juego no viene traducido al castellano, lo que puede resultar un impedimento para algunos. Por lo dem¨¢s, solo hay que esperar a que Carbine termine de limar peque?as asperezas y algunos bugs (pocos, y l¨®gicos en un juego tan may¨²sculo) para que, en pocas semanas, estemos hablando de una experiencia jugable sin fisuras. Una experiencia que parece ser que se ver¨¢ ampliada de forma regular, y es que la propia compa?¨ªa ha prometido parches de contenido mensuales, estando el primero con nuevas mazmorras, zonas y equipo casi a punto de ser lanzado. Esperemos que puedan mantener el ritmo.
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