Assassin's Creed IV: Black Flag
- Plataforma3608.6WiiUPCPS48.2XBO8.2PS38.6
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorUbisoft
- Lanzamiento29/10/2013 (360, PS3)22/11/2013 (WiiU, PC, XBO)29/11/2013 (PS4)
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
Assassin's Creed IV: Black Flag
Edward Kenway, el pirata antepasado de Connor se beneficia de toda la experiencia recogida por Ubisoft en su serie de mayor ¨¦xito actual en PS3, 360 y PC, y tripula Assassin's Creed IV: Black Flag, probablemente el episodio mejor atado en cuestiones de gameplay y completismo, pero un t¨ªtulo que vuelve a sonar ya demasiado a lo mismo de siempre y es conformista en su aspecto t¨¦cnico o multijugador. Oro envejecido en un ambiente siempre sorprendente y atractivo como son los mares y capitales del Caribe del s. XVIII. ?El mejor videojuego de piratas?
Ambientaci¨®n. ?ste es el t¨¦rmino que mejor describe la serie Assassin's Creed y directamente lo mejor que tiene esta saga, perdici¨®n para muchos y ya perdida para otros. Le toca el turno a los piratas, en un juego que parte principalmente de lo que estableci¨® el III en la ¨¦poca de la Am¨¦rica coloniz¨¢ndose por europeos y ciudades portuarias donde las carabelas tienen un rinc¨®n asegurado, protagonistas tanto como el parkour en las calles, fachadas y tejados, las zonas salvajes o los asesinatos por sorpresa. Assassin's Creed IV: Black Flag es quiz¨¢ el mejor ejercicio de la marca en cuanto a tama?o, equilibrios, experiencia, aspecto t¨¦cnico, cohesi¨®n... pero incide tanto en los puntos habituales de su gameplay que casi bien se podr¨ªa considerar un nuevo paquete de ciudades y arreglo de ciertos desajustes del anterior. Una sensaci¨®n de reiteraci¨®n y hasta agotamiento de la f¨®rmula invadir¨¢ al habitual, encarando eso s¨ª una aventura larga que en su hilo central tiene bastantes buenas intenciones y apasionar¨ªa a un descubridor de la franquicia, pero que al mismo tiempo suena demasiado al a?o pasado para quienes conocemos su trayectoria, casi todos.
Es normal, estamos a finales de generaci¨®n y como ¨¦sta hay otras muchas marcas que empiezan a agotarse a?o tras a?o con lo mismo, por ejemplo Call of Duty que se queda reforzada por un fenomenal multijugador con millones de fans incondicionales. Ubisoft es consciente de que con esta saga ocurre lo mismo, y que el que tiene todos los juegos, el seguidor, empieza a notar la fatiga y referencia extrema a anteriores, por eso ha intentado dar forma al cap¨ªtulo m¨¢s generoso y cuidado de todos, un sexto tomo principal nacido plenamente de la experiencia de todos estos a?os, de darle vueltas y vueltas hasta llegar aqu¨ª. Ser¨¢ el primero next-gen con versiones refinadas t¨¦cnicamente para PlayStation 4 y Xbox One, y quiz¨¢ no estar¨ªa mal que tambi¨¦n fuera el ¨²ltimo de toda la trayectoria, al menos tal y como conocemos la f¨®rmula hoy. Assassin's Creed necesita ya innovaciones radicales, pero al menos ¨¦ste Black Flag todav¨ªa es disfrutable, muy conseguido en multitud de factores y piezas.
