Crimson Dragon, Impresiones

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Yukio Futatsugi fue la mente tras Panzer Dragoon, una vistosa epopeya de acci¨®n y disparos a lomos de dragones que en el E3 de junio volvi¨® a flotar por los aires cuando se present¨® este Crimson Dragon, el sucesor de la ya m¨ªtica serie de Sega. Microsoft se queda as¨ª en exclusiva para su nueva Xbox One con un descargable que estar¨¢ disponible desde el primer d¨ªa de vida de la consola a un precio de 19,99 euros, se?al de lo secundario de este proyecto y el p¨²blico nicho con que ya saben que cuenta. Pero el Tokyo Game Show nos ha demostrado que tras esta carta de presentaci¨®n algo atenuada hay en realidad una interesante propuesta que adem¨¢s servir¨¢ para conocer mejor el nuevo Kinect y ver si por fin su control se hace tan preciso como deseamos todos los jugadores desde que naci¨® el original.

No hay confirmaci¨®n a¨²n de si soportar¨¢ controles tradicionales pero poco a poco parece que van quedando menos dudas de que Grounding, sus desarrolladores y donde se encuentra parte del equipo de los ¨²ltimos Panzer Dragoon, apostar¨¢ por un sistema mixto, listo para que el jugador elija, pero donde el verdadero inter¨¦s recae en Kinect. Un viaje que transporte y sea casi en primera persona, eso es lo que vuelven a querer Futatsugi y su gente. Una experiencia audiovisual, preciosa, ¨¦pica e intensa donde el jinete del drag¨®n tenga a su alcance todo tipo de proyectiles y ret¨ªculas para hacer frente a hordas y m¨¢s hordas de peligros y monstruos mientras sobrevuela el planeta Draco a toda velocidad. Futuro armament¨ªstico y fantas¨ªa medieval, una conjunci¨®n que logra un atractivo ¨²nico.

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La nueva demo jugable de la feria tokiota nos ha ense?ado por fin qu¨¦ aspecto tiene el HUD, c¨®mo es el manejo desde el renovado sensor de movimiento de Xbox One o cu¨¢l es la estructura de los niveles para conseguir una variedad de situaciones que no aburra ni distraiga al jugador mientras se le ofrece un desaf¨ªo a la altura de un regreso como ¨¦ste. Barra de vida que no autorregenera, un r¨¢dar que indica posiciones enemigas y de ¨ªtems, cuadros de di¨¢logo en tiempo real con personajes de la aventura y una barra de habilidad especial forman el conjunto de marcadores b¨¢sico. A este se unen otros espor¨¢dicos y tambi¨¦n muy cl¨¢sicos como una barra de vida larga con la salud del jefe final de turno en la parte inferior de la pantalla. Desde luego que este producto est¨¢ hecho respetando todos los c¨¢nones tradicionales del shoot'em up a¨¦reo.

El tono y el manejo son totalmente arcades. Para empezar, se trata de un shooter sobre ra¨ªles, sin apenas opciones de movimiento libre del drag¨®n salvo en contadas bifurcaciones. Esto ha permitido a sus creadores -como ocurr¨ªa en Panzer Dragoon- dar vida a entornos mucho m¨¢s detallados, sugerentes y vistosos en definitiva, espacios muy reducidos pero que juegan como pocos con las arquitecturas, el color, la luz, las formas, los reflejos, las partes que se destruyen. Al estar completamente guiado el jugador solo tiene que centrarse en apuntar y disparar, algo que con Kinect se hace bien gracias a que el movimiento del cursor queda alojado al brazo que decidamos antes de entrar a la partida y se mueve con una precisi¨®n plena siempre que no demos r¨¢pidos bandazos. Como todo buen arcade, cuesta un poco cogerle el truco pero una vez dominado es sorprendentemente divertido y adictivo. En este punto hay que se?alar que tambi¨¦n ser¨¢ posible controlarlo con el pad de la consola para los que prefieran ese m¨¦todo, aunque en las demostraciones de trata de convencer siempre de las bondades del control gestual.

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El planeta que acoge todas las gestas y cruces de armas es un espacio sin igual, mezcla de llanuras nubladas con castillos y tormentas en el horizonte y amasijos de hierros y tuber¨ªas que forman t¨²neles de sucias ciudades del futuro. Justo la est¨¦tica que busca Crimson Dragon. La historia nos pondr¨¢ en la piel de los humanos que buscan dominar las tierras de Draco junto a algunos alados, pero toda la caballer¨ªa de all¨ª tiene otros planes y una muy agresiva personalidad. El enfrentamiento no es solo contra las oleadas de bichos y robots que saldr¨¢n a nuestro paso, sino tambi¨¦n contra un buen pu?ado de trampas y mecanismos en busca de nuestra aniquilaci¨®n. El nivel de dificultad que escojamos en el selector har¨¢ que nos veamos m¨¢s o menos rodeados en cada momento. El juego promete invitar mucho a la rejugabilidad gracias a este selector.

Nuestras criaturas disponen de todo tipo de armamento y formas de disparo. Tiros de plasma cargados, poderosas balas perseguidoras, r¨¢fagas r¨¢pidas de repetici¨®n, proyectiles adhesivos explosivos, plasmas... No se ha detallado c¨®mo nos haremos con uno u otros ca?ones y si existe algun sistema de evoluci¨®n de armamento, pero ya hay garant¨ªas de que no se seguir¨¢ una mec¨¢nica que simplemente deje impuesto un arsenal concreto en cada fase. Los puntos de control van a olvidarse de la tendencia actual de colocarse constantemente para buscar la cercan¨ªa y que el jugador no se fatigue repitiendo un tramo que le cueste. Aqu¨ª se apuesta por las pautas old school y pasar por checkpoints ser¨¢ una aut¨¦ntica bendici¨®n, como en las aventuras de anta?o.

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Nos quedan por comprobar algunos par¨¢metros para ver si estamos hablando de una joya no conocida por todo el mundo como fueron algunos de los Panzer Dragoon, por ejemplo su m¨²sica, imperceptible en el foll¨®n de la feria nipona, o su duraci¨®n y b¨²squeda de la variedad de fases. El Drag¨®n Carmes¨ª se aloja en formato descargable y a menos de 20 euros porque su propia arquitectura de juego de nicho as¨ª lo impone, pero habr¨¢ que estar muy pendientes al estreno de One porque puede que estemos hablando de una de las mejores sorpresas del a?o en cuanto a mimo audiovisual, manejo ¨²nico y respeto por el sabor a?ejo de una serie de la ¨¦poca dorada de Sega que todav¨ªa hoy es inolvidable para muchos. En dos meses veremos por d¨®nde han llevado Futatsugi y su equipo esta exclusiva de Microsoft.