Enter the Dominatrix: Sado, consoladores e incorrecci¨®n pol¨ªtica

En el g¨¦nero de los sandbox o juegos de mapeado abierto, las locuras de Grand Theft Auto y su comiquera violencia siempre fueron una especie de Over the Top, de l¨ªmite y techo de lo que la incorrecci¨®n pol¨ªtica m¨¢s salvaje pod¨ªa dar de s¨ª en un videojuego. Pero Volition y su saga Saints Row, d¨¢ndose cuenta de que imitando la f¨®rmula Rockstar no iban a lograr adelantar al Rey de los Sandbox, decidieron hacer de la f¨®rmula de la exageraci¨®n su propio Leit Motiv y sello personal. Y con Saints Row 3 dinamitaron la barrera de locura de cualquier GTA, ofreciendo pura diversi¨®n, unas ganas de regusto y sano cachondeo que se contagian al jugador y hacen que se lo pasase realmente bien, disfrutando con algo que, como las buenas pelis comerciales, es solamente puro entretenimiento. Saints Row The Third ya se gan¨® bastantes toques al incluir un arma de pelea cuerpo a cuerpo en forma de katana con la hoja siendo un consolador de goma de color violeta, grande y doloroso a la hora de pegar al personal con ¨¦l, pero tremendamente divertido.

Volition segu¨ªa pensando en locuras y en llevar su contenido al l¨ªmite de la incorrecci¨®n pol¨ªtica con una expansi¨®n descargable para SR3 llamada Enter the Dominatrix, la cual al final tom¨® otros derroteros y alcanz¨® un tama?o en su idea original que el estudio aprovech¨® para concebir la entrega que este verano pudimos disfrutar como Saints Row IV, una salvajada virtual en la que al concepto de sandbox se le sumaban entornos simulados, alien¨ªgenas, superh¨¦roes y un arma que incluso fue censurada en Australia: Una sonda que us¨¢bamos para hacerle espeleolog¨ªa anal a los aliens en una misi¨®n que supuraba tanta mala ostia como arrancaba risas ante la bizarrez jugable que nos obligaba a hacer. Pero si cre¨ªamos que se iba a quedar s¨®lo en esto, estamos muy equivocados con respecto a Volition, que ahora lanza el DLC Enter the Dominatrix para SR IV.

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Manteniendo la idea de romper la 4? pared constantemente ¨Cdi¨¢logos y escenas en las que los personajes nos incluyen y apelan directamente a nosotros los jugadores, o se mofan de los videojuegos y sus reglas-, Enter the Dominatrix sigue a pies juntillas el concepto de Saints Row 4 en cuanto a encerrar a los protagonistas en una versi¨®n simulada de la ficticia ciudad Steelport ¨Cde ah¨ª el que estos tengan ahora superpoderes. Y si esa ciudad simulada ni la capacidad de pegar saltos enormes no eran suficientes para recordarnos a las pelis de The Matrix, Volition ya fusila el l¨ªmite entre homenaje/plagio recurriendo al t¨ªtulo del primer videojuego que sali¨® de la serie cinematogr¨¢fica, solo que a?adi¨¦ndole un par de letras m¨¢s para mentar a la nueva villana, la Dominatrix de botas hasta la cadera, guantes de cuero, cors¨¦ y¡­Cuernos, enormes cuernos y capa que buscar¨¢ hacerlos la vida imposible a todos los niveles. Sobre todo al nivel f¨ªsico.

Y si como Villana suprema tenemos a la reina del S&M y el Bondage, su ej¨¦rcito de ac¨®litos va en total consonancia con un ej¨¦rcito de enemigos sacado de un sal¨®n de Sadomaso y anuncios baratos de peri¨®dicos entre esclavos, clientes, prostitutas y dem¨¢s. Tenemos desde otras d¨®minas sacadas de una Grindhouse de los 70 entre el cuero y las armas a oleadas de esclavos sumisos con sus amas recubiertos de latex, cuero y m¨¢scaras sado, todo ello redondeado con escenarios como un club sadomaso en el que la decoraci¨®n de jaulas, strippers y dem¨¢s refleja el 'buen gusto' de su decoradora. Como vemos en su trailer, desde persecuciones en rickshaws hasta sumisos que lanzan ondas vitales al estilo Dragon Ball, todo cabe en este universo S&M, incluida una referencia descacharrante a una de las series m¨¢s populares del momento en forma de pieza de atrezzo.

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Lo m¨¢s llamativo de Enter the Dominatrix es, desde luego, su originalpresentaci¨®n, ya que Volition quiere hacernos sentir que estamos jugandocomo si estuvi¨¦ramos viendo un DVD de escenas cortadas ¨Cincluso haycinem¨¢ticas a medio terminar- que fueron quitadas de la versi¨®n final deSaints Row IV, conociendo a personajes que no entraron en su trama porfalta de tiempo o decisi¨®n del estudio. Es por ello que apenas nosencontramos un nexo de uni¨®n entre las misiones m¨¢s all¨¢ de quererbuscar el impacto a nivel visual. Bajo un formato que se cachondea delos documentales en plan Reality que asolan los canales de TV en estosmomentos comenzando por su presentadora ¨Cy con los Saints hablando ac¨¢mara directamente- , cinco misiones es todo lo que el DLC ofrece porsu bajo coste, en un total de entre 70-90 minutos de juego siempredependiendo de nuestro ritmo y ganas de sembrar caos y locura por sumapeado.

A la hora de aportar, aportan bien poco en caso de habernos terminado Saints Row 3 y 4. Como obliga su t¨ªtulo, las figuras f¨¢licas de penes y dem¨¢s atributos corporales son una constante en cuanto a los escenarios, veh¨ªculos ¨Cs¨ª, veh¨ªculos tambi¨¦n-, armas, chistes y enemigos. Todo gira en torno al S&M, al fetichismo y las referencias f¨¢licas. Las armas nuevas decepcionan en cuanto a que esper¨¢bamos algo m¨¢s que un minica?¨®n, pesado, un lanzagranadas y un lanzallamas. Las misiones son demasiado sencillas ¨Csomos ultra-poderosos y apenas tenemos que llamar refuerzos-, se abusa un poco a la hora de recurrir a defendernos de una oleada tras otra y no aportan nada, excepto diversi¨®n fetichista y un ep¨ªlogo que de verdad se convierte en digno sucesor de las locuras Saints Row. Los fans de la serie que deseen un poquito m¨¢s tendr¨¢n adem¨¢s nuevos trajes, armas y aliados para Saints Row IV por los 7 d¨®lares que cuesta. Es por ello que Enter the Dominatrix juega mucho al exceso en su tem¨¢tica, pero poco al exceso jugable en s¨ª que la serie ha alcanzado y tanto adoramos.

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