Este An¨¢lisis habla as¨ª de una superproducci¨®n extraordinaria a la que le pesa demasiado su pasado repitiendo esquemas pero que al mismo tiempo es posible precisamente gracias al perfeccionamiento de su propuesta, motivado por esto. Lo que el jugador recibe, claro, es un juego muy bueno y trabajado que en realidad ya no es sobresaliente por su explotaci¨®n previa y por el elevado contexto actual del g¨¦nero, con maravillas en el sandbox como GTA V dominando la escena. Tampoco en lo t¨¦cnico es ninguna obra de vanguardia ya que mantiene motor gr¨¢fico de forma absoluta, ni en el multijugador con sus modos habituales m¨¢s algunos a?adidos entre los que destaca el GameLab, aspectos que son notables pero no sobresalen de lo que ya se viene viendo durante a?os en los online. El nuevo universo pirata, de tesoros en cofres se?alados en mapas que viajan en botellas, marineros respetables a menudo ebrios de ron, picaresca para la supervivencia y el robo de necesarios doblones, distinci¨®n de clases marcada con la Guardia atemorizando a la plebe o el tr¨®pico como entorno de duelos a espada o trabuco y aventuras bucaneras, este AC IV llama poderosamente la atenci¨®n solo con su puesta en escena y valores que recoge, formando una historia de novela bastante bien hilada y que empieza de forma abrupta, sin el sosiego inicial que s¨ª caracteriz¨® por ejemplo a la entrega protagonizada por Connor, con varios parones de ritmo posteriores desacertados.
Assassin's Creed IV: Black Flag es por supuesto una mirada frontal a la Historia de la colonizaci¨®n americana, a c¨®mo dos siglos despu¨¦s de la llegada de Col¨®n y sus hombres a tierras ind¨ªgenas el ascenso hacia Norteam¨¦rica cre¨® este conjunto de ciudades y regiones conflictivas, con capitales como La Habana o Santa Luc¨ªa como cunas del comercio, las relaciones diplom¨¢ticas y el Gobierno, pero tambi¨¦n las m¨¢s peligrosas de todo el Caribe. Los Templarios y La Hermandad de Assassins vuelven a verse las caras y cruzar a sus mejores hombres a trav¨¦s de la ¨¦poca que se recoge, con el capit¨¢n Edward Kenway como eje de esta trama repleta de enga?os canallas y mucha carta de navegaci¨®n, pues los mares acogen una presencia casi tan fuerte como las ciudades y los entornos v¨ªrgenes de playas y selvas tropicales de palmeras, cascadas y aldeas de chozas de madera y paja. Nueva conexi¨®n del Animus encontrada, nuevo ambiente por explorar y objetivos a aniquilar, con o sin sigilo, a espada, daga, trabuco o ca?¨®n. El mundo bucanero merece un juego as¨ª, aunque realmente no vaya mucho m¨¢s all¨¢ de otros intentos de Ubi.
Abstergo
Desmond Miles cerraba su parte del gui¨®n, principal, en Assassin's Creed III, y a cambio en la disposici¨®n sobre la actualidad de este AC IV manejamos a un trabajador de Abstergo reci¨¦n llegado y de identidad desconocida, solo inicialmente presentado en la avanzada empresa de investigaci¨®n temporal como "el sucesor de Desmond". Desde perspectiva en primera persona el jugador se siente ahora m¨¢s cerca de este nuevo personaje, m¨¢s unido a ¨¦l en cuanto se le hacen las primeras presentaciones, se habla de Aveline de Grandpr¨¦ (protagonista de Assassin's Creed Liberation original de PSVita) y "su llegada a nuevos sistemas" o se se?ala el nuevo procedimiento de trabajo y Animus de ¨²ltima generaci¨®n, ahora con soporte en gafas de realidad virtual. La sincronizaci¨®n al m¨¢ximo seg¨²n las tareas que realicemos y coleccionables recogidos vuelve a marcar todo el esquema de interfaz, muy limpia y clara, una vez trasladados a la ¨¦poca pirata. En este juego se miden bastante bien los acontecimientos entre el presente y las primeras d¨¦cadas del siglo XVIII a trav¨¦s de los ojos de Kenway, el pirata de agua y tierra que dar¨¢ lugar a Haytham, padre de Connor y quien abr¨ªa el t¨ªtulo del a?o pasado con aquel pausado arranque, aqu¨ª por suerte no imitado. Lo cierto es que en ritmos Black Flag da un verdadero paso adelante, la narrativa es ¨¢gil e interesante, sin abuso de zonas y situaciones en el gui¨®n central.
Edward tiene destreza para manejar nav¨ªos y el liderazgo suficiente como para hacerse con una tripulaci¨®n, cuid¨¢ndola y mejor¨¢ndola cada vez con obsequios como barriles de ron, mejores ca?ones o letras de salomas. Su ascensi¨®n y honor en el mundillo pirata van en relaci¨®n a sus actos, tambi¨¦n sus habilidades al tim¨®n o en combate. Los abordajes a otras embarcaciones eran la orden del d¨ªa en una atm¨®sfera tomada por la codicia y la rivalidad. As¨ª, trajes de ¨¦poca, grandes nombres reales, conflictos civiles y otras particularidades de la cultura de 1715 quedan una vez m¨¢s perfectamente integrados en un gameplay que busca bastante m¨¢s la variedad con encargos no tan centrados en el encuentro y recogida/asesinato, sino tambi¨¦n con situaciones que disponen diversas formas de afrontarlas, deja una sensaci¨®n m¨¢s libre que en anteriores aunque bien es cierto que cualquier salida excesiva de las gu¨ªas preparadas supone desconexi¨®n del Animus y vuelta al reinicio del ¨²ltimo punto de guardado, no lejano en ning¨²n caso pero que puede crear atasco para quien no est¨¦ habituado a su particular transcurso jugable.
Vestigios y experiencia
Desaparecen los bugs de ACIII pese a que se mueven entornos a¨²n m¨¢s grandes y detallados. Ubisoft sab¨ªa bien que ¨¦se fue uno de los lastres m¨¢s graves de la aventura de Connor en sentido t¨¦cnico y que AC IV, tras m¨¢s de dos a?os en desarrollo y creaci¨®n y varios equipos de la compa?¨ªa trabajando conjuntamente, no pod¨ªa volver a repetir semejante haza?a, con partidas con rarezas visuales para casi todos los jugadores. Mantiene el motor de la saga y el d¨¦j¨¤ vu es tambi¨¦n visual, con alguna tosquedad en los giros de c¨¢mara o popping visible en zonas abiertas y horizontes lejanos, defectos probablemente corregidos en las versiones next-gen. Pero m¨¢s all¨¢ de esto, la puesta en escena es sensacional una vez m¨¢s, con ciudades repletas de detalles en sus callejuelas, gente que va y viene en todas direcciones, interact¨²a entre s¨ª, etc. Y paisajes de postal en la traslaci¨®n de la selva virgen de cascadas y playas paradis¨ªacas a la pantalla, tambi¨¦n repleta de pol¨ªgonos.
Aunque claro, si algo simboliza al apartado gr¨¢fico de Assassin's Creed, ¨¦sas son las animaciones del protagonista y los que le rodean, ahora ampliadas y con nuevos golpes para los combates o saltos y formas de quedar colgado. Fluidez de movimientos y fidelidad impecable, no deb¨ªa ser menos. Los rostros y gestos se vuelven a dibujar con maestr¨ªa, aunque veremos modelos repetidos de ciudadanos y de soldados sobre todo much¨ªsimas veces. El agua o el fuego tienen tambi¨¦n representaciones notables, igual que los barcos en alta mar y su destrucci¨®n por los ca?onazos, o los efectos climatol¨®gicos incidiendo sobre el escenario y la iluminaci¨®n. No hay pasos atr¨¢s en lo gr¨¢fico, tampoco avances significativos, pero el resultado es el esperable. S¨ª cambian algunas opciones de men¨² e interfaz, as¨ª como la mejor estabilidad en el online, del que hablamos m¨¢s adelante.
El doblaje al castellano y perfecta recreaci¨®n de ¨¦poca con ambiente sonoro son un aut¨¦ntico punto a su favor inigualado por otras marcas. En Black Flag vuelven, con matices para algunas intervenciones como el acento ingl¨¦s forzado de los cubanos de entonces o la selecci¨®n de muchos actores de doblaje distintos, el barullo de los mercados, la m¨²sica y folclore de las tabernas o el sonido cambiante del oleaje embravecido con gaviotas, viento y campanas de cualquier nav¨ªo o catedral cercana. L¨¢stima que su apartado de audio se vea lastrado por espor¨¢dicas desapariciones de efectos de sonido y hasta silencios totales o asincron¨ªas labiales especialmente visibles en cinem¨¢ticas con primeros planos. M¨¢s all¨¢ de esto, pocas trabas pueden ponerse al aspecto t¨¦cnico de AC IV, superior en PS4 y Xbox One pero que se vuelve a comportar m¨¢s que bien en sistemas actuales, de nuevo s¨ªntoma de todo lo aprendido y recorrido por sus creadores desde 2007 que se estren¨® la primera entrega.
Limado de asperezas
La b¨²squeda de la variedad, necesaria, ha llevado a sus desarrolladores y dise?adores a introducir casi todas las mec¨¢nicas conjugadas alguna vez en la serie en un mismo juego. Antes dec¨ªamos que AC IV parte de AC III, pero sin lugar a dudas aqu¨ª se contemplan par¨¢metros de la trilog¨ªa de Ezio o ideas de las versiones de port¨¢til en funci¨®n de lograr misiones centrales y desaf¨ªos secundarios que no caigan pronto en la repetici¨®n, que por supuesto acaban cayendo con el transcurso de las horas y llegada a nuevas ciudades para en realidad hacer m¨¢s o menos lo mismo. El sigilo est¨¢ m¨¢s presente ahora, Edward se mueve mejor entre coberturas y zonas de escondite, tambi¨¦n en uso de armas distintas y su eficacia para cada momento, o los m¨¢s refinados combates navales, con diverso tipo de ca?¨®n, de disparo y de munici¨®n.
Ser precabido e imperceptible es quiz¨¢ algo m¨¢s importante ahora en las partes a pie de Black Flag, se ha mejorado en comandos desde los botones y zonas m¨¢s frecuentes y mejor marcadas de escondite, que aunque siguen dejando completamente a la vista a Edward en pantalla en realidad suponen una invisibilidad del cien por cien, lo que puede suponer en cierta medida confusi¨®n para algunos jugadores. Es importante aqu¨ª la IA rival de los soldados o inminentes v¨ªctimas y sus campos de visi¨®n, mantenidos ambos par¨¢metros de los Assassin's Creed anteriores y sin demasiado destaque pero funcionamiento digno. Desde luego, el sigilo est¨¢ en este juego porque entrar en combate sigue siendo una opci¨®n arriesgada, se ha refinado el control de las peleas en los timings y respuesta de las acciones pero no hasta el punto de hablar de una mec¨¢nica de acci¨®n interesante a lo beat'em up. El contraataque como pilar del combate regresa, y en una reyerta contra 4 o 5 soldados alguno de ellos armado con una pistola o granadas no tendremos mucho que hacer. Y sobre esto, rara vez habr¨¢ un sexto adversario rode¨¢ndonos, los grupos de ofensiva directa siguen sin ser numerosos ni inteligentes en sus formas de colocarse, un problema que ha caracterizado desde el primer episodio a la saga y que en este cuarto se mantiene, es el combate Assassin's Creed puro y duro.
S¨ª se enfatiza en cambio, mejorando en gran medida las sensaciones en combate, la diferencia de armas, con un pu?ado de espadas y pistolas, sables, trabucos, lanzas, dagas... El equilibrio es fant¨¢stico as¨ª como su eficacia en relaci¨®n al precio que tienen en las diferentes tiendas repartidas por todas las ciudades de la aventura o la dificultad para conseguirlas. El dinero, medido en doblones, es verdaderamente determinante aqu¨ª, manteniendo esa econom¨ªa de ¨¦poca donde un tesoro enorme supon¨ªa mejoras instant¨¢neas en la vida de qui¨¦n lo encontrara, y los piratas como Kenway van a pelear constantemente por la b¨²squeda y robos de nuevos cofres. Realizar tareas secundarias o saquear cad¨¢veres nos dar¨¢ esas monedas necesarias para favorecer la progresi¨®n del protagonista y sus destrezas a las armas, a un ritmo perfecto que va dejando cada vez mayor sensaci¨®n de evoluci¨®n y mejora. Esto se traslada tambi¨¦n al plano del barco y los alistados a nuestra tripulaci¨®n, creciente y cada vez m¨¢s motivada y eficaz en combate, con mejoras para los ca?ones o nuevas formas de disparo.
Los combates navales se introdujeron como pieza de inter¨¦s en AC III y en Black Flag pasan a ser una de las partes esenciales del desarrollo de la historia y movimiento entre ciudades. El Caribe de Ubisoft tiene m¨¢s extensi¨®n mar¨ªtima que de tierra firme, y pasaremos incontables horas a bordo del Jackdaw, el gran velero con que pronto se hace Kenway para surcar los mares en busca de nuevas glorias y, c¨®mo no, tras los pasos de los Templarios. Las aguas son peligrosas, con montones de nav¨ªos enemigos dispuestos a hacernos la traves¨ªa imposible, enormes buques de la Armada Brit¨¢nica buscando guerra o peque?os asaltantes que s¨®lo quieren robar en nuestros v¨ªveres. Los duelos son habituales, con un cada vez m¨¢s sofisticado sistema de posici¨®n y disparo desde babor y estribor, con aprovechamiento de oportunidades para hacer blanco sobre las otras naves. Llega un momento avanzada la aventura en que estos combates empiezan a repetirse, incluso son algo molestos cuando aparece y lo que en realidad queremos es llegar r¨¢pido a nuestro destin¨®. No acabar con un velero enemigo har¨¢ que se pegue como una lapa todo el trayecto sin dejar de dispararnos, por lo que todos los encontronazos en alta mar hay que resolverlos, a menudo con tormentas tropicales de por medio. Esto hace al mapamundi un entorno hostil y algo inc¨®modo de transitar, interesante al principio pero que tras 20 horas de juego y viajes entre costas acaba incomodando.
El espect¨¢culo es magn¨ªfico, de nuevo la mejor parte visualmente de Assassin's Creed, con la bruma en el horizonte rodeando las frondosas islas del archipi¨¦lago caribe?o y las playas de aguas cristalinas y turquesa como soporte terrenal, adem¨¢s de un agua recreada a la perfecci¨®n en sustancia l¨ªquida y reflectante, tambi¨¦n con alguna ballena, tibur¨®n o delf¨ªn que salta en la lejan¨ªa, observable con telescopio. Sobre la cubierta, el trabajo en equipo de decenas de hombres bajo nuestras ¨®rdenes, las olas abofeteando las maderas y velas, el zarandeo de la nave con el viento o la recepci¨®n de rel¨¢mpagos fomentan este espect¨¢culo visual que se resguarda sobre todo en estas partes marineras. Tambi¨¦n bien llevado a nivel gr¨¢fico est¨¢ el dise?o de la selva, que s¨ª bien no presenta unos entornos donde la vegetaci¨®n sea interactiva o muy variada -se repiten dise?os- los riachuelos, altos ¨¢rboles y palmeras, riscos, puentes colgantes, cascadas, cuevas, etc. crean un entorno majestuoso y virgen, un ecosistema vivo de fauna y flora salvaje que tambi¨¦n esconde algunas aldeas con personajes, tiendas y coleccionables y posibilidades de caza, crucial ¨¦sta para dar forma a ciertos objetos o vender las presas en las tiendas y conseguir doblones o trueques.
El autoapuntado de objetivo o las armas de fuego reciben un leve refinamiento para conseguir una experiencia de juego superior y que invite m¨¢s a la acci¨®n armada. Tambi¨¦n la Vista de ?guila o los comentados interfaz y men¨²s, empezando por el minimapa m¨¢s detallado o indicadores contextuales como la br¨²jula o los iconos de colores sobre las cabezas para indicar posici¨®n e inter¨¦s, muy importante para las escuchas a distancia, por ejemplo, que vuelven a usar el aro virtual creado por el Animus del que no podemos salir para no perder el hilo de la conversaci¨®n. La arquitectura de la ciudad crea la forma de movernos por el mapa, con barrios llenos de ¨¢rboles que sirven para mantenernos en alto y sin llamar la atenci¨®n de los ciudadanos de las calles y con ellos los soldados, o partes donde hay r¨ªos y embarcaderos que nos pueden serivr para ocultarnos. En realidad no hay una distinci¨®n crucial entre urbes o sus distritos, pero s¨ª en dise?os de niveles de misiones principales, como el asalto a una prisi¨®n para rescatar a un retenido o el robo de un tesoro custodiad¨ªsimo. La duraci¨®n ronda la habitual.
Tu propia experiencia online
Adem¨¢s del modo Historia para un jugador, la otra parte de este producto es su multijugador, con un nuevo modo supervivencia en cooperativo a dos llamado Manada -solo online- y otros cinco modos de juego competitivo m¨¢s todas las variantes que se nos ocurran gracias al GameLab, el editor de partidas que buscaba ir m¨¢s all¨¢ en la personalizaci¨®n de reglas pero que en realidad se queda en un configurador con m¨¢s opciones y detalles de los habituales tiempo, rondas o armas. Aqu¨ª se puede toquetear m¨¢s, desde el formato de interfaz e informaci¨®n ofrecida por ¨¦sta hasta la posici¨®n de los puntos de respawn o las ayudas con que puede equiparse cada jugador. Seis modos competitivos entre los que se encuentran algunos de los cl¨¢sicos como Asesinatos o Dominio, tambi¨¦n Asalto al Artefacto, la versi¨®n Assassin's de la toma de t¨®tem rival para llevarlo hasta nuestra base sin ser detectados y anotando puntos. Cacer¨ªa y Duelo a Muerte esbozan la faceta m¨¢s agresiva, o Se Busca, donde todos los asesinos ir¨¢n a por un ¨²nico jugador. Como siempre es tan importante la t¨¦cnica como el saber pasar desapercibido y mezclarse con las gentes, con actitudes que no llamen la atenci¨®n y nos hagan parecer personajes controlados por la CPU.
Por supuesto, hay Tutoriales y entrenamientos para cada una de las modalidades de juego, otra mano tendida hacia el novato. Ampliando la experiencia con el c¨®digo de Uplay -Online Pass- se obtendr¨¢n varios d¨ªas de puntos XP dobles o armas ¨²nicas y customizaciones. Es un buen incentivo para quienes lo adquieran de primera mano pero no determina en exceso el avance de jugador o desigualdades entre participantes. En definitiva, el juego en red de AC IV: Black Flag es entretenido y funcional, una prolongaci¨®n de la experiencia y una suma generosa de opciones, pero tampoco podemos hablar de una modalidad tajante que explotar y destacable frente a otros. Hay propuestas que se quedan a medio gas frente a las altas expectativas, como el GameLab y su personalizaci¨®n exhaustiva pero de modos ya existentes, el editor no demasiado profundo o los dise?os de mapas y c¨®mo sirven para diferenciar encuentros. Tambi¨¦n se echa de menos alg¨²n modo de juego nuevo m¨¢s, resulta muy mantenido respecto a AC III, s¨®lo que con arreglos y algunos avances que ya eran necesarios.
El salto generacional es contemplado por Ubisoft, quien ha dotado a las versiones actuales de un c¨®digo de canjeo en PSN (en el caso de PS3) y el Bazar (en el caso de 360) para por 9,95 euros descargar en PS4 y XBO respectivamente el mismo juego, teni¨¦ndolo as¨ª para los dos sistemas -current gen y next gen- e incluso poder importar la partida. Esta idea ya la hemos visto en FIFA 14 o Battlefield 4, y funcionar¨¢ en muchos otros transgeneracionales. El servicio Uplay regala tambi¨¦n contenido adicional para los usuarios de las consolas de Sony, por lo que en el caso de dudar de qu¨¦ versi¨®n adquirir teniendo las dos m¨¢quinas recomendamos ¨¦sta, pues se contar¨¢ con m¨¢s de una hora m¨¢s de juego con varias misiones adicionales protagonizadas por Aveline, la protagonista del AC de PSVita. No es contenido sustancial ni imprescindible, y probablemente m¨¢s adelante se lance como DLC en los sistemas de Microsoft pero tiene un buen planteamiento encajando el argumento de Kenway.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.